Por Ruth Marcus

Real  Clear Politics

 

 

Olvida la presidencia después de la verdad, cuando no importaba, o eso es lo que la Casa Blanca de Trump espera. Ya sea que el presidente o la verdad, en retrospectiva, parecen los viejos tiempos.  Hemos entrado a un territorio más aterrador, la verdad previo a la presidencia: Si una afirmación no es cierta, preocupa. El presidente Trump encuentra esto como única forma de reclamo.

 

En el mundo de acuerdo a Trump, el presidente afirma sin tener sustento, quizá para distraer la atención de las malas noticias, o para ventilar, o simplemente para llamar la atención, en dosis cada vez más grandes.  Entonces sus desafortunados asistentes y Trump resuelven de forma incompleta. O más aterrador, se apoya en la capacidad aduladora promovida por Twitter para crear su propio campo de distorsión de la realidad.

 

Trump elabora felizmente este enfoque en una reveladora entrevista para Michael Scherer de la Revista Time.

 

“Todos se vuelven locos en Suecia. Al día siguiente tienen una revuelta masiva, con muerte y muchos problemas”, aseguró Trump, refiriéndose a un comentario realizado el mes pasado sobre lo que está ocurriendo en Suecia.

 

De manera que Trump sirve al principio de Heisenberg, que cambia un fenómeno medible mediante la observación de la misma. Si se equivoca, es cuestión de tiempo hasta que esté bien, al menos en su propia cabeza.  Scherer aseguró que “él predice muchas cosas en poco tiempo”.

 

Por ejemplo, Trump predijo equivocadamente que el voto popular perdió como resultado de 3 millones de indocumentados o más que votan. “Bueno, creo que voy a tener razón en esto también”, dijo Trump.  “Veremos después. Hay personas que dirían más que eso”.

 

Muchos políticos retrocedieron a la controversia. Trump parece estar convencido de que la controversia sirve para ampliar su mensaje, pero la carga adicional del escrutinio supera el cálculo de Trump, por el beneficio de la atención extra del mensaje.

 

La consecuencia irónica es que un presidente que denuncia informes serios y hechos no deseados . “Cualquier encuesta negativa se convierte en una noticia falsa”, tuiteó Trump el mes pasado. No tiene reparo basándose en las noticias falsas, expresándolo a través de un Tweet o después de los hechos.

 

Cuando fue presionado por Scherer sobre su campaña, insinuó que  el padre de Ted Cruz estaba coludido con Lee Harvey Oswald, Trump respondió de forma impertinente: “¿Por qué tengo que disculparme? Sólo estoy citanto al diario al igual que he citado al juez el otro día”.

 

El periódico, The National Enquirer dijo suficiente. El juez Andrew Napolitano, que más tarde sería exjuez de la Corte Superior de Nueva Jersey y el comentarista de Fox News afirmaron que tenían fuentes de inteligencia asegurando que los británicos habían ayudado al presidente Obama a espiar a Trump, afirmación que no podía confirmar Napolitano antes de entrar al aire.

 

Scherer, presionado dijo: “Pero la Oficina Oval no ha dicho otra cosa que no se pueda verificar como cierto”.

Trump: “Estoy citanto a personas altamente respetadas y las fuentes de las principales cadenas de televisión” Sólo estoy citando. Es ridículo sugerir que agencias británicas habían espiado a Trump.

 

Sin embargo, simplemente se niega a aceptar que la realidad de Trump, se inclina ante su voluntad. En la Torre Trump, tuitea la verdad o sólo la versión de la misma, que vendrá.

 

Por ejemplo, el Presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara Hiperpartidista, Devin Nunes. Trump estaba hablando por teléfono con Scherer, mientras que el republicano de California fue a la Casa Blanca para anunciar que las agencias de inteligencia habían reunido y compartido información sobre Trump y su equipo de transición.

 

“Wow… significa que tengo razón”, dijo Trump a Scherer, leyendo el nuevo reporte. No, ni mucho menos. “¿Qué tan bajo ha caído el presidente Obama para espiar mis teléfonos durante el sagrado proceso electoral”, Trump tuiteó.  “ Se trata de un Watergate/Nixon. Tipo enfermo.

 

Trump estaba mal entonces, Nunes y nadie tenían que informar sobre la vigilancia incidental. Reclamando sólo podría ser bueno para Trump y la pre-verdad presidencial. No debería, no puede ser suficiente para el resto de nosotros.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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