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La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner podría recibir este martes una condena de hasta 12 años de cárcel, además de la inhabilitación para ejercer cargos públicos, si la Justicia la encuentra culpable de corrupción, lo que según expertos, sacudiría el tablero político de Argentina.

La peronista, quien fue presidenta entre 2007 y 2015, es la dirigente más popular de la alianza oficialista de centroizquierda, que el año próximo enfrentará unos comicios que, según los sondeos, podría perder en manos de la oposición de centroderecha.

Con una condena firme en contra, la actual vicepresidenta no podría postularse, aunque se espera una apelación del fallo, que podría demorar años.

“Es evidente que va a haber una condena (…) La sentencia estaba escrita”, señaló Fernández de Kirchner en una entrevista con el periódico brasileño Folha de Sao Paulo publicada ayer, en la que destacó que durante el proceso del caso conocido como “Vialidad” se violaron garantías constitucionales.

El fiscal a cargo del caso, Diego Luciani, consideró que Cristina Fernández cometió los delitos de administración fraudulenta y asociación ilícita agravada al mantener durante los años de su gobierno un mecanismo de corrupción por el que se le entregaban contratos de obras públicas a un empresario cercano, quien después devolvía el dinero al matrimonio Kirchner.

Según Luciani, la estructura delictiva la montó Néstor Kirchner, esposo de Cristina Fernández, quien falleció en 2010 tras gobernar el país entre 2003 y 2007.

Mientras que los detractores de Fernández de Kirchner señalan los casos de corrupción, los defensores de la vicepresidenta, que aún cuenta con un respaldo cercano al 25% de la población, consideran que la exmandataria es víctima de una persecución judicial.

Al respecto, seguidores de la vicepresidenta se movilizan este martes hacia los tribunales donde se leerá la sentencia.

A partir de las 17:30 hora local (14:30 hora México), el Tribunal Oral Federal 2 dará su veredicto. Por ello, las fuerzas federales reforzaron la seguridad en el Congreso y en los tribunales, según indicaron fuentes del Ministerio de Seguridad de Buenos Aires.

El partido Miles y la Federación Tierra Vivienda y Hábitat encabezaron esta mañana una movilización hasta los tribunales donde están los jueces que dictarán sentencia con la consigna de parar “el golpe” y liberar a Cristina Fernández.

El líder de la convocatoria, Luis D´Elía, llamó a que hoy sea “un nuevo 17 de octubre”, en referencia al de 1945, cuando Juan Domingo Perón fue liberado tras ser detenido por opositores militares luego de que miles de obreros se movilizaran para exigir su liberación.

En tanto, la delegación en Buenos Aires de la Asociación Trabajadores del Estado prevé hacer una vigilia para esperar el veredicto y, ante una condena, movilizarse y declarar un paro activo garantizando todos los servicios esenciales.

La vicepresidenta escuchará de forma remota el veredicto, pues recordemos que en medio de una de las manifestaciones en su apoyo, el pasado 1 de septiembre, Fernández sufrió un atentado a las puertas de su casa, del que salió ilesa.

Tras la lectura de la sentencia, Cristina Fernández hablará a través de sus redes sociales, anticiparon sus portavoces.

Si se emite una condena contra Fernández – que como vicepresidenta goza de inmunidad de arresto-, el fallo deberá transitar un largo proceso hasta ser refrendado o rechazado por la Corte Suprema.

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, dio positivo este martes a una prueba de COVID-19, pero es asintomática y no se considera un contacto cercano actual del presidente Joe Biden, dijo La Casa Blanca.

“Hoy, la vicepresidenta Harris dio positivo al COVID-19 en pruebas rápidas y de PCR. No ha presentado síntomas, se aislará y continuará trabajando desde la residencia de la vicepresidenta”, dijo la secretaria de prensa de Harris, Kirsten Allen.

“Ella no ha sido un contacto cercano con el presidente o la primera dama debido a sus respectivos cronogramas de viaje recientes”, explicó Allen, y agregó que Harris “regresará la Casa Blanca cuando dé negativo”.

Harris, de 57 años, recibió su primera vacuna, de Moderna, poco antes de tomar el cargo. Recibió la segunda poco después de ser juramentada en enero de 2021. Recibió una dosis de refuerzo a fines de octubre y otra el 1 de abril.

Quienes están vacunados por lo general están bastante protegidos de morir o de enfermarse gravemente de COVID-19, particularmente de la contagiosa variante Ómicron.

La vicepresidenta pasó casi toda la semana pasada en California, de donde regresó este lunes por la noche.

Harris tenía previsto reunirse con Biden este martes para recibir juntos el informe diario que las agencias de inteligencia y seguridad nacional del país elaboran para el presidente. Sin embargo, La Casa Blanca no aclaró qué ocurrió con ese encuentro.

En el último mes, han crecido los casos de COVID-19 en el entorno de Biden: varios miembros de su gabinete se contagiaron tras asistir a la cena del club periodístico Gridiron a principios de abril, y las dos principales portavoces de La Casa Blanca también han dado positivo recientemente.

Sin embargo, la Casa Blanca no ha cambiado sus protocolos ante ese aumento de contagios en Washington y ha mantenido varios actos en interiores y sin apenas mascarillas, al considerar que las cosas no son tan graves como a principios de enero, cuando se registró el pico de contagios por la variante Ómicron.

Biden, de 79 años, no ha dado positivo por COVID-19 hasta ahora, y después de evitar las grandes aglomeraciones durante casi toda la pandemia, no ha ocultado su deseo de volver a mezclarse con multitudes, uno de los aspectos que más disfruta de su vida política.

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, llegó este viernes a la ciudad de El Paso, Texas, en la frontera con México, para evaluar los efectos de la migración irregular procedente mayoritariamente de Honduras, El Salvador y Guatemala.

En su primera visita a la zona fronteriza como vicepresidenta, Harris se desplazó a un centro de detención de inmigrantes de la Patrulla Fronteriza, donde tiene previsto conocer a algunos de los indocumentados que se encuentran allí, previo a sus reuniones con activistas, abogados y varias ONG’s.

“Estoy contenta de estar aquí. Siempre fue mi plan venir aquí, y creo que vamos a tener un día bueno y productivo”, dijo Harris en declaraciones a la prensa en la entrada del centro.

Cuestionado por qué le parecía importante visitar ahora la frontera, la vicepresidenta recordó que ya había estado en la zona limítrofe “muchas veces”, en el tramo correspondiente a California, el estado al que representó en el Senado durante cuatro años.

Afirmó que su visita de hace dos semanas a México y Guatemala estuvo centrada en “hacer frente a las causas” que generan la migración irregular, mientras que ahora su viaje a la frontera tiene como objetivo “observar los efectos de lo que hemos visto que ocurre en Centroamérica”.

“La realidad es que tenemos que lidiar con las causas y tenemos que lidiar con los efectos”, puntualizó la demócrata.

Las instalaciones que visitó Harris, conocidas como Central Processing Center (CPC), cuentan con más de 9,000 metros cuadrados en los que se detiene a aquellos inmigrantes que acaban de cruzar irregularmente la frontera, antes de trasladarlos a otros centros.

Al finalizar el viaje, la vicepresidenta comparecerá ante la prensa junto al secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Alejandro Mayorkas, así como el senador Dick Durbin y la legisladora Veronica Escobar, dos de los demócratas más activos en el Congreso en temas de migración.

La visita de Harris a la frontera llega tras haber recibido numerosas críticas de la oposición republicana por no haberse desplazado a la zona limítrofe previamente, y días antes de que el expresidente Donald Trump viaje también a la frontera acompañado del gobernador de Texas, Greg Abbott.

La vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, llega esta noche a México en lo que es su primer viaje internacional desde el inicio de su cargo en enero pasado. Según la cancillería, Harris estará arribando al país alrededor de las 23:00 horas.

La líder estadounidense se reunirá con el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en Palacio Nacional, donde hablarán sobre asuntos migratorios, así como los apoyos a los países del Triangulo Norte.

“La parte medular de la agenda que tenemos acordada es reunión en Palacio Nacional de la vicepresidenta de los Estados Unidos con su comitiva, primero tendrá un diálogo con el señor presidente de la República, luego tendremos una reunión aproximadamente de una hora y cuarto u hora y media entre ambas delegaciones”, informó el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.

La vicepresidenta estadounidense arribó a nuestro país luego de una visita a Guatemala, donde sostuvo sostuvo un encuentro con el presidente Alejandro Giammattei, y donde ofreció una visión optimista para una mayor cooperación que ayude a hacer frente al aumento en la migración hacia su país.

Harris aprovechó para lanzar una advertencia directa a los migrantes que consideran realizar el peligroso viaje: “No vengan”. “Quiero enfatizar que el objetivo de nuestro trabajo es ayudar a los guatemaltecos a encontrar la esperanza en casa”, dijo Harris. “Al mismo tiempo, quiero ser clara con la gente de esta región que piensa realizar el peligroso viaje a la frontera entre Estados Unidos y México: No vengan, no vengan”.

En el marco del viaje de Harris a Guatemala y México, el gobierno estadounidense anunció que el Departamento de Justicia crearía un grupo de trabajo anticorrupción y otro para combatir el tráfico humano y el narcotráfico en la región.

La Casa Blanca también anunció un compromiso de 7.5 millones de dólares a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) para apoyar a los empresarios y a los innovadores de Guatemala, así como millones de dólares más en inversiones en viviendas asequibles, agroindustrias y préstamos a pequeñas empresas del país centroamericano.

Aparte de su encuentro con Giammattei, Harris participó en una mesa redonda con líderes comunitarios y de la sociedad civil guatemalteca, y se reunió con empresarios e innovadores jóvenes, incluyendo un grupo de mujeres.

La segunda del gobierno estadounidense defendió su decisión de no visitar la frontera, comentando a los reporteros que estaba enfocada en abordar las causas profundas de la migración de una manera que entregue resultados “tangibles”, en lugar de “grandes gestos”.

Kamala Harris hizo historia al convertirse este miércoles en la primera mujer vicepresidenta de Estados Unidos, así como la primera afroamericana y la primera persona de origen asiático en acceder a este puesto.

Juró como vicepresidenta de la mano de otra mujer que ha roto esquemas, la jueza Sonia Sotomayor, la primera latina magistrada del Tribunal Supremo de Estados Unidos.

Harris recitó el texto protocolario, acompañada de su marido, Douglas Emhoff, que se convierte por su parte en el primer ‘segundo caballero’ de Estados Unidos.

La ahora vicepresidenta utilizó dos biblias para presentar su juramento, una que perteneció a una amiga y vecina de  su familia, Regina Shelton, de la que ha dicho que ha sido como una segunda madre para ella, y otra que fue del primer afroamericano del Tribunal Supremo, Thurgood Marshall.

La demócrata ha sido escoltada al acto de toma de posesión por Eugene Goodman, el policía del Capitolio que se convirtió en el rostro de la resistencia a los partidarios del presidente saliente, Donald Trump, que asaltaron el Capitolio el 6 de enero.

Harris fue la primera fiscal de distrito afroamericana y la primera fiscal general en la historia de California; la primera indio-americana en llegar al Senado y, ahora la primera vicepresidenta.

Nacida el 20 de octubre de 1964 en Oakland, California, Harris es la hija mayor de una pareja de inmigrantes: Shyamala Gopalan, una investigadora contra el cáncer de la India, y Donald Harris, un economista de Jamaica.

El año pasado, Harris lanzó su candidatura presidencial bajo el lema “Kamala Harris por la gente”, aunque su propuesta no logró convencer para recaudar suficientes fondos, por lo que anunció su retirada en diciembre.

Biden la eligió como compañera de fórmula pese a los momentos de tensión que ambos protagonizaron mientras Harris era todavía aspirante a la nominación presidencial.

Sucede en el cargo a Mike Pence, quien sí ha estuvo presente en la ceremonia de este miércoles, al contrario que Trump. Al evento también asistieron los expresidentes Obama, Clinton y Bush, así como magistrados del Tribunal Supremo.

Tras su investidura como vicepresidenta, Kamala se coloca en un puesto de ventaja para convertirse en un futuro hipotético en líder del Partido Demócrata, dada la edad de Biden, de 78 años, y su convencimiento de que va a ser un presidente “de transición”.

Con el triunfo de Joe Biden, Kamala Harris, exfiscal e hija de inmigrantes, pasó a la historia como la primera mujer en convertirse en vicepresidenta de los Estados Unidos.

A los 56 años, la senadora demócrata de California permitió que Biden obtuviera el apoyo de un electorado más diverso que buscaba estar mejor representado en el poder.

Tanto es así que algunos dijeron que no votaron por Biden sino por ella, una abogada de padre jamaicano y madre india.

Durante la campaña, quien también será la primera persona negra vicepresidente del país ha llamado incansablemente a una movilización histórica de mujeres y minorías, denunciando los intentos de obstruir el voto en los estados tradicionalmente republicanos.

“¿Por qué creen que tanta gente poderosa (…) está tratando de impedirles que voten?”, preguntó en Georgia. “Ellos saben del poder que ustedes tienen”, respondió. “No permitan que nadie los deje fuera del juego”.

Siempre con tapabocas para protegerse del coronavirus y respetando la distancia social como Biden, Harris hizo una campaña más activa que su compañero de fórmula, bailando al ritmo de bandas de música o hablando con clientes de los cafés, siempre al aire libre por el Covid-19.

También conoció en Milwaukee a la familia de Jacob Blake, un hombre negro gravemente herido por la policía en medio de manifestaciones durante la oleada de este año contra el racismo en Estados Unidos.

Con una carrera brillante, digna del mejor “sueño americano” a pesar de capítulos controvertidos, Harris soñaba con convertirse en la primera mujer negra presidenta de Estados Unidos.

Finalmente se postuló a la vicepresidencia pero, sin duda, con la mirada puesta en las elecciones presidenciales de 2024 y la esperanza de romper entonces el techo de cristal definitivo.

Graduada de la Universidad Howard, fundada en Washington DC para acoger a estudiantes afroestadounidenses en medio de la segregación, recuerda regularmente su membresía en la asociación de estudiantes negros “Alpha Kappa Alpha”.

Después de dos mandatos como fiscal en San Francisco (2004-2011), fue elegida dos veces fiscal general de California (2011-2017), convirtiéndose en la primera mujer, pero también la primera persona negra, en encabezar los servicios judiciales del estado más poblado del país.

Luego, en enero de 2017, prestó juramento en el Senado en la  capital estadounidense como la primera mujer del sur de Asia y la segunda senadora negra de la historia.

Su riguroso cuestionamiento de los candidatos presidenciales durante las audiencias de confirmación en el Senado la hizo conocer como el rostro contra los magistrados designados a la Corte Suprema Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett.

Durante las primarias demócratas, también prometió “liderar la acusación” contra Trump en el Congreso.

Pero fue durante uno de los debates de las internas partidarias, cuando se enfrentó al propio Biden, atacándolo por sus posiciones pasadas con respecto a las políticas de segregación racial en la década de 1970.

Conmovió al contar cómo, cuando era pequeña, estaba en uno de los autobuses que llevaban escolares negros a barrios blancos, con lo cual creció en las encuestas.

Sin embargo, terminó abandonando la carrera presidencial. Su experiencia en los poderes legislativo, judicial y ejecutivo, y su cercanía con Beau Biden, hijo de Joe y exfiscal de Delaware que murió de cáncer en 2015, convencieron a su exrival de elegirla como su compañera de fórmula.

A Biden también le sirve su imagen de mujer moderna, “Momala” de los hijos de su marido y orgullosa de su familia ensamblada con el abogado blanco Douglas Emhoff, quien también participó activamente en la campaña presidencial.

Frente a Mike Pence, en el único debate de los candidatos a vicepresidentes, atacó varias veces el manejo del gobierno de la crisis del coronavirus, que calificó como “el mayor fracaso de cualquier administración presidencial en la historia” del país.

Al día siguiente, el presidente Donald Trump la llamó “monstruo” que solo dice “mentiras” y desde entonces no ha cesado de advertir contra las opiniones de Harris que, según él, hundirán a Estados Unidos en un odiado “socialismo”.

El candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos Joe Biden, no revelará esta semana el nombre de su compañera de fórmula, indicó un miembro de su equipo de campaña.

El mes pasado Biden dijo que quería hacer el anuncio en la primera semana de agosto pero eso no ocurrirá, dijo el informante.

De todas formas el nombre de su compañera debería ser divulgado antes de la convención demócrata que comenzará el 17 de agosto en Milwaukee, Winsconsin.

Desde marzo, Biden, exvicepresidente de Barack Obama, ha dicho que escogerá a una mujer para enfrentar al presidente republicano Donald Trump en las elecciones del 3 de noviembre.

De ganar Biden, sería la primera estadounidense en ser vicepresidenta.

Los pronósticos proliferan en la medida en que Biden cumplirá 78 años en enero y si gana en noviembre, sería el presidente más viejo de la historia estadounidense.

Además, ya dio a entender que no ejercerá más que un mandato y su vicepresidenta podría ya ser vista como su reemplazo en las presidenciales de 2024.

La senadora Kamala Harris, de 55 años, es vista como una de las favoritas pero sus antecedentes como fiscal y sus críticas a Biden durante la primaria demócrata, le juegan en contra.

Otros nombres que se están manejando son: Susan Rice, ex consejera de Seguridad Nacional de Obama, las senadoras Elizabeth Warren y Tammy Duckworth, las representantes Karen Bass y Val Demings y las gobernadoras Gretchen Whitmer y Michelle Lujan Grisham.

Adicional, este martes se dio a conocer la agenda de Biden para la comunidad latina.

El equipo de campaña del virtual candidato presidencial indicó que Biden cree que la comunidad latina es parte central de la historia de los Estados Unidos.

“Como presidente, Joe Biden se asegurará de que todos seamos tratados con dignidad, sin importar la raza, género, orientación sexual, religión o discapacidad. Todos significan todos”, se lee en el plan publicado.

Al afirmar que hoy en día, una cuarta parte de todos los niños en los Estados Unidos son latinos, “nuestro éxito colectivo depende del éxito de la comunidad latina”.

Aseguraron que Biden está listo para que desde el primer día se implementen cambios necesarios para que la comunidad latina prospere.

Entre las propuestas que hizo están el expandir el acceso a una atención médica asequible y de calidad; asegurar que los latinos tengan una oportunidad justa de ser parte de la clase media; invertir en la educación desde el nacimiento hasta el 12vo grado; ampliar el acceso a la educación y capacitación de calidad y asequible después de la escuela secundaria; aprobar leyes sobre las armas que tengan sentido común; proteger a las comunidades de color de los impactos ambientales y garantizar que los contaminadores paguen, así como reducir los índices de encarcelamiento y que las diferentes comunidades sean más seguras. Entre sus propuestas sobresale el compromiso de reformar el sistema de inmigración.

“Podemos asegurar nuestras fronteras de una forma humana y establecer un conjunto racional de reglas para los que aspiran a ser inmigrantes. Biden priorizará una reforma integral de inmigración que finalmente le dará a unos 11 millones de inmigrantes indocumentados un camino hacia la ciudadanía. Los DREAMers son estadounidenses, y el Congreso debe hacerlo oficial. El invertirá en tecnología  en los puertos de entrada y hará que el sistema de asilo sea más racional, contratando más jueces de inmigración y oficiales de asilo. Se asegurará de que aquellos que buscan refugio en los Estados Unidos sean tratados con dignidad y tengan la audiencia justa a la cual legalmente tienen derecho a recibir. Además, una Administración Biden revisará inmediatamente cada decisión de TPS tomada por la administración Trump y anulará  aquellas que no consideren adecuadamente la situación real sobre el terreno”.

El exvicepresidente de Estados Unidos, y virtual candidato demócrata a las elecciones presidenciales, Joe Biden ha indicado este martes que elegirá la próxima semana a su compañera de fórmula, con quien se enfrentará al actual mandatario, Donald Trump.

“Voy a realizar la elección en la primera semana de agosto”, ha  señalado Biden, quien previamente había fijado el 1 de agosto como  fecha para anunciar su nominado. “Prometo que lo haré saber cuando lo haga”, ha agregado, según ha informado el diario estadounidense The  Washington Post.

El aspirante a La Casa Blanca se comprometió durante las primarias de su partido a elegir a una mujer como candidata a la vicepresidencia.

Entre los nombres que figuran en todas las quinielas como potenciales candidatas a la vicepresidencia están tres de las rivales de Biden en el proceso de primarias demócratas: las senadoras Kamala Harris, Elizabeth Warren y Amy Kloubchar.

Los medios especulan, además, con las también senadoras Catherine Cortez Masto y Tammy Baldwin, así como con la exasesora de seguridad nacional Susan Rice, la alcaldesa de Atlanta, Keisha Lance Bottoms.

La vicepresidenta colombiana, Marta Lucía Ramírez, confirmó que el ex presidente colombiano Belisario Betancur (1982-1986) no ha fallecido, tal como ella misma informó minutos antes a través de su cuenta de Twitter.

“Lamento mucho haber recibido una información equivocada que dio lugar a mi nota de pésame. Me alegra saber que el presidente Belisario Betancur sigue vivo”, escribió Ramírez.

El mensaje de la vicepresidenta llega luego de que había informado que Betancur, de 95 años, había fallecido.

“QEPD (que en paz descanse) el expresidente Belisario Betancur. Su vida, su obra, su amor por Colombia, su curiosidad intelectual insaciable, su grandeza como hombre público y en el retiro, constituyen un ejemplo sobre el deber ser”, se leía en su publicación. Rápidamente la noticia alcanzó los principales encabezados de la prensa a nivel global.

De acuerdo a información disponible, todo se derivó del ingreso del ex mandatario a la Clínica Santa Fe de Bogotá, en donde es tratado de una afección renal. El propio hospital no confirmó el fallecimiento.

En otro mensaje en la red social, Ramírez aclaró que borró el primer tuit sobre la supuesta muerte de Betancur, el que dijo fue “derivado de una información equivocada que me pasaron durante una reunión”.

 

Foto: Twitter

El mandatario Horacio Cartes presentó su renuncia este lunes para ser Senador, con lo que abrió el camino para que la vicepresidenta Alicia Pucheta asuma su cargo de manera temporal, hasta el 15 de agosto, convirtiéndola en la primera mujer presidenta de Paraguay.

“Me dirijo a Vuestra Honorabilidad para presentar mi renuncia al cargo de Presidente de la República de Paraguay, que vengo ejerciendo por voluntad popular desde el 15 de agosto de 2013”, indicó Cartes en una carta dirigida al presidente del Senado, Fernando Lugo.

Añadió que su decisión se debe a que busca dar cumplimiento a la encomienda democrática del pueblo expresada en las urnas que lo eligió para al cargo de Senador.

El 15 de agosto asumirá el nuevo presidente electo Mario Abdo Benítez.

“Hemos trabajado a lo largo de estos casi cinco años con total dedicación para lograr el desarrollo de nuestra gran nación y ratifico mi propósito de seguir sirviendo a nuestro país y a nuestra gente con dignidad y patriotismo desde el Poder Legislativo de la Nación”, remató el ahora ex presidente.

 

Foto: Twitter