El Consejo Supremo Electoral de Turquía ha confirmado este lunes la victoria de la principal formación política opositora, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), en los comicios locales de ayer, con una ventaja de algo más de dos puntos sobre el Partido Justicia y Desarrollo (AKP) del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

El presidente del Consejo, Ahmet Yener, ha confirmado este lunes ante los medios que el CHP se ha impuesto en 35 provincias, con victorias en plazas clave como Ankara y Estambul, mientras que el AKP se ha tenido que conformar con 24, si bien gobernará en un total de 324 ayuntamientos, más que su rival directo.

El presidente de la comisión electoral ha destacado en su mensaje de este lunes que “las elecciones concluyeron sin problemas”, con una tasa de participación del 78.11%, lejos del 84% registrado tanto en las locales de 2019 como en las presidenciales de 2023.

La sonada derrota del partido AKP del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en las elecciones municipales de este domingo se debe a dos factores: la pérdida del bienestar económico y, paradójicamente, el auge del islamismo.

En una intensa campaña electoral, Erdogan se implicó a fondo en estas elecciones, destacando siempre la crucial importancia de reconquistar la alcaldía de Estambul para su partido, el gobernante AKP (islamista), tras haberla perdido en 2019.

Pasó entonces a manos del mayor partido de la oposición, el socialdemócrata CHP, cuyo candidato, Ekrem Imamoglu, se convirtió en alcalde. Ayer fue reelegido con 11 puntos de ventaja sobre su rival, Murat Kurum, el candidato del partido de Erdogan.

La clara victoria de Imamoglu se interpreta por lo tanto como un fracaso personal de Erdogan y su política nacional.

El CHP no solo se ha hecho con las alcaldías de 35 capitales de provincia, frente a 24 del AKP, sino que se ha colocado como primer partido del país, superando a su rival en un millón de votos, casi 2 puntos, y conquistando varios bastiones del AKP.

Según diversos especialistas, el principal motivo del cambio que mostraron los electores en las urnas es el deterioro de las condiciones económicas de la vida de importantes capas de la sociedad, con una inflación del 67% interanual.

Ya en las elecciones generales de mayo pasado, la oposición esperaba que el mal desempeño de la economía le pasara factura al AKP, pero entonces Erdogan consiguió mantener una mayoría del 52.2%, cercana a su techo electoral.

Cierta mejora en los datos económicos desde entonces no son tangibles para muchas familias que están gastando sus últimos ahorros y sienten la crisis cada día más.

Los funcionarios del AKP se han vuelto arrogantes y ya no conectan con el pueblo”, algo que ha contribuido a la bajada de la participación electoral, que ha sido del 78. %, seis puntos menos que en las municipales del 2019.

El creciente autoritarismo de Erdogan y su discurso cada vez más islamista es otro elemento que ha jugado en contra de la formación que gobierna Turquía desde 2002, impulsando a “muchos nacionalistas, conservadores y kurdos” a optar por un voto que frene al AKP.

También ha contribuido el avance del partido islamista Yeniden Refah (YRP), dirigido por Fatih Erbakan, hijo de Necmettin Erbakan, el fundador del primer partido islamista turco y mentor de Erdogan en los inicios de su carrera política.

El apoyo popular al YRP, que reivindica un islamismo más “puro” y “moral” que el de Erdogan, subió hasta el 6.2% desde el 2% obtenido en las parlamentarias de mayo.

Los analistas coinciden en que la derrota sufrida por el AKP en estas municipales pone fin a una eventual aspiración de Erdogan a un nuevo mandato en las elecciones presidenciales programadas para 2028, actualmente hipotética pues la Constitución le veta una nueva candidatura.

Tanto para someter a referéndum una reforma constitucional como para unas elecciones anticipadas decididas por el propio Parlamento, único caso en el que se permite un tercer mandato del presidente, se necesitan tres quintos de los votos del Congreso, 360 de los 600 escaños; la coalición de Erdogan solo tiene 323 diputados.

Nadie duda de que Imamoglu usará la alcaldía de Estambul como trampolín para conquistar la presidencia del país en los próximos comicios, como ya lo hizo el propio Erdogan, alcalde de Estambul entre 1994 y 1998.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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