Leo Zuckermann 

Excelsior

 

 

 

Estamos en deuda. En otros países, incluyendo Estados Unidos, ha habido muchas manifestaciones en contra de la llegada de Donald Trump a la Presidencia estadunidense y lo que eso representa. Pero en México, uno de los países más amenazados por la visión del demagogo narcisista, no hemos marchado masivamente para expresar nuestro enojo y rechazo. Es hora de cumplir con esta obligación moral. Por eso celebro la organización de las marchas #VibraMéxico que se realizarán el próximo domingo 12 de febrero en varias ciudades del país (ver horarios y lugares en vibramexico.com.mx/Estados).

 

En las redes sociales muchos están preocupados porque estas manifestaciones sean en favor del gobierno de Peña Nieto. Paradójicamente, hay también a quienes les disgusta que vayan a convertirse en protestas contra éste. No nos hagamos bolas: las marchas son en contra de Trump y lo que representa para México, Estados Unidos y el resto del mundo.

 

México es un país plural donde existen muchas diferencias de opiniones. Qué bueno. La idea, según entiendo, es dejar a un lado dichas discrepancias para expresar nuestro rechazo en contra del troglodita autoritario que quiere construir un muro fronterizo, deportar a nuestros paisanos indocumentados y bloquear nuestras exportaciones. Las manifestaciones no son ni a favor ni en contra de Peña: los organizadores claramente han dicho que son contra Trump.

 

Así lo expresan: “El Presidente Trump ha emprendido una embestida contra un mundo plural, diverso, incluyente y cooperativo. Un embate contra los derechos humanos, el derecho internacional, la soberanía de las naciones y la seguridad global. Sus acciones discriminatorias y proteccionistas contra México afectarán seriamente nuestra economía y amenazan los derechos y la seguridad de los mexicanos de aquí y de allá. Es momento de que los ciudadanos sumemos esfuerzos y unamos voces para manifestar nuestro rechazo e indignación ante las pretensiones del presidente Trump, a la vez de contribuir a la búsqueda de soluciones concretas ante el reto que ellas implican”. Es muy sencillo: si usted está a favor de esta declaración, salga a marchar. Si no, pues no.

 

¿Qué pretenden las marchas? #VibraMéxico lo tiene muy claro. La convocatoria es en favor de: “Defender a México y a los mexicanos ante las amenazas del gobierno de Trump; anteponer los intereses de los mexicanos en toda negociación con el gobierno norteamericano; requerir que el gobierno informe de manera permanente sobre las negociaciones con Estados Unidos; exigir al gobierno de México evitar la simulación y asumir acciones concretas e inmediatas para combatir la pobreza, la desigualdad, la corrupción y la impunidad; demandar el respeto y la protección de los derechos de toda persona, independientemente de su nacionalidad, condición migratoria, raza o religión; y establecer el respeto, cooperación y solidaridad como bases del entendimiento y amistad entre las naciones”. Quizá hay algo de cursilería en la redacción de los objetivos pero, de nuevo, si usted está a favor de estas propuestas, venga a marchar. Si no, pues no.

 

En la Ciudad de México la cita es el domingo 12 de febrero a las 12 del día en el Auditorio Nacional. Caminaremos de ahí hasta el Ángel de la Independencia, donde cantaremos el Himno Nacional. Nada más y nada menos. Se trata de un ejercicio de pluralidad política. Todos caben. Entre más gente vaya, mejor. Puede uno ir vestido como se le dé la gana, llevar las pancartas que se les antoje y gritar sus consignas favoritas. La idea principal es mostrar rechazo a las amenazas de Trump en contra de México.

 

Al parecer, a muchos les cuesta un trabajo endemoniado dejar a un lado sus diferencias políticas e ideológicas para unirse en favor de nuestro país amenazado nada menos que por el presidente de Estados Unidos. Están, desde luego, en su derecho. No vayan, hombre. Pero es una lástima. Los vamos a extrañar porque es hora de darle prioridad a México sobre las demás cosas. Demostremos que sí podemos unirnos, aunque sea por un par de horas. Mandemos el mensaje de que a los mexicanos, como a otras naciones, también nos indigna lo que representa Trump. Es hora de pagar una deuda atrasada. Marchemos, marchemos…

 

 

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



Escribe un comentario