La exportavoz del Departamento de Estado Jen Psaki, aseguró que los “rusos sólo jugaron con el Presidente (Donald Trump). Era predecible. Y él dejó que sucediera”.
Las declaraciones surgieron luego de que Psaki criticara que el mandatario estadounidense confiara en una “afirmación verbal” en lugar de presionar a Vladímir Putin a demostrar que no intervino en las elecciones presidenciales con acciones y pruebas suficientes.
En un artículo publicado por la cadena CNN, la ex funcionaria de John Kerry, indicó que “la mayoría de los estadounidenses, salvo algunas personas, incluyendo al Presidente de los Estados Unidos, confían en que Putin dirigió la intervención rusa en las elecciones estadounidenses y en muchas otras elecciones alrededor del mundo”.
Fue en ese momento cuando sostuvo que “los rusos son manipuladores públicos con experiencia” y para ello reflexionó al respecto del trabajo del Ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, quien aseguró “saben cómo administrar la escena y cómo establecer las expectativas para los eventos globales”.
“Lavrov es un buen operador, que sabe cómo gustarle a las cámaras y audiencias internacionales. Él es visible en eventos internacionales y seguido por una multitud de representantes de medios de comunicación fieles al Estado. Rara vez se molesta en responder a preguntas, celebrar conferencias de prensa o leer reuniones. Ha estado en la escena internacional como ministro de Relaciones Exteriores durante 13 años, y previo como embajador de la ONU durante 10 años, lo demuestra”.
En la misma línea, Psaki indicó que Putin suele mostrar una actitud menos cálida ante la diplomacia, “pero entiende el arte de la presentación y cómo establecer una trampa. Y establecer una trampa es exactamente lo que acaba de hacer”.
La experta en relaciones diplomáticas indicó que previo a la cumbre, el equipo ruso detalló su agenda: “reparar públicamente la relación (Con Estaos Unidos); obtener una mejor comprensión de la política de los Estados Unidos, y discutir preocupaciones conjuntas sobre el terrorismo. Ellos lograron las tres”.
Al haber marco la agenda, misma que fue aceptada por el gobierno de Trump, logró que las expectativas por parte de ellos fueran bajas y dejaron en claro que “simplemente no habría tiempo suficiente para hablar sobre Ucrania”, uno de los temas más espinosos que arrastra Putin.
