China, país fuertemente criticado por su falta de transparencia cuando surgió el nuevo coronavirus, revisó sus cifras y anunció este viernes 1,300 muertos adicionales por la pandemia.

Los balances oficiales de Pekín de contagios y decesos por coronavirus provocan desde hace semanas numerosas sospechas, aunque los responsables chinos aseguraron este viernes que no han ocultado datos aunque sí hubo “omisiones” y “retrasos”.

El país había informado hasta ahora de 3,342 muertos y más de 82,000 contagios, con cerca de 1,400 millones de habitantes.

Este viernes, Wuhan, ciudad en la que brotó el virus en diciembre pasado, explicó que en el apogeo de la epidemia algunos pacientes murieron en casa porque no podían ser atendidos en hospitales y no fueron contabilizados.

Con estas nuevas cifras, el saldo total de fallecimientos en China se situaría en 4,632 decesos.

Las preguntas sobre el origen del virus se multiplican. Hasta ahora se creyó que apareció en un mercado al aire libre de Wuhan donde se vendían vivos ciertos animales de especies raras. El nuevo coronavirus sería de origen animal, parecido a un patógeno presente en los murciélagos, habría pasado al hombre y mutado.

Pero la prensa estadounidense abrió una nueva hipótesis. Según el Washington Post, la embajada de Estados Unidos en Pekín alertó hace dos años sobre las escasas medidas de seguridad de un laboratorio que estudiaba los coronavirus de los murciélagos.

Según la televisión Fox News, este nuevo coronavirus habría brotado en este lugar debido a un error involuntario.

El jueves, en una entrevista con el Financial Times, el presidente francés Emmanuel Macron estimó que había zonas oscuras en la gestión china y que “hay cosas que sucedieron que no sabemos”.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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