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La agencia Moody’s mejoró este jueves a perspectiva ‘positiva’ desde ‘estable’ la calificación de la banca mexicana (Baa2) al estimar que el “volumen de negocios se elevará con el crecimiento sostenido del ‘nearshoring'”, el fenómeno de relocalización de cadenas de valor.

La calificadora destacó en un informe “la confianza del consumidor que estimula la demanda interna” en México, donde previó que “tras un año récord, la rentabilidad crecerá gracias a la expansión de los préstamos y reducción de costos de financiamiento”.

Moody’s señaló las fortalezas de la banca mexicana, como “amplias” reservas para pérdidas crediticias, una capitalización “robusta”, “prudentes” estándares de originación y el acceso a depósitos de clientes.

Esto, argumentó, compensa los riesgos de su expansión en préstamos de alto riesgo, concentraciones de deudor único, mayores necesidades de provisión e inversión en digitalización y sucursales.

Moody’s remarcó que “el volumen de negocios se beneficiará de condiciones crediticias favorables” tras el aumento de 3.2% del PIB de México en 2023.

Aunque estimó una desaceleración, con un crecimiento previsto del PIB del 2.2% en 2024 y uno de 2% en 2025, resaltó que “el consumo privado se mantiene sólido” tras un alza de 5.6% interanual en el cierre de 2023.

“Nuestras perspectivas de inversión asociadas al ‘nearshoring’ son favorables, lo que probablemente respaldará el crecimiento a largo plazo de los préstamos comerciales. La política monetaria del banco central seguirá siendo prudente”, apuntó.

Recordemos que Moody’s califica en México seis bancos comerciales: BBVA, Santander, Banorte, Citibanamex, el Banco del Bajío y Banco Azteca, que representan el 67% de la cartera bruta y depósitos en bancos comerciales.

Además, evalúa a Nacional Financiera (Nafin) y el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomex), que concentran el 39% de la cartera bruta en bancos de desarrollo.

La agencia Moody’s advirtió sobre crecientes desequilibrios internos y externos en la economía de nuestro país en el último año de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) que aumentan su vulnerabilidad y podrían crear condiciones para un ajuste brusco.

“Los desequilibrios actuales han superado los niveles que detonaron la última gran crisis de fin de sexenio a finales de 1994, aunque las condiciones actuales son diferentes. Reducir la vulnerabilidad económica requiere ajustes de política económica en el corto plazo”, indicó Moody’s Analytics en un reporte.

El análisis documentó un exceso de demanda que equivale a cerca del 6.5% del PIB, por encima del 4% de 1994, cuando terminó la presidencia de Carlos Salinas de Gortari con una crisis económica.

En tanto, la agencia calculó el déficit externo en poco más del 7% del PIB, comparado con el casi 4% de 1994.

“Cuando una economía sufre un exceso de demanda por un periodo prolongado, la producción nacional no alcanza a satisfacer a la demanda interna, por lo que dicho exceso tiende a acomodarse tanto en inflación como en desequilibrio externo”, explicó Moody’s.

La agencia consideró que “la mayor presión del consumo llevó a la economía a un desempeño por encima de su capacidad productiva”.

Esto lo atribuyó a la prolongación de la política monetaria expansiva junto a las transferencias monetarias del Gobierno, la política de aumentos al salario mínimo muy por encima de la inflación, y el creciente volumen de remesas del exterior.

“La expansión de la demanda interna, mayormente ocasionada por la aceleración del consumo, agregó combustible a los precios internos e impulsó a la inflación hasta un máximo de 8,7 % en 2022”, añadió.

Moody’s también adjudicó el creciente desequilibrio externo al fortalecimiento del peso mexicano, que tuvo una apreciación récord de casi 13% en 2023.

En este contexto, describió que de los casi cinco puntos porcentuales del PIB que ha ganado la demanda interna en los últimos cinco años, casi tres puntos han sido cubiertos por las importaciones.

Además, señaló que el programa fiscal expansivo aprobado por el Gobierno de López Obrador para 2024, año de elecciones presidenciales, “podría agregarle más combustible a la demanda interna y aumentar el exceso de demanda con mayores consecuencias en la ampliación del desequilibrio externo”.

“Esto podría aumentar aún más la vulnerabilidad de la economía mexicana”, concluyó Moody’s.

El desempeño de la economía del país superó las expectativas en la primera mitad de 2023 para Moody’s Investors Service, por lo que la agencia mejoró este viernes la perspectiva de crecimiento hasta un 3.3% desde el 2.4 % previo.

“La economía de México también superó nuestras expectativas en la primera mitad del año”, señaló la calificadora internacional.

La agencia indicó que la mejora de su perspectiva ocurrió por una combinación del mayor gasto de capital del sector público e inversiones relacionadas con la relocalización de las empresas hacia México, mejor conocido como nearshoring.

Otro factor fue el crecimiento mejor de lo esperado en Estados Unidos, nuestro mayor socio comercial y destino del 80% de las exportaciones del país.

Moody’s señaló que el dinamismo de la economía mundial se mantendrá por debajo de la tendencia y seguirá desacelerándose durante el resto de 2023 y 2024.

Sin embargo, ubicó a nuestro país entre las cinco economías emergentes que se desmarcaron de sus expectativas dentro del bloque económico denominado G-20, entre India, Brasil, Turquía y Rusia, mismo grupo de países para los que también mejoró su estimación de incremento hasta un 4.3%, desde un 3.9%.

Para 2024, Moody’s mantuvo la misma proyección de crecimiento para el PIB en 1.9% y descartó que el nivel objetivo de la inflación del 3% llegue antes del próximo año.

Entre los factores que podrían afectar al país, mencionó el riesgo de recesión en Estados Unidos, aunque ha disminuido.

Moody’s consideró que se necesita una producción por debajo de la tendencia para reducir de forma duradera la inflación al objetivo del 2% de la Reserva Federal (Fed).

Por otro lado, el reporte identificó al fenómeno de El Niño como un riesgo para la producción agrícola, ya que podría distorsionar los precios de los alimentos.

“En América Latina es probable que El Niño cree condiciones cálidas y secas en partes de Brasil, México, Colombia, Centroamérica y el Caribe a finales de 2023 y principios de 2024, reduciendo la producción agrícola”, indicó.

En tanto, concluyó que también la sólida demanda y los mercados laborales podrían hacer subir los precios a nivel global.

La agencia Moody’s Analytics advirtió este jueves de una depreciación “inminente” del peso mexicano del 20% frente al dólar, a pesar de que nuestra moneda ha sido de una de las más resistentes al fortalecimiento de la estadounidense.

Moody’s Analytics proyectó en un reporte una “corrección depreciatoria significativa en los próximos meses” con base en un modelo que replica las condiciones monetarias y financieras de las últimas dos crisis globales, la de 2009 y 2020.

“El apretamiento monetario en marcha en los Estados Unidos podría detonar una corrección cambiaria como la que sucedió durante el ciclo anterior de alza de tasas por parte de la Reserva Federal y que inició a finales de 2015. Bajo esta condición, la depreciación del peso mexicano se ve inminente”, consideró.

La advertencia llega mientras la moneda ha resistido al fenómeno del “súper dólar”, que este año ha llevado a mínimos históricos al euro y la libra esterlina, además de monedas latinoamericanas como los pesos de Argentina, Chile y Colombia.

En cambio, el peso mexicano cerró en 20.12 unidades por billete estadounidense en la última jornada, una apreciación de 2% frente al comienzo de 2022, cuando cotizó en 20.53, según el dato oficial del Banco de México (Banxico).

El reporte de Moody’s reconoció que el peso mexicano “se ha mantenido relativamente estable después del choque inicial generado por la pandemia en la primera mitad de 2020”. Pero anticipó una “corrección depreciatoria” por el “apretamiento monetario” por parte del Banco Central de Estados Unidos, la Fed.

“Esta corrección podría suceder entre finales de 2022 y a lo largo de 2023, pero podría incluso retrasarse hasta 2024 dependiendo de la velocidad del ciclo de apretamiento monetario por parte de la FED y de la reacción de la política monetaria en México”, aclaró la agencia-

Moody’s recordó que en 2009 el peso mexicano experimentó un ciclo de tres fases: una depreciación inicial causada por el comienzo de la recesión, seguida de una revaluación de magnitud menor y después una depreciación de magnitud similar a la inicial.

Ahora, el peso se depreció al inicio de la pandemia y se recuperó a mediados de 2021, por lo que aún falta una nueva caída. “La evidencia reciente sugiere que la historia cambiaria parece estarse repitiendo”, apuntó el análisis.

La agencia Moody’s bajo la calificación de Petróleos Mexicanos (Pemex), de Ba3 a B1, y mejoró su perspectiva a “estable” desde “negativa”, ante sus altos vencimientos de deuda y la necesidad de financiamiento externo.

Con esto, la nota crediticia de Pemex se mantiene en un grado especulativo de inversión o lo que es conocido como bono basura.

La semana pasada, la calificadora sorprendió al reducir la nota de México de Baa1 a Baa2 argumentando que las tendencias económicas y fiscales “seguirán mermando” el perfil crediticio del país, lo que también influyó en la baja de Pemex.

La revisión de las calificaciones de Pemex “fue motivada por la rebaja de la calificación de México, dada la importancia crítica de la solidez financiera del gobierno y el apoyo en la evaluación del perfil crediticio de la petrolera debido a su alto riesgo de liquidez”, señaló la calificadora en un comunicado.

La agencia también consideró los altos vencimientos de deuda de Pemex para el periodo 2022-2024, su necesidad de un financiamiento externo y el limitado acceso de la petrolera a los mercados de capital debido a un alto riesgo crediticio intrínseco.

La calificadora también advierte que la empresa no podrá aumentar su producción y reservas petroleras debido a la falta de recursos para invertir en exploración e infraestructura.

Y es que la petrolera mantiene una pesada deuda financiera que al cierre de 2021 ascendía a 108,000 millones de dólares.

Pemex debe incrementar sus inversiones para revertir un prolongado declive de su producción petrolera, que cayó de un promedio de 3.4 millones de barriles diarios en 2004 a los 1.7 millones actuales.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha buscado aliviar las finanzas de la principal empresa estatal, a la que considera un baluarte de la soberanía nacional. Ha destinado una fuerte suma de recursos para apuntalar a la petrolera, por lo que ha recibido diversas criticas de “echar dinero a un barril sin fondo”.

La calificadora Moody’s sorprendió este viernes al revisar a la baja la nota soberana de México a “Baa2” desde “Baa1” argumentado tendencias económicas y fiscales que prevé seguirán mermando de manera gradual, pero persistente, el perfil crediticio del país.

La agencia modificó también la perspectiva a “estable” desde “negativa” y explicó que el cambio refleja su expectativa de que, en ausencia de choques imprevistos y a pesar de crecientes presiones económicas y fiscales, el perfil crediticio de México seguirá alineado con el de soberanos con la misma calificación.

“Moody’s espera que la actividad económica continúe siendo afectada por débiles perspectivas de inversión y rigideces estructurales, factores que impedirán revertir el impacto que la pandemia tuvo sobre la actividad económica”, dijo en un comunicado la agencia.

Señaló que el gobierno ha mantenido políticas fiscales “relativamente prudentes”, lo que ha permitido limitar el deterioro en los indicadores de deuda.

Sin embargo, destacó que la fortaleza fiscal de México se verá afectada “de una manera cada vez más manifiesta” por mayor rigidez del gasto público asociada al apoyo del gobierno a las empresas estatales como Pemex, y alertó sobre el estado de los fondos de estabilización fiscal.

“Prácticamente se han agotado”, dijo. “En conjunto, estos elementos restringirán la capacidad de las autoridades para responder a choques durante los próximos años”, subrayó Moody’s, a la vez que estimó que los apoyos gubernamentales a Pemex se mantendrán entre el 1% y 1.5% del PIB anual.

En una respuesta casi inmediata, la Secretaría de Hacienda de México dijo en un comunicado que pese a la baja de la calificación, la deuda mantiene una posición “robusta” ante los mercados internacionales y tiene ” amortiguadores financieros” suficientes para enfrentar escenarios de riesgo global.

El subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, apuntó que Moody’s era la calificadora que tenía a México en un nivel de calificación más alto, y señaló que con la decisión anunciada hoy, el país aún se mantiene dos grados arriba del nivel de inversión en la escala de esta agencia.

“Para ponerlos en perspectiva, Fitch nos tiene un nivel arriba y S&P dos niveles arriba”, dijo el funcionario.

Añadió que de las 7 agencias que han evaluado a México, 6 ratificaron su calificación y 7 mantienen una perspectiva estable en la nota. “México está entre los principales países emergentes con grado de inversión”, finalizó.

Moody’s finalizó señalando que espera que el PIB de México se expanda un 2% en promedio entre 2022 y 2024, con lo que la economía volverá a los niveles previos a la pandemia en 2023.

La decisión de Moody’s llega luego de que esta misma semana, Standard and Poor’s (S&P) revisó la perspectiva de la nota crediticia soberana de México a “estable” desde “negativa”, citando políticas fiscales y monetarias más cautelosas y confirmó su calificación soberana de largo plazo en moneda extranjera de “BBB”.

Las agencias Fitch y Moody’s revisaron a la baja las calificaciones del Banco Nacional Mexicano (Banamex) tras el anuncio del grupo estadounidense, Citigroup, de abandonar la marca CitiBanamex.

Moody’s puso “todas las calificaciones y estimaciones de CitiBanamex en revisión para la baja”, lo que incluye la calificación de depósitos de Baa1, la evaluación del riesgo crediticio base (BCA, en inglés) de baa1 y la calificación de depósitos de largo plazo de Aaa.mx.

“La revisión para la baja surge del anuncio de Citigroup Inc. (A3 estable), publicado el 11 de enero de 2022, de que venderá su negocio de banca de consumo en México, así como sus segmentos de pequeños negocios y empresas medianas en México”, explicó la agencia en un comunicado.

Por separado, Fitch Ratings también comunicó que colocó en “observación negativa de rating” (RWN, en inglés) las calificaciones de Banamex.

“El RWN refleja la incertidumbre sobre las potenciales implicaciones para el crédito de las subsidiarias tras la decisión de su empresa madre (Citi) de salir del mercado de consumo, pequeños negocios y negocios intermedios financieros en México”, expuso Fitch.

La decisión de Citi, que en 2001 compró el banco mexicano, responde a una estrategia del grupo estadounidense que ha ocurrido en otros mercados emergentes, como Argentina, Colombia y Brasil.

Sin embargo, la noticia ha sacudido a la banca mexicana, donde CitiBanamex es el tercer mayor banco del sistema bancario nacional con el 12.9% de los depósitos, el segundo mayor de los créditos al consumo con el 15.8% y el cuarto en créditos comerciales con 9.2% del mercado, según citó Moody’s.

“La estructura de la venta de sus operaciones de banca de consumo en México conlleva incertidumbres, las cuales se contemplan en esta revisión”, indicó la calificadora.

En el periodo de revisión, las calificadoras evaluarán la estructura del resultante CitiBanamex con la desinversión, su capacidad para mantener una calidad de activos resiliente, la capitalización sólida y la rentabilidad, entre otros factores.

“El proceso de salida podría potencialmente afectar su buen perfil de negocios, y reducir su posición de franquicia y su diversificación de ingreso”, advirtió Fitch.

Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador ha pedido “regresar Banamex a México”, este lunes prometió que “no pondrá muchos obstáculos” a la venta del banco.

El gobierno mexicano apoyó este 2021 a Pemex con un total de 19,000 millones de dólares, entre inyecciones de capital, reducción fiscal y pagos de deuda, calculó este miércoles la agencia Moody’s en un informe.

El apoyo de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) permitirá a Pemex, la petrolera más endeudada del mundo, reducir su deuda en 20,000 millones de dólares entre 2021 y 2023, consideró la agencia.

“Sin embargo, esperamos que la generación de flujo de efectivo y las métricas de crédito permanezcan débiles dentro de los próximos tres años conforme la compañía incremente su producción mientras lidia con una limitada capacidad de inversión de capital, una alta deuda y volátiles precios de gas y petróleo”, añadió Moody’s.

El informe se publica después de que a inicios de semana, el gobierno federal anunciara una aportación patrimonial de hasta 3,500 millones de dólares y un paquete de apoyo fiscal para Pemex, que acumula una deuda global de 113,000 millones de dólares.

A este monto, se sumarán cerca de 1,000 millones de dólares en nuevos bonos de Pemex con vencimiento en 2032, recordó Moody’s.

La calificadora consideró que estas transacciones “son positivas para el crédito” porque reducen el riesgo de deuda y refinanciamiento. Indicó que así como el gobierno ha venido apoyando a Pemex por muchos años, creen que esto se mantendrá en los próximos tres años.

Y es que recordemos que el presidente López Obrador ha venido prometiendo que se “rescatará” a Pemex, pues en las pasadas administraciones se buscaba desmantelarla.

Moody’s aseguró que Pemex es uno de los “exportadores líderes” de crudo, ya que vende 60% de esta materia a varios países, en particular a Estados Unidos y a territorios de Asia. En los primeros 9 meses de 2021, la compañía produjo un promedio de 1,745 millones de barriles diarios de petróleo crudo, añadió.

La agencia calificadora Moody’s señaló este miércoles que la reforma eléctrica propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) es negativa para efectos crediticios.

Señaló que la iniciativa, presentada el pasado 30 de septiembre por el mandatario al Congreso “disminuiría la transparencia operativa, disuadiría la inversión privada, desincentivaría la generación de energías renovables y probablemente aumente el costo total de la electricidad”.

Moody’s recordó que la iniciativa propone eliminar la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE), dos entes reguladores autónomos, los cuales, de acuerdo con la calificadora de riesgo son claves en el desarrollo del sector energético en el país.

Explicó que estos dan “seguridad y estabilidad” a los participantes del mercado. “La eliminación de la CNH y de la CRE socavaría la confianza de los inversores porque debilitaría la transparencia y el marco institucional del sector”, apuntó.

Además, advirtió que si se aprueba iniciativa, es probable que se desencadenen disputas legales internacionales, se afecte la competitividad de la inversión extranjera y los inversionistas se aparten de las prácticas regulatorias acordadas.

Explicó que la iniciativa, que busca darle más fuerza a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), desincentivaría la inversión en generación renovable, probablemente elevando los costos de la electricidad.

Entre los puntos de la iniciativa de López Obrador está establecer que la CFE tenga el 54% del mercado de generación en el país, regular contratos con empresas privadas y suprimir los reguladores autónomos; mientras que el 46% restante se va a conservar para las empresas particulares.

Al respecto, la calificadora indicó que esto conllevaría la cancelación de permisos de generación de energía y acuerdos de compra de energía, así como la invalidación de plantas de autoabastecimiento, productores independientes de energía y plantas adjudicadas en subasta de contratos de energía a largo plazo.

Remató señalando que la propuesta de reforma no solo crearía un mercado de electricidad más costoso que aumentaría la necesidad de subsidios, y además impediría el progreso de México en el logro de sus objetivos de energía limpia.

Moody’s dijo este martes que las refinerías Deer Park, recién adquirida, y Dos Bocas, en proceso de construcción, se suman a la carga de gastos de capital de Pemex y que generan dudosos retornos de inversión, además de riesgos de sobrecostos.

La calificadora señaló que Pemex continúa teniendo un flujo de caja negativo pese al alza en los precios del crudo y que su nota crediticia “Ba2” incluye el supuesto de un apoyo gubernamental “muy elevado” en caso de ser necesario.

Recordemos que un objetivo clave de la agenda energética de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) es que Pemex aumente su capacidad de refinación para lograr la tan ansiada independencia energética; por ello, el gobierno está financiando la construcción de la nueva refinería Dos Bocas y recientemente anunció la adquisición del 50% restante en Deer Park, Texas.

“Deer Park y Dos Bocas se suman a la carga de gasto de capital de Pemex con dudosos retornos de inversión y riesgos de sobrecostos”, sostuvo Moody’s en un informe.

La calificadora agregó que espera que Dos Bocas terminé costando más de lo estipulado por el gobierno federal, además de que advierte que su construcción podría acarrear retrasos, por lo que calificó el proyecto como “una carga” para Pemex que, en última instancia, requerirá más apoyo soberano para financiar la inversión.

De otro lado, Moody’s dijo que la calificación de de Pemex “Ba2” refleja la alta vulnerabilidad de la empresa a los bajos precios de las materias primas dada su excesiva carga de deuda y su débil liquidez.

“La generación de flujo de efectivo y las métricas crediticias de Pemex seguirán siendo débiles en el futuro previsible debido a una alta carga tributaria, vencimientos de deuda en curso, y subinversión en exploración y producción a favor de una expansión de su negocio de refinación, que ha generado pérdidas durante varios años”, explicó la firma.

La agencia calificadora Moody’s afirmó este lunes que es poco probable que el rumbo de la política macroeconómica y fiscal de México cambie luego del resultado de las elecciones del pasado 6 de junio, el que Morena y aliados perdieron espacios en la Cámara de Diputados.

Los resultados electorales fueron precedidos por los anuncios del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sobre los cambios en la Secretaría de Hacienda y en la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico), los cuales tampoco modificarían el rumbo actual, destacó Moody’s.

“En nuestra opinión, los cambios propuestos en el equipo económico y los resultados de las elecciones intermedias no dan lugar a un cambio material en la dirección de las políticas macroeconómicas y fiscales”, dijo la agencia en un comunicado.

Recordemos que Morena, PT y PVEM redujeron el número de escaños que tiene hoy en día en la Cámara de Diputados, aunque mantuvieron la mayoría de la mitad más un voto, lo que aún le permitirá alcanzar objetivos clave del gobierno, como un mayor a Pemex y aprobar el presupuesto de 2022.

No obstante, la calificadora, que mantiene la nota soberana de México en un nivel “Baa1” con perspectiva negativa, destacó que la pérdida del control de dos terceras partes en la cámara baja redujo el riesgo de cambios constitucionales radicales, especialmente en el sector energético.

En materia fiscal, dijo Moody’s, el nombramiento de Rogelio Ramírez de la O como próximo secretario de Hacienda favorece la continuidad. “Esperamos que la postura de austeridad fiscal que ha caracterizado a la administración se mantenga”.

El economista, un asesor de largo tiempo de López Obrador, sustituirá en la Secretaría de Hacienda a Arturo Herrera, quien será nominado para relevar a finales de este año al actual gobernador de Banxico, Alejandro Díaz de León. El nombramiento tendrá que ser ratificado en su momento por el Senado.

La agencia Moody’s bajó la calificación de riesgo de las obligaciones senior no garantizadas de Deer Park Refining Limited Partnership, a Baa3 desde Baa2, y colocó las notas en revisión para rebajarlas, luego de que se anunciara que Pemex compraría la totalidad de sus acciones.

Una subsidiaria de Royal Dutch Shell acordó vender su 50% en la refinería ubicada en Texas a Pemex en 596 millones de dólares, para convertirse la estatal en la dueña absoluta de la instalación. Se espera que la transacción se cierre en el cuarto trimestre de este año.

“La rebaja de las calificaciones senior no garantizadas de Deer Park a Baa3 refleja la expectativa de Moody’s de que la recuperación total en las ganancias de la compañía y el perfil de apalancamiento se extenderá más allá de 2021”, dijo Moody’s en un comunicado la noche de ayer.

La calificadora espera que Deer Park administre proactivamente sus requisitos de liquidez y refinanciamiento en 2021, incluido el de una línea de crédito renovable a corto plazo de 130 millones de dólares con vencimiento en julio de 2021 con los ingresos de los préstamos de los socios.

La agencia también explicó que la revisión a la baja de las calificaciones de Baa3 “refleja aún más la expectativa de Moody’s de que luego de la venta, las calificaciones de Deer Park serán impulsadas principalmente por su dinámica crediticia independiente y el perfil de deuda mucho más débil de Pemex”.

Recordemos que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dijo que se recuperaría en dos o tres años la inversión realizada para hacerse del control de la refinería Deer Park.

La evaluación crediticia independiente de Deer Park está limitada por su configuración de refinería única que, según el comunicado, Moody’s no considera acorde con la calificación de grado de inversión, a pesar de la alta complejidad, la escala significativa y alto nivel de flexibilidad en las materias primas.

La agencia Moody’s advirtió este jueves que la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica que aprobó esta semana la Cámara de Diputados luego de que la enviara el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), traerá un impacto negativo al sector porque socava la competencia y los objetivos de energía limpia del país, advirtió este jueves

“Los cambios a la Ley de la Industria Eléctrica tendrán impacto crediticio negativo para el sector porque limitarán la inversión privada en renovables, al dar prioridad al despacho a CFE, sobre la generación privada”, indicó Adrián Garza, analista vicepresidente sénior de la agencia calificadora.

Recordemos que el principal cambio de la iniciativa que envió AMLO y que se aprobó en Diputados,  es eliminar el criterio económico para despachar primero la electricidad de las plantas hidroeléctricas y de combustibles fósiles de la CFE sobre las centrales privadas de renovables y al último las de ciclo combinado.

“Con esto, se pone en riesgo llegar a la meta de generación de energía limpia de 35% del total en 2024”, indicó Garza.

Alertó que la reforma también elimina la obligatoriedad de las subastas eléctricas en las que participan privados, ordena revisar los contratos del Gobierno con particulares y cambia las reglas de los Certificados de Energía Limpia (CEL) para darlos a plantas viejas de la CFE.

Los cambios, dijo el analista de Moody’s, ocurren en un tiempo difícil para las crecientes necesidades energéticas del país, que dentro de los próximos 14 años tendrá un incremento de 2.8% en la demanda, con base en el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen).

Pese a lo advertido por la calificadora, y que coincide con lo que han dicho diversos especialistas, el gobierno ha justificado la urgencia de la reforma para “fortalecer” a la CFE.

El plan de negocios de la CFE de 2021 a 2025 contempla proyectos de gas y ciclo combinado en lugar de renovables, por lo que la reforma aumentaría la dependencia sobre este combustible, que ya representa 60% de la generación de electricidad, observó Moody’s.

El proyecto de reforma ya se encuentra en el Senado, donde debe discutirse y votarse dentro de un plazo de 30 días por ser de carácter preferente.

La calificadora Moody’s dijo este miércoles que persisten riesgos para la nota crediticia soberana de México, pese a que proyecta una recuperación económica más acelerada este 2021 tras revisar su pronóstico de expansión del PIB local de 2021 a un 5.5% desde un 3.5% previo.

Recordemos que la economía sufrió su mayor contracción desde la Gran Depresión durante 2020, cuando cayó un 8.5% a tasa anual, golpeada principalmente por la pandemia de Covid-19.

Para 2022, Moody’s prevé un crecimiento económico real de un 2.6%, en lugar del 2% que había estimado inicialmente.

La agencia explicó en un comunicado que la fuerte demanda de exportaciones mexicanas en Estados Unidos será unos de los principales factores del repunte. Sin embargo, advirtió que a nivel doméstico existen riesgos de menor inversión y persistente debilidad en el mercado laboral que afectaría al consumo.

“Presiones para un menor crecimiento a mediano plazo, el apoyo sustancial y recurrente a Pemex (…) y el perfil fiscal del gobierno federal son los factores de riesgo crediticio que no han cambiado”, dijo Ariane Ortiz-Bollin, analista senior de la calificadora.

Moody’s estimó que Pemex requerirá apoyos del gobierno por unos 14,700 millones de dólares este año, lo que será clave para un aumento del déficit fiscal en el país.

La especialista a cargo de la nota soberana añadió que la reforma a la ley de la industria eléctrica que este miércoles avanzó en la Cámara de Diputados, y que busca fortalecer a CFE, podría impactar a futuras inversiones en el sector y afectar también al crecimiento económico.

El gobierno federal ha buscado fortalecer el papel del Estado en el sector energético y, entre sus esfuerzos, otorgó recientemente un nuevo estímulo fiscal a Pemex por hasta 73,280 millones de pesos, a fin de apuntalar sus de por sí afectadas finanzas y su producción de hidrocarburos.

Con ese apoyo y los adicionales que se esperan para este año, el déficit fiscal de México se ubicaría en 2021 en un 4.1% del PIB, pronosticó Moody’s, mientras que la deuda subiría moderadamente a un 42.5% del total de la economía.

La agencia calificadora Moody’s dijo este martes que las expectativas de crecimiento económico de mediano plazo para México han continuado deteriorándose por la pandemia del coronavirus, y añadió que las políticas gubernamentales podrían retrasar la recuperación.

La firma, que mantiene la calificación crediticia del país en Baa1 con perspectiva negativa, también cuestionó los supuestos establecidos en el Presupuesto para 2021 aprobado por el Congreso local, pues aseguró que subestima los ingresos.

“La pandemia ha exacerbado las tendencias negativas de crecimiento que se habían hecho evidentes en 2019 y que persistirán más allá de 2020”, aseguró Moody’s tras proyectar que el Producto Interno Bruto (PIB) mexicano crecerá un 3.5% este año, tras una contracción estimada del 9% en 2020.

La respuesta del gobierno a la pandemia, añadió Moody’s, ha sido limitada en el apoyo para empresas y hogares y, por lo tanto, ha hecho poco para contrarrestar el impacto económico, lo que dificulta su capacidad para recuperarse más rápido.

Moody’s añadió que el presupuesto para este ejercicio está basado en una previsión optimista de un crecimiento del 4.6%, sobreestimando, por un lado, los ingresos del gobierno provenientes de la producción de petróleo, y subestimando el apoyo que requerirá la endeudada petrolera estatal Pemex.

“Para cumplir con sus metas fiscales para 2021 y cubrir el apoyo subestimado relacionado con Pemex, esperamos que el gobierno reasigne recursos dentro del sector público”, dijo la agencia calificadora.

Los sectores de aerolíneas, aeropuertos y hotelería de México, que han sido gravemente afectados por la crisis que generó la pandemia de COVID-19, tendrán “poca mejoría” en 2021, aseguró este jueves la agencia financiera Moody’s en un comunicado.

Sin embargo, añadió, otros sectores enfocados al consumo, incluyendo alimentos empacados y telecomunicaciones, verán una recuperación gradual.

La agencia insistió en que el PIB real de México caerá alrededor del 10% en 2020 antes de recuperarse a un crecimiento de 3.7% en 2021.

Alonso Sánchez, vicepresidente y analista senior de la financiera, señaló que muchas compañías incrementaron su deuda y protegieron sus niveles de liquidez al reducir inversiones de capital, pagos de dividendos y gastos en general.

Ante ese panorama, señala que el sector del turismo en México no volverá a la actividad registrada previo a la pandemia sino hasta 2023, debido a que su total recuperación dependerá de que los consumidores se sientan cómodos viajando.

Ese cálculo coincide con el proyectado por el secretario de Turismo, Miguel Torruco, quien estima que la industria turística, que representa el 8.7% del PIB, no se recuperará del todo hasta 2023.