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Pese a que ha acaparado los reflectores los tres días de la Convención Nacional Republicana, Donald Trump acepta esta noche la nominación presidencial, de cara a los comicios del próximo 3 de noviembre.

Hace cuatro años, Donald Trump aceptó la candidatura presidencial republicana con un discurso que mostraba un retrato de un Estados Unidos en decadencia, para el cual había una sola solución: él mismo.

Después de tres años y medio en La Casa Blanca, su retórica sobre el estado del país sigue siendo igualmente desoladora.
Al prepararse para pronunciar su segundo discurso de aceptación, el presidente enfrenta un país en crisis, azotado simultáneamente por una pandemia devastadora, una economía golpeada, un profundo malestar racial y un tremendo huracán en la costa del Golfo de México.
De acuerdo a diversos analistas, aunque prometerá grandeza nacional, hay escasas expectativas de que pronuncie un mensaje destinado a unir a un electorado dividido.
Su mensaje en 2016 fue “solo yo puedo repararlo”. Esta vez, aunque las encuestas dan ventaja al demócrata Joe Biden, se presentará como la última defensa contra las fuerzas extremistas que amenazan el “American way of life”.
Sus asesores mantienen en estricto secreto los detalles del mensaje; en los discursos recientes de Trump, se ha referido a los “anarquistas” que según él ocupan las calles de las ciudades; sin embargo sus colaboradores han indicado Trump describirá al país como un proyecto en desarrollo, que sin ser perfecto ha avanzado mucho.
Presentará ese argumento como un contraste con los demócratas, que según él no aman a su patria. Asimismo, según sus colaboradores, hablará de los progresos logrados en la lucha contra el coronavirus, que ha ocupado un lugar secundario en la convención a pesar de que sigue cobrando un gran número de vidas en Estados Unidos.

Sobre el proceso electoral, el candidato demócrata a La Casa Blanca rompió con su prudencia ante el Covid-19 y anunció este jueves que hará campaña presencial en los estados clave para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

“Viajaré por el país. Iré donde sea posible respetando las reglas de los estados” sobre reuniones para limitar la propagación del coronavirus, dijo Biden en una sesión de recolección de fondos vía web.

“Una de las cosas en que pensamos es ir a Wisconsin y Minnesota, pasar un tiempo en Pensilvania, en Arizona”, añadió en referencia a estados que podrían ser clave para definir la contienda.

Biden también aprovechó para acusar a Trump de alimentar, por pura “estrategia política”, la violencia que estalló en las protestas contra el racismo en Estados Unidos.

La violencia está “empeorando y sabemos porqué. Donald Trump se niega incluso a reconocer que existe un problema de disparidad racial en Estados Unidos”, añadió Joe Biden.

“En lugar de tratar de calmar las aguas, está echando gasolina a todos los fuegos”, dijo el exmano derecha de Barack Obama. “

La violencia no es un problema ante sus ojos, es una estrategia política. Y cuanto más violencia, mejor para él” para ser reelegido, acusó el demócrata.

Por su parte la candidata demócrata a la vicepresidencia, Kamala Harris, criticó la convención republicana, e indicó que tiene como propósito “apaciguar” el ego del gobernante.

“La convención republicana está diseñada con un propósito: apaciguar el ego de Donald Trump. Hacerlo sentir bien”, afirmó Harris en un discurso desde la Universidad George Washington, en el que además criticó el manejo que la actual Administración ha hecho de la pandemia del coronavirus.

Varias protestas han sido convocadas para esta noche en Washington DC, con motivo del discurso del presidente Trump.
La campaña #ThePeoplesHouse (la casa del pueblo) ha organizado una protesta a partir de las 21.00 hora local, que tendrá como punto de partida la calle 15.
“Si Trump piensa que puede celebrar su fiesta en nuestra casa (en referencia a La Casa Blanca) debe saber que estamos escuchando y que haremos que rinda cuentas este sábado y el día de las elecciones”, dicen los organizadores en la página web.
“Durante casi cuatro años -agregaron-, hemos visto a Trump arrebatar a nuestra nación de su posición en el mundo. Este jueves por la noche haremos que nuestras voces sean escuchadas”.
Por otro lado, el grupo Refuse Fascism (Rechazar el fascismo) ha hecho otra convocatoria de protestas a partir de las 19 horas en la capital para pedir la salida de Trump y de su vicepresidente, Mike Pence.
“Con la clausura de la RNC (Convención Nacional Republicana) estamos acercándonos hacia unas elecciones que serán una muestra de la manera en que se gobierna este país”, indicaron.
Medios locales informaron que el Servicio de Parques Nacionales ha dado autorización al Comité Nacional Republicano para que se lancen fuegos artificiales a partir de las 23:00 horas local en el Mall, la explanada  de museos y monumentos que une La Casa Blanca con el Capitolio, después de que el presidente acepte la nominación del partido.
Mañana, viernes, se espera que miles se congreguen frente al Monumento a Lincoln, en la capital, para conmemorar la Marcha sobre Washington de 1963, durante la cual el líder de los derechos civiles Martin Luther King pronunció su famoso discurso “Tengo un sueño”.

El presidente Donald Trump anunció este miércoles el envío de agentes federales que se unirán a la Guardia Nacional en Kenosha, Wisconsin, para sofocar los disturbios raciales que hasta la noche de ayer tenía como saldo dos muertos y un herido, hechos por los que ha sido detenido un joven de 17 años.

El gobernador de Wisconsin, Tom Evers, aceptó el despliegue de los agentes federales, indicó Trump en un tuiit, en el que aseguró que no tolerará “saqueos, incendios intencionados, la violencia y la ilegalidad en las calles de EE.UU.”

Paralelamente, las autoridades del Condado Lake, en el vecino estado de Illinois, anunciaron la detención de un joven identificado por los medios como Kyle Rittenhouse, de 17 años, acusado de las dos muertes y las heridas causadas a otra persona en un enfrentamiento con manifestantes en Kenosha el martes de noche.

Videos grabados por testigos durante los hechos, publicados por los medios locales, muestran a un joven blanco armado con un fusil disparando contra los manifestantes.

El diario Milwaukee Journal Sentinel indicó que Rittenhouse se enfrenta a cargos de homicidio intencionado en primer grado en los tribunales del Condado de Kenosha.

El jefe de Policía del Condado Kenosha, David Beth, dijo en conferencia de prensa que de nuevo hoy habrá un toque de queda en la ciudad a partir de las 19:00 horas y que después de esa hora ya no se permitirán las protestas pacíficas y se dispersará a los manifestantes.

“Los problemas de violencia empiezan cuando oscurece”, dijo Beth. “Tenemos 700 agentes policiales, tenemos cientos de soldados de la Guardia Nacional y actuaremos de manera muy firme. Si alguien no cumple con el toque de queda, será detenido por violación de la norma”.

Beth dijo estar “orgulloso de la gente de Kenosha, una ciudad en la cual no estamos acostumbrados a estos motines”.

Las protestas se desencadenaron después de que un policía blanco disparase al afroamericano Jacob Blake siete veces en la espalda el domingo cuando se alejaba de los agentes, sin aparentemente representar una amenaza, y abría la puerta de un vehículo SUV donde estaban sus tres hijos menores de edad, en una escena que fue captada por las cámaras de los teléfonos móviles de testigos.

El padre de la víctima, que se llama también Jacob Blake, lamentó que la policía dispara “siete veces, siete veces, como que él no importaba (…() Pero mí hijo sí importa”, añadió. “Es un ser humano, y él importa”.

Estos incidentes ocurren tres meses después de la muerte el 25 de mayo de George Floyd, un hombre de raza negra, asfixiado por un policía blanco, que presionó su rodilla contra su cuello durante 8 minutos y 46 segundos.  La muerte de Floyd detonó protestas multitudinarias y disturbios violentos en ciudades de todo el país.

Al respecto, el candidato demócrata para las presidenciales estadounidenses, Joe Biden, informó esta tarde que habló con la familia de Jacob Blake, a quien le prometió “justicia”.

“Una vez más, un hombre negro -Jacob Blake- ha recibido disparos de la policía. Ante los ojos de sus hijos. Esto me pone enfermo”, escribió Biden en un texto en Twitter, acompañado de un mensaje de video.

“He hablado hace poco con la madre y el padre de Jacob, con su hermana y otros miembros de la familia y les he dicho que había que impartir justicia y que así se hará”, dijo Biden en el video.

“Nuestros pensamientos son para su familia, especialmente sus hijos. Lo que vieron es horrible: su padre tiroteado”, añadió.

En su mensaje, el exvicepresidente de Barack Obama, que goza de una buena popularidad entre el electorado afroestadounidense, habló también de las manifestaciones antirracistas que estallaron en varias ciudades del país en los últimos días.

“Rebelarse contra la brutalidad es un derecho y una necesidad absoluta. Pero incendiar bienes públicos no es manifestarse, es violencia inútil”, consideró el candidato demócrata.

Los jugadores de los Cerveceros de Milwaukee y los Rojos de Cincinnati de las Grandes Ligas de béisbol se sumaron este miércoles al boicot en la NBA para protestar por el ataque policial contra el afroestadounidense Jacob Blake, reportaron medios.

Los Cerveceros, que iban a enfrentar a los Rojos este miércoles como locales, siguen así el paso tomado por los Milwaukee Bucks, el primer equipo de la NBA en negarse a jugar este miércoles, informó ESPN.

Tras la suspensión de este partido, otros equipos de Grandes Ligas como los Marineros de Seattle “están discutiendo la posibilidad de no jugar”, informó la cadena deportiva.

La jornada de hoy en las Grandes Ligas consta de un total de 15 partidos, algunos de ellos ya en juego.

En la NBA, el plantón de los Bucks generó una reacción en cadena que terminó con la suspensión de los tres partidos de primera ronda de playoffs que se debían disputar hoy.

Foto: Twitter

Las ausencias en la Convención Nacional Republicana, que se celebra esta semana, hablan de las diferencias dentro del partido respecto a la figura de Donald Trump, que ha transformado el evento de este año en casi una fiesta de él y su familia.

En comparación con los demócratas, que la semana pasada contaron en su convención con la intervención de los expresidentes Jimmy Carter, Bill Clinton y Barack Obama, así como figuras de estatura para arropar al candidato Joe Biden, en la republicana hay menos representantes de alto rango y se ha recurrido a familiares de Trump, personalidades de su entorno y a ciudadanos anónimos para ocupar las dos horas diarias de convención.

Una de las ausencias más notorias es la del único exmandatario conservador vivo, George W. Bush (2001-2009): Y es que el expresidente no hará acto de presencia en el evento de este año, como tampoco lo hizo en 2016, cuando Trump fue nominado por primera vez como candidato a la Presidencia.

Es un secreto a voces que Bush y su familia, incluido el exgobernador de Florida Jeb Bush, que fue derrotado por Trump en las primarias de 2016, no tienen gran simpatía hacia la figura del magnate inmobiliario neoyorquino devenido en presidente.

Aun así, George W. Bush nunca ha criticado a Trump abiertamente en público, pero tampoco tiene intención de apoyar al aspirante demócrata a la Presidencia, Joe Biden, como han hecho antiguos miembros de su Administración.

El alejamiento de Trump respecto al estilo y el contenido de las políticas de su predecesor republicano ha quedado materializado en la adhesión a Biden de miembros del Gabinete de Bush, como Colin Powell, quien fuera su secretario de Estado; e incluso con intervenciones en la Convención Nacional Demócrata.

De igual modo se expresó en la convención demócrata el también republicano John Kasich, exaspirante a la candidatura presidencial y exgobernador de Ohio, al lamentar el “nivel de enconamiento, la pelea entre ciudadanos y el partidismo” que han dominado los años de Trump como presidente.

Al igual que Kasich, otros republicanos que aparecieron en la convención demócrata  para apoyar a Biden fueron la exgobernadora de Nueva Jersey Christine Whitman y la excongresista por Nueva York Susan Molinari, Cindy McCain, la viuda del exsenador y exaspirante republicano a la Casa Blanca en 2008, John McCain.

La noche de ayer, la figura central de la Conención Republicana fue Melania Trump, quien presentó a su esposo como un líder auténtico e inflexible en un discurso desde el Jardín de las Rosas de La Casa Blanca.

“En mi esposo tienen a un presidente que no dejará de luchar por ustedes y por sus familias”, dijo Melania Trump, que también es inmigrante. “No se rendirá”.

Melania Trump señaló que la vida de los estadounidenses cambió “drásticamente” en marzo por la aparición del virus. “Donald no descansará hasta que haya hecho todo lo posible por todos los afectados por esta terrible pandemia”.

A diez semanas de las elecciones del 3 de noviembre, el discurso de Melania no incluyó los éxitos económicos de su marido ni prometió una recuperación en forma de “V”, como hizo antes el consejero de Trump, Larry Kudlow, que llegó a hablar del coronavirus en pasado.

Pero sí presentó a Trump como un político que “no solo habla, obtiene resultados”, y que “no ha perdido ni perderá el foco” en la gente más allá de “titulares negativos o falsos en los medios o ataques” de sus opositores.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue confirmado este lunes formalmente como candidato republicano a las elecciones del próximo 3 de noviembre, en la votación de los delegados durante la convención del partido, inaugurada en Charlotte, Carolina del Norte.

El presidente obtuvo el apoyo suficiente (1,276) para confirmar su nominación antes del final de la votación, justo después de que los representantes de Nevada le dieran sus 25 votos y sobrepasaran ese número.

Justo después del voto de Florida, que se saltó el orden alfabético, el presidente hizo acto de aparición en el Centro de Convenciones de Charlotte, donde se celebra este lunes el evento.

Allí se han dado cita 336 delegados, 6 por cada estado y territorio, para participar en la votación presencial.

Inmediatamente después del voto de Florida, Trump salió al escenario ante un auditorio que empezó a gritar “cuatro años más”, a lo que el presidente respondió: “Si quieren volverlos locos de verdad, digan 12 años más”.

Al igual que su equivalente demócrata, que concluyó el jueves con un discurso, la convención republicana será fundamentalmente virtual en razón de la pandemia de Covid-19 y también será un encuentro muy familiar para el mandatario.

Trump aceptará la nominación para ser reelegido con un discurso que ofrecerá el jueves 27 desde La Casa Blanca, un
escenario cuya elección ha generado algunas críticas, dado que se supone que los presidentes no deben usar la residencia oficial o edificios federales para actos de campaña.

Además de su esposa Melania, sus cuatro hijos adultos figuran entre quienes tomarán la palabra: Donald Jr., Eric, Tiffany e Ivanka.

Su equipo de campaña apuesta a que la convención de Carolina del Norte sea “muy optimista y alegre”, dijo ayer el asesor Jason Miller en entrevista con la cadena NBC.

El objetivo es defender la gestión del 45° presidente de Estados Unidos, actualmente muy cuestionado por su manejo de la pandemia y que ya no cuenta con lo que su campaña presentaba como su principal activo y eventual carta de triunfo: la buena salud de la economía.

“Vamos a mostrar el impacto que ha tenido el gobierno Trump-Pence sobre la gente real”, dijo a Fox News Kellyanne Conway, asesora cercana de Trump.

En particular, está prevista la intervención de Tanya Weinreis, gerente de un café de Montana, que recibió un préstamo federal para hacer frente a las consecuencias de la pandemia, así como de varios oradores afroamericanos, entre ellos Tim Scott, el único senador republicano negro, en un intento de llegar a una comunidad mayormente hostil al partido de Trump.

Anoche, en entrevista con Fox News, Trump fue cuestionado sobre que si es reelegido, qué haría de forma diferente, a lo que dijo, “yo reforzaría aquello que ya he hecho y haría cosas nuevas”.

Desde Oriente Medio, donde se encuentra de visita, se espera que el secretario de Estado Mike Pompeo destaque los avances diplomáticos registrados bajo la administración Trump, una intervención inusual para este tipo de eventos.

Trump intervendrá en cada una de las cuatro jornadas que durará el evento, cuando habitualmente los candidatos sólo se dirigen al público en el acto de clausura.

Pero muchos esperan que el presidente vuelva rápidamente a su retórica habitual, que polariza en lugar de unir, pues ya en los días previos, Trump adoptó un tono diferente al que su partido y su equipo de campaña quisieran darle al evento.

“Soy lo único que separa el sueño americano de la anarquía total, la locura y el caos”, dijo el viernes pasado, y aseguró que una victoria demócrata sería nefasta en términos de orden público, de control de la inmigración y de equilibrio de las finanzas públicas.

Más de 70 republicanos que ocuparon cargos de seguridad nacional en el Gobierno de Estados Unidos afirmaron que el presidente Donald Trump “carece del carácter y la competencia para conducir esta nación”, en una carta difundida este viernes.

“Nos preocupa profundamente el curso de nuestra nación bajo la conducción de Donald Trump”, indicaron los firmantes en la carta, entre los que están el exdirector de la Agencia Central de Inteligencia Michael Hayden, el exdirector de Inteligencia John Negroponte y el exsecretario de Defensa Chuck Hagel.

“Trump ha demostrado que carece del carácter y la competencia para conducir esta nación y ha incurrido en comportamientos corruptos que lo hacen inepto para servir como presidente”, continuó el documento.

Los exfuncionarios que firmaron la carta, entre ellos también el exdirector de la Oficina Federal de Investigaciones William Webster, ocuparon cargos de seguridad nacional en las Presidencias de Ronald Reagan, George W. Bush, George H.W. Bush y también en la de Trump.

El texto afirma que Trump “ha dañado gravemente el papel de Estados Unidos como líder mundial”, ha solicitado la influencia extranjera y ha socavado la confianza en nuestra elección presidencial, se ha alineado con dictadores y ha insultado a las fuerzas armadas, las agencias de inteligencia y diplomáticos.

Señala que Trump “ha socavado el imperio de la ley”, ha deshonrado la Presidencia, ha dividido la nación, ha atacado y vilipendiado a los inmigrantes, y ha puesto en peligro la seguridad de Estados Unidos al trastornar el funcionamiento de las agencias de seguridad nacional.

Por todo ello, concluyeron, “estamos firmemente convencidos de que en el mejor interés de nuestra nación el (ex) vicepresidente Joe Biden sea elegido como el próximo presidente de Estados Unidos, y votaremos por él”.

La Convención Nacional del Partido Demócrata concluyó este jueves después de hacer oficial la candidatura de Biden para las elecciones del 3 de noviembre, en las cuales Trump busca un segundo mandato.

Durante la convención, otras figuras republicanas prominentes declararon su respaldo a la candidatura de Biden, incluido el exgobernador de Ohio John Kasich.

En junio, el exsecretario de Estado Colin Powell dijo que votaría este año por el candidato demócrata porque Trump “miente”.

Cuando faltan 74 días para la elección, todas las encuestas dan a Biden una ventaja entorno a los 10 puntos porcentuales sobre Trump, pero el presidente cuenta con un apoyo firme entre los republicanos.

Steve Bannon, a quien se le atribuye la victoria electoral del presidente Donald Trump en 2016, ha sido acusado de cometer fraude en la recaudación de fondos para una campaña destinada a ayudar al republicano a construir su muro en la frontera de Estados Unidos y México, informó este jueves el Departamento de Justicia.

Como principal asesor de la campaña presidencial de Trump que luego se desempeñó como estratega jefe de La Casa Blanca, Bannon colaboró en articular el populismo de derecha y la feroz oposición a la inmigración que han ayudado a definir los tres años y medio de Trump en el cargo.

Bannon dejó La Casa Blanca en agosto del 2017.

El exasesor fue una de las varias personas denunciadas por fraude electrónico en una acusación de los fiscales federales en Manhattan por supuestamente defraudar a cientos de miles de donantes a través de una campaña de financiación colectiva de 25 millones de dólares llamada “We Build the Wall”.

Los fiscales dijeron que Bannon recibió más de 1 millón de dólares de ese dinero a través de una organización sin fines de lucro.

El esfuerzo de Trump para construir un muro a lo largo de la frontera con México, una promesa clave de su campaña de 2016, ha tenido problemas en medio de desafíos judiciales, obstáculos logísticos y oposición de los demócratas en el Congreso.

Mientras tanto, más de 330,000 simpatizantes han donado a recaudadores de fondos privados y especuladores que han prometido construir el muro por su cuenta, según una investigación de Reuters. Dichos esfuerzos han tenido un éxito limitado.

La acusación se produce mientras Trump aparece en las encuestas de opinión detrás de su contendiente demócrata Joe Biden, de cara a las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

El presidente Donald Trump se mostró “triste” por la detención de su excolaborador, y se desmarcó de la campaña privada para construir el muro en la frontera con México con la que Bannon aparentemente defraudó cientos de miles de dólares.

“Me siento muy mal (…) muy triste”, aseguró Trump al ser preguntado por la detención y enjuiciamiento de su exasesor en una breve comparecencia en el Despacho Oval de La Casa Blanca, antes de reunirse con el primer ministro de Irak, Mustafa al Kazemi.

El gobernante aseguró que no ha estado en contacto con Bannon “desde hace mucho tiempo” y dijo que él “no sabe nada” del proyecto por el que han sido acusados su exasesor y otras tres personas.

También, sobre la iniciativa objeto del proceso judicial, a través de la cual los acusados supuestamente defraudaron cientos de miles de dólares de donantes, aprovechándose de su interés por financiar el muro fronterizo, el gobernante dijo que no le gustaba.

“No me gusta ese proyecto. Pensé que se estaba haciendo como un alarde”, agregó el presidente, que aseguró que siempre le pareció “inapropiado” sufragar la construcción del muro fronterizo, que prometió a sus electores, con fondos de donaciones privadas.

Por su lado, la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, aseguró que “como todo el mundo sabe, el presidente Trump no está involucrado en este proyecto y creía que solo se estaba haciendo como un alarde y quizás recaudar fondos”.

“El presidente Trump no ha estado involucrado con Steve Bannon desde la campaña y la primera parte de la Administración, y no conoce a las personas involucradas en este proyecto”, dijo.

El presidente Donald Trump aseguró este martes que México pagará por el muro fronteizo mediante un “peaje” a los vehículos que cruzan la frontera común o un “impuesto” a las remesas que envían los mexicanos a sus familiares desde Estados Unidos.

Desde Yuma en Arizona, Trump insistió en que cumplirá su promesa de campaña de que México pagaría por la barrera que él quiere levantar en la frontera común.

“Sí, van a pagar por él. Van a pagar por él en la frontera, con los vehículos que entren, vamos a imponer un peaje”, dijo Trump al ser preguntado por una periodista si aún planeaba hacer que México pague por el muro.

Aunque no quiso detallar a cuánto ascendería ese peaje, Trump afirmó que sería una cantidad “muy pequeña”, porque en condiciones normales hay “millones de autos y camiones” que cruzan cada día la frontera común, ahora cerrada al tráfico no esencial debido a la pandemia de COVID-19.

“No importa si pagan ahora o en el próximo par de meses. México pagará. Tenemos una relación muy buena con México, y México pagará por el muro”, aseguró Trump cuando los periodistas le recordaron que durante la pandemia hay poco tráfico para aplicar ese tipo de peaje.

Trump aseguró que “quizá” el pago del muro se logrará mediante una “combinación” de ese peaje y un “impuesto al dinero que se envía de vuelta a México”, en referencia a las remesas que mandan a sus familiares los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos.

Durante el mitin, en un hangar del aeropuerto de Yuma, se reunieron cientos de personas sin mantener la distancia social y con algunos de los asistentes sin cubrebocas.

“No podrán remontarlo. Podrían escalar el monte Everest, pero les va a costar mucho superar” la barrera fronteriza, insistió Trump.

El republicano visitó Yuma dentro de una gira por cuatro estados clave en las elecciones de noviembre, programada para hacer frente a su virtual rival en esos comicios, el exvicepresidente Joe Biden, con motivo de la convención demócrata que se celebra esta semana.

Las últimas encuestas otorgan una ventaja de cerca de 8 puntos porcentuales a Biden a nivel nacional, aunque en Arizona se reducen a 3.5. Recordemos que Trump ganó en el estado frente a Hillary Clinton en las elecciones de hace cuatro años.

En su intervención de cerca de una hora de duración, Trump reconoció por primera vez que en las elecciones del 3 de noviembre los resultados podrían ser muy ajustados.

“Necesitamos cada voto porque probablemente esto va a estar muy cerrado (…) el 3 de noviembre va a ser uno de los días más grandes de nuestras vidas y en muchos casos el más importante”, aseguró.

En el evento de campaña, que llevaba por título: Los fracasos de Biden en inmigración y seguridad fronteriza, el magnate acusó que Joe Biden es una marioneta de la izquierda radical, que no quiere fronteras, y le gustan las ciudades santuario.

La Comisión de Inteligencia del Senado estadounidense determinó que Rusia lanzó una agresiva campaña para apoyar la candidatura de Donald Trump en las elecciones del 2016, al divulgar este martes su quinto y último informe sobre la injerencia electoral.

El panel calificó el reporte, de más de 1,300 páginas, como “la descripción más detallada hasta la fecha de las actividades de Rusia y la amenaza que éstas presentaron”.

En el documento se menciona que Rusia usó al operador político republicano Paul Manafort, el sitio web WikiLeaks y a otros para tratar de influir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016 y ayudar a al actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

La pesquisa, apoyada por legisladores de ambos partidos, tardó casi tres años y medio, mucho más que las otras investigaciones.

Se detalla que WikiLeaks desempeñó un papel clave para ayudar al republicano Trump contra la demócrata Hillary Clinton y probablemente sabía que estaba ayudando a la inteligencia rusa.

El reporte halló que el presidente Vladimir Putin dirigió personalmente los esfuerzos rusos para piratear redes y cuentas afiliadas al Partido Demócrata y filtrar información perjudicial para Clinton.

El documento, sin embargo, no contiene la conclusión, incluida en los demás reportes, de que hay evidencias de que la campaña de Trump se coordinó con Rusia para manipular los comicios y derrotar a Hillary Clinton, por lo que sus hallazgos quedarán susceptibles a interpretaciones partidistas.

Un grupo de republicanos en la comisión redactó un anexo pidiendo que el documento diga explícitamente que la campaña de Trump no se coordinó con Rusia. Los demócratas incluyeron su propio anexo afirmando que el reporte demuestra claramente tal cooperación.

El fiscal especial Robert Mueller emitió el año pasado un reporte según el cual Rusia interfirió en la campaña mediante hackeos y las redes sociales, y que la campaña de Trump agradeció la ayuda y ansiaba beneficiarse de ella. Pero Mueller no llegó a acusar formalmente a ningún miembro de la campaña de conspirar con los rusos.

El Comité de Inteligencia del Senado también acusó a Paul Manafort, excolaborador de Trump, de colaborar con los rusos, incluyendo el oligarca Oleg Deripaska y un presunto agente de inteligencia ruso, Konstantin Kilimnik, antes y después de las elecciones.

El comité determinó que el papel de Manafort y su proximidad con Trump creaban oportunidades para la inteligencia rusa, diciendo que su “acceso de alto nivel y su disposición a compartir información con personas estrechamente afiliadas a los servicios de inteligencia rusos (…) representaba una grave amenaza para la contrainteligencia”.

La investigación del Senado también exploró temas de gran interés para Trump que no fueron averiguados por Mueller, como por ejemplo el dossier sobre Trump armado por un antiguo espía británico cuya labor fue pagada por los demócratas.

El senador republicano Marco Rubio, titular interino del panel, dijo en un comunicado que la comisión estaba inquieta por la decisión del FBI de usar el informe “sin verificar su metodología ni sus fuentes” para obtener permiso para vigilar a un exasesor de la campaña de Trump.

El presidente Donald Trump respondió con fuerza este martes a los ataques que la exprimera dama Michelle Obama lanzó en su contra ayer en su discurso durante la convención demócrata.

La ex primera dama dijo que Trump es el presidente “equivocado” para el país, y lo describió como un líder divisivo con una absoluta “falta de empatía”, que no ha estado a la altura del reto de la pandemia y la crisis económica asociada.

Trump esperó hasta la mañana del martes para responder, lanzándose contra su predecesor Barack Obama y contra Biden, que fue su vicepresidente.

“Por favor que alguien le explique a @MichelleObama que Donald J. Trump no estaría aquí en la bella Casa Blanca, si no fuera por el trabajo hecho por su esposo, Barack Obama”, apuntó el mandatario.

Trump reiteró que la situación en el país está mejorando rápidamente.

“Mi gobierno y yo creamos la mejor economía de la historia de cualquier país”, aseguró el republicano, pese a que Estados Unidos es el país del mundo más enlutado por el coronavirus, con más de 170,000 fallecidos, y el desempleo está por encima de 10%.

El mandatario afirmó que la economía se está levantando, que los empleos abundan e hizo referencia a que el indicador tecnológico de la bolsa, el Nasdaq, tocó niveles récords.

Michelle Obama dijo durante su mensaje, que las crecientes crisis que enfrenta el país solo empeorarán si es reelegido Donald Trump.

“Déjenme ser tan honesta y clara como pueda. Donald Trump es el presidente erróneo para nuestro país. Ha tenido tiempo de sobra para probar que podía hacer el trabajo, pero claramente es difícil de comprender. No está a la altura del momento. Simplemente no puede ser quien necesitamos que sea. Es lo que es”, sostuvo Obama.

La ex primera dama, una de las mujeres más respetadas del país, era una de las participantes más esperadas en el primer día de la Convención Demócrata, que por la pandemia de coronavirus, cambió de formato a virtual.

Michelle Obama, con un collar con la palabra “vota”, aprovechó su popularidad entre los votantes afroestadounidenses y las mujeres con educación universitaria de las zonas suburbanas, que según los analistas, son los votantes que Biden necesita.

“Si piensan que las cosas no pueden empeorar, créanme, pueden y lo harán si no hacemos un cambio en esta elección”, dijo llamando a la acción a la coalición de votantes jóvenes y diversos que mantuvieron a su familia en la Casa Blanca por dos legislaturas.

La exprimera dama reconoció que “Joe no es perfecto”, pero dijo, sabe lo que se necesita para rescatar una economía, hacer frente a una pandemia y liderar al país”. Añadió que una de las virtudes de Biden es saber escuchar. “Dirá la verdad y confiará en la ciencia”, aseguró.

Obama destacó las divisiones en que está sumido Estados Unidos. “Ahora, entiendo que mi mensaje no será oído por algunas personas. Vivimos en una nación que está profundamente dividida, y soy una mujer negra hablando en la Convención Demócrata”.

Afirmó que como primera dama tuvo la ocasión de conocer de primera mano “el peso inmenso y el poder impresionante de la Presidencia”, por lo que podía asegurar que es un trabajo “difícil”.

Recordó que las palabras de un presidente pueden mover los mercados, empezar guerras y lograr la paz. “Pueden llamar a nuestros mejores ángeles o despertar nuestros peores instintos. Simplemente no puedes fingir tu camino en este trabajo”.

Aseguró que hace cuatro años mucha gente eligió creer que sus votos no importaban, por lo que al final esas elecciones, mandaron al Despacho Oval a quien perdió el voto popular nacional por cerca de 3 millones.

“Cuatro años más tarde, el estado de esta nación es muy diferente. Más de 150,000 personas han muerto, y nuestra economía está en ruinas debido a un virus que este presidente ha menospreciado demasiado tiempo”.

Obama apuntó, además, los casos de violencia policial contra afroamericanos, como George Floyd y Breonna Taylor, y lamentó que el mero hecho de afirmar que las vidas negras importan sea objeto de “burla” en el despacho más importante de la nación.

“Porque siempre que miramos a esta Casa Blanca en busca de liderazgo o consuelo, o algo parecido a estabilidad, lo que logramos a cambio es caos, división y una falta de empatía total”, remató.

El Partido Demócrata da inicio este lunes a una convención virtual de cuatro días en la que buscará dar una muestra de unidad y respaldo a su virtual candidato para las elecciones presidenciales, Joe Biden, que aspira a derrotar al actual mandatario Donald Trump, quien busca su reelección.

El principal rival de Biden en las primarias, Bernie Sanders, la ex primera dama Michelle Obama y el republicano John Kasich, un exgobernador de Ohio que se presentó contra Trump en 2016, encabezarán los discursos con los que, durante los próximos cuatro días, se apoyará la candidatura de Biden.

La pandemia del coronavirus obligó a los demócratas a modificar el desarrollo de su convención, suprimiendo la reunión presencial prevista en Milwaukee, Wisconsin, y convirtiéndola en una serie de discursos virtuales que tendrán, en total, una duración de dos horas.

Se prevé que mañana Biden sea nombrado oficialmente como el candidato demócrata para los comicios del 3 de noviembre; el también exvicepresidente será quien clausure la asamblea virtual con el discurso de aceptación.

Los demócratas esperan así apuntalar la coalición formada contra Trump y que no ocurra lo mismo que en 2016, cuando las constantes diferencias entre los precandidatos terminaron afectando a la campaña de Hillary Clinton.

Este año, Sanders se retiró de las primarias en abril y rápidamente mostró su apoyo a Biden.

“La asamblea es una oportunidad para explicar a los ciudadanos dónde ha fallado el Gobierno de Trump”, dijo Ed Rendell, exgobernador de Pensilvania y amigo de Biden desde hace mucho tiempo. “También servirá para detallar los planes sustanciales que Joe tiene para mejorar el país”.

Kamala Harris, senadora de California y elegida por Biden para ser su vicepresidenta, hablará el miércoles después de que su cargo sea confirmado de forma oficial.

Con visitas a cuatro estados ya programadas, el presidente Donald Trump planea hacer frente a la semana “fuerte” de los demócratas.

La gira de Trump por estados que probablemente resulten cruciales para lograr un eventual segundo mandato promete servir de referencia para su campaña, dado que la pandemia de coronavirus ha reducido los eventos multitudinarios que tanto gustan al presidente.

Trump, cuya Convención Nacional Republicana se celebrará la próxima semana, viajará a Mankato, en el estado de Minnesota, y Oshkosh, en el de Wisconsin, este lunes; a Yuma, en Arizona, mañana martes; y a la ciudad natal de Biden, Scranton, en Pensilvania, el jueves próximo.

El magnate impulsará sus políticas sobre la ley y el orden en Minnesota, el estado donde la muerte de George Floyd, un hombre negro, mientras estaba bajo custodia policial desató protestas multitudinarias contra la injusticia racial.

En Wisconsin, estado que albergará la convención demócrata, Trump hablará sobre el crecimiento del empleo y el comercio. En Arizona, el presidente hará hincapié en la seguridad de la frontera y su postura dura contra la inmigración.

El evento principal será el jueves en Scranton, el mismo día en que Biden aceptará la nominación de su partido para las elecciones del 3 de noviembre. Un asesor dijo que el discurso de Trump en Scranton revisará “las cuatro décadas de Joe Biden en la vida pública” y contrastará su historial con el de Trump en los últimos tres años y medio.

El presidente Donald Trump llamó este jueves “loca” e “izquierdista radical” a la aspirante demócrata a vicepresidenta, Kamala Harris, y dijo que junto con su virtual rival en las elecciones, Joe Biden, llevarían al país a una depresión.

“Es una izquierdista radical. Ahora intenta fingir que no lo es, pero es la persona más liberal del Senado de Estados Unidos. Ha hecho cosas terribles (…) y es una gran defensora de los impuestos, como Joe (Biden)”, aseguró Trump en entrevista con la cadena Fox.

Biden presentó este miércoles en Delaware a Harris como su compañera de fórmula en las elecciones del 3 de noviembre, y de cara a que la próxima semana se celebre la Convención Nacional demócrata, en la que será confirmado como candidato presidencial.

“Quieren impuestos por 4 billones de dólares, será el aumento de impuestos más grande de la historia (…) y destruirán la economía”, pronosticó Trump, quien agregó que con Biden y Harris “tendremos una depresión como nunca antes. Tendrás que remontarte a 1929”.

Sobre Kamala Harris aseguró que es “una especie de loca”, y criticó su comportamiento durante las polémicas audiencias de confirmación del magistrado del Tribunal Supremo Brett Kavanaugh, quien fue acusado de abuso sexual por varias mujeres.

“Estaba tan enfadada y tenía tanto odio con el juez Kavanaugh que nunca había visto una cosa igual. Era la más enfadada del grupo (…) Todos son gente enojada de la izquierda radical”, añadió.

Sobre medio ambiente, una de las principales preocupaciones de los demócratas por el retroceso que ha habido en las normas para combatir el calentamiento global con el Gobierno de Trump, el mandatario dijo que la agenda de Biden y Harris es “absurda y loca”.

Trump va por detrás de Biden en las encuestas de cara a las elecciones del 3 de noviembre, que de celebrarse ahora darían un  49.4% de los votos al aspirante demócrata, frente al 42.4% del republicano, según el promedio de sondeos elaborado por Real Clear Politics.

Israel y los Emiratos Árabes Unidos llegaron este jueves a un acuerdo de paz histórico que conducirá a la plena normalización de las relaciones diplomáticas entre las dos naciones de Oriente Medio en un pacto que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ayudó a negociar.

Según lo informado, el compromiso es que Israel suspenda la aplicación de la soberanía a las áreas de Cisjordania que ha estado discutiendo anexar.

El acuerdo de paz fue el producto de largas discusiones entre Israel, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos que se aceleraron recientemente, dijeron representantes de La Casa Blanca.

La iniciativa fue sellada en una llamada telefónica el jueves entre Trump, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y el jeque Mohammed Bin Zayed, príncipe heredero de Abu Dabi.

“¡Un gran avance hoy! Acuerdo de Paz Histórico entre nuestros dos GRANDES amigos, Israel y los Emiratos Árabes Unidos”, escribió Trump en Twitter.

Trump dijo que las discusiones entre los dos líderes habían sido a veces tensas y añadió estar discutiendo acuerdos similares con otros países de la región. En las próximas semanas se celebrará en La Casa Blanca una ceremonia de firma que incluirá a las delegaciones de Israel y los Emiratos Árabes Unidos, añadió Trump.

Las autoridades describieron el pacto, que se conocerá como el Acuerdo de Abraham, como el primero de su estilo desde que Israel y Jordania firmaron un tratado de paz en 1994. También le da a Trump un éxito en política exterior con la vista puesta en la reelección el 3 de noviembre.

Netanyahu, en su primera reacción sobre el acuerdo, dijo en Twitter que es “un día histórico para el estado de Israel”.

El príncipe heredero de Abu Dabi también se expresó en Twitter diciendo se había llegado a un acuerdo y que detendría una mayor anexión israelí de los territorios palestinos.

Representantes de La Casa Blanca dijeron que el asesor principal de Trump, Jared Kushner, el embajador estadounidense en Israel, David Friedman, y el enviado de Oriente Medio, Avi Berkowitz, estuvieron profundamente involucrados en la negociación, así como el secretario de Estado, Mike Pompeo y el asesor de seguridad nacional, Robert O’Brien.

El acuerdo prevé dar a los musulmanes un mayor acceso a la mezquita de Al-Aqsa en la Ciudad Vieja de Jerusalén, permitiéndoles volar de Abu Dabi a Tel Aviv, dijeron las autoridades.

La declaración conjunta dijo también que Emiratos Árabes Unidos e Israel ampliarán y acelerarán inmediatamente la cooperación en relación con el tratamiento y el desarrollo de una vacuna para el nuevo coronavirus.

Sin embargo, Hanan Ahsrawi, miembro del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP),
reprochó hoy a Emiratos Árabes Unidos el acuerdo diplomático, y consideró que “no hace ningún favor” a los palestinos.

“Los EAU han sacado a la luz sus tratos secretos-normalización con Israel. Por favor, no nos hagan un favor. No somos la hoja de parra de nadie”, publicó Ashrawi en su cuenta de Twitter en referencia a la condición del acuerdo por el que Israel suspende la anexión de territorio palestino ocupado.

El presidente Donald Trump afirmó este martes que la “gran” relación que tenía con su homólogo chino, Xi Jinping, ha cambiado en medio de la crisis desatada por la pandemia del coronavirus, de la que responsabiliza a Pekín por no haber controlado el brote en su inicio.

“Solía tener una muy buena relación con él. Tenía una gran relación con el presidente Xi. Le aprecio, pero ya no siento lo mismo ahora”, dijo Trump en una entrevista con Fox Sports radio.

El mandatario aseguró que el cambio en la relación con Xi se debe la crisis de la Covid-19, cuyo brote original se ubicó en la ciudad china de Wuhan y que ha provocado más de 160,000 fallecidos en Estados Unidos.

“Ciertamente mis sentimientos son diferentes. Tenía una muy, muy buena relación, y no he hablado con él desde hace tiempo”, agregó.

Las relaciones entre Washington y Pekín se encuentran en uno de sus momentos más tensos de las últimas décadas.

La pasada semana Estados Unidos trasladó al ámbito político y militar su estrategia de presión hacia China, con sanciones a la líder hongkonesa, Carrie Lam, y avisos sobre movimientos navales chinos cerca de Taiwán.

Poco después, Pekín anunciaba sanciones a once funcionarios estadounidenses, entre ellos los senadores Marco Rubio y Ted Cruz, por inmiscuirse en los asuntos de Hong Kong después de que Washington hubiese tomado medidas similares el pasado viernes contra otros tantos altos cargos de este territorio autónomo chino.

Todo ello, después de que Trump amenazase con prohibir las populares aplicaciones TikTok y WeChat, de capital chino y declaradas un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos.

Trump, quien buscará la reelección en noviembre frente al virtual candidato demócrata, Joe Biden, ha criticado desde su llegada a La Casa Blanca a China por aprovecharse comercialmente de EUA y negoció un acuerdo comercial con el gigante asiático cuyo cumplimiento se ha visto alterado por la crisis económica desatada.

Sin embargo, China continúa comprando bienes estadounidenses y particularmente materias primas bajo el acuerdo comercial de Fase 1, pese al aumento de las tensiones sobre Hong Kong y otros temas, dijo este martes el asesor económico de La Casa Blanca, Larry Kudlow.

Consultado si los deteriorados lazos en otros frentes entre las dos mayores economías del mundo podrían provocar que el tratado comercial sea desechado, Kudlow afirmó, “No, no”. “La única área en la que estamos comprometidos es en comercio”, aseguró a periodistas.

Funcionarios de alto rango de ambos países se reunirán en una videoconferencia “de rutina” el sábado para evaluar la implementación del acuerdo Fase 1 seis meses después de que el tratado desactivó una guerra comercial que perjudicó a ambas naciones y a la economía mundial.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, interrumpió abruptamente esta tarde una rueda de prensa en La Casa Blanca, a la que regresó poco después para anunciar que el Servicio Secreto le acababa de disparar a una persona aparentemente armada fuera del predio presidencial.

El presidente estaba dando su rueda de prensa habitual cuando se le acercó un miembro del Servicio Secreto a cargo de su seguridad.

“¿Discúlpeme?”, le dijo Trump, antes de que el agente le susurrara algo al oído y ambos salieran tranquilamente de la habitación.

Minutos después, Trump reapareció en la sala de prensa, donde los periodistas habían quedado confinados, y anunció que alguien había recibido un disparo afuera de la residencia presidencial.

“Los agentes del orden le dispararon a alguien, parece ser el sospechoso. Y el sospechoso está de camino al hospital”, señaló el mandatario.

Trump dijo que no sabía nada sobre la identidad o los motivos de la persona baleada, pero cuando se le preguntó si la persona estaba armada, respondió: “Por lo que tengo entendido, la respuesta es sí (…) Puede que no haya tenido nada que ver conmigo”, agregó Trump, y recalcó que el incidente tuvo lugar “en el exterior” del perímetro de La Casa Blanca.

Fuera de La Casa Blanca, la situación era tranquila, pero una parte de las calles de la zona fueron bloqueadas, con varios policías y vehículos oficiales.

Philipos Melaku, un activista que ha estado acampando frente a la Casa Blanca desde hace años, dijo que escuchó un disparo alrededor de las 18:00 hora local. “Escuché un disparo y antes de eso escuché gritos, eso no era audible”, declaró a la agencia AFP.

“Era una voz masculina”, añadió. “Después de eso, inmediatamente, apuntando sus AR-15, al menos ocho o nueve hombres entraron corriendo”.

Tras el operativo de seguridad, Trump regresó casi de inmediato al podio de La Casa Blanca donde reanudó su conferencia de prensa según lo programado. Cuando se le preguntó si estaba perturbado por el incidente, respondió: “El mundo siempre ha sido un lugar peligroso. No es algo que sea único”.

Trump elogió al Servicio Secreto como “gente fantástica, lo mejor de lo mejor”, y dijo sentirse muy seguro con el Servicio Secreto, enfatizando que muchos agentes de “aspecto estupendo están listos” para hacer lo que sea necesario.

Foto: Twitter @JenniferJJacobs

El presidente Donald Trump anunció este jueves que impondrá nuevamente aranceles de 10% al aluminio canadiense a partir del 16 de agosto, pues dijo, Canadá “se aprovecha” de Estados Unidos.

El republicano dijo que con la condición de que Canadá “no inundara” su país con sus exportaciones y no destruyera los empleos en el sector del aluminio, su gobierno decidió levantar los aranceles; pero acusó, “los productores canadienses de aluminio rompieron ese compromiso”.

Trump anunció su decisión “que defiende a la industria estadounidense reimponiendo aranceles al aluminio de Canadá. Canadá se aprovecha de nosotros, como siempre”, expresó.

Recordemos que el pasado primero de julio entró en vigor el TMEC, el nuevo tratado de libre comercio de América del Norte que reemplazó al TLCAN.

Los aranceles, que entrarán en vigencia el 16 de agosto, son una respuesta a lo que Washington califica como una “disparada” en las importaciones de aluminio desde Canadá el año pasado, que “amenaza con perjudicar a la producción doméstica” de ese elemento.

Según el texto presidencial, las importaciones de aluminio canadiense entre junio de 2019 y mayo de 2020 aumentaron 87% con relación a los 12 meses anteriores.

“Decidí que las medidas acordadas con Canadá no son suficientemente eficaces para remediar la amenaza que las importaciones de aluminio desde Canadá suponen para nuestra seguridad nacional”, escribió el mandatario.

A inicios de julio, el primer ministro canadiense Justin Trudeau comentó sobre los rumores que apuntaban a que Trump podría reimponer los derechos de aduana, asegurando que Estados Unidos no tiene la suficiente capacidad de producción de aluminio, y necesita el producto canadiense para sus industrias automotriz y de alta tecnología.

La Cámara Estadounidense de Comercio criticó esta decisión que considera aumentará los costos para los fabricantes locales. También señalo que la mayor parte de los productores estadounidenses de aluminio se oponen a la disposición, que generará medidas recíprocas contra las exportaciones de Estados Unidos.

Trudeau no viajó a Washington para celebrar la entrada en vigor del T-MEC con Trump y el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien sí visitó La Casa Blanca el mes pasado.

El presidente Donald Trump afirmó este jueves que la vacuna contra el Covid-19 podría estar lista antes de las elecciones presidenciales de noviembre, mucho antes de lo que los expertos estiman.

En una entrevista con la emisora de radio WTAM, el magnate señaló que la vacuna podría estar lista “antes de que finalice el año”. Afirmó que Estados Unidos cuenta con “grandes compañías”, “las mejores del mundo”, por lo que confió en que la vacuna se tendrá en poco tiempo.

Sus declaraciones se oponen a lo expresado por el principal responsable científico en la lucha contra el coronavirus en el país, Anthony Fauci, quien ha reiterado en diversas ocasiones que la vacuna no estará disponible antes de fin de año.

Las palabras de Trump se producen en medio de las críticas por la mala gestión de la Administración de la pandemia de coronavirus. Estados Unidos sigue siendo el país con más contagios de coronavirus, con 4.8 millones de infectados y 158,606 fallecidos.

El presidente no ha admitido ningún fallo a la hora de gestionar la crisis sanitaria desencadenada por el virus, y por el contrario ha destacado que junto a los gobernadores “hemos hecho un trabajo increíble”.

Trump rechazó que las elecciones de noviembre supongan un referéndum sobre la gestión de su Gobierno frente al
coronavirus. “No creo que lo sea. He hecho lo que nadie ha hecho en los primeros tres años y medio de mi Presidencia”, ha recalcado.

En el marco de las declaraciones de Trump, se informó que el gobernador de Ohio, Mike DeWine, dio positivo en la prueba de coronavirus, justo antes de la llegada del mandatario a Cleveland, donde el gobernador tenía previsto recibirlo.

“Hoy, el gobernador de Ohio, Mike DeWine, recibió un test de COVID-19 como parte del protocolo estándar para recibir al presidente Donald Trump en la pista del aeropuerto Bruke Lakefront en Cleveland”, informó un comunicado de la oficina del político estatal.

“El gobernador DeWine dio positivo, no tiene síntomas en estos momentos”, señalando que el funcionario ha regresado de Cleveland a la capital del estado, Columbus, donde volverá a ser sometido a la prueba de coronavirus junto a su esposa, que de momento tampoco presenta síntomas.

En otro temas, el presidente Donald Trump también aseguró que sus comentarios sobre los niños y el Covid-19 que fueron retirados por Facebook y Twitter eran “perfectos”.

Era “una declaración perfecta, una declaración sobre la juventud”, dijo el republicano.