El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, logró durante su visita de dos días a China rebajar las tensiones a pesar de que que no había muchas expectativas del viaje, debido al extremo deterioro de las relaciones entre las dos potencias.

La estancia de Blinken en Pekín culminó este lunes con una reunión con el presidente chino, Xi Jinping, un encuentro de una media hora que no estaba en la agenda oficial del jefe de la diplomacia estadounidense y que transmite una señal conciliadora por parte de Pekín.

Xi dijo a Blinken al comienzo de su encuentro que las interacciones entre Estados “deben basarse siempre en el respeto mutuo y la sinceridad” y reiteró su “esperanza” de que la visita del representante estadounidense implique “hacer contribuciones positivas para estabilizar las relaciones” bilaterales.

El domingo, el secretario de Estado sostuvo un encuentro con el ministro chino de Exteriores, Qin Gang, con quien estuvo reunido más horas de lo previsto y para luego mantener una cena, en tanto este lunes la cita fue con el máximo responsable de la diplomacia china, Wang Yi, jefe de la Comisión de Asuntos Exteriores del Partido Comunista de China (PCCh).

De acuerdo con las transcripciones oficiales difundidas por ambas partes, la reunión con Qin resultó “un diálogo largo, franco, profundo y constructivo sobre la relación general entre China y Estados Unidos y otros asuntos importantes”, en tanto el tono de Wang con Blinken fue algo más combativo.

El hasta hace poco ministro chino de Exteriores resaltó en especial la cuestión de Taiwán, uno de los principales puntos de fricción entre los dos países, y pidió a Blinken que Washington “respete la soberanía e integridad territorial de China” y que “se oponga a la independencia de Taiwán”.

Wang le dijo asimismo que “la causa fundamental del declive de las relaciones entre China y EE.UU. es que la parte estadounidense tiene una percepción errónea de China, lo que conduce a una política equivocada”, y pidió a Washington que trabaje con Pekín para “gestionar las diferencias y evitar accidentes estratégicos”.

En una rueda de prensa al término de su visita, Blinken evaluó el viaje como “un paso positivo” en el objetivo de gestionar “de forma responsable” la relación bilateral, aunque reconoció que “ni mucho menos” ha solucionado los problemas y desacuerdos entre las dos potencias.

Blinken consideró cumplidos “todos los objetivos del viaje”, que eran “establecer canales directos de comunicación, abordar temas de preocupación y explorar la cooperación en temas de interés mutuo”, entre los que citó el clima, la estabilidad económica global, la salud, la lucha contra el tráfico de fentanilo y los intercambios “pueblo a pueblo”.

La visita de Blinken supone la de mayor rango de un responsable estadounidense a China desde que el presidente norteamericano, Joe Biden, comenzó su mandato en 2021, un período en el que las relaciones bilaterales se han seguido deteriorando debido a tensiones comerciales, geopolíticas y económicas.

Al término de su estancia, el diplomático avanzó que en las próximas semanas se producirán otras visitas bilaterales de alto nivel,  aunque no precisó en qué ámbitos.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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