El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, enfrenta su primera crisis de violencia ligada al narcotráfico. Decretó estado de excepción en el país, incluido el sistema penitenciario, y restringió derechos ciudadanos tras la fuga del líder de la mayor banda criminal de una cárcel de Guayaquil.

“Acabo de firmar el decreto de estado de excepción para que las Fuerzas Armadas tengan todo el respaldo político y legal en su accionar”, expresó el mandatario en redes sociales.

La medida faculta a Noboa, quien hace seis semanas asumió para un año y medio al ser elegido en elecciones anticipadas, a movilizar por 60 días a los militares a las calles y su ingreso a las penitenciarías, bajo el argumento de una “grave conmoción interna” en la nación, así como a restringir derechos ciudadanos.

También ordenó un toque de queda de seis horas, entre las 23:00 y 05:00 locales.

La fiscalía señaló que formuló cargos contra dos funcionarios penitenciarios “que estarían involucrados en la fuga” de Adolfo Macías, alias Fito, el domingo pasado.

Noboa señaló que su gobierno ha “emprendido acciones” que “permitan recuperar el control” de las cárceles, convertidas en centros de operación de organizaciones del narco que también se disputan el poder a sangre y fuego en las calles.

Bajo el estado de excepción, la policía reportó hechos de violencia en la costera Esmeraldas, una de las provincias ecuatorianas controladas por mafias. Indicó que personas arrojaron un artefacto explosivo cerca de una estación de policías, y que dos vehículos fueron incendiados en otros lugares, sin dejar víctimas.

Las autoridades buscan a Fito, de 44 años y líder de la banda de “Los Choneros”, la principal del país que por el control de las rutas para el tráfico de drogas se enfrenta con otras agrupaciones con conexiones con cárteles de México y Colombia.

El secretario de Comunicación del gobierno, Roberto Izurieta, afirmó que “lo más probable” es que hubo “infiltraciones” sobre un inminente operativo de seguridad el domingo en un reclusorio guayaquileño y Macías escapó “horas antes”.

Fito, quien estaba en la cárcel Regional, cumplía desde 2011 una pena de 34 años por delincuencia organizada, narcotráfico y asesinato. Esta sería la segunda ocasión que jefe criminal escapa de prisión. En 2013, junto con otros presos, logró evadir los controles de la cárcel de máxima seguridad conocida como La Roca, en Guayaquil. Fue recapturado luego de tres meses.

Izurieta lamentó que “el nivel de infiltraciones” de los grupos delictivos en el Estado “es muy grande” y tildó de “fallido” al violento sistema penitenciario de Ecuador, donde este lunes también se produjeron “incidentes” en cárceles de seis provincias, según el organismo a cargo de las prisiones SNAI.

En los centros de reclusión de Ecuador hay 31,321 reclusos, de acuerdo con un censo de 2022.  Con el fin de separar a los más peligrosos, el mandatario ha anunciado que construirá dos prisiones de máxima seguridad en las provincias de Pastaza y Santa Elena.

La última vez que se le vio a Fito fue en septiembre pasado, cuando fue temporalmente trasladado a otro reclusorio de máxima seguridad de Guayaquil luego del asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio.

El delincuente, que estudió en la cárcel para obtener el título de abogado, gozaba de privilegios. Incluso dentro de ella protagonizó el videoclip de un narcocorrido en su honor y cantado por su hija.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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