Un obispo retirado que trató de mediar entre grupos delictivos aparentemente fue secuestrado, pero más tarde fue localizado y trasladado a un hospital, informó la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

La Iglesia señaló en un primer comunicado que monseñor Salvador Rangel, obispo emérito, desapareció el sábado, e hizo un llamado a sus captores para que lo liberaran

Pero la CEM señaló después que “ha sido localizado y se encuentra en el hospital”, sin especificar cómo fue localizado.

Uriel Carmona, fiscal del estado de Morelos, donde desapareció el obispo, dijo que los indicios apuntaban a un “secuestro exprés”. Previamente, la CEM dijo que Rangel tenía problemas de salud y había suplicado a sus captores que, como un “acto de humanidad”, le permitieran tomar sus medicamentos

Rangel fue obispo en la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, una región azotada por la violencia, donde grupos del narcotráfico han librado disputas territoriales durante años. En una iniciativa que más tarde contó con apoyo del gobierno, Rangel intentó convencer a los líderes de los grupos delictivos de ponerle fin al derramamiento de sangre y llegar a acuerdos.

Rangel aparentemente fue secuestrado en el estado de Morelos, al norte de Guerrero.

Según diversos analistas, el comunicado de la Conferencia del Episcopado puso en evidencia la delgada y peligrosa línea que enfrentan los prelados en zonas del país que están bajo el control del narcotráfico con el objetivo de no antagonizar con los capos de la droga que pueden ponerle fin a sus vidas en cualquier momento.

De momento se desconoce quién pudo haber secuestrado a Rangel. En la zona operan Los Tlacos, los Ardillos y La Familia Michoacana, tres grupos delictivos sumamente violentos. Ninguno de los cárteles se ha atribuido el secuestro hasta el momento.

Elementos de la fiscalía de Guerrero confirmaron el secuestro pero no dieron a conocer más detalles, limitándose a decir que estaban dispuestos a colaborar con las autoridades de Morelos, un estado que al igual que Guerrero se ha visto sumamente afectado por actos de violencia, homicidios y secuestros durante años.

Otros obispos anunciaron en febrero que habían ayudado a concretar una tregua entre dos cárteles rivales en Guerrero.

El reverendo José Filiberto Velázquez, quien estaba al tanto de las negociaciones de febrero pasado pero que no participó en ellas, dijo que las pláticas incluyeron a líderes de La Familia Michoacana y los Tlacos, también conocido como el Cártel de la Sierra.

Previamente, el actual obispo de Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, dijo que él y otros tres obispos del estado habían dialogado con líderes del narcotráfico con el fin de negociar un acuerdo de paz en otra zona.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dijo en febrero que estaba a favor de este tipo de negociaciones. “Siempre los sacerdotes, los pastores, integrantes de todas las Iglesias participan y ayudan a la pacificación del país”, señaló.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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