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El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) informó este viernes sobre el avances en la entrega de créditos de vivienda y para la reactivación económica; recordó que la meta es otorgar 3 millones 928 mil 537 créditos con una inversión de 307 mil 557 millones de pesos.

La secretaria de Economía, Graciela Márquez, informó que entre abril y mayo se han otorgado 740 mil 709 créditos con una inversión de 44 mil 721 mdp.

Del total de créditos entregados, 317 mil 345 son créditos a la palabra de la Secretaría de Economía, 195 mil 4 son Créditos Solidarios a la Palabra del IMSS, 80 mil 200 son Tandas para el Bienestar, 98 mil 252 son créditos personales del ISSSTE, 3 mil 994 son créditos para la vivienda FOVISSSTE y 45 mil 914 son créditos para la vivienda del Infonavit.

Adicional, de abril a diciembre se prevé entregar 300 mil créditos de nómina Fonacot.

El jefe del Ejecutivo aseguró que con estos apoyos “se está fortaleciendo la economía de abajo hacia arriba (…) no solo en el programa de créditos, en todo lo que hace el gobierno: primero a los más necesitados, a los más pobres”.

Reiteró que al impulsar a los de abajo se fortalecerá el poder de compra y en consecuencia se apoyará a las industrias y al comercio.

“Se está haciendo algo que podríamos decir es único porque se están destinando muchos recursos para el bienestar del pueblo. Estamos hablando de millones de créditos (…) es algo novedoso, inédito, porque son créditos a la palabra, que tienen que ver con un principio que nosotros sostenemos: la mayor riqueza de México es la honestidad de su pueblo”, remarcó.

Sin embargo, el presidente pidió a los mexicanos que han recibido los créditos a la palabra que cumplan con sus pagos y así otros se beneficien.

El mandatario federal adelantó que en julio se iniciarán las relaciones comerciales con Canadá y Estados Unidos, y con el tratado de libre comercio, el T-MEC, por lo que dijo, se tiene asegurada la venta de mercancías “con el mercado más fuerte del mundo, que beneficia a empresarios, profesionistas, nos beneficiamos todos”.

La crisis económica causada por la pandemia del nuevo coronavirus dejará 11.5 millones de nuevos desempleados en el 2020 en América Latina, lo cual incrementará el número total de desempleados a 37.7 millones de personas, estimaron en un informe la CEPAL y la OIT.

La contracción económica en América Latina que CEPAL estima será de un 5.3% este año, la peor desde 1930, y tendrá “efectos negativos” sobre la tasa de desocupación de la región, que pasará de un 8.1% el 2019 a un 11.5% este año, según las proyecciones presentadas por ambos organismos.

“Se proyecta un aumento de la tasa de desocupación de al menos 3.4 puntos porcentuales, lo que equivale a más de 11.5 millones de nuevos desempleados”, indica el informe “Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe. El trabajo en tiempos de pandemia: desafíos frente a la enfermedad por coronavirus (COVID-19)”.

Junto al aumento de la desocupación, ambas organizaciones esperan un marcado deterioro de la calidad del empleo en la región donde la tasa media de trabajos informales ya alcanza al 54%, afectando principalmente a los sectores más vulnerables.

La organización Internacional del Trabajo (OIT) estima la reducción de un 10.3% de las horas de trabajo, lo que afectará a unos 32 millones de personas, esto debido a la crisis sanitaria y las medidas de confinamiento tomadas por los países latinoamericanos.

Las cifras de desempleo afectarán duramente a los más vulnerables de la región, provocando el aumento de la pobreza en 4.4% y la pobreza extrema 2.6% con respecto a 2019.

“Esto implica que la pobreza alcanzaría entonces a 34.7% de la población latinoamericana (214.7 millones de personas) y la pobreza extrema a 13% (83.4 millones de personas)”, alertó la CEPAL.

Ambas instituciones ven un futuro incierto para el mercado laboral regional y estiman una recuperación bastante lenta de los empleos perdidos, que requerirá una profunda formación y educación de los trabajadores en seguridad sanitaria, protocolos de salud y horarios desfasados de ingreso y salida para evitar aglomeraciones y focos de contagio.

El presidente Donald Trump sufrirá una “derrota histórica” en las elecciones generales de noviembre próximo, en las que le pasará factura la crisis provocada por la pandemia del nuevo coronavirus Covid-19, según advierte un modelo predictivo desarrollado por Oxford Economics.

El “think-tank” británico parte de un escenario de recesión en Estados Unidos en el que el aumento del desempleo y la inflación evitará la reelección del mandatario republicano, quien obtendría apenas el 35% de los votos en esos comicios, frente al 55% pronosticado por Oxford Economics antes de la contingencia sanitaria.

“Se necesitaría un milagro económico para que los resultados favorezcan a Trump”, indica el informe, que asume que la economía estadounidense no se habrá recuperado del impacto del coronavirus para el próximo otoño, cuando se llevarán a cabo las elecciones.

Se detalla que la economía norteamericana estará “en peores condiciones que en el peor momento de la Gran Depresión”, con el desempleo por encima del 13%.

“Una tasa de desempleo superior al pico registrado durante la crisis financiera global, una caída del 6% en los  ingresos en los hogares respecto a los niveles anteriores al virus y una deflación transitoria harán que la economía sea un obstáculo casi insuperable para Trump en noviembre”, agrega el informe.

En este contexto, Oxford Economics considera que el Partido Demócrata se encamina hacia una “clara victoria”, aunque aclara que su porcentaje de votos dependerá de la participación en las urnas y de la evolución de la pandemia.

Los observadores recuerdan que el modelo predictivo de este instituto de investigación británico ha acertado el resultado en 16 de las 18 últimas elecciones en Estados Unidos, con dos únicos fallos en 1968 y 1976.

El Gobernador Alfredo Del Mazo dio a conocer este martes el plan que en el Estado de México se pondrá en marcha para retomar las actividades escolares, comerciales, laborales y sociales, una vez que pase la etapa crítica de la pandemia por Covid-19.

El mandatario local garantizó que la estrategia dará orden con lineamientos enfocados en proteger la salud de los mexiquenses.

“Para que este plan funcione necesitamos seguirnos cuidando, es muy importante permanecer en casa porque si aumenta el ritmo de contagios no podemos avanzar en el semáforo e incluso podemos retroceder”, sostuvo.

El mandatario mexiquense externó que las etapas de este regreso se harán con base en el semáforo de alerta epidemiológica definido por el gobierno federal.

Detalló que el semáforo en rojo marca la etapa de máximo contagio, por lo que solamente se pueden realizar actividades esenciales; añadió que al pasar al color naranja, la fase será de alto riesgo y podrán abrir algunas actividades no esenciales; como manufactureras, comercios de venta de alimentos, servicios de hospedajes, centros y plazas comerciales, las cuales podrán desarrollarse con un aforo máximo de 30%.

Explicó que el semáforo en amarillo marcará la fase de riesgo intermedio, y podrán reiniciar los servicios profesionales de mantenimiento, talleres mecánicos, salones de belleza, lavanderías y servicios al público en general, que no sean de entretenimiento, y aclaró que estas actividades y las de la fase naranja podrán funcionar con un aforo máximo de 60%.

Refirió que cuando el semáforo esté en verde significará la etapa de bajo riesgo, que definirá el regreso de todas las actividades, incluidas las de entretenimiento y convivencia social.

“En resumen, la fase roja, sólo actividades esenciales; en la naranja, manufactura y comercio con un aforo máximo del 30 por ciento; en la amarilla, se suman las actividades de servicios y se incrementa el aforo al 60 por ciento, y en la fase verde, todas las actividades, incluidas las de entretenimiento. En todas las fases debemos mantener la sana distancia, las medidas de higiene y el uso de cubrebocas”, dijo el gobernador en un videomensaje.

Alfredo Del Mazo subrayó que el regreso a clases será muy responsable, y por lo tanto las escuelas abrirán cuando el semáforo esté en verde.

Puntualizó que en el caso de la zona metropolitana, las acciones serán coordinadas con el Gobierno de la Ciudad de México.

Agregó que en el transporte público seguirá siendo obligatorio el uso del cubrebocas, y que las unidades de transporte deben respetar los límites de ocupación en cada fase, mientras que la limpieza y sanitización deben ser permanentes y el programa Hoy No circula se regularizará en la fase naranja.

La Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, informó que mañana se darán a conocer detalles de lo que será la continuación de emergencia sanitaria y reapertura de algunas actividades hacia la ‘nueva normalidad’ en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM).

Destacó que la austeridad republicana propone una nueva política económica que tenga como fundamento la justicia y equidad, a fin de que la distribución de los ingresos entre la sociedad permita erradicar las desigualdades y garantizar el acceso a los derechos a los habitantes en la Ciudad de México.

“Una economía distinta, es una alternativa al neoliberalismo y se fundamenta en la equidad, en la igualdad. A diferencia de otros movimientos que han planteado en otros países que deben aumentarse los impuestos para que haya más redistribución y que el propio Estado, o Gobierno, como institución debe crecer, el movimiento de la austeridad republicana tiene que ver con que la mayor parte de los ingresos se redistribuyan en la sociedad; y lo segundo, que es fundamental es la justicia y la equidad”, expresó.

La mandataria local comentó que también se trabaja en un estudio detallado del número de personas residentes y de otros estados para recibir atención médica por Coronavirus (COVID-19) en unidades médicas de la ZMVM.

“Seguir insistiendo en que estamos todavía en Semáforo Rojo, en emergencia sanitaria en la Zona Metropolitana del Valle de México y que es muy importante que sigamos con esta disciplina, si ahora liberamos esa disciplina vamos a perder una parte de lo que ganamos en el último mes y medio. Sé que es una situación que rompe con nuestra vida cotidiana y que además han sido ya muchos días, pero es muy importante que lo sigamos manteniendo”, indicó.

Sheinbaum Pardo informó que, de los casos acumulados a la fecha, en la Ciudad de México se han registrado 13 mil 672 casos confirmados de personas con Covid-19, de los cuales, 2 mil 838 se encuentran activos, y se tienen 6 mil 712 casos sospechosos.

Detalló que hay 3 mil 177 pacientes no intubados en los hospitales de la ZMVM, además de 982 intubados; indicó que hay  3 mil 861 personas recuperadas de hospitales y 11 mil 323 recuperados que fueron reportados a Locatel pero que no ingresaron a centros hospitalarios.

Precisó que al momento se reporta un 28.1% de disponibilidad de camas de hospitalización general para atención a pacientes con la enfermedad, así como un 39.1% de disponibilidad con capacidad de intubación en hospitales de la Ciudad de México.

Sobre el tema de las hospitalizaciones, la jefa de gobierno dijo que se tiene una estimación de que finales de mayo y principios de junio, habrá cerca de 8 mil personas hospitalizadas por el coronavirus en la Zona Metropolitana, por lo que dijo, los gobiernos se preparan para tener hasta 10 mil camas disponibles.

“El pico máximo que puede sostenerse en una semana estaría a finales de mayo principios de junio, no es una ciencia exacta, son estimaciones son escenarios y eso nos permite suponer que a finales de mayo se tendría el máximo de capacidad, eso siempre y cuando se sigan las medidas se sana distancia, podríamos llegar a 8 mil personas intubadas y no intubadas”.

Sobre el número de muertes asociadas al virus, se tiene el registro de mil 332 defunciones. Adicional, desde que se comenzó el seguimiento epidemiológico se han realizado 20 mil 442 pruebas, de las cuales el 29% resultaron positivas.

El presidente Donald Trump se mostró optimista sobre la posibilidad de contar con una vacuna contra el Covid-19 para fin de año o “quizás antes”.

“Estamos buscando tenerla para fin de año si podemos, quizás antes”, dijo Trump desde La Casa Blanca, al informar sobre la carrera en el país para desarrollar una inmunización

Estados Unidos es el país más afectado del mundo por la pandemia del nuevo coronavirus, con 1.4 millones de contagios y cerca de 86,000 muertes desde que se registró el primer deceso vinculado al virus a principios de febrero.

A la pregunta de cómo se puede lograr una vacuna en un plazo tan acotado, Trump respondió que se iniciaron los trabajos en enero cuando se tuvo la secuencia genética del virus.

La proyección de Trump es más optimista que la de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), quien ayer indicó que una vacuna podría estar lista en un año en un “escenario optimista”.

Trump también anunció que nombrará a Moncef Slaoui, el exjefe de vacunas de la farmacéutica GlaxoSmithKline, y al general del Ejército de cuatro estrellas Gustave Perna para dirigir la denominada ‘Ward Spedd’ (Operación Velocidad de la Luz).

“Mi gobierno está otorgando aproximadamente 10,000 millones de dólares para apoyar un esfuerzo de investigación médica” sin precedentes”, dijo Trump, comparando la búsqueda de la vacuna contra la COVID-19 con el Proyecto Manhattan durante la Segunda Guerra Mundial que llevó al desarrollo de armas nucleares.

Trump agregó que cuando la vacuna esté lista, los militares se encargarán de distribuirla, y evocó un espíritu de cooperación global. “Estamos trabajando juntos con muchos países diferentes”, aseguró.

Hasta ahora no se ha desarrollado una vacuna exitosa para ningún tipo de coronavirus que infecte a los humanos.

Más allá de la carrera para obtener una vacuna contra el Covid-19 lo antes posible y que “millones de estadounidenses tengan acceso rápido a ella”, Trump destacó que Estados Unidos está listo para reabrir su economía, severamente golpeada por la paralización generalizada de las actividades desde mediados de marzo para evitar los contagios.

“Quiero ser claro: vacuna o no, estamos de regreso”, afirmó, en alusión al levantamiento de las restricciones en curso en el país.

La Secretaría de Economía (SE) informó que, de acuerdo a cifras preliminares de Inversión Extranjera Directa (IED), de enero a marzo de 2020 se captaron 10,334.0 millones de dólares (mdd).

Dicha cifra es resultado neto por empresa o fideicomiso, de la diferencia de 15,601.5 mdd registrados como flujos de entrada y 5,267.5 mdd en flujos de salida.

Si se compara el total de IED captada en el año con las cifras preliminares reportadas para el mismo periodo de 2019 (10,162.0 mdd), se reporta un incremento de 1.7%.

La dependencia detalló que el aumento se concentró en el rubro de cuentas entre compañías, aunque el ajuste posterior de las cifras podría modificar este resultad, pues explicó que como es usual con este tipo de información, la cifra se ajustará conforme nuevas operaciones correspondientes al primer trimestre del año en curso sean reportadas al Registro Nacional de Inversiones Extranjeras.

La IED registrada a la fecha para el primer trimestre de 2020 provino de 1,803 sociedades con participación de capital extranjero, 556 contratos de fideicomiso y 10 personas morales extranjeras.

  • Por tipo de inversión (origen del financiamiento): a través de reinversión de utilidades, 76.1%; por nuevas inversiones, 22%; y, por cuentas entre compañías, 1.9%.
  • Por sector: las manufacturas, 44.1%; servicios financieros y de seguros, 24.9%; comercio, 8.3%; generación de energía eléctrica, agua y gas, 5.1%; minería, 4.8% y construcción 4.4%. Los sectores restantes captaron 8.4%.
  • Por país de origen: Estados Unidos, 38.9%; España, 14.3%; Alemania, 9.4%; Canadá, 7.2%; Países Bajos 4.6%; y, otros países aportaron el 25.6% restante.

Aclaró que los montos reportados únicamente consideran inversiones realizadas y formalmente notificadas ante el Registro Nacional de Inversiones Extranjeras de la Secretaría de Economía.

Las cifras corresponden al primer trimestre del 2020, es decir, de enero a marzo, siendo este último mes cuando comenzó la contingencia sanitaria en el país derivada de la pandemia por Covid-19.

ARTURO SARUKHÁN

EL UNIVERSAL

 

 

Hace algo más de un mes, escribía en esta página de opinión que México, más allá de las acciones inmediatas que debe instrumentar para confrontar y mitigar los efectos sociales, de salud pública y económicos de la pandemia del COVID-19, tenía que levantar la mirada y prepararse para las secuelas y los escenarios internacionales del día después (https://www.eluniversal.com.mx/opinion/arturo-sarukhan/cuando-pase-el-te…); es decir, anticipar cómo encarar algunas de las mega-tendencias que ya se perlan en el mundo como resultado de este momento de brutal disrupción generalizada y global, así como confrontar los retos y aprovechar las oportunidades que se ciernen sobre las relaciones internacionales y, en particular, sobre nuestro país.

Después de décadas de creciente interdependencia económica, la pandemia está desafiando premisas subyacentes de la globalización, motivando a muchos países a priorizar de manera más clara sus propios intereses y de paso abriendo interrogantes acerca de la interdependencia e interconectividad -económica, comercial, laboral, en servicios, tecnológica y científica- que han caracterizado al sistema internacional desde el fin de la Guerra Fría. La “desglobalización” (Donald Trump y Brexit son expresiones de ese proceso) era ya un hecho antes del estallido de la crisis del coronavirus, y ahora todo apunta a que esa tendencia se acelerará. Los gobiernos de todo el mundo, algunos de manera más eficiente y eficaz que otros, están reabriendo paulatinamente sus economías a velocidades distintas y al amparo de paradigmas y políticas dispares, buscando minimizar la dependencia con y hacia el exterior, un proceso que impactará a potencias y economías emergentes por igual.

Pero en este sentido, no todas son malas noticias -o al menos, no debieran ser malas noticias- para nuestro país en esta coyuntura. El declive en particular de cadenas de suministro globales va a ser una calamidad para muchos economías emergentes y en desarrollo, pero paradójicamente para México puede representar una oportunidad histórica norteamericanos y con inversionistas nacionales y extranjeros. Ese potencial se basa en tres factores esenciales. El primero es la creciente confrontación entre Estados Unidos y China, espoleada por la recriminación mutua en torno al origen de esta pandemia. Está claro que lo que comenzó hace unos años como fricción diplomática y geopolítica y desacuerdos comerciales se ha convertido ahora en una lucha frontal que está desarticulando la relación simbiótica que ambas naciones habían desarrollado desde el ingreso de China a la OMC. Como resultado, EE.UU y sus aliados están buscando activamente dónde reubicar sus centros de producción, y México es probablemente la mejor opción en virtud de la vecindad geográfica y las cadenas norteamericanas de suministro y plataformas de producción integradas. El segundo es la reciente ratificación del TMEC y su próxima entrada en vigor. Y el tercero es la importante depreciación del tipo de cambio, resultado de la incertidumbre internacional y la mayor percepción de riesgo en la economía, lo cual genera un aumento en la competitividad de nuestras exportaciones. Estos tres elementos crean condiciones únicas para que México encienda este poderoso motor económico y acelere el camino hacia la recuperación de la actividad productiva y el empleo.

El éxito en esta tarea dependerá de varios factores simultáneos. Primero, que México haga la tarea para generar confianza y atraer inversión y certidumbre. Segundo, que busquemos con nuestros dos socios norteamericanos aprender del error de no haber coordinado ante el brote de la pandemia la designación simétrica de sectores e industrias estratégicas en virtud de esa interdependencia de las tres economías. Si bien ello ineludiblemente se dio en el contexto de nuestras respectivas características epidemiológicas particulares, en este momento ya hay que paliar los efectos de esa descoordinación de origen, armonizando criterios lo más posible (repito, respetando las necesidades particulares y prevalecientes en materia de salud pública en nuestro país) y sincronizando nuestros procesos de reapertura económica. Y tercero, hay que mandar un mensaje palmario e inequívoco a Washington con
un golpe de timón diplomático y discursivo. Si México, como ha quedado demostrado en este momento, es un socio esencial para la reactivación económica estadounidense, entonces este presidente estadounidense tiene que dejar de caracterizar a nuestro país, en cada oportunidad delante de él, como una amenaza o frente de vulnerabilidad para EE.UU. Y de la misma manera, nuestros jornaleros agrícolas indocumentados –“ilegales” en el argot de Trump y la derecha xenófoba y nativista- no pueden ser esenciales en esta crisis y a la vez seguir viviendo en la sombra sin ningún derecho a la salud y con el temor de ser deportados cuando la crisis amaine.

A medida que EE.UU vuelva a reabrir, tendrá que tener en cuenta las necesidades e intereses de sus vecinos, la necesidad de operaciones sanitariamente seguras y fomentar una colaboración crucial, sinérgica y mutuamente beneficiosa. La seguridad humana y el bienestar de los mexicanos tienen que concebirse a su vez como fundamentales para la seguridad humana y el bienestar de los mexicanos tienen que concebirse a su vez como fundamentales para la seguridad humana y el bienestar de los estadounidenses, poniendo de relieve la necesidad de profundizar la colaboración y armonizar políticas a raíz de nuestra convergencia, desde las cadenas de suministro integradas hasta los retos de salud pública, tal y como lo hicimos ambas naciones en su momento en 2009 ante la crisis económica y la pandemia de ese año. Si la reapertura prematura genera un nuevo brote en cualquier lado de nuestra frontera, ello solo minará aún más lo posibilidad de garantizar que nuestras cadenas de suministro se conviertan en el motor de nuestra eventual recuperación económica y -ante las tendencias globales que se avecinan- de una oportunidad geoestratégica sin precedentes para Norteamérica.

Pocos eventos han detonado en Estados Unidos y en su capital preguntas tan apremiantes sobre la futura prosperidad y seguridad de los tres países norteamericanos que la actual mecánica de nuestras cadenas de suministro. Cada uno de los tres gobiernos en lo individual tiene asignaturas pendientes en esa tarea de abonar a su fortaleza y relevancia, sin menoscabo de las que enfrenta el nuestro, generando certidumbre y confianza en momentos en que ésta escasea alrededor del mundo. Pero para México en particular, hay una labor y oportunidad esenciales en los meses por delante. En la política exterior y particularmente en la relación con México, Trump desdeña el ajedrez y persiste en solamente jugar a las matatenas. Y hacerlo entender que las cadenas de suministro no se tratan de intereses privativos de EE.UU, sino de la fortaleza y resiliencia de las tres naciones norteamericanas y de la región entera frente al mundo, será sin duda una tarea cuesta arriba. Pero no debemos desperdiciar la banda-ancha de atención que esta crisis ha generado sobre nuestras cadenas de suministro para en esta coyuntura liderar, planteando ante Washington y Ottawa la importancia crucial que éstas encierran para nuestro futuro común. Si las tres capitales norteamericanas no aprovechan el momento, al grito de carpe diem, no solo se desperdiciaría una oportunidad estratégica única y singular y que, sobre todo para un país como el nuestro, solamente llega en ocasiones contadas en la historia; sería un error calamitoso.

 

El sector automotriz mexicano estrechamente vinculado con las cadenas de producción de Estados Unidos, podrá reanudar operaciones antes del 1 de junio, si establece protocolos seguros para evitar la transmisión del coronavirus.

Así se dio a conocer en el Acuerdo que fue publicado este viernes por la autoridad sanitaria en el Diario Oficial de la Federación (DOF), relacionado a la estrategia de reapertura de las actividades sociales, educativas y económicas.

La autorización para reiniciar actividades, que incluye también a la minería y la construcción, se produce después de que las tres industrias fueron incluidas esta semana como actividades económicas esenciales que podrían retomar actividades en los próximos días.

“Se establece como acción extraordinaria que las actividades de la industria de la construcción, la minería y la referente a la fabricación de equipo de transporte, serán consideradas como actividades esenciales. Las empresas que se dediquen a las actividades a que se refiere el párrafo anterior, podrán iniciar labores el 1 de junio de 2020”, se lee en el Acuerdo.
Sin embargo, precisa que para regresar a actividades, las empresas o industrias dedicadas a las actividades consideradas como esenciales, deberán presentar protocolos de seguridad sanitaria acordes con los lineamientos generales que dispongan las secretarías de Salud, de Economía y del Trabajo y Previsión Social.
En ese sentido se aclara que en el caso de el proceso de protocolos se logre concluir y se aprueba antes del 1 de junio de 2020, la empresa o industria correspondiente podrá dar inicio a sus operaciones.

El gobierno aclaró que se trata de un acuerdo de buena voluntad entre las partes, aunque “si no se cumple se procederá a la clausura de las empresas o industrias que pongan en riesgo la salud de sus trabajadores”.

Tras reconocer que la pandemia de Covid-19 y las medidas adoptadas para evitar su propagación han afectado considerablemente a la actividad económica mundial, la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) anunció su decisión de disminuir en 50 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día a un nivel de 5.5%.

Con el nuevo recorte, el cuarto en lo que va de 2020, la tasa de interés queda en su menor nivel en poco más de 3 años, desde diciembre de 2016, cuando aumentó de 5.25% a 5.75%.

El Banco de México explicó su decisión al indicar que la actividad económica en México tuvo una importante contracción en el primer trimestre del año, la cual incorpora los efectos asociados a la pandemia en marzo, que afectaron considerablemente a la producción de bienes y servicios.

“Si bien aún se desconocen la magnitud y la duración de las afectaciones ocasionadas por la pandemia, se anticipa que estas se profundicen en el segundo trimestre y den lugar a contracciones importantes en el empleo”, indicó Banxico.

Recordó que la inflación general anual disminuyó de 3.25 a 2.15% entre marzo y abril de 2020 como resultado de una disminución del componente no subyacente de 2.19 a -1.96% y del subyacente de 3.60 a 3.50% en el mismo periodo.

Precisó que un factor de especial relevancia en esta evolución fue la reducción en la variación anual de los precios de los energéticos, particularmente de las gasolinas. Las expectativas para la inflación general de corto plazo han disminuido, mientras que las de mediano y largo plazos se han mantenido relativamente estables, si bien en niveles superiores a la meta de 3%.

Destacó que en cuanto a los riesgos para la trayectoria prevista de la inflación, a la baja destacan la importante ampliación en la brecha negativa del producto y los efectos de la reducción en los precios de los energéticos. Al alza, que la depreciación del tipo de cambio sea mayor o más persistente, así como posibles disrupciones en las cadenas de producción y distribución de algunos bienes y servicios.

De los cuatro recortes a la tasa que el Banco de México ha anunciado en lo que va del 2020, tres han sido en el marco de la emergencia sanitaria por Covid-19.

La Junta de Gobierno reiteró que tomará las acciones que se requieran con base en la información adicional y considerando la fuerte afectación a la actividad productiva, así como la evolución del choque financiero que enfrentamos, de tal manera que la tasa de referencia sea congruente con la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta del Banco de México en el plazo en el que opera la política monetaria.

Luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) encabezara esta mañana la presentación del plan de reinicio gradual de las actividades tras la Jornada Nacional de Sana Distancia, por la pandemia de Covid-19, las reacciones de los distintos sectores comenzaron a aparecer.

“El Plan de Reactivación anunciado hoy es un paso importante, resultado de la coordinación entre las dependencias, los gobiernos locales y la iniciativa privada responsables de la estrategia de salud y de reactivación económica”, indicó Jorge Torres, Presidente de American Chamber/Mexico.

Señaló que desde la American Chamber consideran clave continuar trabajando en unidad, e integrar una visión binacional a la estrategia.

Añadió que es necesario alinear acciones para contener de la mejor forma el impacto de la pandemia y asegurar que México se mantenga en las cadenas de suministro que generan empleo para millones de familias”.

Por su parte la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) celebró la reapertura de la economía para las industrias esenciales y todas aquellas que son estratégicas de la vida económica y social del país.

“Reconocemos y agradecemos el respaldo y apertura de las autoridades federales y estatales, por mantener un diálogo transparente -encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador- con el fin de sumar en conjunto por el bienestar de la sociedad mexicana”, indicó a través de un comunicado.

Ante la pérdida de empleos que se ha registrado, la AMIA reiteró su compromiso para agilizar de manera inmediata la reanudación de las actividades, pues recordó que dicho sector representa el 3.8% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y 20.5% del PIB en el sector manufactura, además de que son un actor relevante en la aplicación del nuevo Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

Adicional señalaron que el sector automotriz representa una actividad para poco más de 980 mil mexicanos.

“La industria automotriz ha sido puntal de la economía para superar las crisis económicas de los años 1986, 1994, 2008-2009 y estamos seguros de que así sucederá con las circunstancias de 2020”, remató la AMIA.

La inflación interanual se desaceleró hasta abril a su nivel más bajo en más de cuatro años, según cifras oficiales publicadas este jueves, lo que da mayor espacio al Banco de México (Banxico) para seguir recortando la tasa de interés referencial.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que en abril de 2020 el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) presentó una disminución de 1.01 % respecto al mes inmediato anterior, así como una inflación anual de 2.15%.

Se trata de su medición más baja desde diciembre de 2015, cuando fue de un 2.13%.

Para el mismo mes de 2019 las cifras fueron de 0.05% mensual y de 4.41% anual.

Al interior del INPC, el índice de precios subyacente, considerada un mejor parámetro para medir la trayectoria de los precios porque elimina productos de alta volatilidad, subió 0.36% mensual y 3.50% anual durante el mes que se reporta, y el índice de precios no subyacente retrocedió 5.17% mensual y 1.96% anual.

Dentro del índice de precios subyacente, los precios de las mercancías se incrementaron 0.63% y los de los servicios 0.06% mensual.

En cuanto al índice de precios no subyacente, los precios de los productos agropecuarios bajaron 0.79% mensual y los de los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno descendieron 8.57% como resultado de la reducción en el precio de las gasolinas y de los ajustes en las tarifas eléctricas por el esquema de temporada cálida en 18 ciudades del país.

El índice nacional de precios al consumidor arrojó una tasa anual de 2.15% en el cuarto mes del año, comparado con un 3.25% de marzo, de acuerdo con datos divulgados por el instituto de estadística INEGI

Recordemos que Banxico recortó el 21 de abril pasado su tasa clave en 50 puntos base a 6% en una decisión fuera de calendario y dictó medidas adicionales de apoyo para proveer liquidez al sistema financiero.

El Consejo Coordinador Empresarial (CCE), junto a sus 12 organismos, presentaron este miércoles las propuestas que se desprendieron de la Conferencia Nacional para la Recuperación Económica.

El evento se conformó por 11 mesas de trabajo, en las que se contó con 263 panelistas de todos los sectores de la sociedad y del gobierno.

“Estamos convencidos de que es el momento de la unidad y las propuestas. Nuestro objetivo es promover el diálogo plural, escuchar propuestas y acciones que nos unan, solidaricen y enfoquen ante la crisis que enfrentamos”, indicó Carlos Salazar Lomelí, presidente del CCE.

El documento con las 68 propuestas se divide en tres momentos: acciones inmediatas para solventar la crisis; acciones para reabrir la economía, y acciones de mediano y largo plazo para detonar el crecimiento incluyente y el desarrollo social

En el primer rubro destaca el contar con servicios de salud de calidad y con los insumos necesarios para responder a la pandemia, mediante la disponibilidad y aplicación de pruebas para detectar casos de Covid-19, así como promover una mayor eficiencia en la Comisión de Autorización Sanitaria de la COFEPRIS y del InDRE para agilizar la autorización de insumos de salud necesarios durante la crisis.

Se contemplan también acciones para garantizar el bienestar social, proteger a las poblaciones más vulnerables adicionando más recursos a los programas existentes. Mencionan cubrir las necesidades básicas de alimentación de la población más vulnerable; fortalecer los mecanismos de protección para las mujeres.

También se menciona el minimizar el impacto de la crisis económica tomando medidas que apoyen la sostenibilidad de las empresas y se garantice la continuidad de las cadenas de valor, lo que se logrará promoviendo que las empresas apoyen a sus proveedores; establecer un fondo especial para emitir factoraje a las MiPyMEs; acelerar la devolución de IVA; postergar las obligaciones y modificaciones legales y normativas que incrementen los costos para las empresas, y diferir las obligaciones fiscales de corto plazo por un periodo concreto.

Señalan, en las propuestas, la necesidad de inyectar liquidez a la economía y mantener la sostenibilidad fiscal, mediante el incremento de la deuda en un rango de 0.5% hasta el 5% del PIB, así como reorientando el gasto público hacia necesidades inmediatas.

Salazar Lomelí indicó que propusieron una visión de mediano y largo plazo para recuperar el crecimiento, el empleo y el consumo, además que el Estado pueda tener los recursos para mantener un gasto de gobierno que oriente las actividades productivas.

“Creemos que estas 68 ideas tienen que traducirse en políticas públicas y privadas para reducir los efectos negativos en las familias mexicanas, empezando por las más pobres y desprotegidas”, añadió el dirigente del CCE.

En cuanto a las acciones para reabrir la economía, llamaron a contar con una coordinación entre los sectores de la sociedad y los órdenes de gobierno para que la reapertura de la economía minimice la disrupción ya existente.

En ese sentido, pidieron definir mecanismos y tiempos de reapertura a la brevedad; homologar la definición de sectores esenciales con EUA y Canadá; diseñar protocolos entre el sector público y privado, así como garantizar la coordinación entre los tres órdenes de gobierno.

Destacó que el objetivo del trabajo que se realizó es proteger el empleo, los salarios y los ingresos de las familias; confió en que se retomarán las actividades y se logrará una recuperación económica en todo el país.

En una clara alusión a lo que ha venido expresando el presidente López Obrador, Salazar Lomelí dijo que siempre estarán de acuerdo en proteger a los más desfavorecidos y que los que menos tienen reciban el apoyo prioritario; sin embargo dijo, también se necesita un sistema que promueva el desarrollo del país y ayude a las empresas a salir de la crisis.

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El presidente Donald Trump se prepara este miércoles a acelerar el desconfinamiento pese a que la pandemia de Covid-19 sigue cobrando vidas; el mandatario asegura que es necesario dejar atrás las medidas de contención para evitar una catástrofe económica en su país.

En Estados Unidos, el número de fallecidos ya es de más de 71,000, según la Universidad Johns Hopkins, el balance más elevado del mundo, y el país podría alcanzar las 100,000 víctimas fatales a principios de junio de acuerdo con diversos modelos epidemiológicos.

Pese a estos datos, el presidente Donald Trump hizo un llamado para reactivar la economía del país.

“Debemos abrir nuestro país”, dijo el mandatario desde una fábrica de mascarillas en Honeywell en Phoenix, Arizona (suroeste). “No podemos mantener nuestra economía cerrada por los próximos cinco años (…) No digo que todo sea perfecto. ¿Se verán afectadas duramente algunas personas? Sí. Pero debemos reabrir nuestro país y debemos hacerlo pronto”, añadió, sin llevar máscara, aunque sí usó unas gafas protectoras.

Una nueva etapa podría abrirse en el país, donde La Casa Blanca se preparaba para desmantelar la célula de crisis contra el coronavirus en las próximas semanas, anunció el vicepresidente Mike Pence.

La primera potencia económica mundial, donde la tasa de desempleo debería alcanzar el 20% en abril, es decir una persona activa de cada cinco, no quiere quedarse atrás, mientras Asia, donde irrumpió la pandemia, empieza a retomar actividades normales y a reabrir su economía.

La enfermedad ha causado al menos 256,000 muertos en el mundo desde su aparición en diciembre en China, y ha obligado a más de la mitad del planeta a quedarse en casa.

En otro tema, Trump aseguró hoy que el equipo de trabajo para la respuesta contra la pandemia continuará en su trabajo de forma indefinida, concentrados en la seguridad y reapertura del país.

En su cuenta de twitter Trump afirmó que la última reunión virtual con los gobernadores dio buenos resultados, por lo que se decidió mantener al equipo de trabajo a flote de forma indefinida.

Y es que recordemos que el vicepresidente Mike Pence, quien coordina dicho equipo oficialmente, confirmó que La Casa Blanca planeaba disolver el equipo de trabajo en contra del COVID-19 para el 25 de mayo.

En una serie de tuits Trump afirmó que el equipo había hecho un trabajo fantástico y remarcó que su país ha producido miles de ventiladores, los cuales han podido otorgar a otros países, además de afirmar que hacen más pruebas que cualquier otro país para combatir la enfermedad.

Citibanamex presentó este martes los resultados de su última edición de la Encuesta Citibanamex de Expectativas, en el que participan 28 especialistas.

Entre los principales resultados, los participantes de la encuesta esperan un crecimiento económico en 2020 de -7.5%, es decir un ajuste a la baja desde el -6.7% previsto en la encuesta anterior, con un rango en las estimaciones que va desde -9.7% a -4.2%.

Esto representa el sexto decremento al hilo para la mediana de los pronósticos de crecimiento del PIB este año, desde el 1.0% estimado por el consenso de acuerdo a la encuesta publicada el 5 de febrero. Para 2021, la expectativa del consenso para el crecimiento del PIB se mantiene sin cambio en 2.5%.

En cuanto a la inflación general, en abril se estima en 2.1% anual. Los participantes de la encuesta anticipan que el INPC cayó en (-)1.02% m/m en abril, lo que implica una tasa anual de 2.14%. Esta última se ubicaría por debajo de la tasa registrada en marzo de 3.25%, y sería la más baja desde diciembre de 2015. Para la inflación subyacente, se espera una tasa de 0.32% m/m, o bien 3.46% a/a, también menor a la tasa de 3.60% observada en marzo.

Para finales de 2020 y 2021, las expectativas para la inflación general anual disminuyeron a 2.99% y 3.50%, respectivamente, desde las previas de 3.20% y 3.55%.

Los pronósticos de tipo de cambio se mantienen prácticamente sin cambio respecto de hace dos semanas. Ahora se espera que el USDMXN al cierre de año alcance 22.95, similar al estimado de 23.00 pesos por dólar hace una  quincena. Para finales de 2021, el consenso ahora ve al peso en 22.15 unidades por dólar, ligeramente por debajo de los 22.22 que sepronosticaban en la encuesta anterior.

La nueva proyección de Citibanamex coincide con lo anunciado ayer por la agencia calificadora Moody’s, quien redujo su pronóstico de crecimiento económico de México para el cierre de 2020 a una contracción de un 7.0%.

Recordemos que Moody’s, que hasta ahora mantenía una proyección de una caída del 3.7% para el PIB local de este año, recortó a mediados de abril pasado la nota crediticia de nuestro país a “Baa1”, con una perspectiva negativa, lo que indica que es probable una nueva rebaja.

La calificadora explicó que mientras la propagación del virus representa un gran impacto negativo para la economía, las débiles perspectivas de crecimiento y el apoyo continuo a la petrolera estatal Pemex son los principales retos que enfrenta la calificación crediticia.

“La contracción económica de México en 2020 podría ser aún más profunda y la recuperación podría llevar más tiempo de lo que anticipamos. Si la pandemia empeora, las presiones para aumentar el gasto público se sumarían al deterioro de la dinámica fiscal y de la deuda”, dijo Moody’s.

De acuerdo a datos publicados este lunes por el Banco de México (Banxico), Las remesas en México tuvieron un aumento de 35.7% en marzo pasado, respecto al mismo periodo del año pasado, lo que significa la mayor alza desde septiembre del 2003.

El dinero enviado a México durante marzo ascendió a 4 mil 16 millones de dólares, mientras que el mismo mes de 2019 fue de 2 mil 957.9 millones de dólares.

Los envíos de los mexicanos en el exterior se dispararon 49% respecto al mes anterior, lo que equivale al mayor incremento mensual desde 1995.

Las cifras corresponden al mes en que la pandemia comenzó a golpear a diversos países en los que residen los mexicanos que envían dinero a sus familiares, principalmente en Estados Unidos.

Al respecto, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) agradeció esta mañana la solidaridad de los connacionales que viven en el extranjero.

“Queremos agradecer a los migrantes mexicanos porque ayer se dio a conocer el dato de que aumentaron las remesas en el mes de marzo, llegaron a 4 mil millones de dólares. Esto llevaba casi 20 años que no sucedía, hubo un incremento de febrero a marzo de 35 por ciento”.

AMLO destacó que los ‘paisanos’ enviaron casi 100 mil millones de pesos en marzo, con casi 10 millones de envíos.

López Obrador destacó que en promedio, los migrantes mexicanos enviaron 380 dólares, 9 mil pesos aproximadamente, a 10 millones de beneficiarios. “Les agrademos mucho a nuestros paisanos migrantes, héroes vivientes”, expresó.

Esta acción, refirió, compromete al gobierno federal a seguir apoyando a los mexicanos más necesitados, por ello reiteró que cada mes se dispersarán 100 mil millones de pesos en apoyos a las empresas familiares, créditos personales, créditos a la vivienda y a programas sociales para reactivar la economía.