El pasado 25 enero la Organización Mundial de la Salud recomendó investigar la BA.2, una subvariante de Ómicron que al menos tiene 40 mutaciones diferentes respecto a la original.

En algunos países como Dinamarca o el Reino Unido su presencia ha aumentando mucho en los últimos días, aunque especialistas han señalado que aún es pronto para saber por qué; sin embargo se empiezan a conocer datos que apuntan a una mayor transmisibilidad.

Aunque son bastante diferentes, no tan cercanas genéticamente, la BA.2 y Ómicron más o menos están igual de alejadas entre sí como lo estaba Alfa de Beta o Delta. En BA.2 se han encontrado, en todo su genoma, 40 mutaciones distintas respecto a la original, además de unas cuantas en la espícula, la proteína que el coronavirus usa para entrar en la célula humana.

En países que tienen buena vigilancia, como Dinamarca o Reino Unido, BA.2 está creciendo su frecuencia, indicando que tiene cierta ventaja en la transmisibilidad. Según estudios preliminares realizados por las autoridades danesas, esta podría ser 1.5 veces más transmisible que la BA.1. Faltan datos sobre si esa subvariante puede infectar a personas que se han contagiado previamente por la Ómicron original.

De igual forma, datos preliminares en Reino Unido y Dinamarca indican que  no hay diferencias en si la BA.2 causa una enfermedad más grave que Ómicron, y se señala que en todo caso, de haberlas, causaría más gravedad la original.

Y es que recordemos que los virus mutan siempre, dentro de su proceso biológico, y se replican. Aunque en ese sistema de copia hay mecanismos de corrección, estos a veces fallan provocando una acumulación de errores o mutaciones que pueden desembocar en una nueva variante. Muchas no son especialmente distintas. En dos años han aparecido cientos y solo unas pocas: Alfa, Beta, Gamma, Delta y Ómicron, han sido calificadas como preocupantes por la OMS.

Según un informe de las autoridades sanitarias británicas del 27 de enero y tras un análisis comparativo, la efectividad de las vacunas contra la enfermedad sintomática fue similar para las dos subvariantes. La efectividad aumentó al 63% para la versión original y al 70% para BA.2 a las dos semanas de las vacunas de refuerzo.

Otro dato que también se conoce es que esta subvariante y todas las variantes son detectables en pruebas de antígenos y PCR; es decir, se detecta el coronavirus pero “sin apellido”. Para indagar en esto último hay que secuenciar la muestra del paciente.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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