El subjefe del Estado Mayor ruso, el coronel general Serguei Rudskoi informó este viernes que 1,351 soldados han muerto en Ucrania, mientras que 3,825 han resultado heridos.

Sin embargo, el miércoles pasado la OTAN estimó que entre 7,000 y 15,000 soldados rusos han muerto en cuatro semanas de guerra en Ucrania.

La cifra rusa aparentemente no incluía las bajas de los separatistas rusos respaldados por Moscú que combaten en el este de Ucrania. Tampoco estaba claro si incluía las fuerzas rusas que no dependen del Ministerio de Defensa, tales como la Guardia Nacional.

Además, Rusia aseguró que las Fuerzas Armadas bloquearon Kiev y Chernígov, en el norte de Ucrania; Járkov, en el este; Sumy, en el noreste, y Mykoláiv, en el sur, según el coronel general Serguéi Rudskói, primer vicejefe del Estado Mayor.

El Ministerio de Defensa afirmó que la región de Jersón, en el sur, y la mayor parte de la región de Zaporiyia, en el sureste, están bajo pleno control de las Fuerzas Armadas rusas.

“Las Fuerzas Armadas rusas lanzaron ofensivas en varias direcciones. Como resultado, las tropas rusas han bloqueado Kiev, Járkov, Chernígov, Sumy y Mykoláiv. La región de Jersón y la mayor parte de la región de Zaporiyia están bajo control total”, indicó Rudskói en un extenso parte militar en el trigésimo día de la ofensiva militar rusa. “La liberación de la ciudad de Mariúpol continúa”, añadió

Rudskói aseguró que las fuerzas ucranianas en el Donbás han sufrido unas 16,000 bajas entre soldados fallecidos y heridos, lo que cifró en un 26% de la fuerza original de hombres que luchan desde el pasado 24 de febrero en la región separatista prorrusa.

Paralelamente, el ministro de Exteriores de Rusia, Sergéi Lavrov, indicó que Moscú enfrenta una guerra total declarada por Occidente.

Lavrov dijo que “se nos ha declarado una verdadera guerra híbrida, una guerra total” y añadió que su objetivo era “destruir, romper, aniquilar y estrangular a la economía rusa y a Rusia como conjunto”.

Y es que durante el primer mes de lo que el Kremlin describe como una “operación militar especial” en Ucrania, Occidente ha impuesto duras sanciones contra la economía y el sistema financiero del país, además de contra su presidente, Vladimir Putin, y los oligarcas rusos.

Pero a pesar de eso, Rusia no está aislada, aseguró Lavrov. “Tenemos muchos amigos, aliados y socios en el mundo, un gran número de asociaciones en las que Rusia trabaja con países de todos los continentes, y seguiremos haciéndolo”, apuntó Lavrov, quien añadió que la gran mayoría de los estados no se sumarán a las sanciones occidentales contra Moscú.

En ese punto cabe resaltar que el gobierno de México ha rechazado sumarse a las sanciones que se han impuesto contra Rusia.

Por parte de Ucrania, el gobierno de Mariúpol informó que 300 personas fallecieron en el ataque aéreo ruso contra un teatro que se utilizaba como refugio antibombas el pasado 16 de marzo.

En el momento del ataque, en el exterior del teatro estaba escrita la palabra “NIÑOS” en ruso, a un tamaño visible desde el cielo, hecho que se viralizó en redes sociales y diferentes medios lo reportaron en todo el mundo. Ludmyla Denisova, comisionada de derechos humanos del Parlamento de Ucrania, dijo que en el edificio se refugiaban más de 1.300 personas.

Por su parte el primer ministro de Hungría rechazó el pedido del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, para enviar armas al país y respaldar las sanciones al sector energético ruso.

Viktor Orban dijo en un video publicado en redes sociales que la petición de Zelenskyy iba en “contra de los intereses de Hungría” y que las sanciones energéticas “significarían la ralentización de la economía húngara y su paralización”.

El mandatario respondía a la intervención de Zelenskyy en una cumbre de líderes de la Unión Europea celebrada el ayer en Bruselas, donde se dirigió específicamente a Orban, quien está considerado ampliamente como el aliado más próximo a Vladimir Putin en el bloque.

Hungría es el único de los países de la UE fronterizos con Ucrania que no ha suministrado armas a su vecino y no ha permitido el paso de cargamentos de armas por su frontera.

Orban explicó el viernes que el 85% del gas y más del 60% del petróleo que se usa en el país proceden de Rusia y que bloquear estas exportaciones obligaría a la población a “pagar el precio de la guerra”.

Al respecto, Alemania firmó contratos con nuevos proveedores para reducir significativamente su dependencia del carbón, el gas y el petróleo rusos en las próximas semanas, según el ministro de Economía.

Robert Habeck dijo que en las próximas semanas, el petróleo ruso representará el 25% de las importaciones alemanas, frente al 35% actual. Además, el carbón ruso se reducirá a la mitad, del 50% al 25% del total alemán, agregó.

Alemania espera también poder desligarse casi por completo del gas de Moscú para mediados de 2024, apuntó. Para lograrlo, el gobierno ha asegurado el uso de tres terminales “flotantes” con capacidad para regasificar el gas natural licuado que llegue en barco y está trabajando para habilitar terminales permanentes para las importaciones a largo plazo.

Ayer, líderes europeos rechazaron que vayan a cumplir el pedido de Moscú sobre pagar los energéticos que reciben de Rusia en rublos, tal como lo ordenó el presidente Putin. Alemania enfatizó que los contratos que se tienen marcan que el pago se debe hacer en dólares o euros, no en moneda rusa.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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