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Los aspirantes republicanos a la nominación presidencial se encontraron ayer por tercera ocasión, en un debate en el que el gran ausente volvió a ser el expresidente Donald Trump, quien ha preferido no participar en los eventos debido a que se mantiene como líder en las encuestas.

Los cinco aspirantes que se dieron cita en Miami se enfocaron en temas de la agenda internacional.

La tensión que se preveía entre la exembajadora de EUA en la ONU Nikki Haley y el gobernador de Florida, Ron DeSantis, los dos más cercanos a Trump en los sondeos, fue escasa, y más notable fue la que tuvo la candidata con el empresario Vivek Ramaswamy, al que llegó a llamar “escoria” por hacer referencia a su hija.

“En el último debate, se burló de mí por unirme a TikTok mientras su propia hija usaba la aplicación durante mucho tiempo. Así que tal vez quieras cuidar de tu familia primero”, dijo Ramaswamy a Haley durante una pregunta sobre si prohibirían esa red social acusada de espiar para China.

Visiblemente molesta, Haley le pidió que no se metiera con su hija en medio de un debate que además de China, se enfocó en la guerra de Israel-Hamás, Ucrania, Irán, Venezuela y la lucha contra el fentanilo en la frontera con México.

Los aspirantes, entre ellos también el senador de Carolina del Sur Tim Scott, y el exgobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, discutieron también sobre temas nacionales tales como la inflación, el aborto y la seguridad social.

Los aspirantes también arremetieron contra Biden, no con mucha intensidad, y especialmente contra su política económica, el manejo de la frontera sur y el levantamiento temporal de algunas sanciones al gobierno del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

Luchando por un segundo puesto en las preferencias, DeSantis y Haley fueron quienes más se lanzaron contra el expresidente.

DeSantis dijo que Trump debió acudir al debate para explicar, entre otras, por qué quiere otra oportunidad en la Casa Blanca y por qué no obligó a México a que pagara el muro a lo largo de la frontera sur.

“Ahora, si miras dónde estamos ahora, es muy diferente de donde estábamos en 2016, y Donald Trump es un tipo muy diferente de lo que era en 2016”, dijo el gobernador de Florida. “Debería explicar por qué acumuló tanta deuda. Debería explicar por qué no drenó el pantano”, agregó.

Por su parte, Haley dijo que los estadounidenses no pueden seguir viviendo en el pasado, en referencia a Trump, a quien cuestionó también por el manejo de la deuda nacional y sus posturas de política exterior.

“Creo que fue el presidente adecuado en el momento adecuado. No creo que sea el presidente adecuado ahora.”, manifestó la exgobernadora.

La crisis por el tráfico de fentanilo y la “invasión” de inmigrantes estuvo también entre los temas abordados por el reducido grupo, sin el exvicepresidente Mike Pence, que recordemos retiró su candidatura el pasado 28 de octubre.

De “invasión” calificó DeSantis, las oleadas de inmigrantes irregulares que entran por la frontera con México.

Aprovechó para hacer blanco de las críticas al presidente Biden, por lo que calificó de fallidas medidas para la erradicación del fentanilo y por formar parte de una “élite que se desentiende” de estas crisis.

Mientras los candidatos debatieron durante dos horas en el tercer y penúltimo debate del proceso interno, Trump tuvo su propio mitin en Hialeah, una ciudad a pocos kilómetros del centro del centro Miami.

A menos de una año de las presidenciales y a pocos meses de los procesos de primarias, el primero de ellos en Iowa el próximo 15 de enero, el debate no tuvo mayores sobresaltos. Sin un contundente contraste, Haley y DeSantis mantuvieron la atención de los moderadores, mientras que ninguno de los tres restantes sobresalió, salvo Ramaswamy, por sus ataques a Haley.

La Cámara de Representantes de Estados Unidos, controlada por los republicanos, aprobó este jueves una ayuda de 14,300 millones de dólares para Israel, una propuesta que los demócratas prevén bloquear ya que no incluye financiación para Ucrania.

El proyecto de ley quedó aprobado en su primer paso legislativo con 226 votos a favor y 196 en contra.

El nuevo presidente de la Cámara Baja, el republicano Mike Johnson, defendió que el proyecto “proporciona a Israel la ayuda que necesita para defenderse, liberar a sus rehenes y eliminar a Hamás, lo cual es una misión que debe cumplirse”.

La mayoría del dinero está destinado a reforzar los arsenales de Israel, incluidos unos 4,000 millones de dólares para el sistema antimisiles conocido como Cúpula de Hierro.

Los demócratas, sin embargo, se han mostrado muy críticos con el proyecto y han advertido que no permitirán que prospere en el Senado, que está bajo su control.

Además, el presidente Joe Biden ha amenazado con vetar la propuesta en el caso improbable de que sea aprobada por la Cámara Alta.

El problema está en que los republicanos están unidos en su apoyo a Israel, pero siguen divididos en la cuestión de seguir apoyando financieramente a Ucrania después de casi dos años de guerra, por lo que han decidido dejar al país europeo fuera de la ecuación.

Por su parte Biden ha solicitado al Congreso un paquete de 106,000 millones de dólares de ayuda para Israel y Ucrania, así como para combatir al influencia de China en el Indopacífico y para reforzar la seguridad en la frontera sur de Estados Unidos con México.

El congresista Mike Johnson, aliado del expresidente estadounidense Donald Trump, fue elegido este miércoles líder de la Cámara de Representantes al lograr superar la división que impera al interior del Partido Republicano, que provocó caos parlamentario en las últimas semanas.

Johnson era el cuarto republicano nominado en las últimas dos semanas, tras Steve Scalise, Jim Jordan y Tom Emmer, para suceder al también conservador Kevin McCarthy, destituido el pasado 3 de octubre por una rebelión interna en su partido.

Así, Johnson se alzó con el puesto de “speaker”, tal y como se conoce en inglés a dicha posición, en su primer intento en el Pleno.

“Han sido semanas arduas y un recordatorio de que la Cámara es tan complicada y diversa como la gente a la que representamos. (…) Como ‘speaker’, me aseguraré de que la Cámara obtenga resultados e inspire cambios para el pueblo estadounidense.”, dijo en su primera reacción tras ser elegido.

Los republicanos tienen una ajustada mayoría en la Cámara de 221 escaños frente a los 212 de los demócratas, lo que les obliga a contar con el apoyo de prácticamente todos sus miembros en el recinto.

Johnson necesitaba 215 votos, al haber 429 legisladores presentes en la votación; consiguió 220, sin oposición interna, frente a los 209 de su contrincante, el líder de la minoría demócrata, Hakeem Jeffries.

El representante por Luisiana, de 51 años, es uno de los legisladores republicanos que intentaron anular la victoria del demócrata Joe Biden en las presidenciales de 2020, año en el que Trump seguía en la Casa Blanca Trump.

En su web se define como un “entregado” marido y padre de cuatro hijos y como un abogado “que ha dedicado su vida y su carrera a pelear por las libertades fundamentales y valores tradicionales” prioritarios para la gente de su Estado.

De 2015 a enero de 2017 ejerció en el Legislativo estatal y posteriormente pasó al federal, donde es el vicepresidente de la Conferencia Republicana, el ente encargado de elegir al liderazgo republicano, aprobar asignaciones a los comités y el desarrollo de la estrategia de comunicación.

Su candidatura se confirmó a última hora de ayer, después de que el anterior aspirante oficial, Tom Emmer, desistiera horas después de ser designado por su partido al constatar que no iba a tener los apoyos necesarios en todo el pleno.

Emmer no había contado con el respaldo público de Trump, que le reprochó “estar totalmente fuera de contacto con los votantes republicanos” y ser un republicano solo de nombre.

La presidencia interina estaba hasta ahora en manos de Patrick McHenry, designado por McCarthy, aunque sin un “speaker” no se pueden aprobar resoluciones o proyectos de ley en la Cámara Baja en un momento en que está en el aire la aprobación de nueva ayuda militar para Ucrania e Israel o la negociación del presupuesto para el actual año fiscal.

Más de 30 congresistas demócratas apoyaron este viernes un proyecto de resolución en la Cámara de Representantes que rechaza las propuestas de diversos republicanos para activar una acción militar contra los grupos del narcotráfico en México.

“En meses recientes hemos visto un aumento alarmante de declaraciones que amenazan con normalizar la noción de invadir México”, señaló el representante Joaquín Castro, de Texas, uno de los autores del proyecto de resolución, presentado este viernes.

Ese proyecto “reafirma el compromiso de Estados Unidos con el respeto a la soberanía de México y condena los llamados para una acción militar en México sin el consentimiento de México y sin la autorización del Congreso”, añade el texto.

El demócrata explicó que una guerra con México causaría una pérdida devastadora de vidas y sería desastrosa para millones de mexicanos y estadounidenses.

“Esta resolución envía un mensaje firme de que Estados Unidos respeta la soberanía de México y que el Congreso no apoya los llamados peligrosos para una guerra en nuestra frontera sur”, agregó.

En tanto, la representante Nydia Velázquez, de Nueva York, reconoció que el uso de la fuerza armada de Estados Unidos en México sería un desastre con consecuencias graves para ambos países y para el mundo.

“Antes de que la idea de operaciones militares en México progrese más, necesitamos que los responsables sensatos de políticas en ambos partidos hablen claro e indiquen que el Congreso no apoyaría esto”, añadió.

Por su parte el representante Raúl Grijalva, de Arizona, afirmó que los llamados para una intervención militar unilateral contra una nación soberana son contraproducentes y son un obstáculo para soluciones reales.

Y es que recordemos que en marzo pasado, el senador Lindsey Graham, republicano de Carolina del Sur, señaló que preparaba un proyecto de ley que “preparará el escenario” para el uso de la fuerza militar estadounidense en México.

En agosto, en el curso de un debate entre varios aspirantes a la candidatura presidencial republicana en 2024, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, indicó que apoyaría “desde el primer día” una acción militar en México contra los cárteles de la droga.

Tras 15 intentos para ser elegido líder de la Cámara de Representantes estadounidense, y con solo 269 días en el cargo, los legisladores destituyeron a Kevin McCarthy como su líder, luego de aprobar con 216 votos a favor y 210 en contra la moción para removerlo.

Así, McCarthy se convirtió en el primer presidente en la historia en ser apartado del cargo, debido a las presiones de los republicanos radicales agrupados bajo el llamado “Freedom Caucus”.

McCarthy ya había logrado no enfrentar este proceso de destitución en junio pasado, pese al enojo de sus compañeros radicales. Los legisladores afines a Trump se había venido sintiendo traicionados por McCarthy dados los acuerdo y negociaciones que alcanzó con los demócratas

La gota que derramó el vaso fueron las negociaciones que rozando la fecha límite, permitieron el sábado una prórroga de 45 días para dotar de recursos al gobierno, en el que se renuncian a los grandes recortes que se solicitaban.

Los radicales lo consideran demasiado “moderado”. Las diferencias entre los partidarios y los detractores de McCarthy reflejó las rencillas internas del partido.

Nacido en California hace 58 años, ejerció como líder de la minoría republicana en la Cámara Baja desde 2019, con la demócrata Nancy Pelosi como presidenta. Desde 2014 y hasta entonces, con los republicanos dirigiendo la Cámara y John Boehner y Paul Ryan como “Speakers”, ocupó el cargo de “número dos” de esta cámara.

En agosto de 2014 cuando asumió ese puesto hizo historia al alzarse con él tras solo siete años y medio en activo dentro de los pasillos del Capitolio.

Al respecto, la Casa Blanca confió en que la Cámara de Representantes elija “pronto” a su sustituto.

“La población estadounidense merece un liderazgo que ponga los temas que afectan a sus vidas en el centro”, indicó en un comunicado la portavoz presidencial, Karine Jean-Pierre.

El presidente Joe Biden, en su opinión, “ha demostrado que siempre está dispuesto a trabajar de buena fe con los dos partidos en el Congreso en nombre de los estadounidenses”, añadió la vocera de la Casa Blanca.

La presidencia interina quedará ahora en manos del legislador Patrick McHenry, representante del décimo distrito de Carolina del Norte y conocido por haber sido uno de los principales negociadores conservadores del aumento del techo de la deuda nacional, que se rubricó “in extremis” en junio, días antes de que el Tesoro considerara que se iban a agotar las reservas para seguir pagando las cuentas.

Los siete aspirantes a la candidatura presidencial que se presentaron la noche de ayer en el segundo debate de la contienda interna, se atacaron entre sí en reiteradas ocasiones, aunque tal como se preveía arremetieron todos en contra del expresidente Donald Trump

Los moderadores plantearon a los asistentes temas como educación, política económica y la situación de la frontera entre México y Estados Unidos, tratando de dejar fuera de la conversación al puntero de la contienda, quien por segunda ocasión rechazó participar en el encuentro.

Sin embargo, los aspirantes no dudaron en mencionar a Trump y centrar sus críticas en él, esto en un intento por ganar terrero ya que solo quedan cuatro meses para que de inicio formal el proceso de nominación presidencial.

Apenas unos minutos después del inicio del evento, el gobernador de Florida, Ron DeSantis dijo que el presidente Joe Biden estaba “completamente desaparecido del liderazgo. ¿Y saben quién también está desaparecido? Donald Trump está perdido”.

“Debería estar en este escenario esta noche”, dijo el gobernador, quien ha intentando mostrarse como la principal alternativa a Trump a pesar de sus recientes problemas para distanciarse del resto de los aspirantes.

“Les debe una explicación del por qué se añadieron 7.8 billones de dólares a la deuda. Eso abrió la puerta a la inflación que tenemos actualmente”, reclamó DeSantis.

El exgobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, quien ha basado su campaña en las críticas a Trump, dijo que el exmandatario “se oculta detrás de los muros de sus clubes de golf y no se presenta aquí a responder preguntas, como el resto de nosotros que estamos aquí para dar la cara”.

“Donald, sé que estás viendo. No lo puedes evitar”, dijo Christie. “Estás evadiendo estas cosas”, añadió.

Incluso Vivek Ramaswamy, un empresario que ha descrito a Trump como “el mejor presidente del siglo XXI”, marcó distancia la noche de ayer y dijo que él era su sucesor natural.

“Sí, respetaré a Donald Trump y su legado porque es lo correcto”, dijo. “Pero uniremos a este país para llevar al siguiente nivel el proyecto Estados Unidos Primero. Y será otra generación quien lo haga”.

El exvicepresidente Mike Pence se refirió de forma desdeñosa a Trump como “mi excompañero de fórmula”.

Tal como lo hizo en Milwaukee, Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora ante Naciones Unidas, intentó buscar una pelea con Ramaswamy por su uso de TikTok, una plataforma de redes sociales de propiedad china a la que muchos republicanos tachan de posible herramienta de espionaje de Beijing.

“Sinceramente, cada vez que te escucho me siento un poco más tonta por lo que dices”, lanzó Haley.

Ramaswamy intentó mostrar un lado más amable cuando Haley y otros le criticaron. Tras los ataques de Haley sobre su uso de TikTok, respondió que “creo que estaríamos mejor servidos como Partido Republicano si no nos ponemos a lanzar insultos personales”.

Trump, por su parte, viajó a Michigan en un intento de sacar provecho a la huelga del sindicato United Auto Workers (UAW), y de atraer a los obreros sindicalizados en un estado crucial que podría ayudar a decidir la elección general.

Trump se ha mantenido como favorito pese a las cuatro acusaciones penales que incluyen la posibilidad de pasar décadas en prisión.

Trump ofreció un prolongado discurso en Detroit que continuó después del inicio del debate. El público abucheó cuando dijo que “estamos compitiendo con los candidatos al puesto”, y se burló de ellos por no atraer a multitudes tan grandes como él.

Siete aspirantes a la candidatura presidencial republicana se enfrentan esta noche en el segundo debate de la contienda, donde buscar contrarrestar la ventaja que hasta ahora tiene el expresidente Donald Trump.

Trump conoce bien su ventaja que, por segunda ocasión, no se presentará en el encuentro, y en su lugar ofrecerá un mensaje desde Michigan, uno de los estados más afectados por la huelga de los trabajadores automotrices aglutinados en el United Auto Workers (UAW).

Los republicanos se encontrarán en la Biblioteca Presidencial Ronald Reagan en California, en un evento organizado por Fox Business.

Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora en las Naciones Unidas, ha atraído multitudes más grandes y mayor interés desde sus embestidas en el primer debate contra el empresario y político bisoño Vivek Ramaswamy.

Otro que necesita una gran noche es el gobernador de Florida, Ron DeSantis, que ha perdido terreno a pesar de sus intentos de buscar posicionarse como la principal alternativa a Trump.

El exvicepresidente Mike Pence, el senador Tim Scott de Carolina del Sur y Ramaswamy también buscarán tener una noche estelar. Ramaswamy logró atraer los reflectores varias veces en Milwaukee, pero los otros aspirantes sacaron a la luz su falta de experiencia política.

Completan el elenco el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burkum, y el exgobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, que se ha jugado sus aspiraciones en los ataques a Trump.

Sobre la contienda electoral en Estados Unidos, el presidente Andrés Manuel López Obrado (AMLO) denunció esta mañana que existe una “competencia para ver quién dice más barbaridades” y “para culpar a México” entre los aspirantes a la candidatura presidencial republicana.

“Como vienen las elecciones en Estados Unidos, hay como una especie de competencia a ver quién dice más barbaridades, quién es más atrevido para amenazar a México, para culpar a México, con juicios temerarios, esto es lo que está pasando en Estados Unidos”, dijo el mandatario.

AMLO reaccionó a las declaraciones de Vivek Ramaswamy, quien advirtió esta semana en una entrevista con Fox Business que invadiría México, si el Gobierno no acepta la cooperación de Washington para combatir a los cárteles que trafican fentanilo.

“Es como si tuvieses un vecino con un perro que viene a tu patio y sigue mordiendo a tu familia repetidamente. Si siguen haciendo eso, en algún momento puedes tomar una pistola y dispararle a ese perro”, dijo el empresario.

La propuesta de usar tropas estadounidenses para combatir a los cárteles de México también la han hecho otros aspirantes como el gobernador de Florida, Ron DeSantis.

“Hablan sin tener sustento porque piensan que así van a ganar simpatía, se compiten entre ellos para ver quién dice el disparate más extravagante sobre la migración, el fentanilo y sobre México, pero no hay que tomarlos en serio”, comentó López Obrador.

El expresidente Donald Trump no participará en el segundo debate republicano, programado para llevarse a cabo la próxima semana en California, Estados Unidos.

La razón de la ausencia de Trump: dar un discurso ante sindicalistas de Detroit, Míchigan, con lo busca robar una vez más los reflectores al encuentro de los republicanos.

Su visita incluirá un discurso ante aproximadamente 500 sindicalistas, según adelantó The New York Times (NYT).

Recordemos que Trump no asistió al primer debate republicano, celebrado en Milwaukee el mes pasado, y en su lugar ofreció una entrevista en “prime time” al expresentador de Fox News y reconocido periodista ultraderechista, Tucker Carlson.

La no asistencia de Trump al segundo debate se da a conocer durante el cuarto día de huelga de los trabajadores del automóvil en Detroit, representados por United Auto Worker (UAW), contra los principales fabricantes del país, a los que exigen un amento del 40% de sus salarios, mejorar horarios y condiciones laborales.

La noticia de la visita de Trump a Detroit llega en un momento clave para el sector automovilístico en dicha ciudad.

Centrado en una posible revancha con Biden en las presidenciales de 2024, recuperar el estado de Míchigan, que se tiñó de rojo republicano en 2016 y volvió a manos demócratas en 2020, parece fundamental para el eventual regreso de Trump a la Casa Blanca.

El Comité Nacional Republicano aún no ha confirmado qué candidatos se han clasificado para participar. Recordemos que los aspirantes deben alcanzar una intención de voto de al menos un 3% en dos encuestas a nivel nacional o alternativamente un 3% en un sondeo nacional más un 3% en dos encuestas en dos de los estados que primero celebran primarias (Iowa, Nuevo Hampshire, Carolina del Sur y Nevada).

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) criticó este jueves el debate de la semana pasada de los aspirantes del partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos, donde cuestionaron a México e insistieron en usar militares contra los cárteles de nuestro país.

“El otro día estaba yo viendo un debate de los precandidatos y hablaron de fentanilo, de las drogas y México. Aquí vamos a estar pendientes, cada vez que haya un cuestionamiento infundado hacia nuestro país va a haber respuesta porque no somos la piñata de nadie”, declaró el mandatario.

López Obrador se refirió al debate de los republicanos, cuando el gobernador de Florida y segundo en las encuestas, Ron DeSantis, insistió en que en caso de obtener la nominación y llegar a la Casa Blanca, enviaría desde “el primer día” Fuerzas Especiales de Estados Unidos a México para combatir a los cárteles.

AMLO acusó a los políticos estadounidenses de “no atender las causas” del consumo de drogas así como, según él, atender a los jóvenes y evitar la liberalización de sustancias como la marihuana.

“Hay que cambiar las prioridades, hay que cambiar las políticas para atender las causas y no estar con el discurso trillado de siempre, de los narcotraficantes mexicanos y que hay que utilizar el Ejército estadounidense para casi invadir México”, manifestó.

“(Quieren) meterse a buscar a narcotraficantes violando nuestra soberanía, cosa que no vamos a permitir nunca, pero se les hace muy cómodo, pero es muy inmoral, el decir: el problema está en México”, añadió.

Y es que las diferencias entre México y Estados Unidos han crecido en los últimos meses tras la propuesta de los republicanos de designar a los cárteles mexicanos como terroristas y de declarar la guerra contra ellos empleando a las Fuerzas Armadas para ello.

De acuerdo con diversos expertos y analistas, las tensiones entre ambos países subirían y ocuparán los reflectores, ya que el año próximo coincidirán las elecciones presidenciales de México y Estados Unidos, algo que no ocurría desde 2012.

En ese sentido, López Obrador insistió en que denunciará a los políticos que tengan propuestas “antimexicanas” y “antiinmigrantes” para pedir a los latinos que no voten por ellos.

El gobernador de Florida, y aspirante a la candidatura presidencial republicana en 2024, Ron DeSantis, afirmó por primera vez que el expresidente Donald Trump perdió las elecciones de 2020.

El gobernador fue más allá y dijo que Joe Biden “es el presidente”, lo que fue inmediatamente respondido por portavoces de su otrora mentor.

“DeSantis debería dejar de ser el mayor animador de Biden”, subrayó el portavoz de Trump Steve Cheung en reacción a los comentarios que el gobernador hizo en una entrevista con NBC News transmitida el ayer por la noche.

“Por supuesto que perdió”, dijo DeSantis cuando se le preguntó por el supuesto “robo” electoral que Trump dice haber sufrido en las elecciones presidenciales pasadas.

DeSantis, que llegó a la gubernatura de Florida en 2018 de la mano de Trump, y fue reelegido en 2022 por una amplia mayoría, compite ahora con el expresidente por la nominación republicana en 2024, pero está más de 30 puntos por detrás de él en las encuestas.

“El que coloca su mano sobre la Biblia el 20 de enero cada cuatro años es el ganador”, enfatizó DeSantis a NBC News.

El viernes pasado en un mitin en Iowa, DeSantis ya había señalado que está comprobado que la teoría sobre el robo de las elecciones de 2020 no corresponde a la verdad, pero fue en la entrevista con NBC News donde por primera vez dijo claramente que Trump perdió en las urnas.

Las declaraciones del republicano llega luego de que la semana pasada Trump fuera acusado formalmente de varios cargos penales en relación con la toma del Capitolio por una turba de sus seguidores el 6 de enero de 2021 con la intención de impedir que el Congreso certificara la victoria de Biden.

Trump se declaró no culpable como en los otros dos casos penales en los que está imputado, uno de ellos por los documentos clasificados hallados en su casa de Florida tras su salida de la Casa Blanca y otro por presuntas estrategias contables en 2016 para ocultar los pagos a una estrella “porno” con el fin de evitar que hablara de una supuesta relación que habría tenido con ella.

En sus últimos mensajes en Truth, Trump no ha hecho comentarios sobre lo dicho por DeSantis, pero su portavoz Steve Cheung dijo a NBC 6 que el floridano es un “cheerleader”, como se conoce a las animadoras de equipos deportivos, de Biden.

En las últimas horas Trump escribió en Truth del fiscal especial Jack Smith, que está al frente de las investigaciones que han llevado a las imputaciones por el 6 de enero y los documentos clasificados.

El gobernador de Florida y aspirante republicano a la Presidencia, Ron DeSantis, dio a conocer este lunes un extenso plan de política económica, fundamentado en un cambio en la relación comercial con China y la demolición de las regulaciones de la Administración Biden.

En un discurso en la ciudad de Rochester, New Hampshire, DeSantis abordó un programa dividido en diez partes que denominó “Declaración de Independencia Económica”, que apunta a China y busca, además, combatir la promoción del automóvil eléctrico y expandir la economía de la nación mediante la defensa de la clase media.

“El objetivo de nuestra ‘Declaración de Independencia Económica’ es simple. Nosotros, el pueblo estadounidense, ganamos. Ellos (China) pierden”, dijo DeSantis al detallar su plan económico en los almacenes de una compañía de logística de Rochester.

El candidato a las primarias republicanas subrayó que “revitalizar la libertad y las oportunidades económicas requerirá construir una economía en la que las preocupaciones de los ciudadanos promedio se eleven sobre las que se consideran demasiado grandes para fracasar”.

Añadió que Estados Unidos es una nación con una economía, “no al revés”. “Somos ciudadanos de una república, no somos engranajes en un imperio económico global”, aseveró.

El gobernador hizo el anuncio en momentos en que las encuestas le muestran en caída frente al expresidente Donald Trump en la carrera por la nominación republicana de 2024.

Una encuesta de New York Times/Siena College publicada este lunes arrojó que Trump supera a DeSantis por 37 puntos porcentuales entre los posibles votantes republicanos.

La respuesta del Partido Demócrata al plan de DeSantis no se hizo esperar y su Comité Nacional calificó de “desastroso” su agenda en materia económica.

A través de un comunicado los demócratas señalaron que se trata de un intento, por parte de DeSantis, de “darle un giro a la crisis económica que los floridanos están sufriendo bajo su mandato”.

“No es de extrañar que, después de años de llenar los bolsillos de las grandes corporaciones y los ultra ricos mientras los floridanos luchan con los crecientes costos de vivienda, atención médica y seguros de propiedad, DeSantis trate de ocultar su desastroso historial al pueblo estadounidense una vez más”, arremetió el Partido Demócrata.

DeSantis dijo en Rochester que su prioridad será acabar con el control económico de China poniendo fin al estatus comercial preferencial de la nación asiática.

También, de llegar a la Casa Blanca, prohibiría las importaciones de bienes fabricados con propiedad intelectual robada y evitaría que las empresas compartan tecnologías críticas con China.

Entre sus objetivos en materia económica destacan también su intención de lograr un crecimiento económico anual del 3%, mantener los impuestos bajos, eliminar la burocracia e incentivar la inversión.

En el terreno de la educación, DeSantis se mostró contrario a incentivar “títulos inútiles” y responsabilizará a las universidades de los préstamos que acumulen sus estudiantes.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tachó este miércoles de “barbaridad” y “exterminio” los reportes sobre nuevas medidas antinmigrantes de Texas, en Estados Unidos, donde los medios señalan que agentes locales tienen la orden de empujar a los migrantes al río Bravo y no darles agua.

“Lo primero (de empujar a inmigrantes) no lo creo, sería una barbaridad, es extremo, es inhumano, es exterminio, no lo creo. Lo otro sí es posible, de que no se le dé agua a migrantes, y que incluso se les persiga”, expresó el mandatario este miércoles al ser consultado sobre el tema.

Sus declaraciones se producen después de que The Houston Chronicle y CNN reportaron, con base en correos electrónicos obtenidos, que la Policía estatal recibió órdenes de “empujar a los inmigrantes de vuelta al agua para que volvieran a México”, incluyendo bebés lactantes y niños.

Los correos, en los que un policía del Departamento de Seguridad Pública (DPS) describe los actos como “inhumanos”, también exhiben la orden de no dar agua a solicitantes de asilo pese al calor extremo.

López Obrador se mostró incrédulo ante los reportes de empujar a los indocumentados, pero recordó que en Texas “se llegó en un tiempo a cazar a migrantes”.

“Tremendo, porque fomentaron ese odio al migrante, que es lo que siguen haciendo”, manifestó.

El presidente reiteró sus críticas a los cercos de alambres con navajas y a la barrera de boyas en el río Bravo que ha colocado el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, en la zona fronteriza de Eagle Pass.

“No deja de ser propaganda, publicidad, porque es una franja muy pequeña, es para tomarse la foto y para sacar votos, o pretender sacar votos, porque también yo creo ya no les funciona eso, la gente de Texas no ve bien eso, puede ser que antes pensaban de otra manera, pero todo cambia”, añadió.

López Obrador ha confrontado en los últimos meses a los republicanos, como Abbott y el gobernador de Florida y aspirante presidencial, Ron DeSantis, por sus medidas antinmigrantes.

En cambio, reveló que se reunió de forma reciente con la nueva gobernadora de Arizona, la demócrata Katie Hobbs, a quien tildó como una “muy buena persona”, durante una visita que realizó a Sonora.

En ese sentido, adelantó que no aceptaría reunirse con el gobernador de Texas, pese a que recibiera la invitación.

“Y si a mí me invita, lo digo de manera respetuosa, a tener una reunión con él o a encontrarme con el gobernador de Texas, lo que diga mi dedito (no)”, sostuvo.

Y es que los republicanos han reforzado sus políticas antinmigrantes tras la expiración en mayo pasado del Título 42, una medida del expresidente Donald Trump que permitía la deportación inmediata de personas con el argumento de la pandemia.

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este martes haber recibido una carta de la fiscalía que sugiere que es probable que se le acuse penalmente por los disturbios durante el ataque al Capitolio.

“El trastornado Jack Smith, fiscal del Departamento de Justicia de (el presidente estadounidense) Joe Biden, envió una carta (…) que afirma que soy un OBJETIVO de la investigación del Gran Jurado sobre el 6 de enero”, dijo Trump en su plataforma Truth Social.

Recordemos que el 6 de enero de 2021, cientos de simpatizantes de Trump sembraron el caos y atacaron el Capitolio en Washington, para intentar impedir que se certificara la victoria electoral del demócrata Joe Biden.

El expresidente, favorito entre los republicanos para la nominación del candidato del partido de cara a las presidenciales de 2024, dijo que le dieron “un plazo muy corto de cuatro días” para presentarse ante un gran jurado, “lo que casi siempre significa un Arresto y Acusación”.

“Esta cacería de brujas tiene que ver con la interferencia electoral y un completo y total uso de la aplicación de la ley como arma política”, dijo el republicano, de 77 años.

En su publicación de Truth Social, Trump argumentó que tiene “derecho a protestar” por unas elecciones que está “plenamente convencido de que han sido amañadas y robadas” y se considera en el punto de mira debido a los próximos comicios.

El Departamento de Justicia ha “emitido efectivamente una tercera acusación y arresto del OPONENTE POLTICO NÚMERO UNO de Joe Biden que domina ampliamente en la carrera por la Presidencia”, sostiene Trump. “Nada semejante ha ocurrido antes en nuestro País”, añadió.

Una comisión parlamentaria, disuelta a principios de año por la nueva mayoría republicana en la Cámara baja, investigó si Trump desempeñó un papel en los actos violentos de ese día.

El panel, integrado sobre todo por demócratas, afirmó que el expresidente había incitado a sus partidarios antes del ataque y “falló en su deber de comandante en jefe” durante los actos violentos.

En su informe final hecho público en diciembre de 2022, la comisión concluyó que Donald Trump no debería volver a ocupar un cargo público tras incitar a sus partidarios a la insurrección. También recomendaron que la justicia federal iniciara procedimientos penales contra él, en particular por incitación a la insurrección.

Trump ya ha sido imputado en una investigación federal sobre documentos confidenciales, también dirigida por Jack Smith. Se le acusa de negarse a devolver documentos que supuestamente conservó cuando se fue de la Casa Blanca.

El equipo de reelección para 2024 del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo este viernes que tanto él como su Partido Demócrata recaudaron 72 millones de dólares durante el primer trimestre desde el lanzamiento de la campaña, lo que refuerza sus esfuerzos por lograr un segundo mandato.

Biden, que lanzó su campaña el 25 de abril, disponía de 77 millones de dólares en efectivo a finales de junio entre varias entidades de recaudación de fondos afiliadas y el Partido Demócrata.

Estos fondos le permiten lanzar anuncios en los estados indecisos políticamente competitivos y empezar a formar un equipo antes de la que podría ser la contienda más cara de la historia, de 1,000 millones de dólares.

El candidato favorito de los republicanos, el expresidente Donald Trump, recaudó más de 35 millones de dólares entre abril y junio, según un funcionario de la campaña. Otro aspirante republicano, el gobernador de Florida Ron DeSantis, recaudó 20 millones en el mismo periodo, según su equipo.

Biden tiene además una ventaja clave ante sus posibles oponentes republicanos: el respaldo y la capacidad de recaudación de fondos de su partido.

No se espera que enfrente un serio desafío por la nominación, ya que sus aliados dirigen las operaciones del Comité Nacional Demócrata. Los republicanos, por su parte, están gastando parte de sus fondos en luchar entre ellos.

Las cifras de recaudación de fondos del mandatario, vigiladas muy de cerca, se consideran una prueba del entusiasmo tanto entre las bases como entre los donantes ricos por Biden, de 80 años, que luchó contra las dudas sobre su edad al decidir volver a presentarse en 2024.

Sus cifras se comparan con los 105 millones de dólares recaudados por el entonces presidente Trump y el Comité Nacional Republicano en el segundo trimestre de 2019, así como los 86 millones del presidente Barack Obama y el CND en 2011.

Aunque Trump lanzó su campaña en junio de ese año, ya había comenzado a recaudar dinero, mientras que Obama lanzó su campaña el 4 de abril. Eso significaba que Obama tenía más tiempo que Biden para recaudar dinero para el trimestre, aunque había límites más bajos en lo que los donantes estaban autorizados a contribuir bajo la ley en ese momento.

Una encuesta publicada este lunes por la Florida Atlantic University (FAU) indica que los republicanos del estado tienen un compromiso mucho más fuerte con el expresidente Donald Trump que con el gobernador de la entidad, Ron DeSantis.

El expresidente, nacido en Nueva York y que tiene su domicilio en Palm Beach, Florida, cuenta con el apoyo del 50% de los republicanos del estado, frente a un 30% de apoyo que tiene DeSantis, según los resultados del sondeo realizado por la canadiense Mainstreet Research para FAU.

Trump, que apoyó a DeSantis cuando se presentó como candidato a gobernador en 2018 y ganó el puesto, es el favorito a ganar la nominación republicana para las presidenciales de 2024, seguido de lejos por su antiguo discípulo.

“A Trump le va especialmente bien con los votantes blancos de la clase trabajadora, quienes han formado constantemente una base firme para el expresidente”, dijo Kevin Wagner, profesor de ciencias políticas en la Florida Atlantic University.

La encuesta revela además que 1 de cada 5 republicanos percibe que apoyar a un candidato que no sea Trump en las primarias es ser desleal.

Sin embargo, también indica una tendencia prometedora para DeSantis, pues la diferencia entre él y Trump en Florida se ha reducido en un 7% en comparación con los resultados de la encuesta de abril y eso indica que la pugna podría estrecharse a medida que se acercan las elecciones.

La encuesta muestra que DeSantis derrotaría a Biden por un 13% (49% frente a 36%) entre los floridanos, que es mayor que la ventaja del 10% que Trump tiene sobre el presidente.

La encuesta también encontró que el 54% de los floridanos aprueban “firmemente” o “algo” el trabajo que DeSantis está haciendo como gobernador.

Sobre los otros contendientes en las primarias republicanas, la encuesta indica que el interés por ellos es limitado.

El exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie y el exvicepresidente Mike Pence obtienen cada uno solo el 2% del apoyo. Les va un poco mejor a los candidatos minoritarios Tim Scott y Vivek Ramaswamy, con un 2.5% y 3.6% respectivamente.

La encuesta muestra que los electores afroamericanos e hispanos tienen un interés mayor que el de los otros grupos en los candidatos republicanos minoritarios.

El exvicepresidente de Estados Unidos Mike Pence realizó este jueves una visita sorpresa a Kiev y se reunió con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.

Pence se convierte así en el primero de los aspirantes del Partido Republicano a la Presidencia de Estados Unidos en hacer una visita al país desde la invasión rusa.

Pence explicó a la cadena NBC, el primer medio de comunicación que informó de su visita, que viajaba como un “ciudadano privado” que quiere conocer de primera mano el “heroísmo” del ejército y del pueblo ucranianos.

El exvicepresidente subrayó su “determinación” por garantizar el apoyo estadounidense a los “amigos y aliados” de Ucrania.

Pence quiso mostrar con este viaje su posición respecto al conflicto ucraniano, como defensor del papel de liderazgo estadounidense en el apoyo a Kiev en su lucha contra la Rusia de Vladímir Putin, a pesar de que a las bases de su partido este apoyo no les parece un asunto importante.

La NBC recordó que, en una de sus últimas encuestas, más de la mitad de los votantes republicanos veían poco probable votar a un candidato que quiera seguir apoyando a Ucrania y enviando armas y ayuda económica al país, frente a un 28% que sí estaría dispuesto.