La eventual presencia de Donald Trump en las papeletas electorales de dos estados de Estados Unidos depende de la interpretación que se dé a un solo párrafo de la Constitución, que acapara las denuncias de sus opositores y los recursos que el exmandatario ya ha presentado y contempla.

La sección 3 de la enmienda XIV estipula que no podrá ser senador o representante en el Congreso, ni elector para elegir presidente y vicepresidente, (…) quien habiendo jurado previamente defender la Carta Magna haya tomado parte en alguna insurrección o rebelión contra Estados Unidos o haya prestado ayuda o facilidades a enemigos del país.

Colorado y Maine expulsaron a Trump en diciembre de las primarias republicanas en esos estados apoyándose en ese argumento por su rol en el ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio. A su vez, la defensa legal del exmandatario se aferra entre otros argumentos que el párrafo no menciona el cargo de presidente entre los puestos vetados.

Esa enmienda de 1868 fue aprobada después de la guerra civil estadounidense para evitar que personas asociadas con los sublevados sureños de la Confederación pudiesen llegar al poder y desde entonces, según la organización Citizens for Ethics, se ha aplicado solo a ocho personas en jerarquías de menor rango.

Trump podría ser la novena si sus recursos no dan resultado, por lo que ha puesto al país en “territorio desconocido”, según diversos expertos.

El recurso contra la decisión de Maine fue introducido ayer martes y se espera que haga lo mismo contra la resolución de Colorado de forma inminente, puesto que el plazo para hacerlo finaliza mañana jueves.

En los dos casos penales que Trump tiene abiertos en Georgia y Washington DC por sus intentos para revertir los resultados de las presidenciales de 2020, ganadas por Joe Biden, no está imputado por insurrección.

Recordemos que en el sistema federal estadounidense cada estado es responsable de organizar los comicios, incluso los presidenciales, y tienen así la potestad de expulsar a un candidato aunque no haya sido imputado, restándole apoyos en la contienda general.

Cada estado tiene en Estados Unidos tantos electores como miembros en el Congreso. Un candidato presidencial necesita el voto de al menos 270 para ganar las elecciones y tradicionalmente quien gana en un estado consigue el voto de todos sus electores.

El alcance de estos casos supera ya lo meramente legal. Trump es el precandidato republicano favorito de cara a las presidenciales del próximo noviembre, y analistas aseguran que podría beneficiarse de la situación actual independientemente de cómo termine.

Si gana sus recursos en Colorado y Maine, para reprocharle a liberales y demócratas que hayan intentado apartarle de las urnas, y si los pierde, para movilizar a la población y solicitar más apoyo alegando que el bando contrario está tan “asustado” que quiere vetarlo.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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