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Joe Biden y Donald Trump visitarán la frontera con México esta semana, en el mismo día, en una muestra de cómo la crisis migratoria se ha convertido en uno de los temas más importantes de cara a las elecciones de noviembre próximo.

Biden visitará el jueves la ciudad fronteriza sur de Brownsville, en Texas, para reunirse con agentes de la Patrulla Fronteriza, autoridades policiales y líderes locales, informó un funcionario de la Casa Blanca.

Ese mismo día, el expresidente Donald Trump, que se ha mostrado muy crítico con la política fronteriza de su sucesor demócrata y con el número de inmigrantes ilegales que llegan al país, visitará Eagle Pass, en Texas, dijo uno de sus asesores de campaña.

Trump está cerca de hacerse de la nominación presidencial tras una serie de victorias en las primarias sobre la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley, su última rival. El republicano está centrando ahora sus ataques en Biden, a quien las encuestas muestran vulnerable en el tema de la inmigración.

El índice de aprobación del presidente demócrata se hundió hasta el 38% en enero pasado debido a la preocupación por la inmigración, según el último sondeo de Reuters/Ipsos.

La encuesta reveló un aumento de la preocupación por la inmigración, que el 17% de los encuestados calificó como el problema más importante del país en la actualidad, frente al 11% que lo citó como el problema más acuciante en diciembre. Fue la principal preocupación de los encuestados republicanos, con un 36%, por encima del 29% que citó la economía.

El Gobierno de Biden ha tenido problemas para hacer frente al aumento de los solicitantes de asilo en la frontera con México, mientras que los republicanos en el Congreso, alentados por Trump, han amenazado con echar por tierra un intento bipartidista de abordar el problema.

El jueves, Biden reiterará su llamado a los republicanos del Congreso para que proporcionen los fondos necesarios para que haya más agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, más funcionarios de asilo, tecnología de detección de fentanilo y otras herramientas.

El asesor de Trump dijo que el hecho de que Biden visite la frontera el mismo día que el expresidente “muestra lo grande que es este problema para él”.

Donald Trump, favorito para hacerse con la candidatura presidencial republicana, ha dejado claro que, de regresar a la Casa Blanca, su política migratoria irá más allá del famoso muro fronterizo que lo catapultó a la presidencia en 2016.

En sus mítines de campaña, ha adoptado una fuerte retórica antimigratoria, llegando a afirmar que los extranjeros “envenenan” la sangre de Estados Unidos, y ha mencionado planes que van desde deportaciones masivas hasta la construcción de centros gigantes para detener a migrantes indocumentados.

Trump ha prometido repetidamente en sus eventos de campaña que, si regresa a la Presidencia, llevará a cabo la “mayor operación de deportación” en la historia de Estados Unidos.

Para hacerlo, el Gobierno federal pediría ayuda a los reservistas de la Guardia Nacional, detalló Stephen Miller, el principal ideólogo de las propuestas xenófobas de Trump, hace solo tres días durante la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), la gran cita de la derecha estadounidense.

Según Miller, Trump desplegaría a las Fuerzas Armadas en la frontera para negar la entrada a aquellos que necesiten solicitar asilo y deportaría automáticamente al interior de México a quienes intenten cruzar.

Trump ha citado como ejemplo de este tipo de deportaciones la conocida como ‘Operación Wetback’, ejecutada en 1954 por el entonces presidente Dwight D. Eisenhower y que resultó en la deportación de más de un millón de personas, en su mayoría mexicanos.

Para ejecutar esa gigantesca operación, la campaña de Trump ha dejado entrever sus planes para construir grandes centros para detener a los migrantes y después expulsarlos de Estados Unidos.

La idea sería establecer instalaciones “a gran escala” donde los migrantes aguardarían para ser deportados con vuelos de expulsión programados de manera continua, explicó en la conferencia CPAC Stephen Miller, quien previamente asesoró a Trump durante su mandato y que podría volver a la Casa Blanca.

Sin embargo, la legalidad de estos centros podría ser cuestionada en los tribunales, como ya ocurrió con algunos de los planes más radicales de Trump cuando estaba en la Casa Blanca.

Anticipándose a esos desafíos legales, Trump ha prometido invocar una sección de las leyes de extranjería y sedición aprobadas por el Congreso en 1789, que otorgan al presidente un mayor poder para deportar y detener a individuos que no son ciudadanos estadounidenses en tiempos de guerra.

Esa ley fue utilizada durante la Segunda Guerra Mundial por el presidente Franklin D. Roosevelt para establecer centros de internamiento donde fueron detenidos miles de migrantes japoneses y sus descendientes nacidos en Estados Unidos.

La campaña de Trump no ha especificado cuántos migrantes serían objeto de estas políticas. Sin embargo, se estima que actualmente 11 millones de inmigrantes indocumentados viven en Estados Unidos.

Trump tampoco ha descartado la posibilidad de volver a separar a las familias de migrantes que llegan a la frontera, una política que ya implementó durante su tiempo en la Casa Blanca.

Durante una intervención el año pasado en CNN, Trump admitió que la idea de separar familias “suena dura”, pero luego añadió: “Cuando les dices a las familias que si vienen las vamos a separar, ellos no vienen. Y no podemos permitirnos tener más”.

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS), encargado de migración, ha reconocido que se separaron a 4,227 niños de sus familias durante la Administración de Trump.

Tras la llegada al poder del presidente Joe Biden, en enero de 2021, se creó un grupo de trabajo para abordar esta cuestión y, según un informe del DHS de noviembre de 2023, ya se han logrado reunir a 3,147 niños con sus padres.

La campaña de reelección de Biden ha levantado la voz sobre las políticas de Trump y las ha calificado de “racistas, antiestadounidenses e ineficaces”.

La migración irregular a través de México subió un 77.2% en 2023, según cifras del Gobierno federal reveladas este viernes, un fenómeno que mantiene a la frontera sur del país en niveles inéditos de saturación.

La Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (Segob) registró 782,176 “eventos de personas en situación migratoria irregular en México” en 2023, cerca de 340,000 más que los 441,409 que hubo en 2022.

El mayor incremento ocurrió en la migración irregular proveniente de África, que se disparó casi un 797% hasta los 59,834 migrantes detectados, por encima de los 6,672 que se reportaron en 2022, mientras que la de Asia aumentó más del 342% hasta las 45,877 personas.

En tanto, la migración irregular de Suramérica se elevó cerca de 117% hasta las 345,941 personas, con lo que desplazó a Centroamérica como la principal región de origen de los migrantes indocumentados.

La migración de América Central subió un 17.6% hasta las 246,371 personas, y la del Caribe avanzó casi 55% hasta las 80,861.

El principal país de origen de los migrantes irregulares fue Venezuela, con 222,994, un aumento de 131.81% respecto a 2023. Le siguen Honduras (119,402), Guatemala (81,535), Ecuador (70,790) y Haití (45,091).

Las cifras se reportan tras un año con un flujo migratorio “sin precedentes” en México y Centroamérica, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), con el arribo de hasta 16,000 migrantes diarios a las fronteras del país en el punto más álgido, de acuerdo con el presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Donald Trump reiteró que los países miembros de la OTAN deben contribuir más a la Alianza, caso contrario Estados Unidos nos los debería proteger ante una agresión.

Durante un mitin que ofreció en Carolina del Sur, el favorito en las primarias republicanas para elegir al candidato de ese partido en las próximas elecciones presidenciales, insistió en que Estados Unidos no debe proteger a los países que no paguen su cuota.

En la ciudad de North Charleston, Trump incluso opinó que la cuota del 2% del PIB que cada país miembro de la OTAN hace en Defensa debería subir al 4%.

Y es que el pasado sábado, en otro mitin electoral también en Carolina del Sur, el expresidente arremetió contra la OTAN y dijo que permitiría que Rusia hiciera lo que quisiera, incluso atacar a los miembros de la Alianza que no realicen el pago del 2% de su PIB, objetivo establecido por la organización transatlántica y que una veintena de miembros no cumplen.

El rechazo de varios líderes europeos no se hizo esperar, al igual que el del actual presidente de EUA, el demócrata Joe Biden, quien calificó el comentario de “estúpido” y “vergonzoso”.

Durante el acto de campaña de ayer por la noche, y como lo ha manifestado en otras ocasiones, Trump señaló que una administración suya resolvería de manera rápida la guerra entre Ucrania y Rusia.

En esta ocasión, saludó que no tenga posibilidad de prosperar en la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, el proyecto aprobado por el Senado con un paquete de ayudas por 95,300 millones de dólares, de las cuales 60,000 millones son para Ucrania.

Trump volvió a calificar los procesos legales que afronta como casos de “interferencia electoral”, debido a que concurre a las elecciones generales del próximo noviembre y, agregó que algunas encuestas le dan un triunfo sobre Biden.

“Quieren silenciarme”, señaló Trump al tiempo que llamó a sus simpatizantes a votar en las primarias republicanas de Carolina del Sur, previstas para el próximo 24 de febrero, a las que llega como claro favorito frente a la otra aspirante a la nominación, la exembajadora de EUA ante la ONU, Nikki Haley.

Trump está muy cerca de hacerse con la nominación de su partido después de sus éxitos rotundos en Iowa, Nuevo Hampshire, Nevada e Islas Vírgenes.

El expresidente también aprovechó para arremeter contra Biden, a quien criticó en varios momentos del mitin por la “trágica” gestión de la frontera con México.

El Senado de Estados Unidos, liderado por los demócratas, aprobó esta mañana, a primera hora, un paquete de ayuda de 95,340 millones de dólares para Ucrania, Israel y Taiwán, en un contexto de crecientes dudas sobre su destino en la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos.

Los legisladores aprobaron la medida en una votación de 70-29, lo que superó el umbral de 60 votos de la cámara para su aprobación, y enviaron el proyecto a la Cámara de Representantes. 22 republicanos se unieron a los demócratas para apoyar el proyecto de ley.

“Hacía años, quizá décadas, que el Senado no aprobaba un proyecto de ley que afecta tanto no sólo a nuestra seguridad nacional, no sólo a la seguridad de nuestros aliados, sino también a la seguridad de la democracia occidental”, dijo Chuck Schumer, líder de la mayoría en el Senado.

La votación en el Senado inició la madrugada de este martes, después de que ocho republicanos de línea dura contrarios a la ayuda a Ucrania extendieron la sesión con discursos durante más de seis horas.

Recordemos que el presidente demócrata Joe Biden lleva meses instando al Congreso a que apure la nueva ayuda a Ucrania y a los socios de Estados Unidos en el Indo-Pacífico, incluido Taiwán. Tras el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre, también solicitó fondos para el aliado de Estados Unidos, junto con ayuda humanitaria para los palestinos de Gaza.

El presidente Volodímir Zelenski reaccionó a esta aprobación. Agradeció el apoyo y la “asistencia continua a Ucrania mientras luchamos por la libertad, la democracia y los valores que todos apreciamos”.

En su mensaje de redes sociales, dijo que la continua asistencia estadounidense ayuda a salvar vidas humanas del terrorismo ruso. “Significa que la vida continuará en nuestras ciudades y triunfará sobre la guerra. La asistencia estadounidense acerca la paz justa en Ucrania y restablece la estabilidad global”.

Sin embargo hay que recordar que ambas cámaras del Congreso estadounidense deben aprobar el proyecto para que se convierta en ley. En ese sentido, analistas refieren que el proyecto de ley tiene pocas probabilidades de llegar al pleno de la Cámara de Representantes, pues Mike Johnson, líder de los republicanos, lo ha criticó por carecer de medidas para frenar el flujo récord de inmigrantes a través de la frontera entre Estados Unidos y México, algo que habían puesto como condición.

Sobre el tema migratorio, se informó que los solicitantes de asilo que se encuentran en México han ingresado más de 64.3 millones de peticiones en la aplicación oficial implementada por la Administración del presidente Joe Biden, de las cuales unas 450,000 han derivado en el ingreso al país.

Según informó la cadena CBS News, en el poco más de un año de la puesta en marcha de la aplicación para teléfonos y dispositivos inteligentes CBP One, con la que el Gobierno ha buscado agilizar el proceso migratorio en la frontera sur, se han producido de media cada mes unos cinco millones de solicitudes.

La cifra total de más de 64 millones registrada desde la implementación de esta herramienta digital, en enero de 2023, y hasta el pasado 8 de febrero abarca intentos repetidos del mismo solicitante.

La lista de países de origen de los solicitantes está encabezada por Venezuela, México, Haití, Cuba y Honduras, además de Rusia, El Salvador, Colombia, Chile y Guatemala.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) pidió este jueves a los políticos de Estados Unidos dejar de usar a México como “piñata” tras el fracaso del plan migratorio en el Senado estadounidense que permitía cerrar la frontera y expulsar a más migrantes hacia nuestro país.

“Ayer hubo una votación en el Congreso de Estados Unidos y se rechazó una propuesta que presentó el presidente Biden en materia migratoria porque todo es ya política electoral y quieren utilizar, cosa que no vamos a permitir, el tema migratorio, como otros asuntos, para sacar raja en lo electoral”, dijo López Obrador.

El mandatario fue claro en señalar que “México no es piñata de nadie, entonces vamos a estar pendientes”, de lo que ocurra en el país vecino, añadió.

AMLO se refirió al fracaso del proyecto de ley de seguridad fronteriza en el Senado de Estados Unidos, donde no consiguió los 60 votos necesarios para pasar a debate. Obtuvo 50 votos en contra y sólo 49 a favor.

La propuesta contemplaba expulsar a México a solicitantes de asilo y cerrar la frontera común si se superaba el umbral de 5,000 cruces irregulares en un día, pero los republicanos dejaron de respaldarla porque el expresidente Donald Trump se pronunció en contra porque espera impulsar el tema en su campaña presidencial.

“Ayer ya se rechazó esa propuesta migratoria y la rechazaron, porque son de esas cosas surrealistas, los republicanos, era supuestamente la reforma más enérgica de los demócratas, se habló hasta de cerrar la frontera y los republicanos la rechazan”, comentó López Obrador.

La presión de Estados Unidos a México se ha elevado porque, además de los niveles récord de migración, con más de 300,000 cruces irregulares en diciembre pasado, este 2024 coinciden las elecciones presidenciales de ambos países.

Aún así, López Obrador consideró que “no hay nada que temer”. “Es parte del tejemaneje de la política en tiempos electorales. La rechazaron (la reforma) porque quieren tener la bandera antiinmigrante en lo alto y, si llegan a un acuerdo, ya no pueden utilizar como bandera el tema migratorio”, señaló.

El mandatario reiteró su propuestas de que se regularice a los migrantes mexicanos que llevan más de cinco años en Estados Unidos y aprobar un plan de desarrollo para países pobres de Latinoamérica; incluso, alentó a los connacionales a votar por quien haga un planteamiento en ese sentido.

“Si me invitan yo voy, cuando un partido se comprometa a eso, cualquier partido que sea, si se comprometen a regularizar a nuestros paisanos que trabajan honradamente, que aportan mucho al desarrollo de esa gran nación y que es injusto que no se les reconozcan esos derechos”, concluyó.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) informó que recibirá a una delegación de Estados Unidos a petición de su homólogo, Joe Biden, para dar seguimiento al tema de inmigración, uno de los principales temas entre los dos países.

“Hoy viene una comisión de Estados Unidos y me pidió el presidente Biden, quería hablar conmigo, hablamos por teléfono, y una de las cosas que se trató es que yo reciba a la representante, que es Elizabeth (Sherwood-Randall, asesora de Seguridad Nacional)”, dijo el mandatario durante su rueda de prensa matutina.

AMLO afirmó que no quería recibir a la comisión estadounidense tras el artículo publicado la semana pasada por el periodista Tim Golden en ProPublica, basado en fuentes de la Agencia de Control Antidrogas (DEA), que señala que el Cártel de Sinaloa presuntamente aportó 2 millones de dólares a su campaña en 2006.

Pero expuso que finalmente aceptó recibir a la delegación ante la petición que le hiciera el propio Biden.

“Porque no los iba yo a recibir (pero) ya hice el compromiso que sí (…) Porque ¿cómo voy a estar ahí sentado si soy un sospechoso?”, cuestionó. López Obrador fue enfático en señalar que no quería recibir a los funcionarios por “cómo la DEA actúa”.

“Y si ellos tienen sospechas de mí, cómo los voy a recibir, cómo van a estar sentados con un presidente vinculado al narcotráfico. Así se los mandé a decir con la secretaria de Relaciones Exteriores a los asesores de Casa Blanca”, expresó.

Sin embargo, señaló que en la llamada telefónica que tuvo el fin de semana con Biden omitió hablar del tema e, incluso, descartó exigirle que le ofrezcan disculpas por lo publicado; aunque advirtió que este tipo de asuntos sí afecta la relación bilateral.

“No hablé de ese tema con el presidente Biden, hablamos del tema migratorio y ya que estamos en ese tema también les voy a puntualizar cuál es nuestra postura en el tema migratorio, pero bueno, sí afecta la relación”, dijo.

Afirmó que la llamada de su homólogo estadounidense fue para informarle sobre asuntos de “negociación migratoria”.

Fiel a su discurso, el mandatario fue más allá señalando que el periodista Golden y los agentes de la DEA citados en el texto de ProPublica están “metidos en esos sótanos del poder” con sus opositores. “Lo contrataron o lo convencieron de que les ayudara a hacer esa investigación, entre comillas, que armara esta difamación, montaje, un golpe. Pero miren lo que pasó: ¡Nada!”, acotó.

Asimismo, dijo que una de las posibilidades por las que se soltó el rumor de que su campaña recibió dinero del Cártel de Sinaloa es porque los de la DEA están “molestos porque ya no pueden entrar y salir sin pedir permiso” de México.

Los Republicanos tienen un tema que es un garbanzo de a libra para ellos de cara a la elección presidencial de noviembre 8: el migratorio. Es un garbanzo de a libra porque es el gran problema que le interesa de manera especialmente importante al electorado y en el que este partido goza de una ventaja de 30 puntos sobre los demócratas en la opinión pública cuando se les pregunta cuál partido es el que mejor puede manejar el tema.

La migración es el gran pendiente por resolver. Y en éste logran mayor aceptación los Republicanos sobre los Demócratas. El discurso que pueden y están utilizando para echarle gasolina a una hoguera de por sí encendida es ideal para estos tiempos de odio hacia lo extranjero: ¡Paren la invasión! Es lo que ha dicho Trump y lo que los republicanos, que están a los pies del expresidente, no paran de repetir.

Ahora que Trump ha ganado las primarias de Nuevo Hampshire y los caucuses de Iowa es prácticamente seguro que los estadounidenses verán una repetición de Trump vs. Biden en su elección presidencial. Con ello el banderazo de salida de las campañas generales se ha dado. Y tanto Biden como Trump han adoptado el discurso de dureza y firmeza para decir que quieren arreglar el caos de un sistema migratorio roto.

La realidad es que ninguno está pensando en arreglar nada. Los Demócratas saben que deben empujar políticas más severas y menos humanitarias hacia los migrantes pero entienden que los Republicanos ahora mismo se van a negar a aprobarles nada con tal de seguir utilizando a la migración como herramienta de golpeteo al gobierno de Biden. Las campañas políticas estarán por encima de cualquier tipo de acuerdo bipartidista.

Atrás ha quedado el Biden humanista que quería demostrar que era diferente a Trump en materia migratoria. Ahora tenemos a un presidente demócrata hablando de cerrar la frontera porque sabe que si quiere reelegirse, tiene que demostrar que puede arreglarla. El presidente ya no está escuchando a quienes en su partido y en su gobierno abogan por políticas que respeten los Derechos Humanos y honren el sentido de Estados Unidos como un país de migrantes. En pocas palabras, Biden se han endurecido en el tema migratorio.

Del lado de Trump ya sabemos que hay: gritos que señalan a México como culpable de la invasión a Estados Unidos. Y conocemos sus tácticas intimidatorias que prometen desde ya que, si regresa a La Casa Blanca, podría hasta invadir México con tal de arreglar la frontera.

¿Qué significa esto para México? Que sin quererlo ni pedirlo, formaremos parte de las campañas políticas estadounidenses. Y lo haremos por las razones equivocadas. Porque representamos un problema para Estados Unidos. Así que más nos vale irnos preparado para una temporada muy turbulenta que puede convertirse en huracán categoría 5 si llega a reelegirse Trump.

¿Se estarán preparando para ello en Palacio Nacional?

Columna completa en El Universal

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) anunció este lunes que “es probable” que sostenga una reunión mañana con los congresistas estadounidenses texanos Michael McCaul y Randy Weber, quienes están de visita en México, en medio de las tensiones por la crisis migratoria.

“Posiblemente mañana, martes (será la reunión). Apenas me acaban de informar y es probable que sea martes la reunión, son congresistas de Estados Unidos, de Texas”, expuso durante su conferencia de prensa matutina.

El mandatario expuso su optimismo por dialogar con los legisladores texanos pues representan a la comunidad mexicana en ese estado, aunque no ahondó sobre los temas que abordará en su encuentro.

“Qué bueno que voy a poder hablar con ellos, porque son como nuestros paisanos, nos vamos a entender bien”, indicó.

El encuentro se da apenas unos días después de que México condenara los comentarios antiinmigrantes del gobernador de Texas, Greg Abbott, quien sugirió el pasado 11 de enero que las autoridades de su estado no disparan contra los migrantes porque la Administración de Joe Biden las acusaría de asesinato.

Los roces entre el Gobierno de México y el de Texas por las políticas migratorias han crecido en el último año.

El Gobierno mexicano expresó su rechazo en noviembre pasado porque el Congreso de Texas aprobó la Ley SB 4, que permite a autoridades estatales detener y deportar migrantes.

Antes, a mitad de 2023, envió varias notas diplomáticas a Washington para quejarse porque Texas colocó boyas y alambre de púas en el río Bravo o Grande, incluyendo en el área que corresponde a México, para disuadir a migrantes de cruzar.

Además, López Obrador ha atribuido en diversas ocasiones que las medidas del gobernador texano se deben al contexto electoral de 2024.

La canciller Alicia Bárcena afirmó este lunes la migración que atraviesa el país hacia Estados Unidos se ha reducido a la mitad desde diciembre, un hecho que la Casa Blanca reconoció en la reunión bilateral que tuvo lugar el viernes pasado.

“Se agradeció mucho los resultados logrados por México en este periodo para reducir a la mitad (la migración), nosotros el 18 de diciembre tuvimos una presión en la frontera de 12,498 migrantes y se logró disminuir a 6,751 (al día) y esto se reconoció”, aseguró Bárcena al intervenir en la conferencia matutina.

La funcionaria destacó que fue “muy buena” la reunión del viernes pasado en Washington, en seguimiento del primer encuentro del 27 de diciembre, cuando una delegación de Estados Unidos, liderada por el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, visitó México.

Bárcena detalló que ambos países reconocieron que la migración no es un tema exclusivo entre México y Estados Unidos, porque la mayoría de los migrantes proceden de países como Colombia, Ecuador, Venezuela, Centroamérica, por lo coincidieron en que el problema exige una mirada regional en su solución y en su atención.

La canciller indicó que desde la Cumbre Migratoria en Palenque, en la que México recibió a cerca de una decena de países latinoamericanos en octubre pasado, “el paradigma ha cambiado” porque ahora acordaron abordar las causas estructurales y colaborar en vuelos de repatriación pero asociados a paquetes de desarrollo.

“México ya está haciendo esto con Venezuela, con Guatemala, con Honduras, con todos los países que retornamos inmigrantes pero ya con un paquete de desarrollo”, expuso.

La titular de la SRE detalló que el encuentro en Washington resultó en 10 acuerdos, entre los que están homologar las cifras migratorias a partir de un panel conjunto, y sostener una reunión trilateral entre México, Guatemala y Estados Unidos “lo más pronto posible” a nivel de ministros.

También definirán que el CBP One, la plataforma donde migrantes se inscriben para entrar a Estados Unidos, funcione desde el sur, además de colaborar contra las redes de trata y tráfico de personas.

Del mismo modo, investigarán la entrada de armas a México que son de uso exclusivo del Ejército estadounidense y darán seguimiento a las acciones “realmente discriminatorias” del gobernador de Texas, Greg Abbott.

Asimismo, dijo que Estados Unidos sancionará a empresas centroamericanas y sudamericanas que transporten migrantes irregularmente y la Casa Blanca pidió que México haga lo mismo.

Acordaron también una visita conjunta al estrecho del Darién en Panamá, emitir declaraciones públicas cuidadosas “y de preferencia acordadas”, y reunirse de nuevo, probablemente en febrero.

La reunión ocurrió después de un repunte histórico de la migración irregular en diciembre, cuando se registró un promedio de 10,000 personas diarias que llegaron a la frontera de Estados Unidos y México, según reconoció el propio presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Además, este tema ha tomado mayor fuerza, pues la presión sobre migración se ha elevado dadas las elecciones presidenciales que de forma simultánea se vivirán este año en México y Estados Unidos.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) debería rechazar un acuerdo con Estados Unidos que restrinja el asilo e incremente las deportaciones sumarias, afirmó este viernes Human Rights Watch (HRW).

La ONG envió una carta a López Obrador y a la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, quien se reunió este viernes en Washington con el secretario de Estado, Antony Blinken.

La reunión ocurre mientras el Gobierno de Joe Biden y el Congreso estadounidense negocian un acuerdo sobre el presupuesto para el período fiscal 2024 que vincula la ayuda a Israel y Ucrania con la política migratoria.

Los legisladores republicanos, que tienen mayoría en la Cámara de Representantes, condicionan su apoyo a la provisión de más de 100,000 millones de dólares a Ucrania e Israel, a la restricción del derecho de asilo y del otorgamiento de residencia temporal a extranjeros por razones humanitarias.

“El presidente López Obrador tiene la oportunidad de defender los derechos de miles de migrantes y solicitantes de asilo vulnerables, en su mayoría latinoamericanos, negándose a acceder a otro acuerdo que permita a Estados Unidos expulsar migrantes hacia México”, indicó Juanita Goebertus, directora para las Américas de Human Rights Watch.

Añadió que el presidente debería dejar en claro que no pretende ser cómplice de este intento, por parte de congresistas estadounidenses, de despedazar el sistema de asilo de Estados Unidos.

HRW indicó que, bajo las medidas propuestas, los funcionarios de inmigración tendrían atribuciones para expulsar a los solicitantes de asilo sin una evaluación de sus casos, y restringirían el programa de permisos humanitarios que beneficia a personas de Cuba, Haití, Venezuela y Nicaragua.

“Las propuestas que se están considerando en Estados Unidos podrían tener consecuencias devastadoras para los derechos de los migrantes y solicitantes de asilo, socavarían el derecho a solicitar asilo y expondrían a miles de personas a graves peligros”, remató Goebertus.

Las delegaciones de alto nivel de Estados Unidos y de México retoman este viernes en Washington las conversaciones migratorias con las que intentan reducir los cruces fronterizos tras las cifras récord de finales del año pasado.

La comitiva del Gobierno mexicano, liderada por la canciller Alicia Bárcena, llegó a la capital estadounidense para reunirse con sus contrapartes, entre ellos el secretario de Estado, Antony Blinken.

Con este encuentro se reanudarán las conversaciones del pasado 28 de diciembre, cuando ambas delegaciones se reunieron de urgencia en Ciudad de México después de que Estados Unidos cerrara varios cruces fronterizos debido al gran número de llegada de migrantes.

El diálogo entre ambos países transcurre de forma paralela a las negociaciones que mantienen los demócratas y los republicanos en el Senado estadounidense sobre la aprobación de nuevos fondos para la frontera y para Ucrania.

El tema de los migrantes es utilizado en ambos lados de la frontera con fines políticos, pues recordemos que tanto México como Estados Unidos tendrán elecciones presidenciales este año.

Los republicanos han puesto la inmigración como un tema central de cara a las elecciones presidenciales del próximo noviembre. México lo sabe, y según diversos expertos, el tema migratorio lo ha dado a México y a López Obrador, una carta para presionar o chantajear al gobierno de Joe Biden.

En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Arturo Sarukhán, fundador y presidente de Sarukhan+Associates, y ex embajador de México en Estados Unidos, sobre cómo la migración juega un papel fundamental en el entorno político actual.

El presidente Joe Biden está dispuesto a desmantelar el sistema asilo y romper sus promesas de campaña a cambio de que los republicanos le apoyen con el gasto extraordinario de más de 60,000 millones de dólares para seguir financiando la guerra de Ucrania.

En negociaciones con senadores del partido opositor, legisladores demócratas y funcionarios del Gobierno han propuesto reanudar las expulsiones exprés en la frontera y expandir la capacidad del Gobierno para deportar a migrantes, entre otras medidas restrictivas, según informaron fuentes cercanas a las discusiones.

La Casa Blanca no ha confirmado dichas filtraciones, pero sí ha señalado que Biden está “abierto a compromisos” si los negociadores logran reunir los apoyos suficientes, reportó la agencia Efe.

Al agotarse el dinero que el Congreso previamente había aprobado para Kiev y para convencer al escéptico bloque conservador de apoyar un nuevo desembolso en gasto militar, la Casa Blanca decidió incluir también más financiación para “seguridad fronteriza”.

Esto permitió que los republicanos agarraron las riendas de la negociación y aprovecharon para pedir mayores restricciones a la migración y al asilo a cambio de sus votos.

En lugar de rechazar las exigencias, la Casa Blanca redobló su influencia en las conversaciones, enviando a funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), entre ellos el secretario Alejandro Mayorkas, al Congreso.

Decenas de legisladores demócratas, incluyendo su número dos en el Senado, Dick Durbin, y los miembros del caucus hispano de la Cámara de Representantes, han rechazado firmemente el trueque que está considerando la Administración.

A su vez, han pedido a Biden que respete sus promesas de campaña de revertir las políticas antiinmigración del expresidente Donald Trump.

Expertos en migración y organizaciones en defensa de los derechos humanos han señalado que las propuestas que se están barajando, en especial la de reanudar las deportaciones exprés, desmantelarían el sistema de asilo en Estados Unidos al que actualmente se están acogiendo la mayoría de personas que cruzan la frontera.

Bajo la ley actual, que se adoptó tras la Segunda Guerra Mundial, EUA se comprometió a dar protección a las personas que no pueden volver a sus países por miedo a persecución por motivos de “raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social u opinión política”.

Para obtener esta protección, es requisito también que la persona esté en suelo estadounidense. Deportación “en caliente” significa entonces que las autoridades pueden expulsar a alguien sin darle oportunidad a pedir asilo.

Hasta mayo de este año, la frontera sur de Estados Unidos estuvo regida por el Título 42, una restricción similar a la que se está negociando y que impuso en su momento el Gobierno de Trump con el pretexto de la pandemia.

El Título 42, mientras estuvo en vigor, infló las cifras de detenciones en la frontera por la cantidad de personas que cruzaban más de una vez después de ser expulsadas.

Entre 2020 y 2021 se llevaron a cabo más de 1.8 millones de deportaciones de migrantes bajo el Título 42, aunque más de la mitad fueron personas que ya habían sido detenidas y expulsadas a México anteriormente, según datos del American Immigration Council.

El continente está registrando cifras récord de movimiento de personas, a causa de profundas crisis políticas en varios países como Venezuela, Nicaragua o Ecuador y los estragos económicos que dejó la pandemia.

México y 11 países más, entre ellos los principales expulsores de migrantes de la región como Venezuela, Cuba, Honduras o Haití, pidieron a los países receptores acabar con políticas “selectivas” que privilegian la entrada a determinadas nacionalidades, el levantamiento de sanciones unilaterales, renegociar las deudas soberanas y más desarrollo para los países de origen como vías para reducir los flujos migratorios en América.

La secretaria de Relaciones Exteriores mexicana, Alicia Bárcena, fue la encargada de leer el comunicado conjunto, quien agregó que los participantes se comprometieron a enfrentar la migración con un enfoque de derechos humanos y a que los flujos migratorios se gestionen conjuntamente entre países “de origen, tránsito, destino y retorno”.

Ojalá “no sea una reunión más de protocolo y de ceremonial sino que logremos establecer acuerdos muy específicos”, dijo ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en sus redes sociales.

México, país de origen, tránsito y destino, se comprometió a cooperar con sus socios en materia de petróleo, energía, salud, alimentación y con los programas sociales que ya ha implementado en varios países de donde siguen saliendo miles de personas.

López Obrador afirmó que la suma de esfuerzos, voluntades y recursos de los países de América Latina, Centroamérica y el Caribe es fundamental para solucionar el fenómeno migratorio desde la atención a las causas.

“Es un asunto humanitario de primer orden que se origina por la falta de oportunidades, como todos sabemos, por la falta de oportunidades de empleo, por la falta de bienestar. También por bloqueos y decisiones que se toman desde el extranjero”, refirió.

Indicó que los programas Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro, creados y financiados desde el Gobierno de la Cuarta Transformación, también han dado resultados positivos en El Salvador, Honduras, Guatemala, Belice y Cuba, donde actualmente se aplican.

López Obrador dijo que las personas inscritas en dichos programas “decidieron quedarse en sus países de origen” y no exponerse a los riesgos de intentar llegar a Estados Unidos.

AMLO dijo que continuará el diálogo con el gobierno de Estados Unidos para exhortarlo a que aporte mayores recursos económicos que aseguren la aplicación de más iniciativas en beneficio de los pueblos de América Latina y el Caribe, algo en lo que ha venido insistiendo por varios meses.

“Es muchísimo más el recurso que destinan al armamentismo para las guerras que lo que se destina a la cooperación para el desarrollo, a la búsqueda del bienestar de los pueblos, a pesar de que sabemos que la paz, la tranquilidad son frutos de la justicia, sin embargo, vamos buscando convencerlos de que hay que participar juntos”, sostuvo.

Además, los participantes apostaron promover el comercio intrarregional, por ejemplo, mediante preferencias arancelarias y pidiendo a los países de destino la ampliación de vías para la emigración legal, con especial énfasis en la movilidad laboral.

En el comunicado conjunto hubo claros llamados a Estados Unidos , aunque a veces sin mencionarlo directamente, como el de acabar con los privilegios para aceptar a migrantes de determinadas nacionalidades y que actúan como un efecto llamada, o el fin de las sanciones a Venezuela o Cuba.

Sin embargo, no quedó claro a qué se comprometían estos dos países para frenar las salidas de sus nacionales, que emigran tanto por problemas económicos, como políticos o de falta de libertades. En ese sentido, recordemos que el gobierno de Nicolás Maduro acaba de firmar un acuerdo con la oposición para avanzar hacia la celebración de elecciones el año que viene.

Según reconoció la propia canciller Alicia Bárcena, esta misma semana, 60,000 venezolanos entraron en México en septiembre, una cifra mensual con la que “es imposible para nosotros hacer una buena gestión”.

Maduro, sin embargo, negó que estuviera creciendo la salida de sus conciudadanos y en un breve mensaje a la prensa desde Palenque, incluso dijo que muchos ya estaban regresando, pese a todas las cifras de organizaciones internacionales que muestran lo contrario.

El presidente colombiano, Gustavo Petro, apostó por “superar la crisis climática y la pobreza que provoca” para reducir la migración. Su canciller, Álvaro Leyva, anunció una visita a la selva del Darién, fronteriza con Panamá, para proponer nuevas iniciativas al respecto.

En lo que va del año, más de 420,000 personas han atravesado dicha selva, una cifra nunca vista.

México, Venezuela, Cuba, Honduras, Haití y Colombia estuvieron representadas por sus respectivos mandatarios, aunque se les vio poco en Palenque, donde tuvo lugar el encuentro. También estuvieron representantes de Belice, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala y Panamá. El apoyo a Haití e instar al diálogo entre Washington y La Habana, fueron otros puntos del comunicado.

La cita tuvo lugar en medio de un creciente flujo migratorio por la región y dos semanas después de una reunión de alto nivel entre autoridades estadounidenses y mexicanas, y cuando ambos países están intensificando las deportaciones.

Además, México anunció este fin de semana el endureciendo de las exigencias de visa para ciudadanos de muchos países de origen al exigir los visados incluso cuando los extranjeros solo aspiren a hacer una escala en un aeropuerto de nuestro país.

La Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) estimó este lunes la llegada de entre 3,000 y 6,000 migrantes diarios a la frontera sur de nuestro país, desde el comienzo de la actual ola migratoria en agosto pasado.

El organismo advirtió que México y la región enfrentan un incremento significativo en el número de personas en situación de movilidad, por lo que pidió fortalecer mecanismos que garanticen la no devolución de personas con necesidades de protección internacional.

“En 2023, más de 400,000 personas han atravesado la selva del Darién en Panamá. Se estima que, desde el mes de agosto, entre 3,000 y 6,000 personas llegan todos los días al sur de México, y en varias ciudades del país los albergues y otros espacios de recepción están saturados”, expuso la agencia.

Los cálculos de Acnur coinciden con los del Gobierno federal, pues recordemos que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha estimado el arribo de hasta 6,000 migrantes al día a la frontera sur y 10,000 a la frontera con Estados Unidos.

La agencia de la ONU afirmó que sus monitoreos evidencian que una alta proporción de las personas en movilidad en la región huyen de sus países por motivos de violencia, inseguridad y persecución, por lo que pueden necesitar protección internacional como refugiados.

Y es que México ha prometido colaborar con la deportación de migrantes rechazados por Estados Unidos tras una reunión en septiembre entre funcionarios mexicanos y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense (CBP), aunque el Gobierno insiste en que son “retornos asistidos”.

Acnur reconoció “los grandes desafíos” que el flujo migratorio representa para las fronteras de nuestro país, pero pidió asegurar que estos procesos se implementen en pleno respeto al Derecho Internacional de los Refugiados y al Derecho Internacional de los Derechos Humanos.

“Ante la reanudación de las deportaciones de México a varios países, y para prevenir el riesgo de casos de devolución de personas con necesidades de protección internacional, Acnur recomienda que, previo a proceder con la deportación, se asegure que la persona no requiere protección internacional”, llamó.

Pese a lo informado por Acnur,  el presidente López Obrador negó esta mañana que haya un “desbordamiento” del flujo migratorio en el país, pese a admitir que ha crecido el número de extranjeros que atraviesan por territorio nacional para llegar a Estados Unidos.

“Nosotros lo que procuramos es ayudar a los migrantes y no hay desbordamiento a pesar de que ha crecido el flujo migratorio, ahí vamos ordenando las cosas porque trabajamos todos los días”, refirió el mandatario durante su rueda de prensa matutina.

Al señalar que ha habido un incremento migratorio, “primero bajó y ahora está subiendo”, recordó que el próximo domingo tendrá un encuentro con mandatarios de 11 países de la región en Palenque, Chiapas, sureste de México, para hablar de la problemática.

“Estoy invitando a presidentes de países vecinos para analizar el problema y presentar un plan conjunto, con el propósito de bajar el flujo migratorio y ayudar nosotros, ayudarnos mutuamente para que no tengamos desgracias, para que no pierdan la vida los migrantes, para que no sufran”, afirmó.

López Obrador enfatizó en la importancia de abordar el problema migratorio de manera humanitaria y evitar la politización como, según dijo, sucede en Estados Unidos.

Dijo que aún no tiene la lista de los mandatarios que han confirmado su asistencia a la reunión para elaborar una propuesta migratoria conjunta que López Obrador presentará a Biden en una reunión en noviembre.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) acusó este lunes al Gobierno de Texas, del republicano Greg Abbott, de obstruir el libre comercio con medidas antiinmigrantes que incluyen revisiones arbitrarias a camiones de mercancías.

“Están obstruyendo en las aduanas el libre tránsito de mercancías con medidas del Gobierno de Texas, ya está preparándose una nota diplomática que el día de hoy se va a enviar en contra de estas medidas, que perjudican a las dos naciones, que perjudican la actividad económica”, dijo el mandatario en su conferencia matutina.

Sus declaraciones se producen después de que la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) denunció el fin de semana que las inspecciones de Texas han afectado el tráfico de mercancías por un valor de 1,900 millones de dólares.

López Obrador afirmó que estas acciones de Texas “perjudican la actividad comercial y, desde luego, el tránsito normal de las personas”.

“Hay una actitud muy hostil de parte del gobernador de Texas y está complicando más la situación migratoria con propósitos politiqueros, están poniendo retenes del lado estadounidense para que no haya tránsito fluido en mercancías de Estados Unidos a México y de México a Estados Unidos”, comentó.

Las medidas de Texas ocurren mientras México y Centroamérica afrontan un flujo migratorio “sin precedentes”; según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), con hasta 10,000 migrantes que llegan cada día a la frontera con Estados Unidos, de acuerdo con López Obrador.

Pero el presidente atribuyó las políticas antiinmigrantes de Texas a las elecciones de Estados Unidos en 2024.

“Hay una lucha partidista por las elecciones y hay un grupo del partido Republicano que ha tomado como bandera el tema migratorio culpando a México de lo que sucede por causas que tienen que ver con la pobreza, con el abandono, con las políticas que también se aplican en Estados Unidos”, argumentó el mandatario.

Los choques entre México y Texas han crecido en el último año, como en julio pasado, cuando el gobernador Abbott instaló barrera de boyas alambradas en el Río Bravo, violando territorio mexicano,

En ese sentido, López Obrador dijo que expresó su inconformidad con las políticas de Texas en la reunión que tuvo en México la semana pasada en una delegación estadounidense en el Diálogo de Alto Nivel sobre Seguridad, aunque reiteró su “buena relación” con el presidente estadounidense, Joe Biden.

“Desde luego que el presidente Biden y los funcionarios del Gobierno de Estados Unidos no están de acuerdo (con las medidas de Texas), pero se manifiestan estas diferencias que afectan a los dos países”, dijo.