México rechazó por primera vez autorizar una nueva variedad de maíz transgénico, en una señal de que el gobierno federal está endureciendo su posición en torno a los cultivos modificados genéticamente.

A finales de agosto, la Cofepris rechazó un permiso para una nueva variedad de maíz transgénico solicitada por la empresa farmacéutica y de cultivos alemana Bayer, según datos del Consejo Nacional Agropecuario (CNA).

La Cofepris determinó que la nueva variedad de semilla estaba diseñada para tolerar el glifosato, añadiendo que consideraba peligrosa la sustancia ampliamente utilizada, y dijo que su rechazo se basaba en un “principio de precaución”, según los datos.

El presidente del CNA, Juan Cortina, dijo en entrevista con la agencia Reuters que los importadores mexicanos de maíz comenzarán a sentir el impacto del rechazo a la brevedad. “Ahí hay ya un primer obstáculo, que no es inmediato, pero que ahí va a venir”, dijo, añadiendo que existen otros siete permisos pendientes de semillas de maíz transgénico que llevan entre 14 y 34 meses esperando resolución. Consideró que la decisión viola el acuerdo comercial de América del Note, el TMEC.

Mientras que organismos reguladores de todo el mundo han determinado que el glifosato es seguro, en junio del año pasado Bayer se comprometió a pagar 9,600 millones de dólares para resolver alrededor de 100,000 demandas, al tiempo que negaba las reclamaciones de que el herbicida causara cáncer.

En el pasado, el gobierno federal aprobó unas 90 variedades de maíz transgénico para su importación, entre casi 170 autorizaciones totales de semillas genéticamente modificadas, incluyendo algodón y soya. Pero bajo el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), la Cofepris no ha aprobado ninguna semilla transgénica.

El año pasado, México importó más de 16 millones de toneladas de maíz de proveedores estadounidenses, casi todo cultivado a partir de variedades transgénicas. México es autosuficiente en producción de maíz blanco, que se utiliza para hacer tortillas, el alimento básico, pero depende en gran medida de las importaciones de maíz amarillo, tanto para la alimentación de ganado como para numerosos usos industriales, como la fabricación de cereales y salsas.

Recordemos que López Obrador emitió un decreto a finales del año pasado que pretende prohibir para 2024 tanto el glifosato como el maíz transgénico para consumo humano, pero aún existe confusión sobre si la prohibición se aplicaría también al grano destinado a alimentación de ganado o a la demanda industrial.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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