Argentina, tercera economía de América Latina, elegirá este domingo a quien será su próximo presidente en plena crisis económica, con 40% de su población en la pobreza, y una inflación anual de tres dígitos (140%), además de la incertidumbre política que se ha desatado.

El mercado financiero de Argentina se movió hoy condicionado por los negocios especulativos antes del balotaje que el domingo definirá quien presidirá el país austral durante los próximos cuatro años.

Los votantes argentinos se mueven entre enojos y sustos, por lo que el sentimiento que predomine ante las urnas inclinará la balanza electoral, que tiene dos opciones: el oficialista Sergio Massa o el ultraliberal Javier Milei.

Hasta ahora, los sondeos prevén un empate técnico. La moneda está en el aire.

Con más de 30 años de carrera política, Sergio Massa buscará este domingo cumplir su sueño de ser presidente de Argentina, un verdadero desafío para quien es a la vez ministro de Economía dada la grave crisis de las últimas décadas.

Figura principal del gobierno peronista de centro-izquierda argentino, Massa ha eclipsado casi totalmente al presidente Alberto Fernández, que muy rara vez ha aparecido en los medios en esta campaña.

Esta es la segunda vez que Massa busca la presidencia, luego de una derrota en 2015. Y decidió hacerlo desde el cargo de ministro con la idea de que “la campaña es la gestión”.

Massa nació y se crió en la periferia de la provincia de Buenos Aires y tuvo sus comienzos en el partido liberal UCEDÉ a finales de la década de 1980. A mediados de 1990 viró su militancia hacia el peronismo bonaerense de la mano de las dirigentes políticas Cristina Camaño y Marcela Durrieu, su suegra.

Sin embargo, sea cual sea el resultado del próximo domingo, es innegable que el candidato a la Presidencia por La Libertad Avanza, Javier Milei, ha logrado que su discurso ‘anticasta’ y sus expresiones y apariencia disruptiva llegó a sacudir el escenario político de Argentina.

Irascible, franco, espontáneo, Javier Milei irrumpió en la política argentina insultando políticos y prometiendo dolarizar la economía. Pero, forzado a buscar consensos para ganar el balotaje del domingo, en los últimos días se ha mostrado más moderado.

El economista ultraliberal y antisistema ganó las primarias rompiendo el bipartidismo argentino y llamando a “dinamitar” el Banco Central, cortar el gasto público, reducir al mínimo el papel del Estado y acabar con la “casta política y chorra (ladrona)”.

Su estilo es el de un candidato enojado que llama a canalizar en él la rabia de quienes están decepcionados del peronismo, la corriente política que ha marcado la historia de Argentina desde los años 1940 creada alrededor de la figura del militar populista Juan Domingo Perón y encabezada por el Partido Justicialista.

Sin embargo, su táctica confrontativa no sobrevivió más allá de la primera vuelta del 22 de octubre, en la que sacó 30% de los votos. Luego de llegar en segundo lugar detrás del candidato oficialista, el ministro de Economía Sergio Massa (37%), Milei buscó acuerdos.

Se moderó para atraer el 24% de votantes de la conservadora Patricia Bullrich y para obtener el beneplácito del expresidente liberal Mauricio Macri.

Así, el candidato de 53 años redujo sus apariciones públicas y las de su círculo más cercano, dejó de hablar de cerrar ministerios y apagó sus incendiarias declaraciones; aunque se mantiene firme respecto a la dolarización de la economía local.

Así, los poco más de 35 millones de electores elegirán entre Massa y Milei para suceder a Alberto Fernández en la Casa Rosada a partir del próximo 10 de diciembre.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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