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La jueza ultraconservadora Amy Coney Barrett, nominada por el presidente Donald Trump para la Corte Suprema de Estados Unidos, compareció ante el Senado, donde fue cuestionada principalmente por los legisladores demócratas.

Y aunque se contuvo y no mostró muestras de exaltación, analistas refieren que no ofreció ningún indicio de cómo fallaría en caso de llegar a la Corte en casos importantes como el aborto o el futuro del Obamacare.

“Los jueces no pueden levantarse un día y decir: tengo una agenda, me gustan las armas, odio las armas; me gusta el aborto, odio el aborto. Y simplemente andar por ahí como una reina e imponer su voluntad al mundo”, dijo con cierta ironía Barrett durante el segundo día de audiencias en el comité judicial del Senado.

Barrett, católica, de 48 años y madre de siete hijos, usó frases similares para evadir las preguntas de los demócratas; aseguró una y otra vez que ella no tiene ninguna agenda política y que su objetivo es apegarse a la Constitución para decidir cada caso por separado.

Además, enfatizó que “no se ha comprometido” con la Casa Blanca a fallar de ninguna forma en polémicos casos, como el de la reforma sanitaria del expresidente Barack Obama (2009-2017) que evaluará la Corte en las próximas semanas.

Ante sus respuestas, los senadores demócratas, que están en minoría en el Senado y saben que no pueden frenar la confirmación de la jueza, están usando las audiencias para recordar a los estadounidenses lo que está en juego en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

Los demócratas se están esforzando en retratar a Barrett como una jueza extremadamente conservadora y muchos pusieron hoy el foco en el derecho al aborto.

La senadora Dianne Feinstein, de 87 años y que durante su vida ha roto varias barreras de género, preguntó repetidamente a Barrett sobre sus ideas acerca del caso “Roe v. Wade”, que legalizó el aborto en 1973 y le recordó lo que ocurría cuando ese procedimiento era ilegal en Estados Unidos.

“Como una estudiante universitaria en la década de 1950, vi lo que le pasaba a aquellas mujeres jóvenes que quedaban embarazadas en un momento en el que el aborto no era legal en este país. Yo fui a (la universidad de) Stanford y vi los viajes a México, vi cómo mujeres muy jóvenes intentaban hacerse daño. Eso es realmente preocupante”, manifestó Feinstein.

Barret rechazó expresar su visión acerca del caso y dijo que no dará “un pulgar hacia arriba o hacia abajo” para respaldar o rechazar ningún asunto, incluido el aborto.

En varias ocasiones, la magistrada insistió en que será perfectamente capaz de separar sus decisiones judiciales de su religión.

“Tengo una vida repleta de personas que han tomado decisiones diferentes, y nunca he intentado, en mi vida personal, imponerles mis decisiones. Lo mismo ocurre en mi ámbito profesional”, aseveró Barrett.

Durante las audiencias para confirmarla como jueza de la Suprema Corte, Barrett tuvo que enfrentarse a numerosas preguntas sobre sus creencias y su pertenencia al grupo religioso People of Praise.

Ese grupo tiene menos de 2,000 miembros y sus miembros creen en “profecías y curaciones divinas”, según el diario The New York Times.

Hoy, Barrett dijo a los senadores que, cuando aceptó la nominación de Trump para el Supremo, sabía que su fe sería “caricaturizada” y su familia sufriría ataques; pero decidió seguir adelante porque quiere “servir a su país”.

Al respecto, los republicanos han acusado repetidamente a los demócratas de atacar la fe de Barrett, aunque en realidad ninguno ha aludido a sus creencias religiosas.

El objetivo de los republicanos es desacreditar a los demócratas y retratarles como un grupo de radicales, al mismo tiempo que buscan presentar a Barrett como una jueza extremadamente calificada.

En un momento de la audiencia, el senador John Cornyn, republicano por Texas, le pidió a la magistrada que sostuviera su libreta a la vista de todos con el objetivo de mostrar que estaba en blanco y que estaba hablando de memoria, haciendo referencia a casos legales sin ningún tipo de ayuda.

Los republicanos quieren confirmar a Barrett en el pleno del Senado el 22 de octubre, por lo que en caso de avanzar estaría en funciones antes de las elecciones del 3 de noviembre.

Tras estar inactivo diez días por su contagio de Covid-19, el presidente Donald Trump retomó sus actos de campaña este lunes en Florida asegurando que está en “plena forma”.

“Lo tuve y ahora dicen que estoy inmunizado”, dijo el mandatario estadounidense de 74 años ante una multitud de miles de seguidores, de los que pocos llevaban tapabocas. “¡Me siento poderoso!”

“Voy a caminar en esta multitud (…) besaré a todo el mundo, besaré a los hombres y las magníficas mujeres”, añadió entre risas.

El equipo médico de Trump anunció que había dado negativo a Covid-19 y que no era contagioso poco antes de su viaje a Florida, el primero de cuatro estados claves que planea visitar esta semana para intentar reducir la ventaja de Biden en los sondeos, en la recta final hacia las elecciones presidenciales de Estados Unidos del 3 de noviembre.

Trump abordó los temas habituales de su campaña: la “tramposa” Hillary Clinton y la prensa “corrupta”, y las advertencias alarmistas contra la “izquierda radical” y la “pesadilla socialista”. También se lanzó contra su rival, al que insistió en llamar “Joe, el Dormilón”, asegurando que no atrae a “casi nadie” en sus actos.

El presidente desestimó las encuestas; recordó que hace cuatro años las encuestas decían  que iba a perder Florida. “¡En 22 días vamos a ganar este estado y a ganar cuatro años más en la Casa Blanca!”.

La actitud desafiante del mandatario estaba presente antes de salir de Washington. A su salida de la base militar Andrews, cerca de la capital, el presidente estadounidense no portaba mascarilla, a diferencia de los agentes del Servicio Secretos encargados de su seguridad.

La cuestión de la inmunidad al Covid-19 aún no está clara, ya que los expertos desconocen con precisión su duración o el nivel de protección que ofrecen los anticuerpos. Según un estudio divulgado este martes en la revista médica The Lancet Infectious Diseases, un estadounidense se infectó dos veces de covid-19 en un mes y medio de intervalo y la segunda infección fue más grave que la primera, el quinto caso de reinfección registrado hasta ahora en el mundo.

Además de Florida, Trump irá esta semana también a Pensilvania, Iowa y Carolina del Norte para intentar recortar distancia con Biden, que lleva una ventaja de dos dígitos en el promedio nacional de encuestas, según el sitio RealClearPolitics.

El mandatario ganó esos cuatro estados en 2016, pero marcha detrás de Biden en los cuatro este año, según un promedio del mismo sitio.

El demócrata lo aventaja por un margen escueto en Iowa y Carolina del Norte, pero lidera por ventajas más sustanciales en Florida y Pensilvania, con 3.7 puntos porcentuales y 7.1, respectivamente.

Más de 10 millones de estadounidenses, un récord, ya han votado para las elecciones del 3 de noviembre, por correo o por voto anticipado, según un conteo difundido ayer.

El presidente Donald Trump retoma este lunes sus actos de campaña fuera de La Casa Blanca, luego de haber contraído COVID-19. Su primer evento tendrá lugar en Sanford, Florida.

“Nos vemos en Sanford, Florida, esta noche para un gran mitin”, escribió esta mañana el mandatario en su cuenta oficial de Twitter, y tras declarar a la cadena Fox el domingo de que es “inmune” al coronavirus; Trump ha venido insistiendo en que está “en muy buena forma para pelear las batallas”.

El mensaje del mandatario llega tras el informe que emitió el fin de semana su médico en La Casa Blanca, Sean Conley, en el que indicó que el republicano “ya no se considera un riesgo de transmisión para otros”, aunque no respondió a la pregunta de cuando fue la última prueba de coronavirus en la que el presidente dio negativo.

El mitin de Trump en Florida lo celebra una semana después de abandonar el hospital militar Walter Reed y tras un primer acto público con simpatizantes efectuado el sábado en un balcón de La Casa Blanca luego de contraer la enfermedad.

El evento en Sanford ha motivado críticas hacia el presidente, por el peligro de que aun pueda ser un agente de contagio, y hasta una demanda judicial con miras a su cancelación interpuesta por el abogado Daniel Uhlfelder, debido a que el acto “es una molestia”.

Al respecto, el candidato demócrata, Joe Biden, señaló este lunes que el mitin de Trump en Florida llevará solo “una conducta imprudente, una retórica divisiva y más miedo”.

“No trae un plan para controlar este virus que ha matado a más de 15.000 floridanos, no trae un plan para proteger el cuidado médico de los floridanos de los ataques de su administración en contra de la Ley de Cuidado de Salud Asequible” (Obamacare), agregó en una declaración el exvicepresidente.

Además del mitin en Florida, el presidente tiene previsto esta semana otros actos de campaña en los estados de Pennsylvania y Iowa.

De acuerdo a un sondeo difundido el domingo por la cadena ABC News y el diario The Washington Post, Biden aventaja por 12 puntos a Trump en la intención de voto popular, mientras que según el promedio de encuestas que realiza RealClear Politics, el demócrata lleva una ventaja de 10.6 puntos porcentuales.

Recordemos que Florida otorga 29 votos en el Colegio Electoral, donde se requiere un mínimo de 270 para ganar la elección; un reciente sondeo de la Universidad de Quinnipiac colocó a Biden delante del presidente con 11 puntos de diferencia, mientras que el promedio de RealClear Politics refleja una ventaja de 3.7% a favor del demócrata.

Este lunes, la oficina de campaña del presidente Trump ha lanzado en Florida un anuncio publicitario en español en el que vuelve a vincular a la candidatura de la fórmula Biden y la aspirante a vicepresidenta Kamala Harris con el “Castrochavismo”, y en el que se señala que el exvicepresidente “le dio la espalda a los venezolanos”.

El presidente Donald Trump se preparaba para volver a la campaña electoral al tener la intención de realizar un par de mítines este fin de semana, después de que fue diagnóstico de COVID-19.

Contraer el virus lo dejó una semana al margen de la carrera electoral por La Casa Blanca contra el demócrata Joe Biden.

Trump, quien hace una semana anunció que tenía COVID-19 y pasó tres noches en un hospital militar recibiendo tratamiento, dijo que se sentía “realmente bien” y que, con la bendición de sus médicos, iba a hacer campaña en Florida el sábado y en Pensilvania el domingo.

Un regreso a los eventos con público buscaría convencer a los votantes de que está lo suficientemente sano como para hacer campaña y gobernar.

Si bien Trump ha publicado varios videos en Twitter, no ha aparecido en público desde que regresó el lunes a La Casa Blanca.

Trump tiene programada una entrevista televisiva con Fox News esta noche, la primera desde que fue diagnosticado; su equipo informó a la cadena de televisión que probablemente le harían una nueva prueba este mismo día.

La Casa Blanca se ha negado a decir cuándo fue la última vez que dio negativo para la enfermedad.

De acuerdo a las pautas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), las personas que están gravemente enfermas con COVID-19 podrían necesitar quedarse en casa hasta 20 días después de que aparezcan los primeros síntomas.

Pese al entusiasmo de Trump, sus asesores dijeron que el corto plazo de aviso dificultaba la organización de los eventos. La portavoz de la Casa Blanca Kayleigh McEnany dijo que el presidente estaba trabajando duro y listo para salir en cuanto obtenga la aprobación de su médico. “Quiere hablar con el pueblo americano, y quiere estar ahí fuera”, dijo a Fox News.

En contraste, Joe Biden, aspirante demócrata a la Casa Blanca ha seguido haciendo campaña y este viernes visia Las Vegas, Nevada.

El exvicepresidente, quien ha criticado duramente el manejo de la pandemia por parte de Trump, supera al republicano en las encuestas, aunque esa ventaja es menor en algunos de los estados que pueden determinar el resultado de las elecciones, los llamados estados visagra.

El médico de La Casa Blanca, Sean Conley, dijo en un documento publicado ayer que Trump había completado su tratamiento para el COVID-19, se mantuvo estable desde que abandonó el hospital y podría reanudar los compromisos públicos el sábado.

Joe Biden, candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, tiene el apoyo del 63% de los posibles votantes latinos, comparado con un 29% que se inclina por la reelección del presidente Donald Trump, según una encuesta publicada este viernes por el Pew Research Center.

En la encuesta, realizada entre el 30 de septiembre y el 5 de octubre, Biden obtiene una ventaja general de diez puntos sobre Trump, con un 52% de la intención de voto, contra un 42% del mandatario.

Trump aparece con ventaja sobre Biden tan sólo entre los votantes blancos, de los cuales el 51% se inclina por reelegirlo, comparado con un 44% que parece dispuesto a votar por el candidato demócrata.

Las ventajas que Biden muestra son aún más pronunciadas entre los posibles votantes afroamericanos, con un 89%, y los de origen asiático con un 75%.

Entre todos los posibles votantes, la encuesta de Pew encontró que sólo entre los blancos Trump evoca sentimientos de simpatía (45%) mientras que un 39% de este grupo no tiene mucho afecto por el presidente. Los grados de antipatía aumentan al 72% entre los afroamericanos (vs 12%), el 55% entre los asiáticos (vs 24%) y el 54% entre los posibles votantes hispanos (vs 32%).

Entre los encuestados que expresaron su preferencia por Biden, el 72% indicó que está “extremadamente” motivado para votar, un sentimiento que comparte el 71% de los posibles votantes de Trump.

Pero ese entusiasmo, que comparten el 79% de los simpatizantes del aspirante demócrata y el 74% de los votantes del republicano, cae al 67% de los afroamericanos y el 57% de los posibles votantes latinos.

El Pew señala que la encuesta se realizó en inglés y español entre 11.929 adultos, incluidos 10.543 votantes registrados, y su margen de error es de 1,5 puntos.

El segundo debate electoral entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su rival demócrata, Joe Biden, programado para el próximo 15 de octubre, a celebrarse en Miami, Florida, será virtual, anunció hoy la comisión que los organiza.

El anuncio de la decisión de la Comisión para los Debates Presidenciales tiene lugar después de que tanto el presidente Trump como numerosos funcionarios de La Casa Blanca hayan dado positivo a COVID-19.

La decisión ha sido adoptada, según indicó la comisión, para “proteger la salud y seguridad” de todas las personas involucradas, y significa que los dos candidatos participarán desde sitios distantes.

“Los participantes en el debate y el moderador, Steve Sculli, productor ejecutivo y editor político de la Red C-SPAN, estarán ubicados en el Centro Adrienne Arsht para las Artes en el Condado Miami Dade, de Florida”, señaló la comisión.

Todavía ayer, dos días después de que el presidente Trump salió del hospital naval Walter Reed y retornó a La Casa Blanca, los portavoces de su campaña señalaron que el presidente estaba dispuesto a debatir con Biden quien ha insistido en que seguiría la recomendación de los expertos.

Sin embargo, el presidente Donald Trump afirmó esta mañana que no participará en un debate virtual, y sostuvo que la Comisión para los Debates Presidenciales “trata de proteger” al candidato demócrata con esa decisión.

“No voy a hacer un debate virtual”, dijo a Fox News. “Es inaceptable para nosotros”, añadió el republicano.

Por su parte la campaña de Joe Biden informó que el candidato contestará directamente a preguntas de los votantes la próxima semana, ante la negativa de Trump a participar en el debate virtual.

Incluso sugirió a la comisión cambiar de fecha el encuentro, con el fin de que el republicano “no evada” su deber.

“Ante la negativa del presidente a participar el 15 de octubre, esperamos que la Comisión de Debates mueva el ‘town-hall’ (formato que incluye preguntas de ciudadanos) de Biden-Trump al 22 de octubre, para que el presidente no pueda evadir su responsabilidad”, dijo la portavoz de la campaña de Biden, Kate Bedingfield, en un comunicado.

En la misma entrevista con la cadena Fox, el presidente Trump aseguró estar listo para reanudar sus mítines de campaña y reconoció el tratamiento experimental recibido tras contagiarse del coronavirus, aunque no hay manera todavía de determinar si esos medicamentos han surtido efecto.

“Me siento bien, muy bien, creo que estoy perfecto. Me siento tan bien que me encantaría tener un mitin de campaña esta misma noche”, declaró el mandatario añadiendo que no cree ser contagioso de Covid-19. “en lo absoluto”, remató.

El presidente Donald Trump desafió a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a aprobar de inmediato un segundo cheque de 1,200 dólares para los estadounidenses, como medida para aliviar el impacto económico de la pandemia.

“Si me envían un proyecto de ley separado con un cheque de estímulo (1,200 dólares), irá a nuestro gran pueblo INMEDIATAMENTE”, escribió el presidente en su cuenta Twitter. “Estoy listo para promulgarlo en este mismo momento” ¿Está escuchando, Nancy?”, añadió.

En otro mensaje, el presidente afirmó que la Cámara de Representantes y el Senado deberían aprobar un paquete de 25,000 millones de dólares para apoyar el pago de sueldos de las aerolíneas, y 135,000 millones de dólares para el programa de protección de sueldos de las empresas pequeñas.

El republicano dijo que ambos apoyos se pagarían totalmente con los fondos no usados de la Ley de Estímulo Económico.

Sus nuevos mensaje llegan horas después de que ordenara ayer suspender hasta después de las elecciones del 3 de noviembre las negociaciones con el Congreso para aprobar un nuevo paquete de estímulo económico por la pandemia del coronavirus.

“He dado instrucciones a mis representantes para que dejen de negociar hasta después de las elecciones, cuando, inmediatamente después de que gane, aprobaremos una gran Ley de Estímulo centrada en los trabajadores Estadounidenses y las pequeñas empresas”, escribió Trump en Twitter, en un mensaje al que los mercados de valores reaccionaron inmediatamente con caídas.

Las negociaciones entre la Casa Blanca y los demócratas para aprobar un nuevo rescate han estado estancadas. En marzo pasado, cuando la pandemia de la COVID-19 golpeó a la economía de Estados Unidos, el Congreso aprobó y el presidente Donald Trump promulgó una ley de estímulo económico que incluyó la distribución de cheques por 1,200 dólares a los contribuyentes impositivos.

Otro elemento de la ley de marzo fue un subsidio por desempleo extendido a trabajadores independientes y contratistas que no están cubiertos, normalmente, por la prestación convencional. Esos pagos de 600 dólares por semana terminaron a fines de julio sin un acuerdo entre el Congreso y Trump para extenderlo.

Las negociaciones entre el Ejecutivo y el Congreso para un segundo paquete de estímulo se han prolongado, con recriminaciones de ambas partes, mientras millones de personas siguen desempleadas y sin la capacidad financiera de hacer frente a deberes.

Al respecto, el jefe de gabinete de La Casa Blanca, Mark Meadows, dijo este miércoles que no es optimista ante la eventual consecución de un acuerdo de ayuda financiera por el COVID-19.

No obstante, afirmó que el gobierno del presidente Donald Trump sí respalda una estrategia de aportes más graduales, incluso a pesar de que aseguró que las negociaciones con el Congreso habían terminado.

“Estamos dispuestos a comprometernos. Pero no veo con optimismo un acuerdo integral. Estoy optimista en que podamos resolver unas 10 sobre una base gradual”, dijo Meadows en una entrevista a Fox News.

Meadows no precisó qué 10 asuntos quiere abordar el gobierno, pero reiteró la postura tuiteada por Trump, cuando indicó que apoyaría una legislación aparte sobre las aerolíneas, las pequeñas empresas y los cheques de estímulo para las personas.

No es la primera vez en la historia que la pandemia infecta al presidente de Estados Unidos. Así como ahora Trump tiene COVID19, en 1919 el entonces presidente Woodrow Wilson enfermó de la Gripe Española. Las consecuencias políticas de su enfermedad llevaron a la elección de Adolf Hitler en Alemania y posteriormente a la Segunda Guerra Mundial.

El relato de la enfermedad de Wilson lo tiene John M. Barry en su libro La Gran Influenza. El presidente que constantemente buscó minimizar la enfermedad para no desanimar a los jóvenes a enlistarse para la Gran Guerra contrajo la enfermedad en abril del 2019, en medio de las tensas negociaciones en el Palacio de Versalles, en Francia. En ellas participaban el Primer Ministro francés, Georges Clemenceau; el inglés, Lloyd George y en menor medida el italiano, Vittorio Orlando como las grandes figuras: los Grandes Cuatro de Versalles.

Wilson llegó a Francia como el más popular entre los Jefes de Estado. Chocó durante meses con “El Tigre” Clemenceau, quien quería imponer medidas económicas y políticas severas a los alemanes, a diferencia de Wilson, que buscaba una salida más digna y diplomática con los perdedores. Sin embargo, después de contraer la influenza, Wilson regresó a la mesa de negociación diferente. De hecho, en un primer momento la mesa de negociación regresó a Wilson con Clemenceau y Lloyd George sentados a un lado de la cama del presidente estadounidense.

La descripción de Barry es de Wilson como un hombre que no estaba coherente. Entre otras extrañezas, comenzó a decir que había espías franceses en su residencia y de pronto abandonó todos los principios por los que había luchado desde el arranque de las negociaciones. Accedió a todo lo que Clemenceau había puesto sobre la mesa, principalmente, que Alemania aceptara la responsabilidad y pagara todos los costos de la guerra; el prohibir tropas alemanas en la zona al este del Rin y regresar Alsacia y Lorena a Francia.

Existen varias biografías de Wilson que mencionan esta enfermedad y que relacionan su claudicación ante Clemenceau con el consiguiente deterioro económico alemán que condujo al auge del nacionalismo y caos político que llevaron eventualmente a Hitler al poder. El resto de la historia ya lo sabemos.

Hoy, el presidente de Estados Unidos vuelve a estar enfermo. No creo en las versiones de que es un invento de Trump como estrategia electoral. Lo que más ha querido Trump es hablar de cualquier otro tema salvo el COVID. Y, desde que anunció que había salido positivo al COVID19, ese precisamente ha sido el tema que ha dominado la agenda política a cuatro semanas de las elecciones y cuando ya han acudido a votar más de cuatro millones de estadounidenses.

Lo que sí se tiene es a un Trump que ha sido tratado con medicamentos experimentales, reservados para los pacientes más graves, cuyos efectos secundarios están todavía por verse. En el caso del esteroide dexametasona, el Washington Post reporta que sólo lo han administrado a 10 pacientes que tuvieron acceso a éste gracias a un proceso conocido como “uso compasivo” reservado para quienes tienen un caso severo de COVID. Entre esos 10 pacientes, aparece ahora Trump, a pesar de que los doctores del presidente han dicho que su estado no ha sido tan grave.

El Director del departamento de medicina de la Universidad de California en San Francisco, Robert Wachter, comentó al diario que estaba asombrado de que hubiesen dado de alta al presidente tan solo 3 días después de que se le administró este esteroide.

Trump tiene todos los incentivos políticos alineados para minimizar su enfermedad y presionar a su equipo médico para que hagan lo mismo. Las consecuencias políticas de estas acciones no necesariamente son inmediatas pero sin duda estarán por verse.

Columna completa en El Universal

Facebook y Twitter censuraron este martes un mensaje publicado por el presidente Donald Trump, en el que comparaba la pandemia de COVID-19 con la gripe, y en el que aseguraba que la primera es “muchos menos letal” en la mayoría de las poblaciones.

Twitter dio el primer paso y ocultó el tuit del presidente con una advertencia de que viola las reglas de esa red social “sobre la difusión de información engañosa y potencialmente dañina relacionada con la COVID-19”, aunque lo mantuvo accesible si se hace clic sobre él por su “interés para el público”.

Esta es una estrategia que Twitter ya ha tomado en ocasiones anteriores con mensajes del mandatario desde que en mayo empezó a verificar y colocar alertas junto a los contenidos compartidos por Trump.

A la decisión de Twitter le siguió la de Facebook, que fue aún más drástico y eliminó completamente el mensaje al considerar, según indicó la empresa en un comunicado, que se trataba de “información incorrecta sobre la severidad de la COVID-19”.

El mensaje compartido por Trump dice: “¡La temporada de la gripe se acerca! Mucha gente todos los años, algunas veces más de 100.000, y pese a la Vacuna, muere de la Gripe. ¿Vamos a cerrar nuestro País? No, hemos aprendido a vivir con ella, justo como estamos aprendiendo a vivir con la COVID, en la mayoría de poblaciones mucho menos letal”.

La parte que las redes consideran que no se ajusta a la realidad es la final, en que el presidente asegura que la COVID es “mucho menos letal” en la mayoría de poblaciones que la gripe.

La mayoría de estudios científicos apuntan a que todo parece indicar que el grado de letalidad de la COVID-19, es decir el porcentaje de fallecidos con respecto al total de infectados, es superior al de la gripe, aunque la cifra exacta no se podrá conocer hasta dentro de varios años, cuando se hayan podido llevar a cabo investigaciones exhaustivas, se disponga de todos los datos y se conozca mejor la enfermedad.

Trump respondió a las acciones de Twitter y Facebook con un nuevo mensaje en el que llamó a eliminar las protecciones legales de las que disfrutan las grandes plataformas de Internet bajo la sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones de 1996.

Joe Biden, candidato demócrata a La Casa Blanca, tiene una ventaja de 16 puntos porcentuales sobre el presidente de Donald Trump, de cara a las elecciones del 3 de noviembre, según una encuesta divulgada este martes.

El sondeo, elaborado para la cadena de televisión CNN la semana pasada, después del primer debate presidencial, indica que un 57% de los votantes probables votaría por Biden, frente a un 41% que lo haría por Trump.

La noticia coincide con la información de que poco más de 4 millones de estadounidenses ya han ejercido el voto anticipado, cuando falta poco menos de un mes para las elecciones, frente a los 75,000 que lo habían hecho para estas fechas en los comicios de 2016, lo que anticipa una posible participación récord.

Los datos de la encuesta de CNN apuntan a que Biden ha duplicado su ventaja sobre Trump desde finales de agosto, ya que entonces tenía una ventaja de 8 puntos, con una intención de voto del 51%, frente al 43% del presidente.

Esta encuesta, que tuvo en cuenta también a los votantes probables, se llevó a cabo desde el domingo al viernes pasado, por lo que recoge la opinión de los votantes después de que se supiera que Trump había contraído el coronavirus SARS-CoV-2.

El presidente fue trasladado ese día al Centro Médico Militar Walter Reed, a las afueras de Washington, donde pasó el fin de semana recibiendo tratamiento de antivirales y esteroides, y este lunes fue dado y fue llevado a la Casa Blanca.

El presidente Donald Trump aseguró este martes que el coronavirus es “bastante menos letal” que la gripe para “la mayoría de las  poblaciones”, incluso cuestionando si también habría que confinar a Estados Unidos por esta última enfermedad.

“La temporada de la gripe está llegando. Cada año mueren por la gripe muchas personas, a veces más de 100,000 y a pesar de la vacuna. ¿Vamos a cerrar nuestro país?”, dijo el mandatario a través de sus redes sociales.

Trump indicó que se debe aprender a convivir con el coronavirus igual que se ha hecho con la gripe. “Hemos aprendido a vivir con ello, igual que estamos aprendiendo a vivir con la COVID, que en la mayoría de las poblaciones es bastante menos letal”.

Aunque la ventaja nacional de Biden es notable, los encuestadores prestan más atención a los sondeos de ciertos estados clave en esta recta final de la campaña, ya que se considera que los resultados de un grupo de estados serán los determinantes en el resultado.

En cuanto a participación, Michael McDonald, de la organización US Election Project, aseguró que hasta la fecha 4,094,919 personas han votado ya, con lo que predijo que la participación en estas elecciones se situará en torno a los 150 millones de votantes, equivalente al 65%, la más alta desde comienzos del siglo XX.

Según McDonald, el motivo es tanto la pandemia del coronavirus, que ya ha contagiado a 7.4 millones de personas y ha matado a más de 210,000 en Estados Unidos, como el hecho de que la mayoría de los votantes tiene una idea formada sobre el presidente Trump y su gestión, y ya tiene decidido su voto.

Esta mañana, el presidente Donald Trump también dijo estar “impaciente” por debatir nuevamente la próxima semana con Biden.

“¡ME SIENTO BIEN!”, tuiteó el mandatario republicano. “Estoy deseando que llegue el debate de la noche del jueves 15 de octubre en Miami. ¡Será genial!”, agregó.

La Comisión de Debates Presidenciales, una organización sin fines de lucro que patrocina estos enfrentamientos desde 1988, tiene previsto el segundo encuentro cara a cara entre Trump y Biden el 15 de octubre en el Centro de Artes Escénicas Adrienne Arsht en Miami.

Según los planes anunciados, será moderado por Steve Scully, editor de política de la cadena C-SPAN. Y, a diferencia del primer debate en Cleveland, Ohio, el 29 de septiembre, este se realizará en estilo asamblea, con preguntas del público.

El equipo médico del presidente Donald Trump decidirá “durante la jornada” si da de alta al mandatario, ingresado el viernes pasado tras contagiarse de Covid-19, indicó un alto funcionario de La Casa Blanca.

El jefe de gabinete, Mark Meadows, indicó a la cadena Fox News que “todavía no se ha tomado una decisión”, aunque aseguró que la salud del mandatario continúa mejorando.

“Los médicos van a efectuar una evaluación en algún momento hacia el final de la mañana y después el presidente, en consultas con sus doctores, van a tomar una decisión sobre si le dan el alta durante la jornada”, agregó.

Sin embargo se confirmó el fin de semana que los médicos estaban controlando sus pulmones tras recibir oxígeno suplementario.

El Dr. Sean P. Conley reconoció que la condición del presidente había sido peor de lo admitido inicialmente, y explicó que los niveles de oxígeno en sangre de Trump habían bajado en los días previos y que había tenido fiebre alta el viernes por la mañana.

Cuando se le preguntó qué habían revelado las pruebas sobre la condición de los pulmones de Trump, Conley respondió: “Hay algunos hallazgos esperados, pero nada de gran preocupación clínica”.

La respuesta de Conley sugirió que las radiografías revelaron algunos signos de neumonía, dijo el Dr. Amesh Adalja, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad Johns Hopkins.

Otros médicos que no participaron en el tratamiento de Trump dijeron que había evidencia de que su caso era grave.

El mandatario, de 74 años, está recibiendo dexametasona, un esteroide que se usa en casos graves de COVID, el medicamento antiviral intravenoso Remdesivir y un tratamiento de anticuerpos experimental de Regeneron Pharmaceuticals.

“Sería muy poco probable que él esté en campaña en menos de 14 días”, dijo el Dr. David Battinelli, director médico de Northwell Health de Nueva York.

Los funcionarios del gobierno han realizado evaluaciones contradictorias sobre la salud de Trump. Conley y otros médicos dieron un pronóstico positivo el sábado, que fue desmentido rápidamente por el jefe de gabinete de Trump.

“Estaba tratando de reflejar la actitud optimista del equipo y del presidente sobre el curso que ha tenido su enfermedad”, dijo Conley a periodistas el domingo al tratar de explicar la razón por la que no reveló la información real.

Y aunque desde el viernes pasado se encuentra hospitalizado, el presidente se despertó este lunes publicado una serie de mensajes en Twitter pidiendo el voto.

A partir de las 06:30 horas,  Trump empezó a tuitear mensajes cortos y todos en mayúsculas en los instaba a sus seguidores a votar por él mencionando lemas de su campaña y supuestos logros de su gestión.

“Paz a través de la fuerza (traer a nuestros soldados a casa)”, “Proteger la segunda enmienda (que defiende el derecho a las armas)”, “Combatir a los medios de comunicación corruptos y falsos”, “Un cuidado sanitario mejor y más barato”, escribió Trump, siempre seguido de la petición al voto.

“Provida, ¡votar!”, “Reducción masiva de regulaciones, ¡votar!”, “Fuerza espacial, ¡votar!”, “El Ejército más fuerte, ¡votar!”, “Mayor recorte de impuestos que nunca y otro por venir, ¡votar!”, “Libertad religiosa, ¡votar!”, “Ley y orden, ¡votar!”, fueron algunos de los tuits de Trump.

El gobernante también aprovechó para atacar a su oponente en las elecciones del 3 de noviembre, el demócrata Joe Biden, y dijo a los votantes que si quieren “un aumento masivo de impuestos, el más grande en la historia de nuestro país (…), voten por los demócratas”.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, será trasladado a un hospital militar para recibir tratamiento después de ser diagnosticado con COVID-19, dijo este viernes un funcionario de La Casa Blanca.

Trump, de 74 años, será trasladado a una suite especial en el centro médico militar Walter Reed en Bethesda, Maryland, como medida de precaución durante los próximos días.

Los médicos pidieron la medida para que Trump pudiera recibir atención inmediata si fuera necesario, aseguró.

La noticia se produjo después de que el médico de La Casa Blanca, Sean P. Conley, informara que Trump “sigue fatigado pero de buen humor”.

El presidente recibió este viernes una dosis de ocho gramos del cóctel experimental de anticuerpos de la farmacéutica Regeneron y completó el tratamiento “sin incidentes” horas después de haber dado positivo por COVID-19, informó Conley.

“Esta tarde, el presidente sigue fatigado pero con buen estado de ánimo”, añadió Conley en un comunicado. Añadió que además del cóctel de anticuerpos policlonales de Regeneron, se le suministró zinc, vitamina D, famotidina, melatonina y aspirina.

El diagnóstico de COVID-19 del presidente Donald Trump, y la primera dama, Melania Trump, ha provocado que decenas de personas que habían estado en contacto con el mandatario se hicieran pruebas para detectar el coronavirus, y al menos tres de ellos han dado positivo hasta ahora.

Estas son las figuras del gabinete de Trump, el Congreso y La Casa Blanca que han recibido hasta ahora resultados de sus pruebas, luego de confirmarse el caso del mandatario y su esposa.

LOS POSITIVOS

Hope Hicks: La asesora del mandatario, de 31 años, dio positivo este jueves, después de haber participado en dos viajes esta semana con Trump y de haber volado con él en el helicóptero Marine One.

Ronna McDaniel: La presidenta del Comité Nacional Republicano (RNC) fue la primera en dar positivo, este miércoles. McDaniel se sometió a la prueba tras enterarse de que un familiar se había contagiado, algo que supo después de coincidir con Trump el pasado viernes 25, en un acto de recaudación de fondos.

Mike Lee: El senador republicano dio positivo este jueves por COVID-19. El sábado, Lee asistió a un acto en la Casa Blanca en el que Trump anunció la nominación de la jueza Amy Coney Barrett para el Tribunal Supremo.

John Jenkins: presidente de la Universidad de Notre Dame; fue otro asistente al evento del anuncio de nominación de Coney Barrett.

Un funcionario que trabaja en la oficina de prensa de La Casa Blanca y tres periodistas que cubren a Trump también han dado positivo, según informes de prensa, aunque no han sido identificados.

LOS NEGATIVOS:

Mike Pence: El vicepresidente y su esposa, Karen, dieron negativo este viernes. Pence tomó el relevo a Trump en una llamada que tenía prevista y planea mantener su agenda intacta, con mítines incluidos, porque según su médico, no ha estado en contacto cercano recientemente con ninguno de los contagiados.

Amy Coney Barrett: La jueza a la que Trump nominó para la Suprema Corte dio negativo este viernes. La magistrada tuvo COVID-19 a finales de este verano pero se ha recuperado, según varios medios.

Barron Trump: El hijo de 14 años de Trump y Melania, que vive con ellos en La Casa Blanca, dio negativo este viernes, y la familia está tomando “precauciones para asegurar que se mantiene seguro y sano”, según la portavoz de la primera dama, Stephanie Grisham.

Ivanka Trump y Jared Kushner: La hija mayor de Trump y su esposo, ambos asesores del presidente que pasan mucho tiempo con él, superaron la prueba este viernes, aseguró La Casa Blanca.

Mike Pompeo: El secretario de Estado dijo a la prensa que viajaba con él a Croacia que este viernes dio negativo en un test y que no había estado con Trump desde el 15 de septiembre.

William Barr: El fiscal general de Estados Unidos estuvo con Trump el sábado, pero este viernes confirmó con una prueba que no tiene COVID-19.

Mark Milley: el jefe del Estado Mayor Conjunto de EUA vio a Trump el domingo, pero este viernes dio negativo a su prueba.

Steven Mnuchin, Alex Azar, Elaine Chao, Wilbur Ross, Ben Carson y Betsy DeVos: Los secretarios del Tesoro, Salud, Transporte, Comercio, Vivienda y Educación, respectivamente, dieron negativo este viernes, según sus oficinas.

Mark Meadows y Larry Kudlow: El jefe de gabinete de la Casa Blanca y su principal asesor económico comparecieron ante la prensa sin mascarilla y aseguraron que habían dado negativo.

Rudy Giuliani y Dan Scavino: El abogado personal de Trump y su director de comunicación en redes sociales, respectivamente, se sumaron a la lista de negativos.

NEGATIVOS DEMÓCRATAS

Joe Biden: El candidato presidencial demócrata y su esposa, Jill, también recibieron un resultado negativo en su prueba de este viernes. Biden coincidió con Trump en el debate del martes en Cleveland, pero ambos se mantuvieron a distancia.

Kamala Harris: La candidata demócrata a la Vicepresidencia anunció que tanto ella como su esposo, Doug Emhoff, dieron negativo este viernes.

Nancy Pelosi: La presidenta de la Cámara de Representantes dio negativo en un test al que se sometió este viernes, según su portavoz. La congresista demócrata se había reunido recientemente con el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.

SIN RESULTADO O NO SOEMTIDOS A PRUEBA

Mark Esper: El secretario de Defensa se reunió con Trump el domingo y tenía previsto someterse este viernes a una prueba, según su oficina, que no informó del resultado pero dijo que el lunes pasado dio negativo en otro.

Chad Wolf: La oficina del secretario interino de Seguridad Nacional dijo únicamente que ese funcionario ha “dado negativo tres veces en los últimos siete días”, pero no aclaró si se sometió a un test tras conocerse el diagnóstico de Trump.

Gina Haspel: La CIA no quiso aclarar si su directora se sometió a una prueba. Lo mismo ocurrió con la oficina del director de Inteligencia Nacional, John Ratcliffe.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que entró en cuarentena este viernes tras dar positivo a Covid-19, ha restado importancia a la pandemia durante meses, se ha mostrado renuente a usar cubrebocas y a dejar de realizar enormes eventos públicos, pese a las recomendaciones de los expertos.

El republicano ha recibido duras críticas por su respuesta y manejo de la pandemia; aunque él se ha empeñado en defender su actuación y decisiones.

Pero, ¿Qué ha dicho Trump sobre la emergencia sanitaria? Estas son algunas de las afirmaciones y comentarios más polémicos del mandatario respecto al Covid-19

  • 22 de enero, a la cadena CNBC: “Lo tenemos totalmente bajo control. Se trata de una persona que llegó desde China y lo tenemos bajo control. Vamos a estar bien”.
  • 23 de febrero, a periodistas: “Estamos muy involucrados. Estamos muy conscientes de todo lo que está pasando. Lo tenemos bastante bajo control en este país”.
  • 27 de febrero en La Casa Blanca: “Va a desaparecer. Un día, será como un milagro, desaparecerá”.
  • 10 de marzo tras una reunión con senadores republicanos: “Esto fue inesperado (…) y golpeó al mundo. Y estamos preparados, vamos a hacer un gran trabajo en esto. Y se irá. Simplemente estén en calma, desaparecerá”.
  • 15 de marzo en una conferencia en La Casa Blanca: “Este es un virus muy contagioso. Es increíble. Pero es algo sobre lo que tenemos un enorme control”.
  • 18 de marzo en Twitter: “Siempre traté el virus chino con mucha seriedad y he hecho un buen trabajo desde el principio, incluyendo la decisión muy temprana de cerrar ‘fronteras’ desde China, en contra de los deseos de la mayoría”.
  • 3 de abril en conferencia en La Casa Blanca: “Respecto a las mascarillas (cubrebocas), realmente serán de uso voluntario. Puedes usarlas, pero no tienes que hacerlo. Yo decido no hacerlo, pero algunas personas sí y está bien. Ya que siempre estoy saludando a presidentes, primeros ministros, dictadores, reyes y reinas (…) no lo veo para mí, simplemente no”.
  • 23 de abril en la Casa Blanca: “Veo el desinfectante (cloro) y me pregunto si habrá alguna forma en que podemos usarlo como una inyección o algo, ¿como si fuera una limpieza?… Porque ves que (el virus) llega a los pulmones así que sería interesante revisar este asunto”. Consultado después sobre estas declaraciones, Trump dijo que no estaba alentando a las personas a ingerir desinfectante y que sus comentarios fueron sarcásticos.
  • 21 de mayo durante una visita a planta de Ford: “Yo llevé mascarilla en el área trasera (del complejo). No quería darle el gusto a los medios de verme usándola”.
  • 12 de julio antes de llevar mascarilla en público por primera vez: “Cuando estás en un hospital, en especial en esa ocasión particular en la que estás hablando con muchos soldados, personas que en algunos casos acaban de salir de una cirugía, creo que es genial usar una mascarilla”.
  • 21 de junio, al anunciar cambio de opinión: “Les pedimos a todos que cuando no puedan mantener la distancia social lleven una mascarilla, úsenla. Ya sea que les guste o no, éstas tienen un impacto enorme, tienen un efecto y necesitamos que todos los que puedan (…) la usen (…) todo lo que puede ayudar, es bueno”.
  • 19 de septiembre, previo a que EUA superara las 200 mil muertes por coronavirus: “No afecta virtualmente a nadie. Es increíble. Afecta (…) a personas mayores con problemas cardíacos u otras condiciones de salud, si tienen otros problemas, ahí es cuando va a afectarles, eso es todo”.
  • 29 de septiembre en el debate presidencial, luego de sacar una mascarilla de su bolsillo: “Yo uso mascarillas cuando se necesita”, dijo intentando ridiculizar a su rival por emplearlas regularmente. “Yo no llevo mascarillas como él. Cada vez que lo ves, tiene una mascarilla. Podríamos estar hablando a 50 metros de distancia y él se aparece con la mascarilla más grande que hayamos visto”.
  • 29 de septiembre, cuando se le preguntó en el debate si le preocupaba la propagación del virus durante mítines de campaña: “Bueno, hasta ahora no hemos tenido ningún problema. Se hacen en el exterior, esa es la gran diferencia según los expertos. Y los hacemos en el exterior, tenemos multitudes enormes, como pueden ver (…) y no hemos tenido ningún efecto negativo. No tenemos efectos negativos, hemos tenido a 35,000 o 45,000 personas juntas en esos mítines”.

Donald Trump tiene “síntomas leves” y permanece “de buen humor”, dijo este viernes su jefe de gabinete, Mark Meadows.

“No sólo está de buen humor, sino que también tiene mucha energía”, dijo Meadows, quien se mostró “optimista” sobre una “rápida recuperación” del presidente.

Por su parte Melania Trump utilizó sus redes sociales para asegurar que se sentía “bien” a pesar de tener “síntomas leves”; se dijo confiada en tener una “rápida recuperación”.

“Gracias por el cariño que nos envían. Tengo síntomas leves, pero en general me siento bien. Espero una rápida recuperación”, escribió en Twitter.

Este viernes también se informó que el candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, y su esposa, Jill, dieron negativo a la prueba de COVID-19, horas después de que se anunciara que serían sometidos al test, ante la noticia del contagio del presidente.

“El vicepresidente Joe Biden y la Dra. Jill Biden se sometieron hoy a la prueba de PCR para la COVID-19, y la COVID-19 no fue detectada”, señaló el médico Kevin O’Connor, en un comunicado difundido por la campaña electoral del demócrata, quien coincidió con Trump el martes en un debate electoral en Cleveland, Ohio.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció esta madrugada que él y la primera dama, Melania Trump, dieron positivo a la prueba de coronavirus, un anuncio que llega a un mes de las elecciones presidenciales, en las que Trump busca su reelección, y que su contagio hunde al país aún más en la incertidumbre.

En el mejor de los casos, si Trump no desarrolla ningún síntoma, como fiebre, tos y problemas respiratorios, es probable que le obligue a abandonar la campaña electoral, lo que pondría en duda su participación en el segundo debate presidencial, previsto para el 15 de octubre en Miami.

Trump, quien pasó gran parte del año restando importancia a la amenaza del virus que ha matado ya a más de 205,000 personas en todo Estados Unidos, dijo que él y Melania se pusieron de inmediato en cuarentena.

El médico de La Casa Blanca dijo esperar que el presidente continúe realizando sus deberes “sin interrupción” mientras se recupera.

Aun así, es seguro que el diagnóstico de Trump tendrá un efecto desestabilizador en Washington y en todo el mundo, planteando preguntas acerca de hasta qué punto el virus se propagó a través de los niveles más altos del gobierno de Estados Unidos.

Horas antes de que Trump anunciara que había contraído el virus, La Casa Blanca dijo que una importante asistente que había viajado con él durante la semana había dado positivo.

Trump fue visto por última vez por los reporteros regresando a La Casa Blanca el jueves por la noche y parecía gozar de buena salud. El mandatario tiene 74 años, lo que lo pone en un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves por un virus que ha infectado a más de 7 millones de personas en todo el país.

En un reporte, el médico del presidente dijo que tanto Trump como su esposa, quien tiene 50 años, “están bien en este momento” y que tienen previsto quedarse dentro de La Casa Blanca durante la cuarentena.

Se informó que el vicepresidente Mike Pence, dio negativo este viernes a la prueba de Covid-19.

“El vicepresidente Pence y la segunda dama dieron negativo para el covid-19. El vicepresidente Pence sigue teniendo un buen estado de salud y le desea lo mejor a los Trump en su recuperación”, declaró en Twitter su portavoz, Devin O’Malley.

El jefe de la diplomacia, Mike Pompeo, informó que se hizo la prueba este viernes y no está contagiado.

El candidato demócrata a La Casa Blanca, Joe Biden, deseó una “rápida recuperación” al presidente y a su esposa Melania Trump, tras confirmarse  que ambos están contagiados de coronavirus.

“Seguiremos rezando por la salud y el bienestar del presidente y de su familia”, ha tuiteado Biden, en su nombre y en el de su mujer, Jill.

Fuentes de la campaña demócrata indicaron que Biden e someterá en las próximas horas a una prueba de coronavirus, esto luego de haber estado en el mismo sitio que el mandatario durante el primer debate presidencial del martes pasado.

La noticia del contagio del presidente de Estados Unidos también provocó reacciones de diversos líderes mundiales.

Los líderes mundiales reaccionaron rápidamente, la mayoría expresando solidaridad oficial y en otros lugares con algo que algo que se aproxima a la “schadenfreude”: la alegría por el mal ajeno.

“Espero que su vitalidad inherente, buen ánimo y optimismo lo ayuden a enfrentar este virus peligroso”, escribió el presidente ruso Vladimir Putin en un mensaje directo a Trump difundido por el Kremlin.

El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, tuiteó: “Mis mejores deseos al presidente @realDonaldTrump y @FLOTUS por una recuperación completa y rápida”.

El tuit resultada irónico de alguna manera, pues en julio el gobierno de Trump notificó formalmente a Naciones Unidas que se retiraba de la OMS, aunque el retiro no entrará en vigencia hasta el próximo año. Trump afirma que la agencia de salud de la ONU necesita una reforma y que está fuertemente influenciada por China.

El doctor Bharat Pankhania, quien asesora al gobierno británico en el control de enfermedades transmisibles, dijo esperar que la prueba positiva de Trump envíe un fuerte mensaje al presidente y a otros líderes.

“Necesitamos políticos, especialmente políticos como el presidente Trump, que tiene mucho poder e influencia, que se tomen esto en serio y apoyen a sus científicos y médicos para que lideren el manejo de la pandemia”.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) deseó una pronta recuperación a su homólogo estadounidense, tras darse a conocer que dio positivo a COVID-19.

“Aprovecho para desearle al presidente de Estados Unidos y su esposa una pronta recuperación”, dijo el mandatario en su conferencia de prensa desde Palacio Nacional. “Esperamos que se recupere pronto, él y su esposa. Es nuestro deseo a la afectación que está padeciendo el presidente Donald Trump”, agregó.

Más de 50 exfuncionarios de seguridad nacional republicanos expresaron su apoyo al candidato presidencial demócrata Joe Biden, uniéndose a una de las varias organizaciones republicanas que se oponen a la reelección del presidente Donald Trump.

El grupo, llamado Exoficiales de Seguridad Nacional Republicanos por Biden, se lanzó en agosto pasado con 70 miembros.

Los nuevos apoyos lo llevarán a sumar cerca de 130 personas que han roto públicamente con el presidente Donald Trump, incluyendo a siete que sirvieron bajo su administración.

Otros trabajaron como altos funcionarios de defensa y seguridad en los gobiernos de los presidentes republicanos Ronald Reagan, George H.W. Bush y George W. Bush.

Entre las 56 nuevas personas del grupo que apoyan a Biden se encuentran Greg Brower, ex director adjunto del FBI; Larry Pfeiffer, exjefe de personal de la CIA y Alden Munson, exsubdirector de Inteligencia Nacional.

El grupo comenzará a publicar anuncios de periódico a partir de hoy en siete estados Que pueden decidir la elección del 3 de noviembre: Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Florida, Arizona, Carolina del Norte y Texas, dijo una persona involucrada en el esfuerzo.

El anuncio acusa a Trump de no ser apto para el cargo de presidente y de haberle fallado a Estados Unidos con su respuesta a la nueva pandemia de coronavirus, que ha matado a más de 200.000 personas en Estados Unidos y ha desencadenado una grave crisis económica.

El grupo también emitirá un anuncio de televisión durante “Fox & Friends”, un programa de televisión que Trump suele ver. La propaganda presenta a Michael Leiter, exdirector del Centro Nacional de Antiterrorismo, acusando a Trump de volver más inseguro a Estados Unidos debido a su desprecio por los hechos, sus críticas a los funcionarios de inteligencia y su desdén por los aliados internacionales.

Entre las principales razones que la organización señala para no apoyar a Trump, están que el magnate “ha dañado gravemente papel de Estados Unidos como líder mundial”; adicional, aseguran que el hoy presidente ha demostrado que no está en condiciones de conducir al país durante una crisis nacional.

Adicional, acusan que Trump ha solicitado influencia extranjera, y con ello ha minado la confianza en las elecciones presidenciales. Acusan que el republicano se ha alineado con dictadores y no ha defendido los valores estadounidenses.

En temas de la contienda electoral, este jueves Facebook anunció que prohíbe desde ayer, la publicación de anuncios que hagan referencia a un supuesto fraude electoral en las elecciones presidenciales o que insinúen que el resultado de los comicios es ilegal, al igual que cualquier contenido que critique o ataque los distintos métodos de votación.

La compañía aclaró que las nuevas reglas, que se aplican tanto en Facebook como Instagram.

La medida llega un día después de que el presidente Donald Trump dijera en el primer debate electoral que la elección presidencial del 3 de noviembre estará “amañada”.

Trump fue especialmente crítico con el voto por correo y durante el debate se sirvió de una serie de pequeños incidentes para argumentar que el fraude ya estaba ocurriendo.

La Comisión de Debates Presidenciales de Estados Unidos implementará cambios al formato de dichos eventos tras el “desastroso y caótico” encuentro de anoche entre el presidente Donald Trump y Joe Biden.

El debate “demostró la necesidad de añadir estructuras al formato de los siguientes debates a fin de garantizar una discusión más ordenada de los temas”, anunció la comisión este miércoles.

El moderador Chris Wallace tuvo enormes dificultades para controlar el debate, que tuvo lugar en Cleveland, debido a las frecuentes interrupciones, principalmente de Trump.

Una posibilidad que se está discutiendo es darle al moderador la capacidad de cerrar el micrófono de uno de los participantes mientras su oponente está hablando, según una persona con conocimientos en el tema que habló con la condición del anonimato.

El próximo debate presidencial tendrá formato de asamblea pública y tendrá lugar el 15 de octubre en Miami.

Al respecto, Biden calificó este miércoles la actitud de su rival en el debate presidencial de “vergüenza nacional”, en referencia a las continuas interrupciones, que recibió varios llamados de atención del moderador.

“Quizás no debería decir esto, pero el presidente de Estados Unidos se condujo de una forma que creo que fue una vergüenza nacional”, dijo el demócrata durante un acto de campaña en Alliance, en Ohio, un estado clave para llegar a La Casa Blanca, donde Biden es favorito, según las encuestas.

“No sólo me atacó a mí y a mi familia. También atacó al moderador”, dijo el exvicepresidente de Barack Obama.

Wallace, de Fox News, pidió un debate más ordenado, y en un momento mirando a Trump, dijo: “El país estaría mejor servido si permitiéramos que ambas personas hablen con menos interrupciones. Le estoy pidiendo, señor, que lo haga”.

“Pídeselo a él también”, respondió el presidente. “Bueno, francamente, usted ha interrumpido más que él”, replicó Wallace.

Biden también se refirió a la polémica luego que Trump se negara a condenar a los grupos supremacistas blancos y enviara un mensaje de aliento al grupo Proud Boys, una formación de extrema derecha fundada en 2016 y que está vinculada a varios episodios de violencia contra manifestantes antirracistas.

Adicional, Biden dijo que los estadounidenses no se quedarían de brazos cruzados si el presidente Donald Trump pierde y se niega a retirarse, un día después de que el mandatario volvió a negarse a decir si aceptaría los resultados de las elecciones del 3 de noviembre.

“El presidente se retirará. El pueblo estadounidense no lo tolerará. Ninguna agencia toleraría que eso suceda”, sostuvo el candidato demócrata.