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El presidente estadounidense, Joe Biden, promulgó su plan de inversión en salud y clima que representa una importante victoria política para los demócratas a menos de tres meses de las elecciones legislativas.

Luego de arduas negociaciones con la derecha del Partido Demócrata, la ley incluye la mayor inversión jamás realizada en Estados Unidos para el clima: 370,000 millones de dólares para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 40% para 2030.

El texto prevé incentivos financieros para orientar la economía estadounidense hacia las energías renovables, limita el precio de algunos medicamentos y crea un impuesto mínimo de 15% para las grandes empresas.

“Un país puede transformarse. Eso es lo que está sucediendo ahora”, declaró Biden en un discurso con tintes electorales, antes de firmar la reforma, bautizada “Ley de Reducción de la Inflación”, en La Casa Blanca. “Se trata del futuro. Se trata de aportar progreso y prosperidad a las familias estadounidenses”, dijo.

“Se trata de mostrar a Estados Unidos y al pueblo estadounidense que la democracia aún funciona”, añadió.

Aunque el Partido Republicano calificó de “estafa” una disposición que concede subsidios para la compra de vehículos eléctricos; el Sierra Club, un grupo ecologista, elogió lo que calificó de paso audaz en la lucha contra el sobrecalentamiento del planeta.

El segundo apartado de este gran plan de inversión tiene como objetivo corregir parcialmente las enormes desigualdades en el acceso a la atención médica en Estados Unidos, en particular bajando el precio de los medicamentos.

Medicare, un programa público de seguros médicos para personas mayores de 65 años, podrá por primera vez negociar los precios de determinados medicamentos directamente con las farmacéuticas, y así obtener tarifas más competitivas.

Para financiar estas inversiones, la reforma prevé la adopción de una tasa impositiva mínima del 15% para todas las empresas cuyos beneficios superen los mil millones de dólares, para evitar que se acojan a exenciones fiscales que les han permitido pagar mucho menos que lo que en teoría les corresponde.

Se estima que esta medida podría generar más de 258,000 millones de dólares en ingresos para el Estado federal en los próximos diez años.

Poco después de la firma, La Casa Blanca publicó un comunicado detallando las medidas de la ley que, según el gobierno, aventajan a las comunidades latinas.

A nivel sanitario, los latinos con Medicare mayores de 65 años tienen unas 1.5 veces más probabilidades de tener problemas para pagar medicamentos y la nueva ley les garantiza que no paguen más de 2,000 dólares por año por sus fármacos.

El abaratamiento de los medicamentos ayuda en particular a los insulinodependientes. Según el Departamento de Salud, en 2018 los hispanos tenían 1.3 veces más probabilidades que los blancos no hispanos de morir de diabetes. Esta ley limita a 35 dólares al mes lo que tienen que pagar por insulina.

También proporciona acceso a vacunas gratuitas y “ayudará a mantener disponible el seguro de salud gratuito o de bajo costo”. “Casi 700,000 latinos tendrán cobertura de seguro médico el año que viene” en comparación con lo que sucedería si no existiera esta normativa, añadió La Casa Blanca.

La lucha contra el cambio climático también les beneficia. Según el movimiento Climate Power, el 40% de los hogares con más dificultades para pagar las facturas energéticas en Estados Unidos son latinos y el 50% afroestadounidenses.

La Casa Blanca sostiene que las familias que aprovechen las ventajas fiscales incluidas en la ley para las energías limpias “pueden ahorrar más de 1,000 dólares por año”.

La política estrella de Biden también financia programas para reducir la contaminación del aire en instalaciones industriales y en comunidades desfavorecidas.

Y a nivel fiscal “ninguna familia que gane menos de 400,000 dólares por año tendrá una subida de impuestos, ni un solo centavo”, añade el comunicado.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ratificó este martes el apoyo de su país a la entrada de Finlandia y Suecia en la OTAN y aseguró que su homólogo ruso, Vladímir Putin, no ha logrado dividir la alianza, sino fortalecerla.

“Putin pensó que podría dividirnos, y en su lugar ha conseguido exactamente lo que no quería”, dijo Biden en un acto celebrado en La Casa Blanca, donde firmó los documentos con el respaldo de Estados Unidos a la adhesión de Finlandia y Suecia, que el Senado estadounidense apoyó la semana pasada.

Biden ironizó sobre el hecho de que el presidente ruso “quisiera federalizar la OTAN, pero haya conseguido la ‘OTANización’ de Finlandia y Suecia”.

El mandatario consideró que, con su entrada en la alianza, Finlandia y Suecia contraen un compromiso “sagrado” y la OTAN, a su vez, se compromete a defenderlos.

“Atacar a uno es atacar a todos como dice el artículo 5”, dijo Biden, en alusión a la cláusula del tratado de la alianza sobre la defensa colectiva, y aseguró que en este momento dicho compromiso es “más fuerte que nunca”.

Recordó que la única vez en la historia en que se invocó dicho artículo fue tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos, y recordó que entonces los aliados brindaron su apoyo, algo que este país “no olvidará nunca”.

En el contexto actual de la guerra en Ucrania, recalcó el compromiso de reforzar el flanco este de la OTAN y fortalecer la defensa contra “cualquier amenaza de agresión” hacia los países miembros, añadió Biden.

Con la firma de Estados Unidos, el país se convierte en el vigésimo tercer país de la OTAN en ratificar la entrada de Finlandia y Suecia. Son 30 los miembros, y se convertirán en 32 con estos dos nuevos países.

Los demócratas impulsaron este fin de semana la aprobación en el Senado de un paquete económico, disputado acuerdo que resulta menos ambicioso que la visión original del presidente Joe Biden, pero que de igual forma cumple con los objetivos del partido de desacelerar el calentamiento global, moderar los costos farmacéuticos y gravar a las enormes compañías

Ahora el paquete por aproximadamente 740,000 millones de dólares se encamina a la Cámara de Representantes, donde los legisladores están listos para respaldar las prioridades de Biden. Lo que parecía una iniciativa perdida y destinada al fracaso, recuperó en los últimos días fuerza en la política.

Los demócratas se mantuvieron unidos en una votación que se resolvió 51-50 gracias al voto decisivo de la vicepresidenta Kamala Harris.

“Hoy, los senadores demócratas se han puesto del lado de las familias estadounidenses en lugar de los intereses especiales”, dijo el presidente Joe Biden en una declaración desde Rehoboth Beach, Delaware. “Me postulé a la presidencia prometiendo que el gobierno volvería a funcionar para las familias trabajadoras, y eso es lo que hace este proyecto de ley, punto”.

Biden llamó por altavoz al guardarropa del Senado durante la votación para agradecer personalmente al personal por su duro trabajo.

El presidente instó a la Cámara de Representantes a aprobar el proyecto de ley lo antes posible. La presidenta de la cámara baja Nancy Pelosi dijo que “se moverá rápidamente para enviar este proyecto de ley al escritorio del presidente”. Se tiene previsto que la Cámara de Representantes vote este mismo viernes.

“Ha sido un camino largo, difícil y tortuoso, pero al fin, al fin hemos llegado”, señaló el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, antes de la votación final. “El Senado está haciendo historia. Estoy seguro de que la Ley de Reducción de la Inflación perdurará como una de las medidas legislativas definitorias del siglo XXI”, añadió.

Los senadores participaron en una maratónica sesión de votaciones que comenzó el sábado y se prolongó hasta el domingo por la tarde. Los demócratas rechazaron unas tres docenas de enmiendas republicanas que pretendían hundir la ley. Frente a la oposición unánime de los republicanos, la unidad demócrata en la cámara, que está dividida al 50%, se mantuvo en la senda de una victoria que eleva la moral a tres meses de las elecciones, en las que está en juego el control del Congreso.

El proyecto de ley tuvo problemas a mediodía por las objeciones al nuevo impuesto mínimo de sociedades del 15%, que no gustó a las empresas de capital riesgo y a otros sectores, lo que obligó a introducir cambios de última hora.

A pesar del momentáneo contratiempo, la “Ley de Reducción de la Inflación” ofrece a los demócratas un escaparate de la temporada electoral para actuar sobre objetivos codiciados. Incluye el mayor esfuerzo federal de la historia en materia de cambio climático, con cerca de 400,000 millones de dólares: limita a 2,000 dólares anuales los gastos de bolsillo de los medicamentos para los los adultos mayores con Medicare y prorroga los subsidios por vencer y que ayudan a 13 millones de personas a costear un seguro médico, y lo que los demócratas dicen es la inversión más significativa de la historia para combatir el cambio climático, de unos 375,000 millones de dólares durante la próxima década.

Mediante el aumento del impuesto de sociedades, todo el paquete se paga, con unos 300,000 millones de dólares de ingresos adicionales para la reducción del déficit.

Con apenas poco más de la décima parte del arcoíris inicial de 10 años y 3,5 billones de dólares de su la iniciativa de Biden Build Back Better, el nuevo paquete abandona las propuestas anteriores de preescolar universal, licencia familiar pagada y ampliación de la ayuda al cuidado infantil.

Recordemos que ese plan se vino abajo después de la oposición del senador conservador Joe Manchin, demócrata por Virginia Occidental, quien argumentó que era demasiado costoso y avivaría la inflación.

Analistas no partidistas han dicho que la “Ley de Reducción de la Inflación” tendría un efecto menor en el aumento de los precios al consumidor.

Los republicanos afirmaron que la nueva medida socavaría una economía que los encargados de formular políticas se esfuerzan por evitar que caiga en la recesión. Dijeron que los impuestos a las empresas incluidos en el proyecto de ley perjudicarían la creación de empleos y harían que los precios se dispararan, lo que complicaría a la población hacer frente a la peor inflación del país desde la década de 1980.

“Los demócratas ya han robado a las familias estadounidenses una vez a través de la inflación, y ahora su solución es robar a las familias estadounidenses una segunda vez”, argumentó el líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) indicó que este martes se envió la carta a su par estadounidense, Joe Biden,  para expresarle su disposición a mantener una buena relación, pese a los señalamientos en su país a la política energética de México.

El anuncio se produjo dos semanas después de que los gobiernos de Estados Unidos y Canadá activaran el mecanismo de solución de controversias establecido en el tratado de libre comercio entre los tres países, el T-MEC, que podría derivar en la aplicación de sanciones comerciales contra México.

Al referirse al contenido de la carta, López Obrador dijo en su conferencia matutina que le manifestó a Biden que “nuestra relación se va a dar con respeto a nuestra soberanía, en un pie de igualdad y que vamos a buscar siempre una buena vecindad”.

“Tenemos que cuidar que sea buena la relación, pero que no nos traten o nos dejemos que nos traten como colonia”, afirmó AMLO tras asegurar que la controversia comercial responde a una “diferencia por la interpretación sobre nuestra la soberanía energética de México.

Y es que Washington sostiene que las políticas energéticas impulsadas por el gobierno de López Obrador favorecen injustamente a las compañías mexicanas, como la CFE y Pemex, frente a competidores estadounidenses y proveedores de energía limpia.

Ayer, el canciller Marcelo Ebrard descartó la posibilidad de que México pueda salir del T-MEC y en un video que difundió en su cuenta de Twitter afirmó que una diferencia con Estados Unidos respecto de un tema “no quiere decir ni que se va a colapsar la relación bilateral ni que vamos a dejar de estar en el tratado”.

La Secretaría de Economía de México anunció el mes pasado que buscará mantener un proceso coordinado con ambos socios del T-MEC para discutir el alcance de sus solicitudes y alcanzar una solución mutuamente satisfactoria durante la etapa de consultas.

Si los países no llegan a un acuerdo después de 75 días de consultas, Estados Unidos y Canadá pueden solicitar la intervención de un panel de resolución de controversias.

Desde que entró en vigor el T-MEC hace dos años se ha activado en cuatro oportunidades el mecanismo de solución de controversias.

Estados Unidos mató al líder de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, con un misil teledirigido mientras estaba en un balcón de su casa en el centro de Kabul, en Afganistán, según funcionarios de Washington, lo que supone el mayor golpe para los militantes desde que Osama bin Laden fue abatido hace más de una década.

El gobierno talibán de Afganistán no ha confirmado la muerte de Zawahiri, un cirujano egipcio sobre cuya cabeza pesaba una recompensa de 25 millones de dólares y que ayudó a coordinar los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, en los que murieron casi 3,000 personas.

Funcionarios estadounidenses dijeron que Zawahiri murió cuando salió al balcón de su casa segura en Kabul a las 6:18 de la mañana del domingo y fue alcanzado por misiles Hellfire de un avión no tripulado estadounidense.

“Ahora se ha hecho justicia, y este líder terrorista ya no existe”, dijo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en declaraciones televisadas desde La Casa Blanca la tarde de ayer. “No importa el tiempo que lleve, no importa dónde te escondas, si eres una amenaza para nuestro pueblo, Estados Unidos te encontrará y te eliminará”.

Biden dijo que autorizó el ataque de precisión tras meses de planificación; resaltó que no murieron civiles ni familiares.

El portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, confirmó previamente que se produjo un ataque en Kabul el domingo y lo calificó de violación de los “principios internacionales”.

Un portavoz del Ministerio del Interior dijo que una casa en un exclusivo barrio residencial en el centro de la ciudad fue alcanzada por un cohete en Sherpoor. “No hubo víctimas ya que la casa estaba vacía”, dijo Abdul Nafi Takor, el portavoz.

Las autoridades talibanes establecieron una red de seguridad alrededor de la casa y no se permitió a los periodistas acercarse.

El portavoz de La Casa Blanca, John Kirby, dijo que Estados Unidos no tenía confirmación de ADN de la muerte de Zawahiri. “No vamos a tener esa confirmación”, dijo a CNN, describiendo una “confirmación visual” junto con otras fuentes.

Un alto funcionario de la administración dijo a periodistas que la inteligencia estadounidense determinó con “alta confianza” que Zawahiri fue abatido.

Kirby también dijo que queda una pequeña presencia de Al Qaeda en Afganistán. “Vamos a seguir vigilantes, vamos a seguir manteniendo la capacidad”, dijo Kirby en entrevista con MSNBC, añadiendo que Washington tiene la capacidad de llevar a cabo un ataque antiterrorista desde lejos.

Foto: Twitter @sandro_pozzi

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, lidera la lista de los perfiles más valorados entre los simpatizantes del Partido Demócrata para suceder a Joe Biden en la presidencia si este finalmente decide no optar a la reelección en 2024.

Así se desprende de una encuesta realizada por NewsNation-Decision Desk HQ publicada este jueves, que otorga a Harris un 31% de los apoyos entre los demócratas consultados, según reporta el diario estadounidense ‘The Hill’.

Y es que uno de los aspectos más relevantes que arroja la encuesta es que el 61% de los encuestados prefiere que Biden no opte a la reelección, una postura que se reduce al 30% entre los estadounidenses reconocidos como afines al Partido Demócrata.

Tras la vicepresidenta, la opción que cobra más fuerza es la del gobernador del estado de California, Gavin Newsom, quien es considerado por el 17% de los encuestados como la fórmula ideal para presentarse a las elecciones de 2024, donde previsiblemente podría enfrentarse al expresidente Donald Trump, que esta semana confirmó sus intenciones de presentarse en la elección del 2024.

A una mayor distancia se encuentran otros importantes nombres del espectro demócrata estadounidense, como el senador Bernie Sanders, quien se enfrentó a Biden en las primarias de 2020 y que ahora recibe un 13% de los apoyos.

El secretario de Transporte, Pete Buttigieg, por su parte, convence al 10% de los encuestados, mientras que la representante Alexandria Ocasio-Cortez; la gobernadora de Míchigan, Gretchen Whitmer, o el gobernador de Illinois, Jay Robert Pritzker, también se encuentran en la terna, pero con menos de un 10% de los apoyos.

Si bien es cierto que Biden y su equipo en La Casa Blanca ha reconocido en más de una ocasión las intenciones del actual mandatario de optar a revalidar el cargo, esta no es la primera encuesta que muestra cierto descontento entre el sector demócrata con el presidente.

Una encuesta del New York Times publicada a comienzos de mes adelantaba que el 64% de los demócratas vería con buenos ojos que su candidato para las presidenciales de 2024 no fuera Biden, cuya popularidad ha ido en picada en los últimos meses y ya ronda el 60% de desaprobación.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dio positivo a COVID-19, según confirmó la secretaria de prensa de La Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, quien precisó que el mandatario presenta “síntomas leves” y que comenzó a tomar Paxlovid, un antiviral que atenúa los síntomas.

Jean-Pierre agregó que Biden “se aislará en La Casa Blanca y continuará ejerciendo todas sus funciones en ese lapso”.

Biden es el segundo mandatario de Estados Unidos en funciones que contrae el virus, además de que evidencia la persistencia del virus, altamente contagioso, a medida que nuevas variantes desafían los esfuerzos para retomar la normalidad después de dos años y medio de pandemia.

El presidente estadounidense “ha estado en comunicación con el personal de La Casa Blanca por teléfono esta mañana, y participará en las reuniones planeadas (…) desde la residencia”, agregó la secretaria de prensa. Así lo ha constatado el propio presidente en sus redes sociales.

Biden, de 79 años, está completamente vacunado. Poco antes de asumir el cargo, recibió dos dosis de la vacuna de Pfizer contra el coronavirus, así como un refuerzo en septiembre y una dosis adicional el pasado 30 de marzo.

Hasta ahora la capacidad de Biden para evitar contagiarse parecía desafiar las probabilidades, incluso con los procedimientos de prueba establecidos para quienes se esperaba que estuvieran en contacto cercano con él.

Oleadas anteriores alcanzaron a una buena parte de la clase política de Washington e infectaron a la vicepresidenta Kamala Harris, a miembros del gabinete, a personal de La Casa Blanca y a legisladores. Biden había intensificado sus viajes y había reanudado la celebración de grandes eventos en espacios cerrados, donde no todos eran sometidos a pruebas diagnósticas.

En los últimos meses, los principales funcionarios de La Casa Blanca habían contemplado la posibilidad de que el presidente contrajera COVID en esta nueva ola.

Respecto al tratamiento que tiene Biden, se ha demostrado que cuando se administra dentro de los cinco días posteriores a la aparición de los síntomas, el Paxlovid reduce en un 90% las hospitalizaciones y muertes entre las personas con mayor probabilidad de contraer una enfermedad grave.

Paxlovid es producido por la farmacéutica Pfizer, la primera vacuna en ser aprobada en el mundo.

Cuando el predecesor de Biden, el presidente Donald Trump, contrajo la enfermedad en octubre de 2020, era un momento muy diferente. No había vacunas disponibles y las opciones de tratamiento eran limitadas y menos avanzadas. Después de ser diagnosticado con COVID-19 en la Casa Blanca, Trump recibió un tratamiento experimental con anticuerpos y esteroides después de que sus niveles de oxígeno en sangre cayeron a niveles peligrosamente bajos.

Recordemos que fue hospitalizado en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed durante tres días.

El doctor Anthony Fauci, máximo experto del gobierno estadounidense en enfermedades infecciosas, declaró este lunes que se jubilará para cuando culmine el actual período del presidente Joe Biden en enero de 2025.

Fauci, de 81 años, fue designado director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas en 1984, y ha liderado estudios sobre VIH /AIDS, ébola, zika y coronavirus. Ha sido asesor de un total de siete presidentes estadounidenses.

En una entrevista con Politico, Fauci afirmó: “Espero dejar una institución donde escogí a los mejores profesionales de todo el país o quizás del mundo, gente que continuará mi visión”.

Cuestionado al respecto por la cadena CNN sobre si piensa retirarse, Fauci dijo que no tiene fecha específica en mente y no ha empezado el proceso. Pero aseguró que piensa dejar el gobierno para cuando termine el período actual de Biden, en enero de 2025.

“Para cuando termine el primer período de Biden, probablemente ya me habré retirado”, indicó Fauci. Añadió que “es muy poco probable que estaré aquí más allá de enero de 2025, de hecho, estoy seguro de ello”.

Recordemos que Fauci fue objeto de controversias durante la presidencia de Donald Trump, quien aseguró que el virus “se desvanecería por sí solo”, promovía curas falsas y despotricaba contra los científicos que lo contradecían. En esa época Fauci recibió tantas amenazas que fue necesario tener guardaespaldas para sí mismo y su familia.

Testificó varias veces ante el Congreso y tuvo serios desencuentros con algunos legisladores republicanos, particularmente con el senador Rand Paul, de Kentucky, sobre los orígenes del virus.

Aun así, Fauci destacó este lunes que su decisión de retirarse no tenía nada que ver con la política. “No tiene nada que ver con las presiones, con todas esas tonterías de las que escucha, los insultos, los dardos y flechas. Eso no me afecta para nada”, aseveró.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) confirmó este lunes que durante su visita a Washington la semana pasada, entregó una carta a su homólogo estadounidense, Joe Biden, en la que le expuso que la detención del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, es una “afrenta contra la libertad”.

Assange, de 51 años, se encuentra detenido en Londres y es requerido por las autoridades estadounidenses por 18 cargos, incluido espionaje, relacionados con la publicación por parte de WikiLeaks de grandes cantidades de registros militares confidenciales de Estados Unidos y cables diplomáticos que, según Washington, pusieron vidas en peligro.

El mes pasado, Reino Unido aprobó su extradición asegurando que no es incompatible con los derechos humanos y que sería tratado adecuadamente. Su defensa apeló la decisión dentro del plazo estipulado.

“Le dejé una carta al presidente Biden sobre Assange explicándole que no cometió ningún delito grave”, dijo López Obrador el lunes. “Él no le causó la muerte a nadie, no violó ningún derecho humano (…) detenerlo iba a significar una afrenta permanente a la libertad de expresión y a la libertad”.

Luego de que Ecuador le retiro el asilo y Assange fuera arrestado en la embajada del país sudamericano en Londres en 2019, donde estuvo refugiado por siete años, López Obrador ha ofrecido protección al polémico activista australiano.

AMLO aseguró que en su misiva a Biden volvió a ofrecerle “protección y asilo” a Assange. Sin embargo, agregó que aún no había obtenido una respuesta.

Recordemos que López Obrador y Biden se reunieron en Washington el pasado 12 de julio, encuentro en que abordaron diversos temas como inflación, migración y seguridad fronteriza.

Y aunque ya había dicho que incluiría el tema Assange entre la lista de asuntos a tratar, López Obrador parece haber optado no discutir el tema directamente con su homólogo, y en su lugar, entregar la carta a la que hizo referencia esta mana,a

Expertos han señalado que Assange podría enfrentar una pena, en caso de enfrentarse a la justicia estadounidense, de hasta 175 años de prisión por cargos criminales.

Estados Unidos e Israel firmaron este jueves un nuevo pacto de seguridad que refuerza un frente común contra Irán. El presidente Joe Biden se comprometió en que usará “todo” el poderío de su país para impedir que Teherán se haga con un arma nuclear.

Biden firmó con el primer ministro israelí, Yair Lapid, una declaración conjunta de la Asociación Estratégica con Israel en Jerusalén durante su primera visita a Oriente Medio como presidente.

En el documento, Biden se comprometió a impedir que Irán se haga con un arma nuclear.

A la pregunta de un periodista sobre si Estados Unidos está preparado para realizar esfuerzos diplomáticos, Biden contestó que su gobierno ha expuesto los términos requeridos para que el acuerdo sea restaurado. “No vamos a esperar para siempre” a Irán para que responda, señaló.

Y es que Israel es un fuerte opositor a que se firme un acuerdo internacional con Irán sobre su programa nuclear, que Biden intenta revivir, después de que su predecesor Donald Trump se retiró unilateralmente del pacto de 2015.

Lapid advirtió que las “palabras” y la “diplomacia” no son suficientes para frenar las supuestas ambiciones de Irán de hacerse con una bomba nuclear.

“La diplomacia no los va a detener. La única cosa que los va a detener es saber que si continúan desarrollando ese programa nuclear el mundo libre va a utilizar la fuerza. La única forma de detenerlos es colocar una amenaza militar creíble en la mesa”, dijo Lapid junto a Biden en conferencia de prensa.

Irán insiste que su programa nuclear tiene fines civiles y su presidente, Ebrahim Raisi, advirtió ayer que si el viaje de Biden a Medio Oriente está orientado a salvaguardar la seguridad de Irán, entonces está destinado al fracaso.

Biden llegó el miércoles a Tel Aviv durante la primera gira por Oriente Medio de su presidencia, que es el décimo viaje a Israel, después de sus sucesivas visitas desde que fue elegido senador por primera vez en la década de 1970.

Este jueves se reunirá con el presidente de Israel, Isaac Herzog, y con un antiguo conocido, el líder de la oposición y exprimer ministro Benjamin Netanyahu. El viernes tiene en la agenda una reunión con el presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abas en Cisjordania ocupada. Después se dirigirá a Arabia Saudita, donde se reunirá con el rey Salman y el príncipe heredero, Mohamed bin Salman, a quien cuando candidato había descartado como interlocutor tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.

El encuentro entre Biden y Bin Salman, el verdadero hombre fuerte de Arabia Saudí, supondría un cambio en la política estadounidense. La invasión rusa a Ucrania es uno de los principales temas de la agenda durante la gira regional, y los precios del petróleo estarán en el centro de sus conversaciones con las autoridades sauditas.

El presidente buscará convencer a Riad de producir más petróleo con la finalidad de bajar los precios y anclar el mayor brote inflacionario que ha sufrido Estados Unidos en décadas. Además, con su visita Biden busca contrarrestar la influencia china en la región.

Estados Unidos habría aceptado aumentar “considerablemente” el número de visas de trabajo para mexicanos y centroamericanos, ante la necesidad de mano de obra en ese país, dijo esta mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

El presidente utilizó su conferencia matutina, después de dos días de suspensión, para hablar sobre los resultados del viaje a Washington.

“También hablamos de la necesidad de ampliar el número de visas de trabajo temporal para México, para Centroamérica. Esto se aceptó, se va a ampliar considerablemente”, dijo López Obrador sin ofrecer mayores detalles. “No tienen fuerza de trabajo, y es necesario la regularización”, añadió.

Si bien Biden remarcó un compromiso existente para incrementar el número de permisos para trabajar de forma temporal para los centroamericanos, ninguno de los líderes anunció acuerdos migratorios concretos, ni en la conferencia de prensa de hace dos días ni en el comunicado conjunto emitido esa misma tarde.

El gobierno de México informó en junio que Estados Unidos acordó ofrecer 300,000 visas de trabajo, la mitad para mexicanos y el resto para centroamericanos, aunque ha habido escepticismo sobre que dicho anuncio se concretara, debido a las críticas de los republicanos estadounidenses a Biden en materia de inmigración.

Además, López Obrador detalló que los 40,000 millones de dólares comprometidos en inversión por empresarios estadounidenses, anunciados ayer por el canciller Marcelo Ebrard, se dirigirán sobre todo a proyectos energéticos: a ductos y plantas de licuefacción y fertilizantes, además de extracción de crudo en sociedad con la estatal mexicana Pemex.

Respecto a las críticas en Estados Unidos a las reformas legales de su administración para dar más poder al Estado en el sector eléctrico, el mandatario aseguró que los empresarios de la nación vecina “ya entendieron de qué se trata”, aunque no abundó en el tema.

Recordemos que el embajador estadounidense en México, Ken Salazar, dijo en junio a la agencia Reuters que la administración de Biden estaba resolviendo con con México disputas con empresas del sector energético que involucran más de 30,000 millones de dólares en inversiones.

El incremento en los precios de la gasolina, los alimentos y el alquiler impulsó la inflación de junio en Estados Unidos, alcanzando su mayor nivel en cuatro décadas.

Los precios al consumidor en junio se dispararon 9.1% en comparación con el año anterior, dio a conocer el Departamento del Trabajo del gobierno de Estados Unidos este miércoles.

Se trata del mayor aumento anual desde 1981, superior al alza de 8.6% que se registró en mayo. Sobre una base mensual, los precios subieron 1.3% de mayo a junio, otro aumento sustancial; los precios subieron 1% de abril a mayo.

Los precios de la energía subieron 41.6%  interanual, lo que supone su mayor alza desde abril de 1980, en tanto los precios de los alimentos experimentaron su mayor alza desde febrero de 1981, con aumento de un 10.4% en un año.

Es posible que el dato dado a conocer lleve a la Reserva Federal, la Fed, a elevar nuevamente las tasas de interés, lo que a su vez encarecería los créditos.

El dato de la inflación en junio se encuentra por encima de la previsión que el mercado tenía. En un consenso de analistas encuestados por Bloomberg se proyectaba una inflación anualizada a junio de 8.8% y de 1.1% en un mes.

Sin embargo, algunos economistas no descartan que la inflación esté alcanzando o acercándose a su pico en el corto plazo. Como muestra, han señalado que los precios de la gasolina, por ejemplo, han bajado un poco desde los 5 dólares por galón alcanzados a mediados de junio.

Sin embargo, por ahora, el aumento de la inflación ha provocado una fuerte caída en la confianza de los consumidores en la economía y ha hecho caer los índices de aprobación del presidente Joe Biden en año de elecciones legislativas.

Al respecto, Biden dijo que el dato de inflación de Estados Unidos correspondiente a junio es “inaceptablemente alto” pero no refleja las recientes mejoras. “Si bien el registro de la inflación general de hoy es inaceptablemente alta, también está desactualizado”, dijo Biden en un comunicado.

“Las cifras de hoy no reflejan el impacto total de casi 30 días de caídas de los precios de la gasolina”, defendió el presidente.

Durante su reunión de ayer con el mandatario estadounidense Joe Biden, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) acordó invertir 1,500 millones de dólares en los próximos dos años para mejorar la tecnología fronteriza “inteligente”, una medida que la Casa Blanca dice muestra la cooperación entre las naciones vecinas.

Se alcanzaron diversos acuerdos entre los dos países y se habló de otras medidas concretas, como aumentar el número de visas de trabajo que emite Estados Unidos, algo que a López Obrador le interesaba bastante y en lo que había insistido.

Aseguró que Estados Unidos y México coinciden en la necesidad de aumentar las oportunidades para la migración legal, especialmente porque más trabajadores pueden ayudar a reducir la escasez de mano de obra en Estados Unidos y contribuir a frenar el alza de precios.

La migración ha sido un tema importante para Biden, ya que los líderes republicanos han señalado el creciente número de personas de México y Centroamérica que cruzan la frontera sur de Estados Unidos sin autorización legal y han criticado al gobierno federal y a líderes demócratas por no hacer más para frenar la migración. López Obrador reconoció esas críticas, pero aseguró que la situación en la frontera requerirá de soluciones, no sólo de política.

También se acordó crear un grupo de trabajo bilateral sobre programas de migrantes con fines laborales y protección a los trabajadores, y aceptar más refugiados.

Ambos mandatarios también se comprometieron a continuar con los patrullajes conjuntos para México y Guatemala para ir tras los contrabandistas de personas en su frontera compartida.

Pero el gobierno de Biden se mostró entusiasmado con el hecho de que México destine fondos a la frontera, algo con lo que el expresidente Donald Trump fracasó durante años, incluso con la promesa de levantar el muro fronterizo y querer obligar a México a pagarlo.

“Las fronteras más resilientes, más eficientes y más seguras mejorarán nuestro comercio compartido”, declararon Biden y López Obrador en un comunicado oficial conjunto. “Estamos comprometidos como nunca antes para completar un plan conjunto de varios años de modernización de la infraestructura fronteriza México-Estados Unidos para proyectos a lo largo de la frontera de más de 3.000 kilómetros”.

Los acuerdos se produjeron después de que López Obrador comenzara las conversaciones hablando durante más de media hora ante los reporteros, cuando Biden se tomó poco más de 10 minutos.

AMLO habló de todo, desde los estadounidenses que viajan a México para comprar gasolina más barata, hasta las políticas del Nuevo Acuerdo de Franklin Delano Roosevelt. Además, arremetió contra los conservadores y dijo que Estados Unidos y México deberían rechazar el statu quo en la frontera.

Tal como lo había adelantado, López Obrador recalcó que México y Estados Unidos deberían cerrar filas para ayudarse mutuamente en medio de la elevada inflación.

“El aumento acelerado de la inflación representa una amenaza directa para el bienestar de las familias en ambos países y requiere acciones robustas, inmediatas y concertadas”, señalaron los mandatarios en el comunicado. “Por tal motivo hemos acordado combatir de forma conjunta la inflación acelerando la facilitación del comercio bilateral y reduciendo los costos comerciales”.

Aunque en ocasiones anteriores no se ha abstenido de criticar a Estados Unidos, en esta ocasión López Obrador mantuvo un tono positivo con Biden y elogió a la vicepresidenta Kamala Harris. Biden también se mostró conciliador, señalando que “vemos a México como un socio en igualdad”, y desestimó las diferencias de opinión con López Obrador: “Usted y yo tenemos una sólida y productiva relación, y, yo diría, una alianza”, a pesar de los encabezados de los medios, dijo.

En Broojula, Ana Paula Ordorica te presenta el mejor análisis sobre la segunda reunión presencial entre Biden y López Obrador en La Casa Blanca, con la opinión de Lila Abed, consultora, analista internacional y directora adjunta de México Institute.

Los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se reunieron esta mañana en La Casa Blanca, donde hablaron, entre otros temas, de migración, la mejora de las infraestructuras fronterizas y los derechos laborales de los migrantes.

“Mi Administración está liderando el camino para crear oportunidades de trabajo a través de vías legales”, dijo Biden recordando que el pasado año se registró un récord en el número de visas emitidas para trabajadores mexicanos.

El presidente Biden se refirió a la crisis migratoria como un “desafío hemisférico” compartido, y destacó las inversiones históricas que su gobierno ha hecho en infraestructuras para la frontera con México, pues dijo, “nuestras naciones comparten lazos estrechos”. Señaló que dichas inversiones ascienden a 3,400 millones de dólares.

La reunión en la Casa Blanca se produce un mes después de que López Obrador se negara a asistir a la Cumbre de las Américas, organizada por Washington en Los Ángeles, en protesta a la decisión de Biden de excluir a los gobiernos de izquierda de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Pese a dicha situación, que diversos analistas calificaron como un desaire y anticipaban un roce entre los mandatario, Biden dijo que “a pesar de los titulares exagerados que a veces vemos, tú y yo tenemos una relación sólida y productiva”.

El demócrata también resaltó que se ha progresado en la lucha contra el tráfico de drogas, habiendo desplegado 1,300 efectivos, llevando a cabo más de 1,000 operaciones y más de 3,000 arrestos.

Por su parte, López Obrador destacó que es “indispensable” la regularización de los migrantes, que “trabajan honradamente y contribuyen al desarrollo de esta gran nación”.

“Sé que sus adversarios, los conservadores, van a pegar el grito en el cielo, pero sin un programa atrevido de desarrollo y bienestar no será posible resolver el problema” migratorio, dijo el tabasqueño.

López Obrador afirmó que había espacio para intensificar las relaciones bilaterales bajo el acuerdo comercial de Norteamérica, el T-MEC sugiriendo que algunos aranceles podrían suspenderse, aunque no especificó cuáles.

El mandatario mexicano explicó que algunos estadounidenses están viajando a su país para comprar gasolina en medio de los altos precios en Estados Unidos, y se comprometió a garantizar el doble de suministro para satisfacer esa demanda. Además mencionó que México ofrece más de mil kilómetros de gasoductos para transportar gas de Texas a Nuevo México, Arizona y California.

En este sentido, explicó que las circunstancias actuales impulsan el estrechamiento de los “lazos de amistad y cooperación”, especialmente por ser “tiempos difíciles”.

Entre las propuestas que hizo. mencionó el iniciar un plan de inversión pública y privada para producir bienes que fortalezcan los mercados y se eviten importaciones de otras regiones o continentes.

“En nuestro país seguiremos produciendo petróleo mientras se concreta la transición energética, se establecerán con inversionistas estadounidenses plantas de licuefacción de gas, de fertilizantes  y se continuará impulsado la creación de parques solares en Sonora y otros estados fronterizos con el respaldo de termoeléctricas y el tendido de líneas de transmisión, para producir energía y exportar a Estados vencimos de Estados Unidos como Texas, Nuevo México, Arizona y California”, dijo López Obrador.

Fue en ese punto donde dijo López Obrador aseguró que en las últimas tres décadas se aceptó “de manera cómoda” que China fuera la fabrica del mundo con la falsa idea de que en la globalización no era necesaria la autosuficiencia alimentaria, energética y de otros bienes. A dicho comentario, Biden reaccionó y lo negó.

“No quiere decir que no tengamos problemas porque si los tenemos y nosotros, yo creo que trabajando con usted vamos a poder solucionar los problemas de ambos. Y en realidad el tema de China de ser la fábrica del mundo no es así, nosotros producimos más productos agrícolas”, replicó Biden.

Debido al extenso mensaje que López Obrador ofreció, que iba a compañado por su traducción ya que el mandatario no habla inglés, provocó que en un punto el morenista dijera: ya voy a acabar, lo que provocó las risas de los presentes.

López Obrador se reunió más temprano con la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, la persona a la que Biden ha encargado los esfuerzos para abordar las causas fundamentales de la migración en Centroamérica, incluida la pobreza, la violencia y el cambio climático.

Joe Biden recibe este martes en La Casa Blanca al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), donde discutirán temas como la crisis migratoria, y la inflación que presentan ambos países, en el contexto de la crisis económica generada por la guerra en Ucrania.

Sin embargo, el panorama en que se da el encuentro no es todo benéfico. El desaire de López Obrador a Biden el mes pasado para la Cumbre de las Américas de Los Ángeles, a la que no acudió el mexicano en protesta por la negativa de La Casa Blanca a invitar a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, podría jugar un papel importante.

“Es una reunión para reafirmar nuestro compromiso de trabajar juntos en beneficio de nuestros pueblos”, afirmó López Obrador ayer, antes de partir a Washington, a donde llegó a las 14:00 horas. Tan pronto aterrizó, se trasladó a su hotel, Lombardy, cerca de La Casa Blanca, donde pasó la tarde.

Ahí, recibió a un grupo de connacionales que le expresaron su apoyo. Salió por la ventana a darles un breve mensaje, en donde les reiteró que los quiere mucho y que “amor con amor se paga”, esto al agradecerles la contribución que hacen con el envío de remesas a nuestro país.

“Mañana, en la Casa Blanca, los defenderé como siempre y recordaré que los migrantes, de cualquier lugar del mundo, son seres excepcionales que con arrojo se abren paso y trabajan dura y honradamente para mantener a sus familias aquí y allá”, sostuvo el mandatario.

La escena se repitió esta mañana, antes de que saliera rumbo al desayuno de trabajo con la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, el cual ya ha dado inicio.

A su llegada al desayuno, López Obrador felicitó al pueblo estadounidense de tener a una vicepresidenta “de primer orden”, y se refirió a Harris como una mujer con principios, inteligente, honesta, así como partidaria de la igualdad.

La visita se ha anticipado, se centrará sobre todo en la parte migratoria. Se da en medio del luto por la tragedia de los más de 50 migrantes muertos en un tráiler en Texas, de los cuales más de la mitad eran mexicanos. Un hecho que involucra temas de seguridad.

Partidario de “los programas de cooperación para el desarrollo”, no solo en México, sino también en Centroamérica, López Obrador indicó que pedirá a Biden visas temporales para trabajadores, sobre todo del sector agrícola, pues ha insistido en que el país vecino no tiene la mano de obra que necesita para sus actividades productivas.

El otro tema importante en el encuentro es cómo se enfrentará la inflación, de más del 6% en Estados Unidos y de casi 8% en México, esto ante advertencias de distintos especialistas que han alertado sobre una posible recesión a finales de año.

La inflación se debe a las afectaciones en la cadena de suministro derivado de la guerra en Ucrania tras la invasión rusa, de la que también se hablará según el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca Jake Sullivan.

Tras el encuentro, López Obrador participará en un evento donde se rendirá un homenaje al expresidente Franklin D. Roosevelt y al defensor de los derechos humanos Martin Luther King. El miércoles mantendrá un encuentro con empresarios tanto de México como de Estados Unidos, convocado por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

Pero, ¿qué más hay detrás de este encuentro? En el episodio de hoy de Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Luis Rubio, analista político y presidente de México Evalúa, sobre los detalles de la visita de AMLO a Washington.

El presidente Joe Biden, con motivo de la aprobación de la primera gran ley federal de seguridad de armas en tres décadas, dijo este lunes que Estados Unidos está “inundado de armas de guerra” y renovó su llamado a la prohibición de las armas de asalto.

El Congreso ha mostrado poca inclinación a prohibir las armas de asalto después de que expiró una prohibición en 2004, pero Biden espera utilizar la creciente indignación de los estadounidenses por los recientes tiroteos masivos para ejercer una mayor presión sobre los legisladores para que cambien de opinión.

“Las armas de asalto deben ser prohibidas. Fueron prohibidas (…) Estoy decidido a prohibir de nuevo estas armas y los cargadores de alta capacidad”, dijo.

El demócrata también dijo que los legisladores deberían añadir leyes de almacenamiento seguro que exijan la responsabilidad personal “por no guardar el arma bajo llave”.

Destacó que apoya la Segunda Enmienda de la Constitución que otorga a los estadounidenses el derecho a poseer armas de fuego, pero dijo que “el derecho a portar armas no es un derecho absoluto que domine a todos los demás”.

Biden, acompañado por la vicepresidenta Kamala Harris, habló en un acto celebrado en el jardín sur de la Casa Blanca para conmemorar la reciente aprobación del proyecto de ley sobre seguridad de las armas, la primera nueva ley de este tipo en 30 años.

Entre el público se encontraban muchos de los miembros del Congreso que aprobaron la legislación y familiares de algunas de las personas que murieron en tiroteos masivos, como los recientes ataques en Uvalde, Texas; Buffalo, Nueva York; y Highland Park, Illinois.

El proyecto de ley bipartidista se elaboró apenas unas semanas después de los tiroteos masivos de Uvalde y Buffalo en los que murieron más de 30 personas, entre ellas 19 niños en una escuela primaria.

La ley incluye disposiciones para ayudar a los estados a mantener las armas fuera de las manos de quienes se consideran un peligro para sí mismos o para los demás. También bloquea la venta de armas a quienes hayan sido condenados por abusar de sus parejas, incluso si no están casados, y reprime la venta de armas a compradores condenados por violencia doméstica.

Sin embargo, Biden calificó de insuficiente la reciente ley aprobada por el Congreso, y señaló que es necesario “hacer más” para frenar la alarmante tasa de tiroteos en el país.

“No salvará todas las vidas de la epidemia de violencia armada, pero si esta ley hubiera estado vigente hace años, incluso este último año, se habrían salvado vidas. Importa. Importa. Pero no es suficiente y todos sabemos eso”, añadió durante su mensaje en La Casa Blanca.

El proyecto de ley sobre armas se presentó la misma semana en que la Corte Suprema amplió los derechos de los propietarios de armas.

Y es que el control de las armas ha sido durante mucho tiempo un tema de división en el país y varios intentos por poner nuevos controles a la venta de armas han fracasado una y otra vez.