Tag

TRUMP

Browsing

Twitter puso este miércoles la etiqueta de “contenido multimedia alterado” en un video que compartió el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre su rival y aspirante a La Casa Blanca, el demócrata Joe Biden.

El video que compartió el mandatario muestra a Biden reproduciendo el tema “Fuck tha Police” de NWA.

Sin embargo, en la grabación original, Biden sí saca su teléfono pero para reproducir el tema “Despacito” de Luis Fonsi, quien lo presentó en un evento del Mes de la Herencia Hispana en Florida la tarde ayer.

Trump tuiteó con el video editado: “¿De qué se trata todo esto?”.

El republicano se ha presentado durante su campaña como un mandatario que defiende “la ley y el orden”, en respuesta a las protestas generalizadas, la mayoría de ellas pacíficas, tras la muerte de George Floyd, un hombre negro que falleció bajo custodia policial en Mineápolis.

Una portavoz de Twitter dijo que el video, que obtuvo más de 2.8 millones de visitas, fue etiquetado en base a su política de contenidos manipulados.

Las imágenes manipuladas fueron publicadas originalmente por The United Spot, cuenta que se describe como creadora de videos satíricos.

Joe Biden visitó Florida el martes en medio de una campaña por atraer el voto hispano, y arremetió contra el presidente Donald Trump por sus declaraciones de que los soldados caídos son “bobos” y “perdedores”.

“En ningún aspecto sus faltas son más flagrantes y más ofensivas, al menos para mí, que cuando se trata de denigrar a nuestros miembros del servicio, veteranos, guerreros heridos que han caído”, dijo Biden en un evento de campaña con veteranos de Tampa.

Los comentarios ofensivos del presidente hacia los miembros del servicio militar, caídos y capturados, fueron obtenidos de forma anónima y reportados por primera vez en The Atlantic. Según esos reportes, Trump llamó “perdedores” y “bobos” en 2018 a los soldados muertos en la Primera Guerra Mundial que están enterrados en un cementerio estadounidense en Francia.

Y aunque Trump ha negado haber hecho esos comentarios, muchos fueron confirmados de forma independiente por la agencia The Associated Press.

Biden ha tomado esos comentarios como una oportunidad para ganarse el voto de los veteranos y las familias de militares, que apoyaron ampliamente a Trump en las elecciones de 2016.

Con ese evento Biden inició su primer viaje a Florida como candidato presidencial demócrata. Más tarde, Biden asistió a un evento por el Mes de la Herencia Hispana en Kissimmee, cerca de Orlando, buscando el apoyo entre los latinos que podrían decidir la elección en uno de los estados más reñidos del país.

Biden afirmó que habló sobre cómo “voy a trabajar como el diablo para dar la vuelta a todos los votos latinos e hispanos”, dijo Biden el lunes.

Una victoria de Biden en Florida reduciría drásticamente el camino hacia la reelección de Trump. Pero en un estado donde las elecciones a menudo se deciden por un punto porcentual, existe una creciente preocupación de que el ex vicepresidente pueda estar perdiendo terreno, particularmente con los influyentes votantes latinos del estado.

Una encuesta de NBC-Marist publicada la semana pasada encontró que los latinos en el estado están divididos en partes iguales entre Biden y Trump.

La demócrata Hillary Clinton lideró a Trump por un margen de 59% a 36% entre los latinos en la misma encuesta en 2016, y Trump ganó Florida por casi 1 punto porcentual.

Los votantes hispanos en Florida tienden a ser un poco más republicanos que en el resto del país debido a la población cubano-estadounidense del estado.

La decisión de Biden de celebrar el Mes de la Herencia Hispana en Kissimmee refleja un enfoque en la comunidad puertorriqueña en rápido crecimiento del estado, muchos de los cuales se mudaron a Florida después de que el huracán María devastó la isla en 2017.

El candidato presidencial demócrata, Joe Biden, llamó este lunes al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, “pirómano climático” por sus políticas medioambientales, en medio de la ola de incendios que arrasa el oeste del país.

“Los incendios están quemando los suburbios en el oeste, las inundaciones acaban con los barrios suburbanos del medio oeste, los huracanes hacen peligrar la vida suburbana a lo largo de nuestra cosa. Si tenemos cuatro años más de negación (de la crisis) climática de Trump ¿Cuántos barrios de las afueras acabarán quemados?”, reclamó Biden en un discurso en Wilmington.

Biden preguntó cuántos suburbios tendrían que inundarse o desaparecer a causa de las grandes tormentas para dar a un “pirómano climático” cuatro años más en la Casa Blanca.

Biden aseguró que Estados Unidos necesita un presidente que respete la ciencia y que comprenda que la crisis climática ya está aquí. Advirtió que si no hay acciones inmediatas, el futuro será “catastrófico”.

En ese sentido recordó que Trump piensa que la crisis climática es “una falsedad”.

Por el contrario, afirmó que si es elegido como presidente en las elecciones del próximo 3 de noviembre intentará solucionar el problema del calentamiento global y esbozó una serie de medidas que pondrá en funcionamiento para crear “una nación más fuerte, más resistente al clima”.

Biden adelantó que, de ser elegido presidente, hará que el país regrese de nuevo al Acuerdo del Clima de París, del que Trump se retiró. “Haré que estemos de nuevo liderando el mundo en cambio climático”, prometió el aspirante demócrata.

Desde que llegó al poder en 2017, Trump ha dado marcha atrás a numerosas medidas contra la crisis climática, al ordenar la retirada de EUA del Acuerdo de París sobre el clima, desregular las emisiones de las centrales térmicas de carbón y relajar las exigencias de eficiencia energética de los vehículos.

Trump visita este lunes California para comprobar de primera mano la situación por los incendios, que desde agosto han ocasionado la muerte de una treintena de personas, que se han extendido en Oregón y Washington, además de decenas de miles de evacuados y varios desaparecidos.

Ahí, el mandatario sugirió que el calentamiento global se revertirá, afirmando que el clima “comenzará a enfriarse”.

Mientras conversaba con un funcionario local en una reunión informativa en California sobre los incendios forestales que azotan el oeste del país, Trump desestimó las preocupaciones sobre el cambio climático y dijo: “Comenzará a enfriarse. Solo observa”.

El funcionario en cuestión, Wade Crowfoot, director de la Agencia de Recursos Naturales de California, respondió: “Desearía que la ciencia estuviera de acuerdo con usted”.

La red social TikTok eligió a Oracle como su “proveedor de tecnología confiable” en vez de Microsoft, en un acuerdo que podría ayudar a mantener la popular aplicación de videos en funcionamiento en territorio estadounidense.

La portavoz de Oracle, Deborah Hellinger, confirmó los comentarios hechos por el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, quien le dijo a la cadena CNBC que la empresa matriz de TikTok, ByteDance, presentó su propuesta al gobierno de Estados Unidos para su aprobación.

“Recibimos una propuesta durante el fin de semana que incluye a Oracle como el socio tecnológico de confianza, mientras Oracle realiza muchas representaciones sobre temas de seguridad nacional”, dijo Mnuchin.

Mnuchin aseguró que también existe el compromiso de hacer de las operaciones globales de TikTok una empresa con sede en Estados Unidos con 20,000 nuevos puestos de trabajo.

TikTok dijo en un comunicado que su propuesta al Departamento del Tesoro debería “resolver las preocupaciones de seguridad de la administración” y enfatizó la importancia de su aplicación para los 100 millones de usuarios que afirma tener en Estados Unidos.

La administración del presidente Donald Trump amenazó con prohibir TikTok para el 20 de septiembre y ordenó al propietario ByteDance vender su negocio en Estados Unidos, alegando riesgos de seguridad nacional debido a su propiedad china.

Al gobierno estadounidense le preocupa que los datos de los usuarios terminen en manos de las autoridades chinas.

TikTok niega ser un riesgo para la seguridad nacional y está demandando para evitar que la administración vete el app en el país.

No hay mucha claridad sobre el acuerdo propuesto con Oracle, que deliberadamente no lo califica de venta o adquisición. Si el acuerdo es aprobado por el gobierno estadounidense, TikTok podría seguir operando.

Microsoft dijo en un comunicado ayer por la tarde, que ByteDance “nos hizo saber hoy que no venderían las operaciones de TikTok en Estados Unidos a Microsoft”.

El presidente Donald Trump pidió este viernes “unidad” en la ceremonia en memoria de los casi 3,000 fallecidos en los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.

Desde Shanksville (Pensilvania), donde se estrelló el vuelo 93 de United con 40 pasajeros y cuatro terroristas, Trump abogó por la unidad, un llamado poco habitual en él a lo largo de todo su gobierno.

“Nos comprometemos a estar como una sola nación americana, a defender nuestras libertades, defender nuestros valores y amar a nuestro vecino; a celebrar nuestro país y cuidar a nuestras comunidades; a honrar a nuestros héroes y no olvidar jamás”, sostuvo el mandatario.

El presidente, que mantuvo un tono solemne, también quiso recordar las 7,000 vidas de “héroes militares” que se perdieron en la guerra contra terrorismo que el presidente George W. Bush (2001-2009) inició tras los ataques y que heredaron Barack Obama (2009-2017) y ahora Trump.

El presidente estadounidense dijo que los pasajeros del vuelo 93 actuaron como unos “patriotas gigantes” al decidir “enfrentar el mal puro” y salvar Washington D.C., supuesto destino de los secuestradores, que querían estrellar la aeronave contra el Capitolio.

Poco después de las 10 de la mañana del 11 de septiembre de 2001, el vuelo 93 de United se estrelló sobre un páramo en el suroeste de Pensilvania, tras una revuelta de algunos de sus pasajeros, que lograron llegar a la cabina y forcejear con los secuestradores hasta que la aeronave perdió el control.

Trump rindió honores a los muertos en Pensilvania en el monumento que se levantó en el lugar del accidente y tuvo palabras también para las más de 2,600 personas que fallecieron en Nueva York en los ataques a las dos Torres Gemelas, así como a los más de 180 que fallecieron en el ataque al Pentágono.

El mandatario aprovechó su discurso para destacar su trabajo contra el terrorismo, con la muerte del líder del grupo Estado Islámico (EI), Abu Bakr al Bagdadi, y la del jefe de los Guardianes de la Revolución iraní, el general Qasem Soleimani, el oficial militar más influyente de la República Islámica y al que Trump llamó el “carnicero iraní”.

El vicepresidente Mike Pence acudió hoy a dos ceremonias de recuerdo a las víctimas en el lugar en World Trade Center de Nueva York, donde un monumento recuerda el vacío dejado por las Torres Gemelas.

Pence coincidió con el candidato demócrata a la Presidencia, Joe Biden, a quien saludó y que esta tarde se dirigirá también a Shanksville a rendir honores.

La pandemia de la COVID-19 ha desdibujado las conmemoraciones a los fallecidos y en muchos casos sólo los familiares han podido acceder a las ceremonias.

El presidente Donald Trump ha vuelto a intentar sembrar dudas sobre la legitimidad del sistema de voto por correo para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre al asegurar que se han enviado “80 millones de papeletas” que “ni siquiera” habían sido solicitadas por los electores.

“Enviar 80 millones de papeletas a personas que ni siquiera han pedido el voto es injusto y un fraude total en desarrollo. ¡Miren lo  que está pasando ahora mismo”, dijo el mandatario estadounidense, en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter.

Trump ha arremetido en varias ocasiones contra el sistema de voto por correo en Estados Unidos, una opción que será previsiblemente utilizada por millones de electores teniendo en cuenta que el país sigue siendo el más afectado por la pandemia y así se evitan acudir al colegio electoral y exponerse a contagios.

En las últimas semanas, el mandatario estadounidense ha llegado a llamar a sus seguidores que opten por el voto por correo a que acudan también a sus centros electoral para depositar sus papeletas como una forma de asegurarse de que su voto cuenta.

En Estados Unidos el voto doble es una práctica que está prohibida y que está contemplada como delito por la legislación electoral federal.

Trump también ha criticado este jueves al periodista Bob Woodward por haber publicado ahora fragmentos de las entrevistas que le realizó hace meses y en las que el mandatario reconoció que ha restado importancia a la pandemia de coronavirus.

“Bob Woodward tenía mis declaraciones desde hace muchos meses. Si pensó que eran tan malas y peligrosas, ¿por qué no lo contó de inmediato en un esfuerzo por salvar vidas? ¿No tenía la obligación de hacerlo? No, porque sabía que eran respuestas buenas y adecuadas. ¡Tranquilo, sin panico!”, ha asegurado.

Y es que ayer, el diario The Washington Post adelantó algunos puntos clave del libro de Bob Woodward, quien pose grabaciones de algunas de las conversaciones que mantuvo este año con el mandatario.

En ellas Trump admite que minimizó la gravedad de la pandemia de COVID-19 en sus discursos públicos de febrero y marzo a pesar de que sabía que la enfermedad era especialmente “mortal”, y subrayó que lo hizo para contener el “pánico” y evitar la “histeria” en los mercados.

“Siempre he querido restarle importancia, todavía me gusta restarle importancia, porque no quiero crear pánico”, dijo Trump el 19 de marzo a Woodward, según relata el periodista en su libro “Rage”, que saldrá a la venta el próximo martes.

En “Rage”, el periodista Bob Woodward, también revela 25 cartas entre el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, y su homólogo estadounidense. En los textos, Kim utiliza palabras exageradas para halagar a Trump mientras forjaban una amistad inusual.

Dirigiéndose a Trump como “Su Excelencia”, las cartas de Kim están plagadas de un lenguaje adulador y comentarios personales, de acuerdo con transcripciones del libro publicadas por CNN.

El presidente Donald Trump admitió este miércoles que minimizó la gravedad de la pandemia de COVID-19 en sus discursos públicos de febrero y marzo pasado, a pesar de que sabía que la enfermedad era especialmente “mortal”.

Indicó que lo hizo para contener el “pánico” y evitar la “histeria” en los mercados.

La publicación de grabaciones de algunas de las conversaciones que Trump mantuvo este año con el periodista Bob Woodward obligó al mandatario a reconocer esa decisión y ahondó la polémica sobre la gestión de la pandemia en Estados Unidos, un tema central en la campaña para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

“Siempre he querido restarle importancia, todavía me gusta restarle importancia, porque no creo crear pánico”, dijo Trump el 19 de marzo a Woodward, según relata el periodista en su libro “Rage”, que saldrá a la venta el próximo martes y del que el diario “The Washington Post” adelantó algunos puntos clave este miércoles.

En declaraciones a la prensa en La Casa Blanca después de que se hicieran públicas esas grabaciones, Trump respondió afirmativamente a la pregunta de si engañó deliberadamente a los estadounidenses sobre el peligro que suponía la pandemia.

“Con el objetivo de reducir el pánico, quizá fue así”, confesó el mandatario, al subrayar que no quería “provocar que los precios subieran a un nivel prohibitivo”.

“Soy un animador de este país. Amo a nuestro país. No quiero que la gente esté asustada. No quiero crear pánico”, añadió el mandatario.

La admisión de Trump llegó el mismo día en el que Estados Unidos cruzó el umbral de 190,000 muertos por el COVID-19, y en un momento en el que el mandatario empezaba a superar el impacto que tuvo en las encuestas electorales su gestión de la pandemia.

En tanto, el candidato presidencial demócrata, el exvicepresidente Joe Biden, no tardó en reaccionar a las grabaciones de Woodward, y acusó a Trump de haber “mentido al pueblo estadounidense” al “restar importancia” a la enfermedad.

El exvicepresidente acusó que Trump sabía lo peligroso que era, y evitó hacer su trabajo a propósito, y eso “costó vidas”.

La portavoz de La Casa Blanca, Kayleigh McEnany, dijo en una rueda de prensa que la intención del presidente era simplemente “expresar calma” ante la llegada de la enfermedad, porque Estados Unidos no podía permitirse “aglomeraciones masivas en las tiendas de alimentación” o un “colapso” en los mercados.

Biden también aseguró que las acciones de Trump hicieron que la economía “cayera en picada”, con decenas de millones de despidos en marzo y abril y con menos de la mitad de esos empleos recuperados.

“Esta es una recesión creada por la negligencia de Donald Trump, y él no es apto para este trabajo como consecuencia de ello”, sostuvo Biden.

Un legislador noruego de ultraderecha anunció este miércoles que postuló al presidente Donald Trump para el premio Nobel de la Paz 2021, por sus gestiones en Medio Oriente.

Christian Tybring-Gjedde, legislador por el Partido Progreso, dijo que se debe reconocer a Trump por su trabajo “en pro” de un acuerdo de paz entre Emiratos Árabes Unidos e Israel que abre el camino posiblemente hacia la paz en Medio Oriente.

“No importa cómo actúa en su país y lo que dice en las conferencias de prensa, Trump decididamente tiene una posibilidad de obtener el Premio Nobel de la Paz”, dijo Tybring-Gjedde. “Donald Trump cumple con los criterios” para el premio, añadió.

Tybring-Gjedde y otro legislador noruego postularon a Trump para el premio en 2018 debido a sus esfuerzos para reconciliar las dos Coreas.

Cualquier legislador nacional puede postular un candidato al Premio Nobel de la Paz.

El estudio de los candidatos y la elección del ganador se realiza en Noruega, a diferencia de los otros premios Nobel, otorgados en Suecia.

Las postulaciones deben llegar al Comité Nobel noruego antes del 1 de febrero.

El comité noruego no hace declaraciones públicas sobre los postulados. Bajo sus normas, la información debe permanecer secreta durante 50 años.

“Cabe esperar que el Comité Nobel pueda tener en cuenta lo realizado por Trump internacionalmente y que no tropiece contra los prejuicios arraigados contra el presidente de Estados Unidos”, dijo Tybring-Gjedde en un mensaje por Facebook.

El presidente Donald Trump acusó este lunes a sus rivales en las elecciones de noviembre, el exvicepresidente Joe Biden y su compañera de fórmula, Kamala Harris, de socavar la confianza de la ciudadanía en la futura vacuna de la COVID-19 por motivos políticos.

Sin embargo, es exactamente lo mismo de lo que le acusa Biden, quien ha advertido recientemente que Trump está “jugando a la política” y presionando para tener una vacuna disponible antes de las elecciones del 3 de noviembre, lo que puede “minar la confianza pública” en la eficacia del medicamento.

Durante una rueda de prensa en La Casa Blanca, Trump insistió en que la vacuna estará disponible en un “tiempo récord”, y arremetió contra Harris por haber asegurado que no “confiaría” en las promesas del mandatario sobre la seguridad de una vacuna si no van acompañadas de garantías de científicos.

“Biden y su compañera de fórmula (Harris) tan progresista, que no es competente en mi opinión, deberían disculparse inmediatamente por la retórica irresponsable antivacunas que están adoptando ahora. Eso socava la ciencia (…) y es una retórica política, es muy peligrosa”, subrayó el mandatario.

Trump llegó incluso a insultar al candidato presidencial demócrata, al afirmar: “Biden es una persona estúpida, ustedes lo saben”.

El presidente reaccionaba así a unas declaraciones de Harris durante una entrevista emitida este sábado por la cadena CNN, en la que la aspirante demócrata a la Vicepresidencia aseguraba que no se basaría solo en “la palabra” de Trump para confiar en una vacuna contra el coronavirus si La Casa Blanca la anuncia pronto.

“No confiaría en Donald Trump. Tendría que ser una fuente de información creíble que hable sobre la eficacia y la fiabilidad de lo que sea que él esté hablando”, aseguró la senadora demócrata.

Harris explicó que teme que Trump “amordace, suprima o deje de lado” a los expertos en salud pública porque se enfrenta a unas elecciones en menos de 60 días, y está tratando de agarrarse de lo que sea para fingir que ha liderado en el tema, cuando no es así.

Biden, de visita en Pensilvania, respondió a la pregunta de los periodistas de si se aplicaría una vacuna de contra el COVID-19 en caso de que Trump la presentara una antes de las elecciones.

“Solo si (el proceso) fuera completamente transparente, solo si supiéramos todo (el proceso) que ha debido atravesar la vacuna” hasta su aprobación, respondió el exvicepresidente.

No obstante, Biden aseguró que, después de “ver lo que dicen los científicos” sobre esa vacuna, le daría la bienvenida incluso si su llegada le da un impulso a la campaña de Trump.

“Si pudiera ponerme mañana la vacuna, lo haría. Incluso si me costara las elecciones, lo haría. Necesitamos una vacuna y la necesitamos ya”, enfatizó el candidato demócrata.

Algunos expertos en salud pública han expresado preocupación por la posibilidad de que La Casa Blanca esté presionando para saltarse etapas en el proceso de aprobación de la vacuna y anunciarla antes de los comicios de noviembre, y potenciar las opciones de reelección de Trump.

El presidente Donald Trump intentó matizar esta mañana las polémicas declaraciones en las que había pedido a los vecinos de Carolina del Norte que pusieran a prueba la seguridad del sistema electoral y votaran dos veces en las elecciones de noviembre, una por correo y otra en persona.

Esas declaraciones forman parte de la ofensiva de Trump contra el voto por correo, que muchos estados están ampliando debido a la pandemia y que el mandatario considera que puede favorecer el fraude, a pesar de que numerosos estudios demuestran que eso es extremadamente improbable.

Hoy Trump aseguró en Twitter que, en realidad, sus declaraciones de este miércoles buscaban instar a los votantes a verificar que su voto ha sido contado.

“PARA ASEGURARTE DE QUE TU VOTO CUENTA, FIRMA Y ENVÍA tu papeleta TAN PRONTO como sea posible. El día de las elecciones o en las votaciones por anticipado ve a tu centro electoral para ver si tu voto ha sido contado o no. Si ha sido contado no podrás votar y entonces el sistema de voto por correo habrá funcionado correctamente”, dijo Trump.

Explicó que si el voto no había sido contabilizado, “VOTA (que es el derecho de cualquier ciudadano)”.

Y es que en sus declaraciones de ayer, el mandatario no hizo ninguna mención de verificar los votos, y específicamente pidió a los residentes de Carolina del Norte que votaran dos veces, algo que constituiría un delito grave bajo las leyes de ese estado y supondría fraude electoral.

En concreto, en declaraciones a la prensa durante una visita a Wilmington, Carolina del Norte, Trump dijo: “Déjenles que lo manden (el voto por correo) y déjenles que voten, y si su sistema es tan bueno como dicen que es, entonces obviamente no podrán votar. Si no está tabulado, sí podrán votar”.

El mandatario también repitió esa idea directamente a algunos de sus simpatizantes que le esperaban cuando aterrizó en esa ciudad, al decirles: “Envíen (su voto por correo) temprano y después vayan y voten (en persona). No pueden dejarles que les quiten su voto, esta gente está jugando a política sucia”.

Hoy, el director de la junta electoral estatal de Carolina del Norte, Brinson Bell, explicó que hay numerosas medidas se seguridad para evitar que una persona vote dos veces y, por ejemplo, los trabajadores en las urnas tienen acceso a registros que muestran si ese ciudadano ya ha ejercido su derecho por correo.

“Votar dos veces en unas elecciones o solicitar a alguien que lo haga es una violación de la ley de Carolina del Norte”, advirtió Bell.

Carolina del Norte es uno de los estados donde las encuestas muestran una contienda más ajustada entre Trump y su rival en las elecciones de noviembre, el demócrata Joe Biden, que saca al presidente una ventaja de apenas 1.6 puntos porcentuales en ese territorio, dentro del margen de error, según la media de la web FiveThirtyEight.

Las convenciones de los partidos Demócrata y Republicano suelen definir un antes y un después en las preferencias electorales en Estados Unidos.

El candidato demócrata, Joe Biden, sigue aventajando al presidente Donald Trump aunque el margen de ventaja se acortó a siete puntos porcentuales,según una encuesta que publica este miércoles el diario USA Today.

La encuesta, realizada por la Universidad Suffolk para el diario, daba a Biden una ventaja de 12 puntos en junio, y ahora le asigna el respaldo del 50% de los votantes, comparado con el 43% del presidente.

La encuesta realizada entre 1,000 votantes registrados entre el 28 y el 31 de agosto, encontró que el 28% de los partidarios del exvicepresidente Biden, y el 19 % de los simpatizantes de Trump no están preparados para aceptar la victoria del rival.

Entre los que dicen que apoyarán a Biden, el 49% indicó que votará por este candidato, aunque el 33% señaló que su decisión responde más al deseo de votar contra Trump porque ven “peligros graves” en un hipotético segundo mandato del republicano.

Un promedio de otras encuestas que realiza la plataforma Fivethirtyeigh.com encuentra que el índice de rechazo a la presidencia de Trump ha disminuido del 56.4% a fin de julio a un 52.5% después de la Convención Nacional del Partido Republicano.

Asimismo, el índice de aprobación ha subido en el mismo período del 40.5% al 43.5%, esto es apenas el índice más alto de popularidad que Trump ha logrado en tres años y medio de gobierno.

Para RealClearPolitics, otra plataforma que elabora su promedio de varias encuestas, Biden cuenta ahora con la simpatía del 48.9% de los posibles votantes y Trump tiene el apoyo del 42.5%.

Para esta organización, y cuando faltan 61 días para la elección, el índice de aprobación de la gestión de Trump se encuentra en el 45% y el de desaprobación en el 53%.

Recordemos que en Estados Unidos los ciudadanos no eligen directamente al presidente, sino a los 538 delegados del Colegio Electoral distribuidos de acuerdo con la población de cada Estado, y se necesitan 270 “electores” para ganar la elección.

La plataforma 270towin.com, sobre la base de las encuestas de opinión en los estados, indica que si las elecciones fuesen ahora, el candidato demócrata contaría con 278 electores, y Trump con 169, mientras hay 91 delegados cuya adjudicación no está decidida.

Arturo Sarukhán

EL UNIVERSAL

 

 

Han concluido las dos convenciones nacionales partidistas en Estados Unidos y estamos ya en la antesala del arranque de la campaña general y las diez semanas críticas que definirán el futuro de la democracia estadounidense, pero también el de la vitalidad democrática en otras naciones.

Políticamente, tanto Demócratas como Republicanos parecen haber obtenido lo que necesitaban de sus respectivas convenciones. Hace diez días los Demócratas y Joe Biden hilaron una narrativa eficaz y demoledora de lo que ocurrirá si Donald Trump se reelige, convirtiendo su convención en un referéndum sobre el presidente. Los favorables del ex vicepresidente incluso subieron cinco puntos porcentuales como resultado, mientras que los de Trump no se han movido. Por ello, el objetivo del GOP la semana pasada era apremiante y simple: que el mayor número de votantes posibles olvidasen que más de 180,000 estadounidenses han fallecido a causa de una pandemia bajo la gestión -o ausencia de ella- de este presidente (cada tres días están muriendo el mismo número de estadunidenses que perecieron en los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001) y que el país encara una dislocación económica y social inédita. En un intento por recuperar votantes suburbanos y mantener incólume su voto duro con votantes blancos en zonas rurales, querían proyectar imágenes de ciudades gobernadas por Demócratas como convulsas y caóticas; las manifestaciones y disturbios en respuesta al tiroteo a otro afroamericano en Kenosha, Wisconsin (estado en el cual Biden tiene la ventaja más estrecha sobre Trump de los 5 o 6 estados bisagra clave en juego para la elección de este año) les cayeron como anillo al dedo para enmarcar esa narrativa. Trump, el pirómano en jefe, necesitaba subrayar que los Demócratas son un peligro para este segmento del electorado y para el bienestar y la seguridad del país: ahondar el factor miedo de la fórmula Biden-Harris, principalmente usando los disturbios y protestas por la brutalidad policiaca como botones rojos; las “ciudades santuario” como focos de criminalidad; argumentar que Biden dejaría entrar a los “yihadistas”, derribaría el muro y soltaría a los criminales, eliminando los presupuestos para departamentos de policía en el país; ciudades vs suburbios y zonas rurales como la falla tectónica a explotar.

El GOP esencialmente celebró y destacó una país pre-COVID, y por ende la plétora de mentiras o medias verdades para proyectar esa imagen hicieron de sus discursos un festín para los verificadores de datos de los medios. La convención también buscó, con su deleznable alcahueteo de una ceremonia de naturalización de inmigrantes y un desfile de más diversidad étnica a lo largo de cuatro días de discursos que la que contiene su gabinete entero, que Trump sea más potable para votantes indecisos en los suburbios que podrían sentirse repugnados por su retórica pero a quienes les gustan algunas de sus políticas. Es decir, que se tapen la nariz y se sientan con menos remordimiento pensando que al final del día están votando por alguien que quizá no sea tan racista o misógino como sugiere el tufo que despide el mandatario.

Y sí, es realmente alarmante que el presidente haya utilizado de manera facciosa y bananera monumentos y sitios emblemáticos del país (Fort McHenry, el Monumento a Washington y la Casa Blanca) con fines político-electorales y partidistas en un quiebre con la tradición, las normas políticas y el marco legal y con integrantes del gabinete ya sea fungiendo como oradores o presentes en el discurso de aceptación del presidente, en flagrante violación del Acta Hatch que prohíbe a funcionarios participar en actos proselitistas. El discurso de aceptación de Trump en los jardines de la Casa Blanca fue la demolición final de los límites que habían existido en EE.UU entre el Ejecutivo y una campaña política. Y, ¿plataforma? ¿Cuál plataforma? El partido de Lincoln por primera vez no tiene una propuesta de política pública para la campaña: la plataforma es Trump y lo que diga Trump. El GOP lamentablemente enfrenta hoy el mismo dilema que el Dr. Frankenstein: qué hacer con su monstruo.

Con el paso del verano, se ha ido volviendo más viable que Biden pueda vencer al presidente Trump en las urnas. Con un mandatario que parece estar crecientemente fuera de sintonía con el estado de ánimo nacional -desde su manejo de la pandemia hasta sus respuestas y posturas ante el racismo y la brutalidad policiaca contra ciudadanos afroamericanos- sin mencionar una amplia gama de otros temas incluyendo la erosión de la investidura presidencial y su petulancia e injurias que solo van en aumento, Biden arrancará la campaña general con moméntum y tracción electoral. Y si bien las encuestas nacionales a fines de agosto son un baremo aún incompleto, éstas no favorecen a Trump, e incluso en los cinco o seis estados decisivos, los llamados estados bisagra (en esta elección presidencial particular, Wisconsin, Pennsylvania, Michigan, Florida, Arizona y potencialmente Carolina del Norte) para el Colegio Electoral, Trump ha perdido terreno -tanto en términos de números en las encuestas como del perfil socio-demográfico de la coalición de votantes que requiere obligadamente para ganar- que no le será fácil recuperar.

Pero lo que parece probable en este momento no elimina la posibilidad de que Trump pudiese dar de nuevo, el día de la elección, el campanazo y quedarse con la presidencia por un segundo periodo, ni que el pasado -lo que ocurrió en los comicios de 2016- pueda ser prólogo. Tampoco ha sido tan infrecuente, históricamente, que las encuestas en Estados Unidos cambien radicalmente entre fines de agosto y el día de las elecciones. Y éstas se cerrarán más de lo que ya están. En ese contexto, es probable que el presidente tenga una ventaja con una elección competitiva debido a que el Colegio Electoral favorece estructuralmente a los Republicanos y que el rompecabezas de votos electorales tiende a beneficiarlos (particularmente por el número de estados agrícolas). Ello significa que Biden bien podría necesitar colocarse por lo menos cuatro puntos por delante en los resultados nacionales para estar seguro de la victoria en el Colegio Electoral.

En muchos sentidos, Trump y Biden están librando la campaña de 2020 como si fuera 1968, cuando las calles se convirtieron en campos de batalla, la nación se convulsionó social, política y culturalmente y Richard Nixon hizo un llamado a “la ley y el orden”, basado en el miedo de una “mayoría silenciosa”. Ambas campañas presidenciales están usando lo que ocurre hoy en las calles estadounidenses para validar su teoría de lo que la mayoría de los estadounidenses cree y quiere. Pero ninguna puede controlar los eventos que han alimentado una potencial primavera estadounidense, repleta de disturbios y descontento social en Estados Unidos, por lo que están tratando de controlar la narrativa. Así arrancará la campaña general con todo a partir del día del Trabajo (que este año cae el lunes venidero), y será en ese momento en el que habrá que seguir, ahora sí de cerca y de manera más granular, las encuestas (particularmente las que son a nivel estatal) para ver cómo se decanta ese 13 por ciento determinante del electorado que a estas alturas parece no haber tomado aún una decisión sobre cómo votará el 3 de noviembre.

En una semana dieron dos discursos dos presidentes muy similares. Donald Trump, en el que fue su aceptación de la candidatura del partido republicano para su reelección y Andrés Manuel López Obrador en su 2º Informe.

Los discursos fueron para cumplir con formas y tradiciones de ambos países pero realmente fueron reiteraciones más que un agradecimiento, en el caso de Trump, o un informe, en el caso de López Obrador.

Ambos destacaron por hablar sobre una verdad alternativa.

En el caso de Trump, su discurso se enfocó en decir que él es el presidente de la ley y el orden, aun cuando al estar en La Casa Blanca usando un edificio de gobierno para un evento de campaña, rompió la ley y no acató el orden.

Dijo que su gobierno ha sabido lidiar perfectamente bien con la pandemia, utilizando la ciencia y escuchando las recomendaciones de los científicos…ante mil 500 personas reunidas, la mayoría sin cubrebocas, contraviniendo las dos premisas básicas para evitar la propagación del coronavirus.

En el informe de Andrés Manuel López Obrador escuchamos las mismas contradicciones. Un presidente que dice en la misma oración que promoverá una consulta para enjuiciar a los ex presidentes de México y presume la fortaleza e independencia del Fiscal General.

Tanto Trump como AMLO son dos Jefes de Estado que han dicho que ellos solos pueden resolverlo todo; quieren todo el poder y se molestan con los contrapesos. Cuando algo sale mal, la culpa es de alguien más.

Trump dice que la violencia en su país es culpa de los ultra liberales demócratas y que Biden es su títere. AMLO dice que es culpa de los gobiernos anteriores; los neoliberales que le antecedieron.

Trump culpa por las muertes del COVID a los gobernadores demócratas por haber actuado tarde, aun cuando fue él quien declaró que el virus desaparecería por arte de magia y se negó a utilizar mascarilla hasta el mes de julio.

AMLO culpa a los empresarios que producen comida chatarra de los muertos del COVID en México y sigue negándose a utilizar la mascarilla. En cuanto a la vacuna, hace caravana con sombrero ajeno al presumir el acuerdo entre la Fundación Carlos Slim con Aztra Zeneca y la Universidad de Oxford como una iniciativa personal.

También se cuelga la medalla de las remesas sin reconocer que su crecimiento se debe a que en EUA el gobierno ha dado un cheque a cada ciudadano y por eso los paisanos tiene como ayudar a sus familiares en México.

Trump presume que ha cumplido sus promesas de campaña. Menciona el muro en la frontera con México. Lo que Trump no dice es que lo poco que se ha hecho, solo 24 kilómetros de los 300 que tienen algún tipo de barrera, ha sido pagado por el gobierno estadounidense, no el mexicano.

AMLO presume que ha cumplido 95 de sus 100 compromisos. Una revisión de éstos deja ver que esto no es cierto. No hay medicinas (compromiso #13); hay desabasto. Se olvida mencionar que el Banco del Bienestar sigue sin sucursales (compromiso #30); El compromiso 55 dice que habrá auténtico Estado de Derecho y el 56 que se acabará con la impunidad. Ahí está Rosario Robles en prisión; su hermano Pío López Obrador no está siendo investigado y Ovidio Guzmán fue liberado.

Lejos de impulsar fuentes renovables de energía (compromiso #73) éstas se han inhibido. Lejos de prohibir proyectos que afecten el medio ambiente (compromiso #76) su gobierno construye la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya que lo devastan.

Aunque AMLO habla español y Trump inglés, ambos recurren al idioma universal del populista.

 

Columna completa en EL UNIVERSAL

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insultó este martes al alcalde de Kenosha, el demócrata John Antaramian, horas antes de arrobar a dicha localidad del estado de Wisconsin,

Kenosha ha sido escenario de protestas y disturbios raciales después de que un hombre negro resultara herido por disparos de la policía.

El mandatario empleó adjetivos como “tonto” y “estúpido” para referirse a Antaramian, quien al igual que el gobernador de Wisconsin, Tony Evers, le ha pedido que no viaje a Kenosha para no incrementar las tensiones en la zona.

“Vamos a saludar a las fuerzas del orden y a la Guardia Nacional (en Kenosha). Todo se detuvo de inmediato con la llegada de la Guardia Nacional, es tan fácil de parar. Anoche estos anarquistas radicales intentaron irrumpir en la casa del alcalde y muchas cosas malas le están pasando a este pobre tonto, alcalde muy estúpido”, dijo Trump en declaraciones a la prensa en la base de Saint Andrews, en Maryland, antes de partir.

“No sé cómo es alcalde, no tengo ni idea, pero todo lo que tiene que hacer es llamar y en diez minutos el problema estará resuelto”, agregó el mandatario.

Sin embargo sus ataques no quedaron ahí. Trump insistió que el alcalde tiene “números tremendos” de gente acosándole de manera horrible, incluso intentando irrumpir en su casa. Pese a ello, dijo el republicano, “él no cambia, porque es un tonto. Solo un tonto insistiría de esa manera”.

Para Trump, los manifestantes son “alborotadores”, “agitadores”, “anarquistas”, “saqueadores” y “gente mala”.

Cuestionado sobre si tiene previsto entrevistarse en Kenosha con la familia de Jacob Blake, el hombre negro que recibió el pasado 23 de agosto siete disparos en la espalda por parte de un policía blanco, el presidente indicó que no sabía.

“Todavía no sé, veremos, estamos determinándolo, todavía no sé”, subrayó.

Después de que Blake resultara herido se desencadenaron protestas y disturbios raciales en Kenosha, que dejó un saldo de dos muertos.

Ayer, Trump defendió en una rueda de prensa en La Casa Blanca a Kyle Rittenhouse, un adolescente blanco de 17 años acusado de homicidio por supuestamente matar a dos manifestantes en Kenosha la semana pasada con un fusil de asalto y herir a un tercero.

“Ustedes vieron el mismo video que yo. Él estaba tratando de escaparse de ellos (los manifestantes), supongo, y se cayó y le atacaron muy violentamente, y es algo que estamos examinando, que está bajo investigación”, respondió Trump a la pregunta de por qué no condena lo que hizo Rittenhouse.

“Creo que él estaba en muchos aprietos y que probablemente le habrían matado”, añadió el mandatario.

El momento al que se refería Trump, en el que Rittenhouse cae al suelo, se produjo después de que el joven hubiera matado a uno de los manifestantes, Joseph Rosenbaum, según muestra un vídeo del incidente y corroboran los documentos judiciales.

Donald Trump mantiene sus ataques contra los demócratas acerca de incitar a la violencia en Estados Unidos, tras nuevos enfrentamientos durante manifestaciones antirracistas y la muerte de un hombre en Portland.

La seguridad se ha convertido en un tema central de la campaña para las elecciones presidencial del próximo 3 de noviembre.

Trump se ha presentado como una garante de la “ley y orden” mientras que Biden lo acusa de provocar tensiones.

El presidente estadounidense “está alentando la violencia de forma irresponsable”, dijo el exvicepresidente de Barack Obama en un comunicado el domingo. “Quizá él crea que tuitear sobre la ley y el orden lo hace fuerte, pero su incapacidad para llamar a sus seguidores para que dejen de buscar conflictos muestra justo cuán débil es”.

El equipo de campaña del aspirante demócrata confirmó que Biden pronunciará un discurso este lunes para responder a lo que él presenta como una pregunta a los electores: “¿Está usted seguro en los Estados Unidos de Donald Trump?”.

La muerte a tiros de un hombre y los choques entre seguidores y opositores al presidente en Portland, Oregon, ocurren tras una semana de protestas en todo el país, que incluyeron una histórica paralización en el deporte ante la indignación que generó un nuevo caso de violencia policial contra un hombre negro.

Jacob Blake, un afroestadounidense de 29 años, recibió varios tiros a por la espalda hace una semana en Kenosha, Wisconsin, por parte de un policía que intentaba arrestarlo. Aunque sobrevivió, probablemente quede paralítico.

Trump reaccionó enviando docenas de tuits y retuits el domingo que criticaban la actuación del alcalde demócrata de Portland, Ted Wheeler, y su negativa de llamar a la Guardia Nacional y, a nivel más general, denunciando la blandeza, según él, de las ciudades gobernadas por demócratas frente a la violencia.

La Guardia Nacional “podría resolver estos problemas en menos de una hora”, dijo.

“Wheeler es incompetente, así como el dormilón Joe Biden”, dijo Trump. “Esto no es lo que quiere nuestro gran país. Quieren seguridad y no que la policía sea desfinanciada”.

En Portland, siguen rechazando todo tipo de ayuda del gobierno para detener los actos de violencia que tienen lugar desde hace casi 90 días, señaló el secretario interino de Segureidad Interior, Chad Wolf, a la cadena ABC.

Trump viajará el martes a Kenosha, donde un joven de 17 años es acusado de matar a tiros a dos hombres durante las protestas y disturbios que siguieron a los disparos contra Jacob Blake.

El sábado, una persona murió baleada en Portland en circunstancias confusas durante enfrentamientos entre manifestantes antirracistas y seguidores de Trump.

Portland ha sido durante meses epicentro de las protestas del movimiento Black Lives Matter contra la violencia policial desde la muerte en mayo en Minnesota de George Floyd, un hombre negro asfixiado por un policía blanco.

Varios centenares de vehículos conducidos por simpatizantes del presidente, con banderas estadounidenses y pro-Trump, desfilaron el sábado en Portland, donde se encontraban manifestantes de Black Lives Matter, dando lugar a intercambio de insultos y altercados.

El alcalde demócrata de Portland acusó a Trump el domingo de arremeter contra los gobiernos demócratas locales, luego de haber acumulado durante cuatro años críticas por sus ataques contra periodistas e inmigrantes.

“¿Se pregunta, seriamente, señor presidente, por qué es la primera vez en décadas que Estados Unidos vive este nivel de violencia?”, cuestionó Wheeler durante una rueda de prensa. “Es usted que ha creado el odio y la división”.

En una carta abierta a Trump, Wheeler había denunciado la “política de división y demagogia” del presidente.

El presidente Donald Trump aceptó la noche de ayer la nominación del Partido Republicano para buscar la reelección en un discurso desde el Jardín de La Casa Blanca.

“Compatriotas estadounidenses, esta noche, con un corazón lleno de gratitud y optimismo ilimitado, acepto con orgullo la nominación para presidente de Estados Unidos”, dijo Trump al concluir la Convención Nacional Republicana de 2020.

En su mensaje, el argumento central al que recurrió el presidente fue el miedo.

Trump se apartó de la tradición mostrada por sus predecesores al pintar un retrato sombrío de la violencia en las ciudades gobernadas por demócratas y pobladas por votantes que se le oponen.  El republicano se presentó como la última esperanza para impedir que la anarquía se apodere de las calles del país.

“Sus votos decidirán si protegemos a los estadounidenses respetuosos de la ley o si damos rienda suelta a anarquistas violentos, agitadores y criminales que amenazan a nuestros ciudadanos”, dijo Trump. Añadió que el “American way of life” es lo que está en juego.

El miedo es un arma utilizada por los políticos desde hace mucho porque en parte es eficaz. Richard Nixon, quien basó su campaña para la presidencia en 1968 con el mensaje de restaurar “la ley y el orden”, dijo una vez: “La gente reacciona al miedo, no al amor. No es lo que te enseñan los domingos en la iglesia, pero es verdad”.

Trump aplicó ese criterio en la campaña de 2016: recorrió el país advirtiendo que una ola de inmigrantes se quedaría con todos los empleos, violarían y asesinarían a los ciudadanos y cambiarían la trama de la sociedad estadounidense. En su discurso al aceptar la candidatura republicana, trazó un cuadro sombrío de la situación y prometió que “la delincuencia y la violencia pronto llegarán a su fin”.

El mandatario destacó un proyecto de ley de reforma de la justicia penal presentado por su gobierno y los aranceles sobre las importaciones chinas para mejorar la competitividad de los trabajadores estadounidenses. Presentó sus logros en términos históricos, aunque en cierta medida incorrectos y proclamó que había cumplido sus promesas al pueblo.

En su discurso, Trump no mencionó por su nombre a Jacob Blake ni a otros afroestadounidenses muertos por la policía. En cambio, aprovechó algunas imágenes de las protestas para pintar un panorama de ciudades presas de la violencia.

Abordó el tema de las protestas, pero con un enfoque a condenar la “débil” respuesta de los demócratas a lo que describió como una “turba”, sin diferenciar entre las manifestaciones mayoritariamente pacíficas y los contados episodios de saqueos.

También sostuvo que Biden quiere restar fondos a los departamentos de policía y está dispuesto a permitir que reine la violencia en el país.  Según Trump, “nadie estará a salvo en el Estados Unidos de Biden”.

Trump, pidió un segundo mandato para “salvar” a Estados Unidos de un Partido Demócrata que describió como un “movimiento radical” y “socialista” cuyo candidato (Joe Biden), “destruiría” el sueño americano.

“Estas elecciones decidirán si salvamos el sueño americano o si permitimos que una agenda socialista acabe con nuestro querido destino (…). Si le dan la oportunidad, Joe Biden será el destructor de la grandeza estadounidense”, añadió.

Los ataques a los demócratas ocuparon la mayor parte del largo discurso de Trump, de una hora y diez minutos, con apenas algunas breves menciones al final a lo que haría en un segundo mandato, y una larga defensa de su gestión de la crisis del COVID-19, incluida la promesa de que Estados Unidos tendrá una vacuna antes de fin de año.

“Aplastaremos a este virus”, sentenció el presidente. “El plan de Biden no es una solución al virus, sino una rendición”, insistió Trump al asegurar que su rival “cerraría” el país y eso llevaría a un aumento en las “sobredosis, depresión, alcoholismo, suicidios, infartos y devastación económica”.

En el plano migratorio, Trump defendió que “las fronteras de Estados Unidos hoy son más seguras que nunca”, y añadió sobre su promesa estrella de campaña, que ha cumplido parcialmente: “El muro (en la frontera con México) pronto estará completo, y está funcionando de una forma que supera todas nuestras expectativas”.

Si es reelegido, prometió que seguirá atacando a las ciudades santuario, que protegen a los indocumentados, y asegurará que los inmigrantes sin papeles no tengan acceso a “los seguros médicos federales”.

Trump no mencionó su política hacia Venezuela o Cuba, que es importante en el estado clave de Florida, y apenas se refirió a México para defender el tratado comercial T-MEC. En el apartado de política exterior, prefirió hablar de sus medidas hacia Israel, su combate al Estado Islámico (EI) y su guerra comercial con Pekín.

“China se apoderaría de nuestro país, si Joe Biden es elegido. Yo les haré rendir cuentas por la tragedia que han causado en todo el mundo”, prometió en referencia al origen chino de la pandemia.

El presidente volvió a referirse a él mismo como alguien ajeno al aparato político de Washington, al afirmar a sus seguidores: “Están en mi contra porque lucho por ustedes”.

El hecho de que Trump pronunciara su discurso de la convención desde La Casa Blanca, a pesar de que los presidentes no deben celebrar actos partidistas en edificios federales, generó polémica, y llevó a cientos de manifestantes a congregarse fuera de la mansión y hacer sonar bocinas y silbatos, que en ocasiones se oyeron desde el jardín.