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El Papa Francisco tiene una infección respiratoria y necesitará pasar “unos días” en el hospital para recibir tratamiento, informó este miércoles el Vaticano.

A través de un comunicado, la Santa Sede indicó que el pontífice de 86 años se había quejado de dificultades para respirar en los últimos días, y agregó que las pruebas mostraron que no tenía COVID-19.

La declaración se produjo horas después de que el pontífice fuera llevado inesperadamente al hospital para hacerse pruebas, que el Vaticano dijo inicialmente que respondía a un chequeo programado.

Sin embargo, los medios italianos cuestionaron dicha versión y reportaron que una entrevista con el Papa programada para este miércoles por la tarde había sido cancelada en el último momento.

Más temprano, el Papa Francisco asistió a su audiencia general semanal en el Vaticano y parecía gozar de buena salud.

Recordemos que el Papa sufre de diverticulitis, una condición que puede infectar o inflamar el colon, y fue operado en el hospital Gemelli en 2021 para extirpar parte de ese órgano.

El pontífice dijo en enero que la condición había regresado y que le estaba haciendo engordar, pero que no estaba demasiado preocupado. No dio mayores detalles.

También tiene un problema en la rodilla y alterna entre usar un bastón y una silla de ruedas en sus apariciones públicas.

En julio pasado, de regreso de un viaje a Canadá, Francisco reconoció que su avanzada edad y su dificultad para caminar podrían haber dado paso a una nueva fase más lenta de su papado. Pero desde entonces, ha visitado Kazajistán y Baréin y el mes pasado realizó un agotador viaje a la República Democrática del Congo y Sudán del Sur.

También ha declarado este año que no tiene planes de renunciar a corto plazo y que, si lo hiciera, sería por motivos de salud graves, como una incapacidad severa.

Con el propósito de contribuir al proceso de adaptación que vive el ahuehuete plantado en la Glorieta de Paseo de la Reforma, luego de que en las últimas semanas se ha venido secado, la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México informó que se aplicó un tratamiento para fortalecer las raíces del árbol y promover su crecimiento. Tras realizar una apertura en la tierra, a un lado del cepellón del árbol, se corroboró que las raíces del ahuehuete de 20 años de edad responden de manera correcta, ya que se detectó la formación de pelos absorbentes, cuya función es adquirir nutrientes y agua para trasladarlos a la parte aérea del árbol y permitir la formación de un nuevo follaje. Las autoridades indicaron que al ahuehuete donado por los Viveros Regionales y el Vivero Los Encinos se le aplicó un tratamiento a base de polvo humectable (endomicorrizas) preparado con agua que, al entrar en contacto con las células de la raíz, promoverá más rápido su crecimiento y vigorización.

Además, se prevé una segunda aplicación de endomicorrizas en aproximadamente 20 días. La autoridad reconoció que el proceso de adaptación del ahuehuete de 12 metros de altura se ha retrasado por diversos factores, como el ocurrido el pasado 7 de junio, cuando un automovilista se subió a la glorieta y se impactó con uno de los tensores colocados para mantenerlo hasta su pleno enraizamiento, lo que hizo que el ahuehuete se moviera en el impacto.

Otro factor es el cambio de clima ya que las temperaturas en la Ciudad de México son distintas a las de Nuevo León, donde vivió 20 años, lo que el árbol podría interpretar como otoño o invierno. Sin embargo, defendió que los crecimientos nuevos de raíz y los cambios de coloración de las hojas a tonos verdes reflejan que el ahuehuete está vivo. Su periodo de adaptación continúa y se espera que en los próximos días broten nuevas hojas en las ramas.Cabe recordar que previo a la plantación, el suelo de la glorieta fue sustituido y recibió tratamiento preventivo con la aplicación de biológicos para garantizar el buen desarrollo del ahuehuete, así como enraizador en el cepellón del árbol para estimular el crecimiento de nuevas raíces.

La empresa farmacéutica estadounidense Merck&Co (MSD), anunció este viernes que su tratamiento oral contra la COVID-19 ha reducido en alrededor del 50% el riesgo de hospitalización o muerte en pacientes con esta enfermedad, según los resultados de un estudio clínico.

MSD y Ridgeback Biotherapeutics, que desarrollaron el medicamento, solicitarán una autorización para uso en emergencia a las autoridades sanitarias de Estados Unidos y pedirán permisos de comercialización en otras agencias regulatorias en el mundo.

En su anuncio, la farmacéutica indicó que el análisis muestra que el uso del compuesto Molnupiravir mostró que el 7.3% de los pacientes que recibieron el medicamento fue hospitalizado dentro de los 29 días siguientes.

Dentro de los 29 días de la prueba, el 14.1% de los pacientes que recibieron un placebo, fueron hospitalizados o murieron.

No hubo muertes entre los pacientes que recibieron Molnupiravir, en tanto que murieron ocho pacientes del grupo que recibió un placebo.

“Si se autoriza el uso, Molnupiravir podría ser el primer medicamento antiviral de uso oral para la COVID-19”, añadió la firma. Recordemos que el Molnupiravir se administra por vía oral y funciona inhibiendo que el coronavirus se replique dentro del cuerpo.

“Se necesitan de urgencia más herramientas y tratamientos para combatir la pandemia de la COVID-19, que se ha convertido en la causa principal de muertes y continúa afectando profundamente a pacientes, familias y sociedades”, indicó en un comunicado Robert Davis, presidente de MSD.

Los 775 participantes en la prueba tenían COVID-19 sintomática y confirmada en el laboratorio, y se les asignó al azar la administración de Molnupiravir o del placebo dentro de los cinco días desde que aparecieron los síntomas.

El informe señaló, además, que todos los participantes no habían recibido vacunas contra el COVID-19 y tenían al menos una condición subyacente que les ponía en riesgo mayor de desarrollar un caso más grave de la enfermedad.

Todavía faltan casi 17,000 millones de dólares para financiar la lucha contra la pandemia, no solo con vacunas sino también con equipos de protección, pruebas y tratamientos, subrayó este martes la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los donantes prometieron aportar 17,700 millones de dólares al dispositivo mundial Acelerador ACT, encargado de facilitar el acceso a las herramientas de lucha contra el covid-19 en países desfavorecidos, para 2020-2021. Sin embargo, todavía faltan 16,800 millones, algo más de 8,000 millones de forma urgente.

“Los países que están abriendo sus empresas son los que han controlado ampliamente el abastecimiento de material de emergencia, como los equipos de protección personal, los test, el oxígeno y, especialmente, las vacunas”, recalcó este martes el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

“Durante este tiempo, los países que no tienen acceso suficiente a esos productos tienen que enfrentar oleadas de hospitalizaciones y muertos. Algo que todavía se ha agravado más por las variantes del virus”, añadió.

Una de las secciones de ACT-A es el sistema Covax, puesto en marcha para intentar garantizar un acceso equitativo a las vacunas anticovid.

En otros temas, la OMS recomendó el tratamiento con antagonistas de interleucina-6 para la atención de casos graves o críticos de COVID-19, tras publicarse resultados positivos de ensayos con 11,000 pacientes.

Hasta ahora, la OMS sólo recomendaba un tratamiento para pacientes graves con dexametasona, un corticoesteroide, pero la publicación de los ensayos en Journal of the American Medical Association ha animado a la OMS a incluir esta nueva herramienta contra el coronavirus.

Los tests evidencian que el tratamiento con interleucina-6, una glucoproteína segregada por determinadas células, reduce el riesgo de muerte en torno a un 4% (un 17 % en pacientes con ventilación). Además, en pacientes que todavía no necesitan ventilación, reduce el riesgo de utilizarla un 21%, en comparación con el uso de corticoesteoides habitual.

“Los ensayos clínicos para analizar la eficacia de los anticuerpos monoclonales que bloquean la interleucina-6 en pacientes hospitalizados con COVID-19 solo han reportado beneficios, ningún efecto y daño”, aseguró el profesor de estadística médica y epidemiología de la Universidad de Bristol, Jonathan Sterne.

La OMS coordinó este estudio de 27 ensayos aleatorios con casi 11.000 pacientes en 28 países alrededor del mundo junto con el King´s College de Londres, la Universidad de Bristol, la University College de Londres y la fundación NHS de Guy y St Thomas.

Los reguladores de Estados Unidos aprobaron este lunes el fármaco Aducanumab de Biogen Inc. como el primer tratamiento para atacar una causa probable del Alzheimer, a pesar de la controversia sobre si la evidencia clínica prueba o no que el medicamento funciona.

Aducanumab tiene como objetivo eliminar los depósitos pegajosos de una proteína llamada beta amiloide del cerebro de los pacientes en las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer para evitar sus estragos, que incluyen la pérdida de memoria y la incapacidad de cuidarse a sí mismo.

“Esta es una buena noticia para los pacientes con la enfermedad de Alzheimer. Nunca hemos tenido aprobada una terapia modificadora de la enfermedad”, dijo Ronald Petersen, experto en enfermedad de Alzheimer de la Clínica Mayo en Estados Unidos. Sin embargo, advirtió: “esto no es una cura. Se espera que esto ralentice la progresión de la enfermedad”.

Recordemos que el Alzheimer es la sexta causa principal de muerte en Estados Unidos, y aunque el precio del tratamiento aún no está disponible, según analistas oscilará entre los 30,000 y 50,000 dólares al año.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) dijo en su sitio web que los ensayos clínicos para el tratamiento, que se venderá bajo la marca Aduhelm, mostraron una reducción en las placas que se espera que conduzca a un deterioro más lento en los pacientes.

“Aunque los datos de Aduhelm son complicados con respecto a sus beneficios clínicos, la FDA ha determinado que existe evidencia sustancial de que reduce las placas de beta amiloide en el cerebro y que la reducción de estas placas probablemente anticipa importantes beneficios para los pacientes”, dijo la agencia en un comunicado.

El fármaco de Biogen había sido aclamado por defensores de pacientes y algunos neurólogos ansiosos por tener una opción eficaz para las personas con la enfermedad letal. Otros médicos dijeron que los resultados de los ensayos clínicos son inconsistentes y que se necesitaban más pruebas.

El doctor Caleb Alexander, quien fue asesor de la FDA y recomendó no aprobar el medicamento, se expresó “sorprendido y decepcionado” por la decisión. “La FDA tiene el respeto que tiene porque sus estándares de aprobación se basan en evidencias firmes. En este caso, en mi opinión, aprobaron un producto sin razón suficiente”, afirmó Alexander, investigador de la Universidad Johns Hopkins.

Cumpliendo las condiciones de la llamada aprobación acelerada, la FDA le está exigiendo a la empresa realizar un estudio de seguimiento para confirmar las ventajas del medicamento. Si el nuevo estudio no ratifica su eficacia, la FDA podría retirarla del mercado, aunque ello rara vez ocurre.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó este viernes que el mundo está ahora en un punto crítico de la pandemia de coronavirus y algunos países se encuentran en un momento peligroso en la que pueden sufrir el colapso o presiones importantes de sus sistemas de atención médica.

“Estamos en una fase crítica de la pandemia del COVID-19, especialmente en el Hemisferio Norte”, dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus en una rueda de prensa.

El experto advirtió que los próximos meses serán muy difíciles y afirmó que algunos países están en una “ruta peligrosa”.

Al respecto, exhortó a los líderes a tomar acciones inmediatas, con el fin de evitar muertes innecesarias, y para impedir que los servicios de salud colapsen, y que las escuelas deban cerrarse de nuevo en donde ya han reabierto. Como dije en febrero y les repito ahora: esto no es un ensayo”, añadió.

Tedros dijo que demasiados países están viendo un aumento exponencial de las infecciones “y eso ahora está llevando a que los hospitales y las unidades de cuidados intensivos estén funcionando cerca o por encima de su capacidad, y todavía estamos en octubre”.

Agregó que los países debían tomar medidas para limitar la propagación rápida del virus. Señaló la mejora de las pruebas, el seguimiento de los contactos de las personas infectadas y el aislamiento de las personas en riesgo de propagar el virus permitiría a los países evitar confinamientos obligatorios.

La OMS también dijo este viernes que está preparando pautas para el uso del medicamento Remdesivir para tratar COVID-19, mismas que deberían poder difundirlas dentro de tres a cuatro semanas.

Y es que ayer, el gobierno de Estados Unidos dio la aprobación total para el uso de Remdesivir en casos de infecciones, el primer tratamiento que recibe el respaldo del regulador en dicho país.

Sin embargo, un gran estudio de la OMS realizado a principios de este año en pacientes hospitalizados con COVID-19 encontró que el medicamento probablemente no tuvo efecto en su tasa de supervivencia.

“Anticipamos que las pautas estarán disponibles dentro de tres a cuatro semanas”, enfatizó Janet Díaz, la principal funcionaria de la OMS para las respuestas de atención clínica.

Un panel de la OMS se reunirá la próxima semana para analizar todas las pruebas sobre la eficacia del fármaco, elaborado por Gilead Sciences, agregó.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos aprobó esta tarde el primer fármaco para tratar el COVID-19.

El Remdesivir es un antiviral que se administra por vía intravenosa a los pacientes graves a causa del virus, y que necesitan ser hospitalizados.

El medicamento, que Gilead Sciences Inc., con sede en California, llama Veklury, redujo el tiempo de recuperación de 15 a 10 días en promedio en un estudio a gran escala dirigido por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.

Había sido autorizado para su uso en casos de emergencia desde principios de año, y ahora se ha convertido en el primer fármaco en ganar la aprobación completa en Estados Unidos para el tratamiento de COVID-19.

Gilead afirma que que Veklury está aprobado para personas de al menos 12 años de edad y que pesen al menos 40 kilogramos que necesiten ser hospitalizados por su infección de coronavirus.

El fármaco funciona inhibiendo una sustancia que el virus usa para hacer copias de sí mismo.

Otros tratamientos han recibido autorizaciones de utilización de urgencia, que son temporales y otorgadas en base a datos menos completos que una autorización plena, y pueden ser revocadas al final del estado de urgencia sanitario.

Europa y otros países también autorizaron el Remdesivir de forma temporal meses atrás.

El presidente Donald Trump, que enfermó de COVID-19 a comienzos de octubre, recibió este tratamiento durante cinco días, además de que le fueron suministrados otros medicamentos.

No es la primera vez en la historia que la pandemia infecta al presidente de Estados Unidos. Así como ahora Trump tiene COVID19, en 1919 el entonces presidente Woodrow Wilson enfermó de la Gripe Española. Las consecuencias políticas de su enfermedad llevaron a la elección de Adolf Hitler en Alemania y posteriormente a la Segunda Guerra Mundial.

El relato de la enfermedad de Wilson lo tiene John M. Barry en su libro La Gran Influenza. El presidente que constantemente buscó minimizar la enfermedad para no desanimar a los jóvenes a enlistarse para la Gran Guerra contrajo la enfermedad en abril del 2019, en medio de las tensas negociaciones en el Palacio de Versalles, en Francia. En ellas participaban el Primer Ministro francés, Georges Clemenceau; el inglés, Lloyd George y en menor medida el italiano, Vittorio Orlando como las grandes figuras: los Grandes Cuatro de Versalles.

Wilson llegó a Francia como el más popular entre los Jefes de Estado. Chocó durante meses con “El Tigre” Clemenceau, quien quería imponer medidas económicas y políticas severas a los alemanes, a diferencia de Wilson, que buscaba una salida más digna y diplomática con los perdedores. Sin embargo, después de contraer la influenza, Wilson regresó a la mesa de negociación diferente. De hecho, en un primer momento la mesa de negociación regresó a Wilson con Clemenceau y Lloyd George sentados a un lado de la cama del presidente estadounidense.

La descripción de Barry es de Wilson como un hombre que no estaba coherente. Entre otras extrañezas, comenzó a decir que había espías franceses en su residencia y de pronto abandonó todos los principios por los que había luchado desde el arranque de las negociaciones. Accedió a todo lo que Clemenceau había puesto sobre la mesa, principalmente, que Alemania aceptara la responsabilidad y pagara todos los costos de la guerra; el prohibir tropas alemanas en la zona al este del Rin y regresar Alsacia y Lorena a Francia.

Existen varias biografías de Wilson que mencionan esta enfermedad y que relacionan su claudicación ante Clemenceau con el consiguiente deterioro económico alemán que condujo al auge del nacionalismo y caos político que llevaron eventualmente a Hitler al poder. El resto de la historia ya lo sabemos.

Hoy, el presidente de Estados Unidos vuelve a estar enfermo. No creo en las versiones de que es un invento de Trump como estrategia electoral. Lo que más ha querido Trump es hablar de cualquier otro tema salvo el COVID. Y, desde que anunció que había salido positivo al COVID19, ese precisamente ha sido el tema que ha dominado la agenda política a cuatro semanas de las elecciones y cuando ya han acudido a votar más de cuatro millones de estadounidenses.

Lo que sí se tiene es a un Trump que ha sido tratado con medicamentos experimentales, reservados para los pacientes más graves, cuyos efectos secundarios están todavía por verse. En el caso del esteroide dexametasona, el Washington Post reporta que sólo lo han administrado a 10 pacientes que tuvieron acceso a éste gracias a un proceso conocido como “uso compasivo” reservado para quienes tienen un caso severo de COVID. Entre esos 10 pacientes, aparece ahora Trump, a pesar de que los doctores del presidente han dicho que su estado no ha sido tan grave.

El Director del departamento de medicina de la Universidad de California en San Francisco, Robert Wachter, comentó al diario que estaba asombrado de que hubiesen dado de alta al presidente tan solo 3 días después de que se le administró este esteroide.

Trump tiene todos los incentivos políticos alineados para minimizar su enfermedad y presionar a su equipo médico para que hagan lo mismo. Las consecuencias políticas de estas acciones no necesariamente son inmediatas pero sin duda estarán por verse.

Columna completa en El Universal

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, será trasladado a un hospital militar para recibir tratamiento después de ser diagnosticado con COVID-19, dijo este viernes un funcionario de La Casa Blanca.

Trump, de 74 años, será trasladado a una suite especial en el centro médico militar Walter Reed en Bethesda, Maryland, como medida de precaución durante los próximos días.

Los médicos pidieron la medida para que Trump pudiera recibir atención inmediata si fuera necesario, aseguró.

La noticia se produjo después de que el médico de La Casa Blanca, Sean P. Conley, informara que Trump “sigue fatigado pero de buen humor”.

El presidente recibió este viernes una dosis de ocho gramos del cóctel experimental de anticuerpos de la farmacéutica Regeneron y completó el tratamiento “sin incidentes” horas después de haber dado positivo por COVID-19, informó Conley.

“Esta tarde, el presidente sigue fatigado pero con buen estado de ánimo”, añadió Conley en un comunicado. Añadió que además del cóctel de anticuerpos policlonales de Regeneron, se le suministró zinc, vitamina D, famotidina, melatonina y aspirina.

El diagnóstico de COVID-19 del presidente Donald Trump, y la primera dama, Melania Trump, ha provocado que decenas de personas que habían estado en contacto con el mandatario se hicieran pruebas para detectar el coronavirus, y al menos tres de ellos han dado positivo hasta ahora.

Estas son las figuras del gabinete de Trump, el Congreso y La Casa Blanca que han recibido hasta ahora resultados de sus pruebas, luego de confirmarse el caso del mandatario y su esposa.

LOS POSITIVOS

Hope Hicks: La asesora del mandatario, de 31 años, dio positivo este jueves, después de haber participado en dos viajes esta semana con Trump y de haber volado con él en el helicóptero Marine One.

Ronna McDaniel: La presidenta del Comité Nacional Republicano (RNC) fue la primera en dar positivo, este miércoles. McDaniel se sometió a la prueba tras enterarse de que un familiar se había contagiado, algo que supo después de coincidir con Trump el pasado viernes 25, en un acto de recaudación de fondos.

Mike Lee: El senador republicano dio positivo este jueves por COVID-19. El sábado, Lee asistió a un acto en la Casa Blanca en el que Trump anunció la nominación de la jueza Amy Coney Barrett para el Tribunal Supremo.

John Jenkins: presidente de la Universidad de Notre Dame; fue otro asistente al evento del anuncio de nominación de Coney Barrett.

Un funcionario que trabaja en la oficina de prensa de La Casa Blanca y tres periodistas que cubren a Trump también han dado positivo, según informes de prensa, aunque no han sido identificados.

LOS NEGATIVOS:

Mike Pence: El vicepresidente y su esposa, Karen, dieron negativo este viernes. Pence tomó el relevo a Trump en una llamada que tenía prevista y planea mantener su agenda intacta, con mítines incluidos, porque según su médico, no ha estado en contacto cercano recientemente con ninguno de los contagiados.

Amy Coney Barrett: La jueza a la que Trump nominó para la Suprema Corte dio negativo este viernes. La magistrada tuvo COVID-19 a finales de este verano pero se ha recuperado, según varios medios.

Barron Trump: El hijo de 14 años de Trump y Melania, que vive con ellos en La Casa Blanca, dio negativo este viernes, y la familia está tomando “precauciones para asegurar que se mantiene seguro y sano”, según la portavoz de la primera dama, Stephanie Grisham.

Ivanka Trump y Jared Kushner: La hija mayor de Trump y su esposo, ambos asesores del presidente que pasan mucho tiempo con él, superaron la prueba este viernes, aseguró La Casa Blanca.

Mike Pompeo: El secretario de Estado dijo a la prensa que viajaba con él a Croacia que este viernes dio negativo en un test y que no había estado con Trump desde el 15 de septiembre.

William Barr: El fiscal general de Estados Unidos estuvo con Trump el sábado, pero este viernes confirmó con una prueba que no tiene COVID-19.

Mark Milley: el jefe del Estado Mayor Conjunto de EUA vio a Trump el domingo, pero este viernes dio negativo a su prueba.

Steven Mnuchin, Alex Azar, Elaine Chao, Wilbur Ross, Ben Carson y Betsy DeVos: Los secretarios del Tesoro, Salud, Transporte, Comercio, Vivienda y Educación, respectivamente, dieron negativo este viernes, según sus oficinas.

Mark Meadows y Larry Kudlow: El jefe de gabinete de la Casa Blanca y su principal asesor económico comparecieron ante la prensa sin mascarilla y aseguraron que habían dado negativo.

Rudy Giuliani y Dan Scavino: El abogado personal de Trump y su director de comunicación en redes sociales, respectivamente, se sumaron a la lista de negativos.

NEGATIVOS DEMÓCRATAS

Joe Biden: El candidato presidencial demócrata y su esposa, Jill, también recibieron un resultado negativo en su prueba de este viernes. Biden coincidió con Trump en el debate del martes en Cleveland, pero ambos se mantuvieron a distancia.

Kamala Harris: La candidata demócrata a la Vicepresidencia anunció que tanto ella como su esposo, Doug Emhoff, dieron negativo este viernes.

Nancy Pelosi: La presidenta de la Cámara de Representantes dio negativo en un test al que se sometió este viernes, según su portavoz. La congresista demócrata se había reunido recientemente con el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.

SIN RESULTADO O NO SOEMTIDOS A PRUEBA

Mark Esper: El secretario de Defensa se reunió con Trump el domingo y tenía previsto someterse este viernes a una prueba, según su oficina, que no informó del resultado pero dijo que el lunes pasado dio negativo en otro.

Chad Wolf: La oficina del secretario interino de Seguridad Nacional dijo únicamente que ese funcionario ha “dado negativo tres veces en los últimos siete días”, pero no aclaró si se sometió a un test tras conocerse el diagnóstico de Trump.

Gina Haspel: La CIA no quiso aclarar si su directora se sometió a una prueba. Lo mismo ocurrió con la oficina del director de Inteligencia Nacional, John Ratcliffe.

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien no ha cambiado de posición ante la gravedad del coronavirus pese a que contrajo la enfermedad, afirmó este jueves que él mismo es la “prueba viva” de la eficacia de la hidroxicloroquina contra la Covid-19.

“Sabemos que más de 100,000 personas murieron en Brasil y que, si hubieran sido tratadas al comienzo con ese medicamento, muchas de esas muertes podrían haber sido evitadas”, declaró el mandatario en un acto público celebrado en Belén, capital del estado de Pará.

Bolsonaro, uno de los mandatarios más escepticos en el mundo en relación a la pandemia, contrajo coronavirus el mes pasado y ha afirmado que se recuperó gracias a la hidroxicloroquina , un antipalúdico usado para tratar la malaria pero cuya eficacia contra el Covid-19 es puesta en duda por la mayor parte de la comunidad científica internacional.

También han contraído el patógeno y ya se han recuperado nueve de los ministros del Gobierno y la propia esposa de Bolsonaro, Michelle de Paula Firmo, quien permanece en confinamiento, y este miércoles supo de la muerte de su abuela materna, de 81 años y víctima de coronavirus.

“Aquellos que critican la hidroxicloroquina no presentan alternativas”, dijo Bolsonaro, cuyo país es, en términos absolutos, el segundo más afectado por la pandemia en el mundo, con más de 104,000 fallecidos y cerca de 3.2 millones de casos.

En el mismo acto, anunció que el Gobierno federal enviará a las autoridades del estado de Pará 400,000 comprimidos de hidroxicloroquina, pues aún “sin comprobación científica, hay muchos médicos que lo recomiendan”.

La biofarmacéutica Gilead Sciences dio a conocer este viernes que el Remdesivir, su tratamiento para el coronavirus, reduce hasta en un 62% el riesgo de los pacientes críticos de morir por la enfermedad y aseveró que el medicamento está asociado con una significativa “recuperación clínica mejorada”.

Los resultados fueron presentados en la Conferencia Virtual de la COVID-19, que a su vez se enmarca en la 23ª Conferencia Internacional del Sida.

“Estamos trabajando para ampliar nuestra comprensión de la utilidad total de Remdesivir. Para abordar la urgencia de la pandemia, estamos compartiendo datos con la comunidad investigadora lo más rápido posible con el objetivo de proporcionar actualizaciones transparentes y oportunas sobre nuevos desarrollos con Remdesivir “, dijo la directora médica de Gilead, Merdad Parsey.

Agregó que los datos del estudio arrojan datos adicionales sobre el uso de Remdesivir en poblaciones específicas de pacientes, incluidos aquellos que pueden ser susceptibles a tasas más altas de infección por COVID-19, así como otros que son particularmente vulnerables, como niños o mujeres embarazadas y posparto.

El estudio tomó los datos de 312 pacientes de la fase 3 del estudio y los comparó con 818 pacientes con características similares respecto a la gravedad de la enfermedad que recibieron una atención estándar durante el mismo período de tiempo.

Los resultados muestran que el 7.6% de los pacientes tratados con Remdesivir murieron en comparación con el 12.5% de los pacientes que recibieron los cuidados habituales en este tipo de pacientes.

Además, el 74.4% de los pacientes que recibieron tratamiento con el fármaco de Gilead se recuperaron el día 14, en comparación con el 59% de los pacientes que recibieron atención estándar solo.

Asimismo, Gilead Sciences destacó que aún están pendientes de publicación los resultados de una expansión del estudio puesta en marcha 5,600 pacientes adicionales que incluyen a pacientes con ventilación mecánica.

A finales de abril, el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) de Estados Unidos dio a conocer los resultados preliminares de su propio estudio con Remdesivir que mostró que los pacientes que tomaron este fármaco generalmente se recuperaron después de 11 días, cuatro días más rápido que aquellos que no tomaron el medicamento, si bien el estudio no encontró ninguna reducción estadísticamente significativa en el riesgo de muerte.

Los hallazgos del NIAID llevaron a la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) a emitir una autorización de uso de
emergencia para remdesivir que permitió a los médicos usar el medicamento en pacientes hospitalizados con el virus.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, de 65 años y uno de los más escépticos mandatarios del mundo sobre la gravedad del pandemia, informó este martes que dio positivo a Covid-19.

Indicó que al igual que el presidente Donald Trump, comenzó a ser tratado con hidroxicloroquina y acitromicina, fármacos que la propia Organización Mundial de la Salud, ha rechazado como tratamiento contra el coronavirus.

“Acaba de salir el resultado del test con resultado positivo” informó Bolsonaro en una entrevista televisiva desde su residencia oficial. Explicó que los síntomas comenzaron el domingo con una “breve indisposición”.

El mandatario aseguró que se siente “perfectamente bien”, detallando que se realizó una placa de tórax que ha mostrado que el  pulmón está “limpio”.

Sin embargo, medios locales como la cadena G1, informaron que el presidente presentó fiebre y dolores en todo el cuerpo.

El mandatario informó que debido a su nuevo estatus clínico, canceló un viaje que tenía previsto al estado de Bahía.

Durante los últimos meses, Bolsonaro ha desafiado casi a diario al virus, al que llegó a calificar de “gripecita”, circulando por las calles en plena cuarentena, y asistiendo a actos públicos sin cubrebocas, además de que no ha respetado la sana distancia, pues en sus eventos a abrazando y besando a partidarios sin cuidado alguno.

Tan pronto se supo del contagio de Jair Bolsonaro, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) deseó la “mejor recuperación”, al mandatario.

El gobierno de Estados Unidos ha adquirido casi el 90% del inventario de los próximos tres meses del fármaco Remdesivir, uno de los medicamentos que ha mostrado efectos positivos en el tratamiento del Covid-19.

El Departamento de Salud de EUA aseguró la compra de más de 500,000 tratamientos de Remdesivir de la farmacéutica Gilead Sciences para los hospitales estadounidenses hasta septiembre.

En concreto, el volumen adquirido supone el 100% de la producción de julio, y el 90% de agosto y septiembre.

“El presidente Donald Trump ha logrado un increíble acuerdo para asegurar que los estadounidenses tengan acceso a la primera terapia autorizada para la COVID-19. Hasta donde sea posible, queremos garantizar que cualquier paciente estadounidenses que lo necesite lo pueda obtener”, dijo en un comunicado el secretario de Salud, Alex Azar.

La compra se conoce justo cuando EUA vive un repunte en el número de contagios por coronavirus, con más de 40,000 diarios, especialmente en estados del sur y oeste del país como Texas, Florida, Arizona y California.

El Remdesivir, una terapia experimental que empezó a desarrollarse en 2009 y se puso a prueba con pacientes del ébola a mediados de la década pasada, se ha autorizado de emergencia para combatir el coronavirus SARS-CoV-2 porque un ensayo clínico mostró que ese fármaco acorta el tiempo de recuperación en algunos pacientes.

Gilead anunció este lunes que va a vender su fármaco a 390 dólares para los gobiernos de países desarrollados, lo que elevaría el precio del tratamiento más habitual a 2,340 dólares por paciente y el de las terapias más largas a 4,290 dólares.

En Estados Unidos, desde que en mayo se aprobó de emergencia el uso de Remdesivir para enfermos de coronavirus, los hospitales han estado usando dosis donadas por Gilead, que a partir de julio comenzará a cobrar por el medicamento.

Se trata de un antiviral, administrado por vía intravenosa, que ralentiza la producción de nuevas partículas de virus y, como resultado, una infección viral se desarrolla con menos rapidez y los pacientes en estado grave se recuperan una media de cuatro días antes de lo habitual.

Hasta ahora, Estados Unidos registra una cifra de 2.638.338 casos confirmados de Covid-19 y de 127,485 fallecidos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo este miércoles que es importante reservar el uso de la Dexametasona para los casos más severos de Covid-19.

El jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, sostuvo que la investigación por fin está dando esperanzas para el tratamiento del virus, que ha matado a más de 400,000 personas en todo el mundo e infectado a más de 8 millones.

Los resultados de los ensayos anunciados ayer por investigadores en Gran Bretaña mostraron que la Dexametasona, un fármaco genérico usado desde la década de 1960 para reducir la inflamación en enfermedades como la artritis, bajó las tasas de mortalidad en alrededor de un tercio entre los pacientes con coronavirus más graves ingresados a un hospital.

Eso lo convierte en el primer medicamento que se ha demostrado que salva vidas en la lucha contra la enfermedad. Los países se apresuran a asegurarse de que tienen suficiente a mano, aunque los funcionarios médicos dicen que no hay escasez.

Algunos médicos se mostraron prudentes, citando posibles efectos secundarios y pidiendo ver más datos.

El jefe del programa de emergencias de la OMS, Mike Ryan, dijo que el fármaco sólo debería utilizarse en los casos graves en que se haya demostrado su utilidad.

“Es excepcionalmente importante en estos casos que la medicina se reserve para pacientes gravemente enfermos y críticos que puedan beneficiarse claramente de esto”, sostuvo.

La Metilprednisolona, un esteroide similar pero menos potente que la Dexametasona, se usa en Suecia desde marzo, dijo un médico de Estocolmo a los medios de comunicación.

El esteroide se introdujo en la práctica habitual después de que se demostró su eficacia en un paciente con coronavirus que no mostraba signos de recuperación con otros tratamientos, dijo Lars Falk, del Nuevo Hospital de Karolinska, al Dagens Nyheter de Suecia.

Los resultados del estudio de la Dexametasona son preliminares, pero los investigadores del ensayo dijeron que sugieren que el fármaco debería convertirse en la atención estándar en los pacientes gravemente afectados.

Investigadores en Inglaterra afirman haber obtenido la primera prueba de que un fármaco mejora las posibilidades de sobrevivir al Covid-19.

Se trata de la Dexametasona, que según el estudio realizado, redujo las muertes de hasta un tercio de enfermos graves hospitalizados.

Una vez anunciados los resultados, el gobierno británico autorizó inmediatamente el uso de dicho esteroide en todo el Reino Unido para enfermos similares a los que mostraron buenos resultados en el estudio. Los investigadores dijeron que publicarán próximamente los resultados, y varios expertos independientes dijeron que era importante conocer los detalles para saber qué clase de efecto tendría la Dexametasona y en quién.

“La conclusión general es que se trata de una buena noticia”, dijo el doctor Anthony Fauci, el principal especialista estadounidense en enfermedades infecciosas. “Es una mejora significativa en las opciones terapéuticas disponibles”.

El estudio se basa en una prueba amplia y estricta que suministró el medicamento a 2,104 enfermos escogidos al azar, a los que comparó con 4,321 enfermos que recibieron el tratamiento habitual.

Se suministró el medicamento por vía oral o intravenosa. Después de 28 días, el medicamento redujo en un 35% las muertes de enfermos que requirieron tratamiento con respiradores artificiales y en un 20% de los que solo requirieron oxígeno. Aparentemente no ayudó a los enfermos menos graves.

Los investigadores calculan que el medicamento impediría una muerte por cada ocho enfermos con respirador y una de cada 25 muertes de enfermos tratados solamente con oxígeno.

“Son resultados importantes”, dijo el doctor Martin Landray, uno de los autores del estudio. “No es una cura, pero sin duda es un gran paso hacia adelante. Una buena noticia es que es “otablemente barata, quizás 20 o 30 dólares para todo un tratamiento”, añadió.

El fármaco reduce la inflamación que suele producirse en los enfermos de Covid-19 como reacción del sistema inmune al combatir la infección. Esta reacción excesiva lesiona los pulmones y puede ser fatal.

Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros grupos de expertos aconsejan no utilizar esteroides en etapas tempranas de la enfermedad porque pueden impedir la eliminación del virus.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció este lunes que suspende temporalmente los ensayos de la hidroxicloroquina para pacientes de Covid-19, a fin de evaluar los daños que podría causar en aquellos que la han consumido.

El aviso remarca que los Ensayos Solidaridad, que se realizan en 35 países miembros de la OMS, sólo suspenderán el uso de este medicamento en particular, mientras que el resto de las pruebas continúan.

El director de la OMS, Tedros Adhanom, aseguró que el uso de este medicamento sólo se suspende en el combate en contra del Covid-19 pero continúa siendo efectivo para enfermedades como la malaria y para algunos pacientes con enfermedades autoinmunes a quienes se les ha recetado por parte de sus médicos.

Esta suspensión fue estimada conveniente después de la publicación en la prestigiada revista científica The Lancet del 22 de mayo, la cual reveló que tanto la hidroxicloroquina como la cloroquina en pacientes que sufren Covid-19, han generado riesgos de arritmias cardiacas así como el aumento del riesgo de mortalidad en los pacientes ingresados en hospitales.

Este medicamento se popularizó después de que el presidente de Estados Unidos Donald Trump asegurara que tomarlo de forma previa evitaba el contagio de la enfermedad, mientras que durante el padecimiento las personas lograban curarse.

India, uno de los mayores exportadores de este medicamento, fue de los países más presionados por Estados Unidos para asegurar su compra, aún cuando los estudios correspondientes no habían sido concluyentes.

En las semanas anteriores, Donald Trump aseguró a la prensa que él mismo tomaba hidroxicloroquina y que su médico estaba de acuerdo con el consumo de este producto, tan solo un día después el vicepresidente declaró que él mismo no lo tomaría, ya que su médico no lo consideraba conveniente.

El 21 de mayo, cuando llevaba aproximadamente dos semanas tomándolo, Trump anunció que dejaría el tratamiento de este medicamento en uno o dos días, pues sólo lo consumía “por curiosidad.

La OMS también alertó este lunes que los países donde las infecciones por coronavirus están disminuyendo aún podrían enfrentar un “segundo pico inmediato” si dejan de lado demasiado pronto las medidas para detener el brote.

Mike Ryan, jefe de emergencias de la OMS, explicó que las epidemias a menudo vienen en oleadas, lo que significa que los brotes podrían reaparecer a finales de este año en lugares donde la primera ola había disminuido.

También señaló que existe la posibilidad de que la tasa de infectados pueda aumentar nuevamente y de forma más rápida si las medidas para detener la primera ola se levantan demasiado pronto.

“Cuando hablamos tradicionalmente de una segunda ola, lo que a menudo queremos decir es que tras una primera ola la enfermedad reaparecerá meses después. Y eso puede ser la realidad de muchos países en algunos meses”, sostuvo Ryan.