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Joe Biden y Bernie Sanders se enfrentaron la noche de ayer en un nuevo debate, en el que atendiendo las medidas sanitarias por el Covid-19, se celebró sin público y las posiciones de los candidatos estaban a 1.80 metros de distancia como medida de precaución.

Los rivales no se dieron la mano y prefirieron saludarse con un pequeño empujón de codos. La ciudad que albergó el  encuentro fue Washington.

Los aspirantes a la candidatura presidencial se criticaron mutuamente sobre algunas de sus políticas o posturas sobre temas como armas de fuego, gran plan de rescate bancario en 2008, guerra en Irak, entre otras, se unieron para denunciar la actuación de Donald Trump ante la pandemia del coronavirus.

Joe Biden se comprometió a escoger a una mujer para postularse a la vicepresidencia durante las elecciones presidenciales de noviembre contra el multimillonario republicano, si es que lograba hacerse de la candidatura.

Bernie Sanders aseguró que también elegiría “con toda probabilidad” un compañera para su fórmula presidencial.

La crisis sanitaria por el Covid-19 fue uno de los temas centrales del debate. Biden dijo que era necesario declarar la “guerra” contra el coronavirus y “hacer mucho más de lo que” ha hecho Trump.

“Habría recurrido al ejército de inmediato”, dijo en tono marcial el exvicepresidente de Barack Obama. “Los militares tienen la capacidad de construir hospitales con 500 camas” que el país “necesita”.

Sanders acusó a Trump de “socavar” el trabajo de los expertos. “Debemos silenciar a este presidente ahora (…) des inaceptable escucharlo gritar sobre información no objetiva”. Se apoyó en la pandemia para demostrar los defectos del sistema estadounidense y trató de demostrar los beneficios de una de sus propuestas más emblemática: la cobertura de salud pública y universal.

Aunque lanzaron acusaciones mutuas, Biden y Sanders prometieron un frente común contra el presidente republicano.

“Tenemos que vencer a Donald Trump”, dijo Biden, un político al que diversos analistas han señalado como un hombre que suele actuar con más errores y pasos en falso.

Después de un atropellado arranque, Biden despegó y consiguió el apoyo de los contendientes moderados que se retiraron de la carrera. Pasó a dominar las intenciones de voto, a menudo con más de veinte puntos por delante de Sanders.

El comienzo de Sanders fue al revés, de más a menos. El buen inicio que tuvo se truncó en los resultados del supermartes; sin  emabrgo, el senador no se rindió, y optó por participar en el debate de ayer.

Biden ha tomado una cómoda ventaja en la carrera para conseguir los delegados que le nominen candidato demócrata en julio. Y los estados que votan el martes (Florida, Ohio, Illinois y Arizona) deberían permitirle consolidar significativamente su posición.

En Florida en particular, donde hay una gran comunidad cubana, ciertos comentarios de Sanders se consideraron demasiado benévolos hacia el régimen de Castro, en el que aún tenía que justificarse el domingo por la noche.

El senador Bernie Sanders negó que se vaya a retirar de la contienda de las primarias por la nominación presidencial demócrata, indicando que participará en el debate del próximo domingo y afirmando que “hará todo lo posible por vencer a Donald Trump” en noviembre.

“El domingo espero con ansias el debate en Arizona con mi amigo Joe Biden”, dijo Sanders, después de que el exvicepresidente ampliara su ventaja en las primarias tras una serie de votaciones.

“Donald Trump debe ser derrotado y yo haré todo lo posible para que eso ocurra”, agregó.

Sin embargo, reconoció que la jornada de ayer no fue buena para su campaña desde el punto de vista de los delegados, que son indispensables para hacerse de la nominación de su partid,

En una conferencia de prensa desde la sede de su campaña en Burlington, Vermont, Sanders dijo que pese al tropiezo de ayer, está al frente de dos áreas importantes que determinarán el futuro de nuestro país: un amplio apoyo público para sus propuestas políticas, y el interés que ha despertado entre los votantes más jóvenes.

Reconoció que muchas personas con las que ha tenido contacto su campaña les han externado su apoyo y que están de acuerdo con sus propuestas, pero que votarán por Joe Biden porque creen que es el mejor para vencer a Donald Trump. “Estoy totalmente en desacuerdo con esa afirmación, pero eso es lo que dicen millones de demócratas e independientes. El domingo, espero con ansias el debate”.

Sanders reiteró que su compromiso primordial es garantizar que Trump no sea reelegido en noviembre, lo que ha sido interpretado por diversos analistas como una señal de que no tiene la intención de hacer nada que perjudique al partido o al probable candidato en caso de que él no logre el apoyo suficiente.

Finalizó su conferencia dirigiéndose al partido, a quien le dijo que para ganar en el futuro, debe ganar a los votantes que representan el futuro de nuestro país (los jóvenes), por lo que se debe hablar sobre los temas que les preocupan. “No puedes simplemente estar satisfecho ganando los votos de las personas mayores”, concluyó el senador.

Joe Biden consolidó su ventaja hacia la nominación del partido Demócrata con el triunfo en Michigan; el exvicepresidente tendió la mano a su rival, el senador Bernie Sanders, afirmando que juntos van a derrotar a Donald Trump en noviembre.

En una noche en la que votaron seis estados, Biden logró imponerse en Misisipi, Misuri, Idaho y en el estado clave de la jornada de ayer, Michigan, aumentando su ventaja.

En tanto, Sanders ganó en Dakota del Norte, mientras que la carrera era demasiado cerrada en el estado de Washington como para anticipar un ganador.

“Quiero agradecer a Bernie Sanders y a sus seguidores por su energía infatigable y su pasión. Tenemos el mismo objetivo y juntos vamos a vencer a Donald Trump”, dijo Biden desde Filadelfia. “Aunque todavía queda camino, parece que vamos a tener otra buena noche”.

Michigan es un estado columpio que optó por Trump en 2016, y donde Sanders triunfó frente a Hillary Clinton en las internas demócratas de ese año. Este estado ostenta más de un tercio de los 352 delegados que estuvieron en juego el martes.

Según las proyecciones, Biden sumaría la mayoría de los 125 delegados de Michigan; la mayor parte de los 68 delegados de Misuri, y una parte importante de los 36 que aporta Misisipi. Su contundente victoria en Misisipi, donde sumó cerca del 80% de los votos, reflejó su popularidad en un segmento clave: los electores negros.

Biden busca obtener una ventaja que lo acerque a los 1,991 delegados necesarios para ganar la investidura en la convención demócrata de julio próximo, luego de espectaculares resultados en las votaciones del “supermartes” la semana pasada, cunado ganó 10 de los 14 estados en juego.

En los últimos diez días, las primarias dieron un vuelco después que el triunfo de Biden en Carolina del Sur revirtiera la racha de victorias de Sanders, quien rozó el liderato en Iowa y se impuso en New Hampshire y en Nevada.

La campaña de Trump descalificó los resultados de este martes: “Nunca ha importado quién es el candidato demócrata (…) Son dos caras de la misma moneda”, agregó el directivo de campaña de Trump, Brad Parscale.

Sanders no habló la noche de ayer. Su campaña indicó que no tenía intenciones de retirarse y que estará en el debate del próximo domingo. Se sabe que esta tarde ofrecerá una conferencia de prensa para fijar postura.

La congresista Alexandria Ocasio-Cortez, una joven y carismática representante por Nueva York que es uno de los pilares de la campaña de Sanders, dijo que la jornada marcaba “una noche dura para el movimiento”.

Estadounidenses de seis estados votan este martes en la última fecha de las primarias que decidirá si Joe Biden o Bernie Sanders será el candidato demócrata a la presidencia, y quien enfrentará a Donald Trump en noviembre próximo.

Los electores de Michigan , Idaho, Misisipi, Missouri, Dakota del Norte y el estado de Washington participan en la contienda de hoy.

Michigan, con una gran bolsa de delegados a repartir y su historia de ser un estado “columpio”, es el gran premio de la jornada.

Analistas señalan que Sanders necesita un buen desempeño en Michigan para mantener su campaña a flote tras perder el liderazgo ante Biden, por lo que ambos candidatos han recorrido el estado en los últimos días para ampliar su base y movilizar a sus electores.

Los dos políticos veteranos luchan por la candidatura presidencial demócrata, tras el retiro de todos los demás aspirantes, que mayoritariamente salieron luego a dar su apoyo a Biden.

Sanders, el senador por Vermont que se autodenomina “socialista democrático”, lideró la carrera a inicios del año y tuvo un buen desempeño en las primeras internas, pero ahora se encuentra detrás de Biden, luego de que el exvicepresidente sumara una importante victoria en Carolina del Sur y en 10 de 14 de los estados la semana pasada en el llamado supermartes.

Michigan había votado demócrata en las seis anteriores elecciones a Trump, quien logró una victoria en este estado en 2016, conquistando a la clase trabajadora, particularmente del sector automotriz.

Según las últimas encuestas, Biden lidera en las intenciones de voto en Michigan, Missouri y Misisipi.

Elizabeth Warren estaría anunciando su salida de las primarias demócratas en Estados Unidos, según confió una persona de su campaña al medio estadounidense Político.

Warren había asegurado el domingo pasado que permanecería en la contienda hasta la convención demócrata, pero el mal desempeño que tuvo en el supermartes, y la fortaleza que ganó Joe Biden, obligó a la campaña de la Senadora a replantearse la idea y concluir que no tenía un camino viable.

Medios estadounidenses reportaron que Warren se trasladó hasta Massachusetts desde el martes para “evaluar” su permanencia en la contienda junto a su equipo.

En un correo electrónico enviado a los colaboradores, el coordinador de la campaña, Roger Lau, reconoció que los resultados del martes “estuvieron muy por debajo de las metas y proyecciones de viabilidad, y estamos decepcionados con los resultados”.

Según el informante, Warren aún analiza si respalda a alguno de los aspirantes o se abstiene de ello. La semana pasada, los excandidatos presidenciales Amy Klobuchar, Pete Buttigieg, Mike Bloomberg y Beto O’Rourke apoyaron al exvicepresidente, lo que ayudó a impulsarlo en todo el país el martes, incluso en el estado natal de Warren. Massachusetts.

Con información de Politico

El escenario presidencial del Partido Demócrata, que contaba con más de media decena de candidatos hace una semana, se transformó en una competencia de dos: el exvicepresidente Joe Biden, de 77 años, y el senador Bernie Sanders, de 78.

Con Biden y Sanders, los demócratas tienen dos opciones muy distintas para elegir la clase de candidato que querrán presentar en noviembre.

Sanders, un socialdemócrata que cuenta con una enérgica coalición en el margen izquierdo de su partido para librar su batalla, iniciado hace décadas, por transformar los sistemas político y económico del país. Biden, un veterano político de la corriente tradicional del partido en Washington, defiende una estrategia más pragmática en temas clave como salud pública y cambio climático.

Un reanimado Biden se anotó victorias desde Texas hasta Massachusetts en las primarias celebradas ayer, en el llamado supermartes, revitalizando una candidatura presidencial que estaba al borde del desastre apenas unos días antes, pero Sanders se llevó el premio mayor con una victoria en California que aseguró que continuará la lucha por la nominación presidencial de los demócratas en el futuro inmediato.

Podrían pasar todavía semanas o meses hasta que el partido se incline por uno de ellos para enfrentar al presidente Donald Trump, pero el nuevo tono de la campaña empezó a tomar forma en las declaraciones que cruzaron el martes por la noche desde extremos opuestos del país.

“La gente habla de una revolución. Hemos iniciado un movimiento”, dijo Biden en los Ángeles, apropiándose de una de las frases características de Sanders. Y sin citarlo directamente, Sanders atacó a Biden en su discurso en Burlington, Vermont. “No puedes derrotar a Trump con la misma vieja política de siempre”, declaró Sanders, enumerando una lista de diferencias con Biden en temas como seguridad social, comercio y fuerzas armadas. “Esto se convertirá en un choque de ideas”.

A través de su cuenta de Twitter, Trump dijo esta mañana que el supermartes demócrata fue “una tormenta perfecta” y reiteró su viejo argumento de que el Partido Demócrata se movilizará para evitar que Sanders gane la nominación.

Las victorias de Biden fueron impulsadas por votantes demócratas que optaron por él apenas pocos días antes de emitir su voto, en una ola de impulso tardío que agitó la contienda interna en cuestión de horas. En algunos estados, los demócratas de decisión tardía constituyeron aproximadamente la mitad de todos los votantes.

Biden obtuvo el apoyo de una amplia coalición de moderados y conservadores, demócratas de raza negra y votantes mayores de 45 años. Por su parte, Sanders demostró que podía triunfar en la que quizá fue la mayor prueba de su larga carrera política. Sus victorias se debían a una base de progresistas, jóvenes y latinos, pero no logró ganar terreno entre mayores y graduados universitarios, que suponen una parte importante de los votantes demócratas.

Los otros dos aspirantes, el multimillonario neoyorquino Mike Bloomberg y la senadora de Massachusetts Elizabeth Warren, vieron muy reducidas sus opciones. Bloomberg incluso anunció el retiro de su candidatura dados los malos resultados que obtuvo.

Warren terminó en un bochornoso tercer puesto en su estado, mientras que Bloomberg logró una sola victoria: el territorio estadounidense de Samoa.

El balance del supermartes: Biden ganando al menos nueve estados y Sanders tres, planteó dudas sobre si las primarias demócratas se extenderían hasta la convención de julio o se decidiría mucho antes.

Gráfica: NYT

Joe Biden se impuso en Virginia, Carolina del Norte y Alabama, en tanto Bernie Sanders se alzó con el estado de Vermont, según las primeras proyecciones de los medios estadounidenses tras el cierre de los primeros centros de votación del “supermartes”, un día clave de la interna demócrata.

Millones de estadounidenses se pronuncian en la fecha más importante del calendario de la campaña para elegir al rival del presidente republicano Donald Trump en las elecciones de noviembre, una jornada en la que votan estados muy poblados como California, Texas y Carolina del Norte.

Este “supermartes” asigna 1,357 delegados a la convención demócrata de julio, un tercio del total. Se necesitan al menos 1,991 delegados para obtener la candidatura presidencial del partido.

Biden llega revitalizado a esta votación luego de ganar el sábado en Carolina del Sur con un importante margen, y tras haber sumado el lunes los apoyos de los exaspirantes Pete Buttigieg, Amy Klobuchar y Beto O’Rourke, consolidando el aval de los moderados del partido, que temen que Sanders esté demasiado a la izquierda para ganarle a Trump.

Sanders, que busca conservar el liderato tras imponerse en New Hampshire y Nevada y terminar casi empatado en Iowa, ganó en el estado de Vermont, su estado natal, sumando 16 delegados.

Para Sanders, que se describe como “socialista democrático”, la fórmula para derrotar a Trump es congregar “la mayor participación de votantes en la historia” del país. Su campaña capta buena parte del voto latino, tiene gran movilización y ha logrado una recaudación récord a base de contribuciones de particulares.

Una de las incógnitas de la jornada es el desempeño que logrará Bloomberg, el multimillonario exalcalde de Nueva York de 78 años, que debuta en las primarias este “supermartes”, tras gastar 500 millones de su fortuna personal y posicionarse como tercero en discordia.

En cuarto lugar aparece la senadora progresista Elizabeth Warren, de 70 años, que intenta reavivar su campaña tras magros resultados. Muy por detrás figura la congresista de Hawái Tulsi Gabbard, de 38 años, sin expectativa de despuntar.

Los estados del “supermartes” congregan el 40% de la población del país, y California es la joya de la corona al otorgar 415 delegados, seguido de Texas, con 228, y Carolina del Norte, con 110, los tres con una muy importante población hispana. También votan Alabama, Arkansas, Colorado, Maine, Massachusetts, Minnesota, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah, Vermont y Virginia.

EstadounIdenses de 14 estados votarán hoy en el llamado ‘supermartes’, un día más importante para el Partido Demócrata, ya que se definirá en gran medida, al que será el candidato que disputará La Casa Blanca contra Donald Trump.

Según analistas, llegan un Joe Biden reforzado por el respaldo de tres exprecandidatos y tras la victoria en las primarias de Carolina del Sur.

Amy Klobuchar, Pete Buttigieg y Beto O’Rourke decidieron apoyar la campaña del exvicepresidente de los Estados Unidos en Dallas, Indiana y Texas, en respuesta a los llamados centristas internos que han pedido unidad para evitar que el senador de Vermont, Bernie Sanders, se convierta en el candidato presidencial.

Sin embargo, en su estado natal, California, Texas, Virginia, Massachussetts, Colorado, Maine y Utah, Sanders lidera las preferencias, de acuerdo con NBC News.

Por su parte, Biden lidera las preferencias en Carolina del Norte, Tennessee, Alabama, Minnesota, Oklahoma, con una ligera ventaja porcentual. Arkansas es liderado por Mike Bloomberg.

De acuerdo con una encuesta realizada por Univisión, Latino Community y North Star Opinión, Sanders tiene el triple de apoyo entre los demócratas latinos que Biden, mientras que un 42% afirma que votará por él en contraste con el 15% que lo hará por Biden.

El objetivo final de las primarias es alcanzar el respaldo de mil 990 delegados; este martes se otorgarán mil 357 de ellos. California y Texas aportan la mayor cantidad, estados de fuerte población hispana y afrodescendiente.

A las 23:00 horas cerrará la última casilla y los resultados deberían presentarse horas después. En los cuatro primeros comicios primarios, Elizabeth Warren, la cuarta candidata, no ha mostrado un buen desempeño, pues solo ganó ocho delegados el 3 de febrero en Iowa.

La aspirante demócrata a La Casa Blanca, Amy Klobuchar, anunció su retiro de la carrera por la nominación partidaria, a un día del llamado supermartes.

La senadora estadounidense indicó que respaldará la candidatura del exvicepresidente Joe Biden.

El diario The New York Times y cadenas de televisión como NBC dijeron que la senadora centrista se retiraría de la carrera y se dirigiría este lunes a Dallas, Texas, para presentarse junto a Biden en un mitin de campaña.

La senadora de 59 años se convertirá en la tercera precandidata en renunciar después de la gran victoria de Biden en las primarias de Carolina del Sur el sábado, y antes de la votación clave del 3 de marzo en 14 estados, incluido su natal Minnesota.

Biden, un moderado de 77 años, avanza a todo vapor hacia el supermartes dispuesto a pelear el primer puesto junto a Bernie Sanders, un senador autodenominado “socialista democrático”, de 78 años, que ganó ya en Nevada y en New Hampshire y terminó virtualmente empatado con Pete Buttigieg en Iowa.

Buttigieg, un exalcalde de South Bend, Indiana, de 38 años, anunció el retiro de su candidato la tarde/noche de ayer. Medios estadounidenses reportan que al igual que Klobuchar, respaldará la candidatura de Biden. Ambos lo harían esta noche en un evento en Dallas.

Por si parte el multimillonnario activista Tom Steyer, muy rezagado en las encuestas de intención de voto a nivel nacional, ya se había retirado el sábado de la contienda, tras quedar tercero en Carolina del Sur.

En la carrera por la nominación demócrata quedan: Joe Biden, Bernie Sanders, Elizabeth Warren, Mike Bloomberg, y la congresista Tulsi Gabbard.

La salida del joven precandidato moderado Pete Buttigieg en la carrera por la nominación presidencial demócrata cambió este domingo el panorama para los contendientes, al reforzar las posibilidades de Joe Biden en su disputa con Bernie Sanders, ubicado más a la izquierda.

Esta situación se produce dos días antes de las primarias del supermartes, cuando los demócratas sean llamados a votar en 14 estados.

Joe Biden, exvicepresidente de Barack Obama, ya había recobrado las esperanzas el sábado gracias a su gran victoria en Carolina del Sur.

Buttigieg, de 38 años, primer político abiertamente homosexual en la competencia por la nominación de un partido mayoritario, anunció la noche de ayer su retiro de las primarias para designar al demócrata que se enfrentará a Donald Trump en noviembre.

“Nuestro objetivo siempre ha sido ayudar a unificar a los estadounidenses para derrotar a Donald Trump”, dijo a sus seguidores.

“Debemos reconocer que en este punto de la carrera, la mejor manera de mantener la fe en esos objetivos (…) es apartarse y ayudar a unir a nuestro partido y nuestro país”, añadió.

El exalcalde de la ciudad de South Bend, Indiana, se había posicionado como un moderado, advirtiendo contra los excesos del ala izquierda del partido encarnada por Bernie Sanders.

En la primera definición de Iowa a principios de febrero, había saltado a los primeros planos tras ganarle por poco a Sanders. Luego, logró el segundo lugar en New Hampshire, un excelente desempeño para alguien que hasta hace poco tiempo era un desconocido a escala nacional.

Su decisión de tirar la toalla se produce después de la severa derrota en Carolina del Sur, que dejó al desnudo sus dificultades para llegar al electorado negro, esencial para que un demócrata gane La Casa Blanca.

Como muchos, Donald Trump consideró que Joe Biden será el gran beneficiario de la partida de Buttigieg. “Todos sus votos del supermartes irán a Joe Biden, el dormilón”, tuiteó el mandatario recurriendo a uno de sus apodos burlones para nombrar a sus adversarios.

Impulsado por su clara victoria en las primarias de Carolina del Sur el sábado, Joe Biden se posicionó el domingo más que nunca como una alternativa a Bernie Sanders y cuestionó la capacidad de su rival demócrata para atraer votantes.

Después de decepcionar en las primeras tres elecciones de Iowa, New Hampshire y Nevada, el exvicepresidente finalmente logró detener la caída, obteniendo con casi la mitad de los votos emitidos (48.4%), más del doble de Bernie Sanders (19.9%), quien quedó segundo.

“Es un gran impulso para nosotros”, dijo Biden el domingo a la cadena CNN, poco más de 48 horas antes de las gigantescas primarias del supermartes.

Más de un tercio de los delegados (alrededor del 34%) que elegirán al candidato del partido en la convención demócrata a mediado de julio serán elegidos el martes.

“Marca el comienzo de un regreso”, dijo a Fox el candidato de 77 años, quien fue por mucho tiempo el favorito entre los demócratas, antes de ser superado en las últimas semanas por Sanders.

Con los otros aspirantes fuertemente rezagados, Biden se enfrenta el martes a un oponente que ha recaudado casi el doble de la cantidad por su equipo de campaña (134 millones de dólares contra 70 millones) y tiene una red innegable entre los demócratas.

Para amplificar su impulso, quien fuera senador de Delaware de 1973 a 2009 volvió a acusar a su principal competidor. Asegura que el programa de Sanders, que según él es demasiado izquierdista, corre el riesgo de espantar a una parte significativa de los electores.

“Será muy difícil mantener a la mayoría en la Cámara de Representantes y revocar el Senado”, que ahora tiene mayoría republicana, dijo Biden en entrevista con la cadena ABC.

Mal posicionado en muchos de los principales estados en juego este martes, incluidos California y Texas, Biden intenta proyectarse más allá de las primarias demócratas.

Ha presentado su capacidad de lograr atraer votantes en los estados que oscilan entre los dos partidos principales, como Georgia o Florida.

“Para vencer a Trump, vamos a necesitar la mayor participación en la historia de este país”, dijo Bernie Sanders, a ABC. “Y no creo que sea factible si no tienes un mensaje que resuene entre las clases trabajadoras y medias”.

Su oponente, el exvicepresidente de 77 años dijo que “la gente no quiere una revolución”, refiriéndose a las radicales propuestas de Sanders. “Quiere resultados”.

Superado en fondos y colaboradores por Sanders, Biden también ve como una amenaza a Michael Bloomberg, que ya ha gastado más de 500 millones de dólares en publicidad de campaña, una cifra nunca antes vista, y que se medirá por primera vez en las urnas el martes.

“El Partido Demócrata quiere un demócrata”, dijo. “Ni socialista, ni exrepublicano. Un demócrata, para ser su candidato y unir al país de la manera en la que lo he hecho a lo largo de mi carrera”, agregó.

Bernie Sanders resultó ganador de la primaria demócrata de New Hampshire, en una mala noche para el exvicepresidente Joe Biden, por meses favorito, que quedó quinto en la carrera para elegir al rival de Donald Trump en noviembre.

Sanders, el abanderado del ala progresista del partido, obtuvo el 25.8% de los votos con el 91% de los votos contados, repitiendo así su triunfo de 2016, cuando venció a su rival Hillary Clinton.

“Esta victoria aquí es el principio del fin para Donald Trump”, dijo Sanders a sus seguidores, en medio de reclamos por impuestos más justos y una reforma del sistema de salud.

Dos moderados se ubicaron en segundo y tercer lugar: Pete Buttigieg, exacalde de South Bend, Indiana, cosechaba el 24.4% de las apoyos, y la senadora de Minesota, Amy Klobuchar, el 19.8%. Cuarta se colocaba la senadora progresista de Massachusetts, Elizabeth Warren (9.3%).

“Tantos de ustedes participaron. Demócratas de pura cepa. Independientes dispuestos a permanecer al margen. E incluso algunos nuevos exrepublicanos. Listos para votar por algo nuevo”, dijo Buttigieg, anunciando que su campaña se trasladará ahora a Nevada y Carolina del Sur, los próximos en decidir el 22 y 29 de febrero.

Los aspirantes demócratas a la Casa Blanca buscan afinar la contienda tras un caótico comienzo del proceso de nominación partidaria la semana pasada en los caucus de Iowa, donde Buttigieg y Sanders quedaron cabeza a cabeza tras un vergonzoso conteo de varios días.

Para algunos, sin embargo, los resultados en New Hampshire supusieron el fin de la carrera, dejando en nueve el total de aspirantes demócratas a derrotar a Trump.

Andrew Yang, un empresario tecnológico nuevo en la arena política, y el senador de Colorado, Michael Bennet, anunciaron su retiro luego de esta primera elección con voto secreto en el maratónico camino hacia la investidura demócrata que surgirá de la convención en julio.

Joe Biden pasó de estar en la cima de la contienda al borde del precipicio. En una semana.

Favorito durante meses para la nominación demócrata a La Casa Blanca, el exvicepresidente de Barack Obama se presentaba como un estadista de peso y el mejor preparado de su partido para derrotar a Donald Trump en noviembre.

Luego de liderar las encuestas a nivel nacional, el veterano político ha visto tambalear sus ambiciones. Tras quedar cuarto en Iowa, ayer se ubicó en un sorprendente quinto puesto en New Hampshire.

Fuente: NYT

El presidente Donald Trump presentó este lunes un presupuesto de 4.8 billones de dólares que vuelve a intentar cortar programas sociales, a pesar de que ello ha sido rechazado anteriormente por el Congreso.

El plan de gastos 2021 promete saldar las cuentas públicas en 15 años sin afectar programas como la Seguridad Social y el Medicare.

El documento presenta que el déficit superará el billón de dólares sólo en el año fiscal actual y que luego irá disminuyendo gradualmente hasta alcanzar proporciones manejables, pero para ello se basa en pronósticos económicos optimistas, bajas tasas de interés, una reducción de la presencia militar estadounidense en el extranjero y recortes a agencias de gobierno que serían contrarios a los dos presupuestos anteriores aprobados por Trump.

El presupuesto “fija el camino para la continuación del dominio y la prosperidad de Estados Unidos”, afirmó Trump en un mensaje escrito anexo al documento.

El presupuesto no tiene probabilidades reales de ser aprobado por el Congreso y ni siquiera las tenía antes del amargo debate en Washington por el juicio político al mandatario, acusado de abuso de poder y obstruir la investigación Congreso.

La presidenta de la cámara baja, la demócrata Nancy Pelosi, lamentó que “una vez más el presidente demuestra cuán poco le importan la salud, las finanzas y el bienestar de las familias trabajadoras de Estados Unidos”.

El presupuesto repite ideas intentadas antes, de eximir a programas que benefician a los ancianos como Medicare y Seguridad Social pero corta programas de ayuda a los pobres, de energía limpia y de subsidios a estudiantes endeudados. Nuevamente, estipula enormes recortes a las misiones militares en el extranjero con el fin de ahorrar 567,000 millones de dólares en 10 años, pero agrega un desembolso de 1.5 billones de dólares en ese mismo lapso para hacer que sus reducciones de impuestos se conviertan en ley permanente.

Según el plan, se reducirían 465,000 millones de dólares a entidades vinculadas con el Medicare como hospitales, lo que inmediatamente despertó quejas y denuncias de la oposición demócrata.

El borrador de presupuesto fue rechazado el lunes por los demócratas en el Congreso estadounidense, que dijeron que el plan traiciona la promesa del mandatario de proteger los programas de salud y de seguridad social.

El presupuesto financiaría las principales prioridades del presidente republicano, entre ellas la construcción de un muro en la frontera con México, al tiempo que recortaría miles de millones de dólares de los programas de redes asistenciales.

El presupuesto es en gran parte un documento político que sirve como punto de partida en las negociaciones con el Congreso. Con el objetivo de reducir la deuda y el déficit, Trump propuso una vez más recortes abruptos a programas inmobiliarios, de medio ambiente y transporte, entre otros.

“Vamos a seguir proponiendo este tipo de presupuestos y esperamos que en algún momento el Congreso tenga cierta sensatez fiscal y se una a nosotros en los intentos por hacer frente a nuestra deuda y déficit”, dijo a periodistas Russ Vought, director interino de la Oficina de Gestión y Presupuesto de La Casa Blanca.

Russell Vought, dijo el lunes que la propuesta incluye más de 740,000 millones para gastos de defensa, un aumento del 20%.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llamó este viernes al Congreso a “borrar” su juicio político impulsado por la oposición demócrata en la Cámara de Representantes, luego de ser absuelto en el Senado de mayoría republicana.

“¿Deberían borrar la acusación en la Cámara (Baja)? Deberían porque fue una farsa. Fue una farsa política total”, dijo a los periodistas en La Casa Blanca.

El miércoles, con el apoyo de la mayoría republicana, el Senado exoneró a Trump de los cargos de abuso de poder y obstrucción al Congreso de los que había sido acusado en diciembre, en el tercer juicio político de un presidente en la historia de Estados Unidos.

El jueves, en un acto en La Casa Blanca que definió como una “celebración”, Trump se mostró eufórico por su victoria, pero también furioso, describiendo a sus oponentes demócratas como “viles” y “perversos”.

El líder de la minoría republicana en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, dijo que si su partido recupera el control de la Cámara Baja en las elecciones generales de noviembre, buscarían revocar o anular el juicio político.

Trump también arremetió contra la presidenta demócrata de la Cámara, Nancy Pelosi, quien rompió en pedazos una copia de su discurso sobre el Estado de la Nación en el Congreso el martes después de que éste lo pronunciara.

“Eso fue terrible, fue terrible, muy irrespetuoso”, dijo, “y en realidad muy ilegal”.

Tras su proceso de destitución, que comenzó hace seis meses con revelaciones sobre la congelación del pago de ayuda militar estadounidense a Ucrania en el marco de presiones de Trump a Kiev para que investigara a su rival político Joe Biden, Trump quiere concentrarse en su reelección en noviembre.

El viernes, se lanzó en Twitter en contra de sus oponentes demócratas, acusándolos de los problemas técnicos que enfrentaron en la primera instancia de las primarias, el lunes en Iowa.

El presidente del Comité Nacional Demócrata (DNC), Tom Perez, llamó este jueves a un recuento total de los resultados de los caucus de Iowa, después de tres días de confusión y preocupación por los continuos retrasos en su
divulgación.

“Ya es suficiente. A la luz de los problemas que han surgido en la implementación del plan de selección de delegados para asegurar la confianza pública en los resultados, insto al Partido Demócrata de Iowa a comenzar inmediatamente el recuento”, afirmó Perez en su cuenta de Twitter.

Casi cuatro días después de los caucus de Iowa, las asambleas colectivas en los que seleccionan a los aspirantes y que son la primera parada de las primarias en Estados Unidos, aún no se conocen los resultados definitivos.

Por ahora, y a medida que se van conociendo a cuentagotas los resultados, cuyo retraso se debió a un error informático en el sistema de transmisión de datos, el exalcalde Pete Buttigieg y el senador Bernie Sanders siguen a la cabeza prácticamente empatados con un 26% del total de delegados elegidos, con un 97% de los precintos escrutados.

En tercer sitio se sitúa la senadora Elizabeth Warren, con un 18.2%; el exvicepresidente Joe Biden, con un 15.8%, y la senadora Amy Klobuchar, con un 12.2%.

Los aspirantes demócratas se encuentran ya haciendo campaña en la segunda parada de la batalla electoral, en el estado de New Hampshire, que celebrará sus primarias el próximo martes.

Iowa, un estado rural con apenas 3 millones de habitantes, concentra cada cuatro años la atención tanto dentro como fuera del país ya que es la primer parada en la contienda electoral de EUA, lo que se considera como el simbólico pistoletazo de salida para escoger al nominado demócrata.

En lo que consideró como una “celebración”, el presidente Donald Trump, ofreció un mensaje luego de ser absuelto por el Senado en el juicio político en su contra, en el que se acusaba de los delitos de abuso de poder y obstrucción al Congreso.

“Esto no es una rueda de prensa, no es un discurso, esto es una  celebración”, dijo el republicano desde La Casa  Blanca en la que fue ovacionado por sus “amigos” y miembros del gobierno y del partido republicano, a los que ha descrito como “guerreros” y ha agradecido su “fantástico trabajo”.

El mandatario estadounidense reiteró que ha sido víctima de “una caza de brujas” prácticamente desde el día en el que fue elegido candidato republicano a la presidencia por parte de los demócratas y  sus simpatizantes.

Reiteró sus acusaciones a su exrival demócrata, Hillary Clinton, y al Partido Demócrata de pagar “millones de dólares” para fabricar “fake  news” durante la campaña electoral. “Pensamos que después de la elección acabaría, pero no acabó, no hizo mas que empezar”, lamentado Trump.

El presidente recordó la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la supuesta injerencia de Rusia en las
elecciones presidenciales de 2016 para favorecer su victoria. “Fue una estupidez”, sostuvo.

En su opinión, la presidenta de la Cámara de Representantes, la líder demócrata Nancy Pelosi, principal promotora del impeachment quería juzgarlo “desde hacía tiempo”. “Querían infligir un daño político a alguien que solo ha ganado una elección”.

Sentenció que lo sucedido ayer en el Senado, fue una de las mejores victorias de todos los tiempos.

“Hemos pasado un infierno de forma injusta porque no he hecho nada malo. Si hubiera hecho algo malo en mi vida lo habría admitido (…) pero no lo he hecho y este es el resultado final”, dijo Trump sosteniendo la portada de este jueves de diario The Washington Post, en el que se lee: Trump absuelto.

Añadió que el proceso del juicio político fue malvado y corrupto, en el que hubo filtraciones y mentiras, y aprovechó para insistir en que los demócratas, especialmente Pelosi, son políticos viciosos y  corruptos.

Trump insistió en que el ‘impeachment’ ha obedecido únicamente a motivos políticos, sin fundamento jurídico, y confió en que “esto no debería volver a pasarle nunca a un  presidente de Estados Unidos”, sugiriendo que otro presidente quizá no habría superado dicho obstáculo.

Lejos de lo que pretendían los demócratas, Trump dijo que el juicio político logró unir al partido republicano y hacer que el apoyo de los estadounidenses a él y a los republicanos esté en “su cifra más alta” de los últimos años.

Luego de una demora de todo un día, los resultados parciales de los caucuses de Iowa dan la delantera a Pete Buttigieg, con una leve ventaja sobre Bernie Sanders.

Según analistas, Buttigieg, de 38 años, y Sanders, de 78, no podían ser más diferentes. Son el aspirante más joven a la nominación presidencial demócrata y el de mayor edad.

Buttigieg se describe como una alternativa moderada, proponiendo mejoras escalonadas a los programas de salud y educación, en tanto que Sanders, quien se describe como un socialista democrático, plantea profundas reformas.

Los dos se presentan como antídoto al establishment de Washington, que son hoy mal vistas por buena parte del electorado de ambos partidos. Sus buenos resultados podrían ser un indicio de que los demócratas desean visiones nuevas, igual que los republicanos hace cuatro años, cuando desbarataron todos los pronósticos nominando a Donald Trump, una estrella de la TV sin experiencia como político.

El partido Demócrata dio resultados computados del 71% de los votos tras una demora causada por problemas técnicos que paralizaron el conteo. Aún no se declara un ganador.

Tanto Buttigieg como Sanders generan dudas acerca de sus posibilidades de ganar las elecciones presidenciales. Los rivales de Buttigieg en las primarias destacan su inexperiencia, dado que su principal antecedente es haber sido alcalde de una ciudad de apenas 100,000 habitantes. Los moderados temen que Sanders espante a los independientes y a los republicanos de centro cuyo voto necesitan los demócratas.

Buttigieg reiteró su llamado a un cambio el martes en New Hampshire, donde tendrá lugar la próxima consulta. Dijo que los demócratas deben seleccionar un candidato que “dé vuelta la página” y le abra camino a una nueva generación.

De ser elegido, Buttigieg sería el presidente más joven en la historia del país y el primer comandante en jefe de las fuerzas armadas abiertamente gay.

Sanders sería el presidente de mayor edad. El legislador leva tres décadas en Washington, primero como representante y después como senador. Pero ha sido siempre una figura más bien independiente, que se mueve en los contornos del Partido Demócrata y que en el 2016 estremeció el panorama político al dar dura batalla a Clinton por la nominación.

Elizabeth Warren, que también propone cambios radicales y comparte muchos puntos de vista con Sanders, se posicionó en tercer lugar.