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El presidente Donald Trump aseguró que dejará La Casa Blanca si el Colegio Electoral formaliza la victoria del demócrata Joe Biden, aunque insistió que esa decisión sería un “error”.

El mandatario pasó el Día de Acción de Gracias reiterando afirmaciones sin fundamento de que su derrota electoral se debió a un “fraude masivo” y a funcionarios deshonestos en estados decisivos.

“Ciertamente lo haré. Pero ustedes saben eso”, dijo Trump cuando le preguntaron si abandonaría el inmueble, permitiendo una transición pacífica en enero. Sin embargo insistió en que “muchas cosas” podrían ocurrir que podrían alterar los resultados antes de que sea hora de entregar el poder. “A esto aún le falta un largo camino por recorrer”, declaró Trump.

Si bien no hay evidencia del fraude generalizado que señala Trump, tanto él como su equipo legal han estado trabajando para poner en duda la integridad de las elecciones y están tratando de revertir la voluntad de los electores en los Tribunales.

Trump habló la tarde de ayer con los reporteros en la Sala de Recepción Diplomática de La Casa Blanca después de sostener una teleconferencia con los líderes militares estadounidenses ubicados en distintas partes del mundo.

Les agradeció su servicio, advirtiéndoles en broma que no comieran demasiado pavo, y tras concluir la llamada volvió a hablar de las elecciones. Repitió sus quejas y criticó a los funcionarios de Georgia y Pensilvania, dos estados clave sin una preferencia política clara que “ayudaron” a Biden.

El republicano afirmó que, pese a los resultados que se tienen, este podría no ser su último Día de Acción de Gracias en La Casa Blanca.

Y aunque se mantiene firme en su posición de que hubo fraude, el gobierno ya autorizó a que comience una transición formal. Trump se dijo en desacuerdo a que Biden siga adelante en su intención de conformar gobierno. “Creo que no es correcto que esté tratando de elegir un gabinete”.

Sobre las elecciones que se llevarán a cabo el 5 de enero en Georgia, y que determinarán qué partido controlará la cámara alta. Trump dijo que los candidatos a senadores republicano “están tratando con un sistema muy fraudulento. Estoy muy preocupado por eso”.

Adicional, el mandatario dijo que la gente está “muy decepcionada de que nos robaron”. Reconoció que probablemente nunca reconocerá formalmente su derrota. “Va a ser algo muy difícil reconocer (la derrota). Porque sabemos que hubo un fraude masivo”.

Pese a sus declaraciones de ayer, esta mañana el presidente dijo en sus redes sociales que Biden solo podrá ingresar a La Casa Blanca como presidente si podía demostrar sus “ridículos” 80 millones de votos. Incluso dijo que debía comprobar que no se obtuvieron de manera fraudulenta o ilegal.

“Cuando vea lo que sucedió en Detroit, Atlanta, Filadelfia y Milwaukee, fraude electoral masivo, ¡tendrá un gran problema sin solución!”.

El portavoz de la Presidencia de Rusia, Dimitri Peskov, aseguró este jueves que el presidente del país, Vladimir Putin, felicitará “a su debido tiempo” al candidato demócrata, Joe Biden, por su victoria en las elecciones presidenciales de Estados Unidos del pasado 3 de noviembre.

Al más puro estilo AMLO, quien ayer se expresó en los mismos términos, el portavoz ruso añadió que se esperará a que el recuento de votos termine, pues indicó que todavía se lleva a cabo en varios estados de EUA.

“El presidente felicitará al presidente electo de EEUU a su debido tiempo, justo después de que se haga el balance de las elecciones”, contestó Peskov a un periodista que le preguntó si el silencio de Putin ante la victoria de Biden podría interpretarse como que no reconoce su triunfo en las urnas y que espera que Donald Trump consiga revertir los resultados en los tribunales.

“Es una interpretación absolutamente incorrecta”, añadió el portavoz presidencial ruso, que ha hecho hincapié en que los resultados oficiales de los comicios presidenciales todavía no se han publicado y en que Biden se considera presidente electo únicamente por las proyecciones de los medios estadounidenses.

Preguntado sobre si influirá en Putin el hecho de que numerosos dirigentes internacionales, incluido el presidente de China, ya han felicitado a Biden, Peskov ha dicho que no será así. “No en absoluto”.

En cuanto al futuro de las relaciones con Estados Unidos tras la llegada de Biden a La Casa Blanca, Peskov dijo que prefería no hacer pronósticos. “Últimamente nuestros colegas estadounidenses han sido mucho menos previsibles que antes, así que no vamos a pronosticar nada en nuestras relaciones bilaterales”, remató.

Ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) insistió en que el gobierno mexicano no está de acuerdo con las muestras de felicitación por anticipado, por lo que esperarán a que termine el proceso electoral en Estados Unidos, para que México se posicione y felicite a Biden.

López Obrador argumento que era un asunto que tenía que ver con la política exterior de México, que se ajusta a lo que establece la Constitución, el artículo 89 de la Constitución: la no intervención y la autodeterminación de los pueblos,

AMLO pidió no “adelantar tiempos”, al tiempo que aseguró que México no tiene problemas con ningún gobierno extranjero ni con ningún partido del extranjero, y que lo único que buscan es apegarse a la política de principios que se abandonó durante mucho tiempo en materia de relaciones internacionales.

Luego de que la Administración General de Servicios (GSA) diera luz verde al proceso de transición del poder, pese a que el presidente Donald Trump siga sin reconocer su derrota, y que el mandatario de China, Xi Jinping, felicitara a Joe Biden por su victoria, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fue cuestionado sobre la posición de México en relación a la elección presidencial en Estados Unidos.

“Es un asunto que tiene que ver con la política exterior de México, que se ajusta a lo que establece la Constitución, el artículo 89 de la Constitución (…) Entonces, mi opinión es: Vamos a esperarnos”, contestó López Obrador.

El mandatario dijo que México aplica los principios de no intervención y de autodeterminación de los pueblos; indicó que no hay por qué adelantar tiempos, y que será cuando termine el proceso electoral en Estados Unidos cuando él y el gobierno se pronunciarán.

AMLO aseguró que México no tiene problemas con ningún gobierno extranjero ni con ningún partido del extranjero, y que lo único que buscan es apegarse a la política de principios que se abandonó durante mucho tiempo en materia de relaciones internacionales.

“No estamos de acuerdo con las muestras de felicitación por anticipado, nosotros padecimos de eso. Nos hicieron fraude en una ocasión, en el 2006 y todavía no se terminaban de contar los votos, estábamos pidiendo voto por voto, casilla por casilla, voto por voto, casilla por casilla y el presidente de España se pronuncia a favor del que estaba siendo impuesto como presidente (…) Tenemos que actuar con responsabilidad”, añadió AMLO.

López Obrador insistió en que su gobierno ya ha hecho un primer pronunciamiento, en el que han indicado que México esperará a que resuelvan las autoridades electorales sobre la elección.

Incluso dijo que luego de que el presidente Trump publicara un mensaje en Twitter donde pedía a la GSA comenzar con el proceso de transición, calificó como “una gran lanzada en ese sentido en los medios y todo” que dijeran que ese mensaje significaba que el republicano había aceptado una derrota.

“México va a mantener una política de cooperación, con el gobierno de Estados Unidos y con todos los gobiernos. Y no tenemos nada que temer, vamos a mantener esta política de respeto mutuo, no hay diferencias con nadie y hemos llevado una muy buena relación con el gobierno del presidente Trump, y esperemos que, de acuerdo a lo que decida la autoridad electoral en Estados Unidos o las instancias legales, quien sea declarado triunfador mantenga con nosotros, porque lo deseamos, una buena relación. En su momento vamos a pronunciarnos, vamos a expresar nuestro reconocimiento”, concluyó AMLO.

El presidente chino, Xi Jinping, felicitó este miércoles al demócrata Joe Biden por su victoria en las elecciones presidenciales estadounidenses, informó la prensa estatal.

Estados Unidos y China “deben comprometerse a no buscar conflictos ni confrontaciones, al respeto mutuo y a un espíritu de cooperación” para promover la “noble causa” de la paz mundial y el desarrollo, dijo Xi en su telegrama, citado por los medios.

También el vicepresidente chino Wang Qishan felicitó a la compañera de fórmula de Biden, Kamala Harris, por ser elegida como la próxima vicepresidenta de Estados Unidos.

El mensaje de Jinping llega después de que Pekín evitase dar este paso en los días posteriores a los comicios ante la polémica desatada por el presidente Donald Trump. El Ministerio de Exteriores chino evitó en un primer momento el
reconocimiento de Biden como presidente electo y la felicitación no llegó hasta el 13 de noviembre, diez días después de las elecciones.

El telegrama del presidente chino se da después de que la Administración General de Servicios estadounidense haya dado luz verde a la transición, pese a que Trump sigue sin reconocer una derrota y habla abiertamente de fraude en la votación.

Xi Jinping, al igual que los líderes de Corea del Norte (Kim Jong-un), de Brasil (Jair Bolsonaro), de Rusia (Vladimir Putin), y de México (Andrés Manuel López Obrador), eran de los pocos que no habían felicitado a Biden por su triunfo.

En el caso de nuestro país, AMLO ha insistido en que la postura del gobierno es la de esperar a que las autoridades encargadas del proceso electoral en Estados Unidos decidan sobre el ganador.

“Queremos actuar con prudencia. Esperemos que las autoridades resuelvan y entonces nos vamos a pronunciar y reconocer lo que se decida en instancias competentes en los Estados Unidos de América”, afirmó el mandatario en una de sus conferencias matutinas.

En el marco de la felicitación, se informó que Joe Biden ofrecerá un mensaje a la nación este miércoles sobre los desafíos que enfrenta el país de cara a la festividad del Día de Acción de Gracias, que este año estará marcada por un aumento de casos de coronavirus.

El discurso buscará dar ánimos a los estadounidenses y se concentrará en los sacrificios que están haciendo de cara a las festividades de final de año, dijo su despacho, en momentos en que funcionarios de todo el país han pedido a las personas que permanezcan en sus hogares y eviten grandes aglomeraciones que pueden propagar el COVID-19.

Biden, quien reveló el ayer a su equipo de política exterior y seguridad nacional, dando comienzo a la transición formal de poder en La Casa Blanca, ha prometido que su gobierno tendrá como prioridad la lucha contra la pandemia.

Las autoridades de los estados de Nevada y Pensilvania certificaron este martes los resultados de la elección presidencial del pasado 3 de noviembre, confirmando que el ganador fue el demócrata Joe Biden.

La secretaria de Estado de Nevada, Barbara Cegavske, compareció ante el Tribunal Supremo estatal para presentar el escrutinio definitivo y darle carácter oficial con la firma de los jueces, lo que blinda la victoria de Biden por más de 30,000 votos, sobre un total de un millón 400 mil 000 sufragios.

Y es que el equipo del presidente Donald Trump puso en duda en un primer momento hace semanas la legitimidad de los resultados en Nevada, al asegurar que había votado una gran cantidad de personas que no residían en el estado, lo que llevó el tema a los tribunales.

Con la certificación de hoy, Biden se llevará definitivamente los seis votos del colegio electoral que otorga el estado. Del total de votos emitidos en Nevada, la mitad fueron por correo, mientras que un 41% votaron por adelantado, de manera que sólo el 9% del electorado acudió a las urnas el día mismo de las elecciones, algo insólito y que se explica por los efectos de la pandemia de Covid-19.

Por su parte el gobernador de Pensilvania, Tom Wolf, anunció este martes que el estado también había certificado el resultado de las elecciones presidenciales a favor de Biden, que suma los 20 votos del Colegio Electoral que asigna.

“De acuerdo con lo requerido por la ley, he firmado la certificación para el nombramiento de electores (delegados del Colegio Electoral) para Joe Biden y Kamala Harris”, afirmó el gobernador en Twitter.

Esto pone fin a los intentos de Trump de detener la certificación del resultado. Wolf agradeció a los trabajadores electorales por haber “administrado una elección imparcial y libre en un momento increíblemente difícil” para la historia del país y recordó que los empleados encargados del proceso han estado “bajo constantes ataques” en las últimas semanas.

El cierre del escrutinio oficial en Pensilvania da finalmente a Biden un ventaja de más de 80,000 votos sobre Trump.

La oficialización de los resultados en estos dos estados se dan después de la anunciada ayer por Michigan y el pasado viernes por Georgia, tres de los estados que Biden arrebató a Trump en las elecciones y que apuntalan la victoria del demócrata.

No obstante, Trump sigue sin reconocer su derrota y hasta ha apoyado un nueva petición de recuento en Georgia, que con toda seguridad solo servirá para retrasar el cierre definitivo del escrutinio, pero que no cambiará el resultado final.

Sobre lo que ocurre en Georgia, trabajadores electorales de algunos condados iniciaron este martes un recuento con máquinas de los cerca de 5 millones de votos de la elección presidencial, días después de completar un conteo manual que confirmó la ventaja del presidente electo Joe Biden.

El recuento fue solicitado por el equipo del presidente Donald Trump luego que los resultados certificados lo colocaron por debajo de Biden por 12,670 votos, equivalente al 0.25%. Bajo la ley del estado, el candidato perdedor puede pedir un recuento cuando el margen es menos de 0.5%.

En el marco de los anuncios, el presidente electo Joe Biden aseguró este martes que “Estados Unidos está de vuelta”, esto al confirmar la nominación de figuras claves de su equipo de trabajo que, destacó, está “listo para liderar el mundo”.

En un encuentro con periodistas, Biden presentó sus elegidos para integrar el gabinete que lo acompañará a partir del próximo 20 de enero, entre ellos Antony Blinken como futuro secretario de Estado y el cubano-estadounidense Alejandro Mayorkas al frente del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

“Es un equipo que refleja el hecho de que Estados Unidos está de vuelta. Listo para liderar el mundo, no para retirarse de él. Listo para enfrentar a nuestros adversarios, no para rechazar a nuestros aliados. Y listo para defender nuestros valores”, sentenció Biden.

Para el líder demócrata, su equipo reúne “experiencia y liderazgo” y anticipó que dará ejemplo. “Vamos a tener a la primera mujer al frente de la comunidad de inteligencia, al primer latino e inmigrante en dirigir el Departamento de Seguridad Nacional, y a una diplomática innovadora en las Naciones Unidas”, agregó.

El presidente Donald Trump indicó este lunes a través de sus redes sociales que daba luz verde para que inicie el proceso de transferencia del poder al demócrata Joe Biden, ganador de la elección presidencial del pasado 3 de noviembre, aunque se mantiene firme en no reconocer su derrota.

“Quiero agradecer a Emily Murphy en GSA (la Administración General de Servicios) por su firme dedicación y lealtad a nuestro país. Ha sido acosada, amenazada y objeto de abusos -y no quiero ver que esto le pasa a ella, su familia o a empleados de GSA”, tuiteó Trump indicando que recomendaba a Murphy iniciar con el proceso, así como ha dado instrucciones a su equipo para que hagan lo propio.

Así, la GSA ha determinado que Joe Biden es el “aparente ganador” de las elecciones, despejando el camino para el inicio oficial de la transición.

Un funcionario dijo que la administradora Emily Murphy hizo la determinación después de que los intentos de Trump por revertir la votación fallaron en los estados que parecían estar en disputo, sobre todo luego de que estado de Michigan certificara la victoria de demócrata.

Con ello los asesores de Biden pueden comenzar a coordinarse con las agencias federales en torno a los planes para que el nuevo gobierno tome el control el 20 de enero próximo.

En su mensaje en Twitter, Trump advirtió que la batalla legal seguirá pese a que inicie el proceso de transición. “Seguiremos en la lucha ¡y creo que triunfaremos! No obstante, por el bien de nuestro País”.

Emily Murphy señaló a través de una carta que Biden puede acceder a los fondos federales y otros recursos que se contemplan para comenzar su transición al poder. Aprovechó para negar que hubiera estado bajo presión por parte de La Casa Blanca para retrasar el proceso.

“He dedicado gran parte de mi vida adulta al servicio público y siempre me he esforzado por hacer lo correcto (…) Por favor, sepa que tomé mi decisión de forma independiente, basada en la ley y los hechos disponibles. Nunca fui presionada directa o indirectamente por ningún funcionario…”.

La funcionaria precisó que los tiempos y las decisiones de la GSA se han dado debido al desarrollo de las elecciones, que dijo, involucran impugnaciones legales y certificaciones de resultados electorales.

Sobre el tema, el equipo del presidente electo anunció que en “los próximos días” empezará reuniones con los funcionarios del gobierno de Donald Trump para hacer efectiva la transferencia de poder a la que el mandatario dio el visto bueno.

“En los próximos días, los funcionarios de transición comenzarán a reunirse con funcionarios federales para discutir la respuesta a la pandemia, tener información detallada de nuestros intereses de seguridad nacional”, dijo en un comunicado el director ejecutivo del equipo de transición de Biden, Yohannes Abraham.

El funcionario demócrata también aseguró que en esas reuniones buscarán “obtener una plena comprensión de los esfuerzos de la Administración Trump de vaciar las agencias gubernamentales”.

El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, tiene previsto nominar a la extitular de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen, como secretaria del Tesoro, según informaron este lunes varios medios estadounidenses.

De ser confirmada por el Senado, Yellen se convertirá en la primera mujer en ocupar esta posición, un hito que ya marcó en la Fed, al ser la primera presidenta del banco central estadounidense.

Su nominación, aún no anunciada de forma oficial por Biden, fue adelantada por el diario The Wall Street Journal y por el canal financiero CNBC y poco después confirmada también por el diario The New York Times.

Yellen será la encargada de liderar el trabajo del gobierno en la recuperación económica de la crisis provocada por la pandemia del coronavirus, que ha dejado a millones de personas sin empleo y con perspectivas de contracción al menos para el primer trimestre de 2021.

En la Fed, Yellen se destacó entre otras cosas por prestar más atención de lo habitual al mandato de promover un mercado laboral fuerte, además de al mantenimiento de la inflación, lo que le costó algunas críticas de republicanos que consideraban que se estaba extralimitando.

Sin embargo, Yellen marcó el camino, pues el actual jefe del banco central, Jerome Powell, ha mantenido e incluso profundizado esa postura.

La economista de 74 años encabezó la Fed entre 2014 y 2018 y es una figura muy respetada en Washington. En 2014, además de por los demócratas, su nombramiento fue respaldado por varios republicanos en el Senado.

Doctora en economía por la Universidad de Yale en 1971, ha sido profesora en instituciones académico de prestigio como Harvard, la London School of Economics y Berkeley, donde comenzó a dar clase en 1980 y donde cuenta con el título de profesora emérita.

Está casada con el Nobel de Economía y profesor de Berkeley George Akerlof, con quien tiene un hijo, Robert, también profesor universitario en la Universidad de Warwick del Reino Unido.

La información llega luego de que este lunes Biden diera a conocer varios nombres de quienes integrarán su futuro gabinete, entre ellos los de Antony Blinken como secretario de Estado; John Kerry, como enviado para el Clima; Linda Thomas-Greenfield como embajadora ante la ONU; y el cubanoestadounidese Alejandro Mayorkas como jefe de su equipo de seguridad nacional.

Las concentraciones de gases de efecto invernadero subieron a un nuevo récord en 2019 y volvieron a aumentar este año a pesar de una esperada caída en las emisiones debido a los confinamientos que hubo en casi todo el mundo para frenar la propagación del Covid-19.

Y es que muchos científicos esperan la mayor caída anual en las emisiones de carbono en generaciones este año, ya que las medidas para contener el coronavirus han dejado en tierra aviones, atracado barcos y mantenido a los viajeros en casa.

Sin embargo, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) describió la caída proyectada como una “pequeña irregularidad”, y dijo que el impacto resultante en las concentraciones de dióxido de carbono que contribuyen al calentamiento global no sería mayor que las fluctuaciones anuales normales.

“En el corto plazo, el impacto de los confinamientos por el Covid-19 no se puede distinguir de la variabilidad natural”, dijo en su reporte de gases de efecto invernadero.

El informe anual publicado por la agencia de la ONU mide la concentración atmosférica de los gases (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) que están calentando nuestro planeta y provocando eventos climáticos extremos.

Los niveles de dióxido de carbono, un producto de la quema de combustibles fósiles que es el mayor contribuyente al calentamiento global, alcanzaron un nuevo récord de 410.5 partes por millón en 2019, dijo. Dicho aumento anual es mayor que el del año anterior y supera el promedio de la última década.

Al igual que otros organismos científicos, la OMM dijo que espera que las emisiones globales anuales de carbono caigan este año debido a las medidas contra el Covid-19, y aventuró una estimación preliminar de entre 4.2 y 7.5 por ciento.

Tal caída no causaría que el dióxido de carbono atmosférico disminuya, pero ralentizaría la tasa de aumento temporalmente en una escala que cae dentro de las variaciones normales, dijo.

El secretario general de la OMM, Petteri Taalas, explicó que las cuarentenas masivas pueden haber disminuido la emisión de agentes contaminantes y gases invernaderos como el CO2, pero no han tenido ningún impacto significativo en su concentración en la atmósfera.

Taalas recordó que desde 1990 el forzamiento radiativo (diferencia entre la insolación absorbida por la Tierra y la energía que ésta irradia de vuelta al espacio) ha aumentado un 45%, reforzando el calentamiento del planeta.

Todos los gases de efecto invernadero tienen un periodo prolongado de vida, pero el CO2 que representa el 80% del total, es el que más dura. Alertó que puede quedarse cientos de años en la atmósfera y más tiempo en el océano.

“La última vez que la Tierra experimentó una concentración de CO2 comparable fue de 3 a 5 millones de años atrás, cuando la temperatura era de 2 a 3 grados centígrados más y el nivel del mar de 10 a 20 centímetros más elevado, pero en ese entonces no tenía 7,700 millones de habitantes”, comentó Taalas.

El científico y responsable de la OMM dijo que estos resultados son principalmente consecuencia del uso de combustibles fósiles, entre los cuales se está observando una ligera disminución del carbón, pero un aumento del consumo de petróleo y gas.

A preguntas relacionadas con las expectativas que genera en el área del cambio climático la próxima llegada del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, a La Casa Blanca, Taalas recordó que éste ha ofrecido “invertir un par de billones en tecnologías limpias”.

Si esto sucede, agregó, no sólo será positivo por el hecho en sí, sino también por la motivación que puede ser para otros países. Sobre la Administración de Donald Trump, comentó que a pesar de su mala imagen en lo relativo al medio ambiente EEUU ha cumplido buena parte de los compromisos del Acuerdo de París de 2015, del que Trump retiró a su país.

Foto: @NoticiasONU

El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, avanzó este lunes en la conformación del que será su próximo gabinete al anunciar varios altos cargos incluyendo la confirmación de Antony Blinken, quien será su secretario de Estado.

La elección de Blinken, un experimentado diplomático que fue número dos del Departamento de Estado, indica un retorno hacia el multilateralismo después de la estrategia de Donald Trump de distanciarse de los aliados tradicionales de Washington.

Biden también anunció la elección del cubano-estadounidense Alejandro Mayorkas, nacido en La Habana, para dirigir el Departamento de Seguridad Interior (DHS), el primer latino e inmigrante nominado para ese cargo.

“Alejandro Mayorkas, exsubsecretario del DHS, quien ha sido confirmado por el Senado de Estados Unidos tres veces a lo largo de su carrera, será el primer latino e inmigrante nominado para servir como secretario del Departamento de Seguridad Interior”, informó el equipo de transición de Biden en un comunicado.

Blinken, de 58 años, fue subsecretario de Estado y asesor adjunto de seguridad nacional durante el gobierno del presidente Barack Obama y tiene estrechos vínculos con Biden.

“No tenemos tiempo que perder en lo que respecta a nuestra seguridad nacional y política exterior. Necesito un equipo listo desde el Día Uno que me ayude a reclamar el puesto de Estados Unidos como presidente de la mesa, a unir al mundo para afrontar los enormes desafíos a los que nos enfrentamos y avanzar en seguridad, prosperidad y valores”, señala el comunicado del equipo de transición de Biden.

Entre los nombramientos también destaca el de Jake Sullivan, quien será asesor de Seguridad Nacional, un cargo clave en la Administración estadounidense, y se convertirá en una de las personas más jóvenes en décadas en acceder a este puesto. Sullivan fue uno de los miembros del equipo que participó en las negociaciones que permitieron alcanzar el acuerdo nuclear con Irán. También medió en el acuerdo de alto el fuego de 2012 para Gaza.

Como embajadora de Estados Unidos en la ONU Biden ha escogido a Linda Thomas-Greenfield, que ya ejerció como secretaria de Estado adjunta durante la Administración Obama.  El exsecretario de Estado John Kerry será el enviado especial de Biden para Clima, con asiento en el Consejo de Seguridad Nacional.

Avril Haines será la primera mujer que dirija los servicios de inteligencia estadounidenses como directora de Inteligencia Nacional. Haines ha sido subdirectora de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Reema Dodin y Shuwanza Goff fungirán como subdirectoras de la Oficina de Asuntos Legislativos de La Casa Blanca, uniéndose a Louisa Terrell quien recientemente fue nombrada directora de la Oficina de Asuntos Legislativos de La Casa Blanca.

El equipo de transición de Biden añadió que la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos serán dirigidas por “profesionales experimentados” dispuestos a restaurar el liderazgo en el escenario mundial, así como mantener un liderazgo al interior del país.

Los puestos de gobierno deben ser aprobados por el Senado, una cámara cuyo control aún está en el aire, a falta de que se repartan los dos últimos escaños en juego en Georgia, que están pendientes de una segunda vuelta que tendrá lugar en el mes de enero.

El presidente Donald Trump sigue insistiendo en que ganó las elecciones del pasado 3 de noviembre y en que hubo un “fraude” generalizado que dio la victoria a su rival demócrata, Joe Biden.

“Gané las elecciones. ¡Fraude al votante en todo el país!”, escribió este miércoles Trump en su cuenta de Twitter junto a una serie de comentarios en los que pone en entredicho la limpieza de los recuentos y las decisiones sobre impugnaciones que ha presentado su equipo de campaña.

“Esta fue una elección amañada. Prohíben a los observadores electorales republicanos, las máquinas de votación fallan por todas partes (¡lo que significa que los atraparon haciendo trampa!)”, escribió el mandatario reaccionando a una encuesta que apunta a que sus denuncias pueden estar socavando la confianza en el sistema.

La encuesta indica que cerca de la mitad de los republicanos cree en la veracidad de las denuncias de Trump de que ganó las elecciones y que le fueron robadas por un fraude generalizado que favoreció a Biden, pese a que no se haya demostrado que así sea.

Los comentarios de Trump, marcados por Twitter con una leyenda de que sus denuncias de fraude son cuestionables, también aluden a la decisión de la Junta Electoral del Condado de Wayne, en Michigan, que la noche del martes certificó unánimemente los resultados, tras haber estado bloqueada debido a la negativa de los republicanos a hacerlo.

“¡Incorrecto! Al principio votaron en contra porque había muchos más VOTOS que GENTE (¡Triste!). Luego fueron amenazados, les gritaron y fueron hostigados brutalmente, y fueron FORZADOS a cambiar su voto, pero luego SE NEGARON, como patriotas estadounidenses, a firmar los documentos”, escribió Trump.

El de Wayne, donde se encuentra Detroit, es el condado más poblado de Michigan, con un 80% de población negra, que se supone que en su mayoría votó a Biden, quien se llevó los 16 votos electorales en disputa con una ventaja de 2.7 puntos porcentuales.

Trump también se quejó de nuevo de que en Pensilvania a los observadores electorales republicanos “ni siquiera les permitieron entrar al edificio para mirar”, algo que han negado las autoridades electorales de ese estado, que también ganó Biden.

Finalmente, sobre el recuento de los votos en Georgia debido a lo ajustado del resultado, dijo que “es una broma y se hace BAJO PROTESTA. Aunque se han encontrado miles de votos fraudulentos, el número real está en firmas coincidentes”.

Pese a las denuncias de Trump, el secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, ha indicado que los secretarios electorales deben comparar las firmas de los sobres de votación y cotejarlos con los de los votantes.

La campaña de Trump también ha anunciado que hoy presentará una petición de recuento en dos condados de Wisconsin, Milwaukee y Dane, por considerar que hay “votos ausentes alterados ilegalmente y emitidas ilegalmente”.

Biden ganó los 10 votos electorales de Wisconsin con una diferencia de unos 20,500 votos.

Este martes, el equipo de Trump también presentó una nueva querella por supuestas “irregularidades sustanciales” y “fraude” por la “falta de fiabilidad” de las máquinas de procesamiento y escaneo de votos en Nevada. En ese estado, Biden obtuvo el 50.1% de los votos, frente al 47.7% de Trump.

El virtual presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este martes nuevos nombramientos en su equipo de gobierno, pese a que el presidente Donald Trump sigue sin reconocer su derrota.

Tras el nombramiento la semana pasada de su veterano asesor Ron Klain como su próximo jefe de gabinete, Biden anunció este martes a varios colaboradores de alto rango de su campaña para ocupar otros puestos clave en su futuro equipo en La Casa Blanca.

Entre los nombramientos está el del congresista de Luisiana Cedric Richmond, copresidente de su campaña, como asesor principal y director de su Oficina de Participación Pública; y el de Jen O’Malley Dillon, su directora de campaña, como subdirectora de personal.

También destacó el nombramiento de Julissa Reynoso, quien en el gobierno de Barack Obama fuera subsecretaria de Estado Adjunta para Latinoamérica y embajadora en Uruguay, como jefa de gabinete de la primera dama.

Como asesor principal de la primera dama fue nombrado Anthony Bernal, quien fue subdirector de campaña y ha sido asesor y persona de confianza de la familia Biden durante más de una década.

Un nombramiento como consejero de Biden que puede resultar polémico es el de Steve Ricchetti, quien fue subjefe de gabinete de Bill Clinton. Según The Wall Street Journal, Richetti fundó una firma de cabildeo junto a su hermano Jeff en 2001, de la que se separó para empezar a trabajar con Biden y que en el último año ha conseguido varios contratos con empresas farmacéuticas.

Algunos grupos progresistas han instado a Biden a mantener a los cabilderos fuera de su administración.

Otros nombramientos en puestos clave incluyen los de Julie Rodríguez, subdirectora de campaña y exasistente de la vicepresidenta electa, Kamala Harris, quien será directora de la Oficina de Asuntos Intergubernamentales de La Casa Blanca; y Annie Tomasini, jefa de personal de Biden durante la campaña, quien se convertirá en directora de operaciones del Despacho Oval.

“Estas personas diversas, experimentadas y talentosas demuestran el compromiso del presidente electo Biden de construir una administración que se parezca a Estados Unidos”, con “profunda experiencia de gobierno”, dijo la campaña de Biden en un comunicado.

Estos nombramientos se producen mientras Trump sigue insistiendo en que ganó las elecciones y ha promovido varias acciones legales en diferentes estados un intento por revertir los resultados alegando irregularidades no demostradas.

El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, admitió este domingo la victoria de su rival demócrata, Joe Biden, en las elecciones del pasado 3 de noviembre, aunque lo atribuyó, sin pruebas, a un presunto fraude electoral.

Trump aclaró enseguida que esto no significa que reconozca su derrota; replicó que Biden ganó porque las elecciones estuvieron “amañadas”. Insistió en que no se permitieron observadores electorales del partido republicano, además de que los votos fueron contados por una compañía vinculada a la izquierda radical Dominion.

Acusó que dicha empresa tiene “una mala reputación y equipo engañoso que no pudo siquiera cumplir con los requisitos para Texas (¡Que yo gané por mucho!), ¡los Medios de Comunicación Falsos y Callados, y más!”, escribió Trump en su cuenta de Twitter.

Trump acompañó su mensaje de un extracto de una intervención en la cadena de televisión Fox News del comentarista político conservador Jesse Waters, en el que apuntaba de manera infundada que Biden triunfó por un supuesto fraude.

Lo que llamó la atención de su mensaje fueron las dos primeras palabras de su tuit: “He won” (Él ganó), pues por primera las pronunciaba tras el anuncio de los resultados que se niega a reconocer.

El recién nombrado jefe del futuro gabinete de Biden, Ron Klain, dijo a la cadena NBC que el comentario de Trump era “una confirmación más de la realidad de que Joe Biden ganó las elecciones”. “Si el presidente está preparado para empezar a reconocer esa realidad, es positivo”, dijo.

Sin embargo, horas después, y frente a las reacciones que generó su tuit, Trump aclaró que Biden “solo ganó a ojos de los MEDIOS FAKE NEWS”. “¡No concedo NADA! ¡Tenemos todavía un largo camino por recorrer. La elección estaba AMAÑADA!”, insistió el magnate.

Donald Trump se ha mostrado muy activo ayer en sus redes sociales, en donde volvió a insistir en que él es el verdadero vencedor de la elección presidencial; acusó a los medios de “ascender” a la Presidencia  antes de tiempo a Biden.

“¿Por qué los medios de noticias falsas asumen continuamente que Joe Biden ascenderá a la Presidencia, sin siquiera permitir que nuestro lado muestre, lo cual nos estamos preparando para hacer, cuán destrozada y violada ha sido nuestra gran Constitución en las elecciones de 2020?”, preguntó Trump.

El jefe de la diplomacia rusa calificó este jueves al sistema electoral estadounidense de uno de los más “arcaicos” del mundo, tras la virtual victoria de Joe Biden, rechazada por el presidente Donald Trump.

“Tienen probablemente el sistema electoral más arcaico que existe comparado a otros países importantes del mundo”, declaró Serguéi Lavrov, durante una rueda de prensa.

El ministro de Relaciones Exteriores ruso criticó sobre todo el carácter indirecto de la elección del presidente, que es elegido por grandes electores designados por sufragio universal. Y es que según el sistema, el vencedor no es aquel que consiga más votos a nivel nacional, sino el que gana el colegio electoral, constituido por 270 representantes de todos los estados.

“Si los estadounidenses están dispuestos a vivir con esta tradición que deforma considerablemente la voluntad del pueblo (…) que lo hagan”, dijo Lavrov, quien reiteró que Moscú solo felicitaría al vencedor de la elección tras la publicación de los resultados oficiales.

“Las felicitaciones son enviadas antes de la publicación de los resultados cuando no hay litigios”, señaló el ministro ruso.

Lavrov indicó que no espera que las relaciones entre Moscú y Washington, deterioradas en los últimos años, vayan a cambiar con el demócrata Joe Biden al frente de Estados Unidos.

“Nuestros politólogos, y yo concuerdo totalmente con ellos, no esperan cambios revolucionarios” en la política exterior de EUA respecto a Rusia, aunque admitió que “hacer pronósticos en estos momentos no es una idea muy provechosa”.

El jefe de la diplomacia rusa afirmó que en estos momentos Estados Unidos está “profundamente dividido”, algo que se ha evidenciado en las elecciones presidenciales. “Está claro que los políticos responsables deben buscar algunos asideros que les permitan superar esta división y promover ideas unificadoras que aglutinen al pueblo estadounidense”, señaló.

Para muchos observadores, argumentó Lavrov, uno de estos “denominadores comunes” son las relaciones con Rusia; denunció que durante los últimos años en EUA se ha sembrado una profunda rusofobia.

En todo caso, estimó, las declaraciones de Biden indican que su política exterior seguirá el curso de la que aplicó la Administración de Barack Obama.

El secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, ha ordenado este miércoles realizar un recuento completo de los votos, ante la estrecha ventaja que separa al candidato demócrata, Joe Biden, del presidente Donald Trump.

“Con un margen tan pequeño es necesario llevar a cabo un recuento en cada uno de los condados del estado”, ha dicho Raffensperger durante una rueda de prensa en Atlanta. “Este recuento permitirá construir una mayor confianza”, añadió.

Así, ha señalado que la diferencia entre Biden y Trump es de tan solo 14,111 papeletas. No obstante, Biden ya no necesita ganar en Georgia para llevarse las elecciones dado que actualmente, y tras triunfar en Pensilvania, cuenta con más de los 270 votos electorales necesarios para ganar las presidenciales.

En Georgia se habrían presentado unos 5 millones de votos. “Esta carrera tiene relevancia a nivel nacional, lo sabemos”, ha dicho el secretario de Estado local. La importancia de Georgia solo aumentaría si los estados de Carolina del Norte y Arizona se dieran para Trump.

Asimismo, Raffensperger ha asegurado que se investigarán todas las acusaciones de fraude vertidas por Trump a pesar de que no existen indicios aparentes de que se hayan producido irregularidades en el estado.

Por otro lado, se informó esta mañana que Donald Trump se llevó los tres votos en el Colegio Electoral que otorga el estado de Alaska, al ganar dicho estado, donde los republicanos también se impusieron en la batalla por el Senado y quedaron a un paso de conseguir la mayoría en esa Cámara.

La victoria de Trump en Alaska no cambia el panorama en el Colegio Electoral. Después de más de una semana de conteo de votos en el estado, y con el 75% escrutado, las cadenas de televisión NBC, ABC y CNN proyectaron este miércoles que Trump se se impuso.

Eso eleva a 217 el número de delegados que tiene asegurados Trump en el Colegio Electoral, lejos del mínimo de 270 que se necesitan para ganar las elecciones.

Aún quedan por decidir Carolina del Norte, Georgia y, según algunos medios, también Arizona, aunque otros ya han proyectado que Biden se llevará ese estado.

Trump hará este miércoles su primera aparición oficial después de las elecciones, en el marco del Día de los Veteranos.

El mandatario republicano prevé visitar el cementerio nacional de Arlington, cuatro días después de que los medios estadounidenses declararan, en base a proyecciones de resultados oficiales, que su rival demócrata ganó la Casa Blanca.

Desde entonces, Trump no se ha dirigido a la nación más que a través de Twitter, y no aceptó su derrota frente a Biden, como es tradicional en Estados Unidos una vez que se proyecta un ganador en una elección.

Trump parece haber dejado de lado los deberes presidenciales normales. Ha permanecido encerrado en la mansión presidencial, sosteniendo que está a punto de ganar y presentando demandas en las que alega fraude electoral, hasta ahora respaldadas solo por evidencia muy endeble.

ARTURO SARUKHÁN

EL UNIVERSAL

 

Y de repente, el dique finalmente se venció. A las 11:24 am del sábado, CNN declaró a Joe Biden como el ganador de la elección y a los pocos segundos, NBC, seguido de CBS, MSNBC, ABC y AP, hicieron lo propio.Fox News fue de los últimos medios en hacerlo. El júbilo explotó en las calles de Washington, con una sinfonía de claxonazos que duró todo el día en las calles de la ciudad.

Es evidente que no todo es -ni será- miel sobre hojuelas en las semanas y meses por venir. Como escribía en estas páginas en una columna especial poselectoral el jueves pasado (https://www.eluniversal.com.mx/opinion/arturo-sarukhan/algo-huele-podrido-en-dinamarca), el presidente electo Biden hereda un país profundamente polarizado y fracturado. No es la primera vez que un mandatario de nuevo cuño recibe a Estados Unidos en una situación crítica: Franklin D. Roosevelt, sin duda, heredando en 1932 el caos de la era de la Depresión. El tigre que ahora se gana Biden en la rifa trae consigo retos estructurales y coyunturales similarmente endiablados:

una pandemia en expansión, un desempleo altísimo a largo plazo, una deuda federal estratosférica, un presidente saliente tuiteando que le robaron las elecciones, una nación partida y la desinformación pululando a gran escala en redes sociales y plataformas digitales.

Cualquiera de estas crisis requeriría de un período presidencial completo para poderla domar. Seis, de manera simultánea, parecen casi intratables por su escala y complejidad. Y debido a que los Demócratas no ganaron todo lo que aspiraban a controlar en la Cámara de Representantes, el Senado (pendiente hasta las elecciones de segunda vuelta para los dos escaños de Georgia el 5 de enero) y sobre todo en asambleas estatales (donde se define el tema crítico de la redistritación electoral), así como el que muchos simplemente no pueden creer que 70 millones de sus conciudadanos votarían para reelegir a un hombre tan profundamente viciado y corrupto, se tiende a alimentar un doble rasero analítico que distorsiona nuestra visión de la decisión que tomó el país el 3 de noviembre.

Los mitos políticos a menudo surgen de primeras impresiones erróneas. Por ello hay que subrayar que no obstante este panorama poco halagüeño, la pesadilla de la gestión de Trump se acabó (si bien el trumpismo, lo que lo encarna y lo que lo alimenta, seguirá ahí), y que fue Biden el artífice de su caída. Por lo tanto, es necesario afirmar de manera inequívoca que su victoria es mucho más sustancial de lo que la opinión convencional sugiere en este momento y más reveladora sobre el futuro que la elección de Trump hace cuatro años.

Han sido y serán necesarios muchos días para asimilar la magnitud de la victoria de Biden: la movilización excepcional de votantes afroamericanos y los jóvenes, la consolidación del avance Demócrata en los suburbios o el éxito de Biden en recuperar una proporción suficiente de votantes de cuello azul. “Contratado” por los Demócratas en marzo para reconstruir el muro azul que habían representado los estados de Wisconsin, Michigan y Pennsylvania en el colegio electoral desde la década de los ochenta y que Trump derribó en 2016, Biden hizo precisamente eso, incluso mientras extendía el alcance del partido en el sur y el suroeste.

Miren lo que lograron el ex vicepresidente y su compañera de fórmula, Kamala Harris. Ganaron con 75 millones de votos, más que cualquier otro candidato presidencial en la historia del país, y disfrutan de una ventaja de más de 4 millones de votos populares, la cual muy probablemente crecerá sustancialmente a medida que se vayan finalizando los conteos. Los márgenes de victoria de Biden en Wisconsin y Pennsylvania son comparables a los de Trump en 2016, mientras que en Michigan es más de 10 veces mayor. Biden quizás acabe incluso arrebatándole dos estados Republicanos de cepa, Georgia y Arizona, y el presidente electo podría acabar hasta con 306 votos electorales, exactamente igual que Trump hace cuatro años. Y Biden no mordió el anzuelo durante esta campaña atípica marcada por la pandemia: supo que la estridencia y la flatulencia de Trump no se combaten con más de lo mismo, sino con decencia y empatía.

La emoción de ver a la primera mujer de color (hija de inmigrantes jamaicano e india) encarar la vicepresidencia como lo hizo Harris en su gran discurso de victoria la noche del sábado, apuntando al país multiétnico, abierto, plural y diverso y, ojalá, tolerante, hace que la ardua ruta por delante, para Biden y para la democracia estadounidense, se vea un poco menos empinada, por lo menos durante unos cuantos días más. Y esta victoria es además un primer revés palmario para la cofradía de líderes demagogos y populistas que en el mundo ven a Trump como su fuente de inspiración.

Biden recurrirá a normas y valores democráticos y a coaliciones de los decentes, tanto al interior del país como en el sistema internacional, para enfrentar un futuro incierto y peligroso. Algunos cambios serán inmediatos. Comenzará su mandato restaurando la aptitud en los altos cargos del gobierno federal, desplazando al régimen corrupto, nepotista y kakistocrático de Trump. Durante sus décadas de experiencia política, el ex vicepresidente se ha rodeado de algunos de los funcionarios y servidores públicos más capaces de Washington. Algunos, como el posible jefe de gabinete de Biden en la Casa Blanca, Ron Klain, cuentan con currículos casi tan largos como el de Biden. Otros, como Harris, son de recién arribo a la escena nacional. Pero el atributo común de todo el equipo es un historial de logros en el servicio público. Y al asumir el cargo, detendrá rápidamente algunas de las decisiones más deplorables de Trump: la destrucción vertiginosa de las regulaciones ambientales; la falta de sustento científico en la estrategia para contener y mitigar la pandemia; el esfuerzo sistemático para socavar el Obamacare en las agencias federales y en los tribunales; la presión constante sobre el Departamento de Justicia para que procese a los enemigos políticos de Trump por cargos falsos, mientras perdona los actos criminales de sus amigos. Biden buscará reincorporar a EU a organismos y acuerdos internacionales como la Organización Mundial de la Salud y el acuerdo climático de París y reinstaurará las protecciones ejecutivas a los llamados “soñadores”, los inmigrantes indocumentados traídos a este país cuando eran niños. Y todo esto podría ser solo durante el primer día de su gestión.

A pesar de que ha tenido sobradas razones para hacerlo, y más ahora a partir de la negativa de la gran mayoría de ellos a admitir la derrota de Trump, se ha resistido a romper lanzas con los Republicanos, una postura que le valió las burlas y críticas de los progresistas en la primaria, pero que podría serle útil para construir un mínimo de consenso y coaliciones legislativas a la carta en un país partido a la mitad. Como en algún momento apuntó el ex gobernador Mario Cuomo, se hace campaña en poesía, pero se gobierna en prosa. Y vaya que Biden tendrá que gobernar con el lenguaje árido de la negociación y el compromiso. Los mandatarios suelen enfrentan circunstancias y crisis que nadie anticipó. Pero los estadounidenses pueden estar seguros de que una vez más, la persona sentada en la Oficina Oval se preocupa por los mejores intereses de la nación, terminando de paso con la demonización de los “otros”. Trump empeoró los problemas más grandes y, trágicamente, manejó mal las crisis que enfrentó. Se necesitará mucha paciencia y mucha mano izquierda así como sensibilidad social y política para que los Demócratas puedan construir la coalición que necesitan para gobernar eficazmente y revertir las secuelas nocivas del trumpismo. Pero en una era en la que los demagogos han sido ascendentes, cualquier victoria hoy vale para celebrar.

La embajadora de México en Estados Unidos, Martha Bárcena, explicó que México está preparado para trabajar de forma constructiva con el próximo gobierno de Estados Unidos, aunque reiteró la posición ya expresada por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y el canciller Marcela Ebrard, sobre esperar para felicitar al ganador de la elección presidencial.

“La posición del Gobierno de México de esperar para felicitar al ganador de las elecciones presidenciales de 2020 en Estados Unidos está basada en los principios de política exterior consagrados en nuestra Constitución, particularmente el principio de no intervención, así como en nuestra historia”, dijo la embajadora a través de una nota diplomática.

En un esfuerzo de explicar a interlocutores estadounidenses la posición de México, Bárcena Coqui dijo que la posición mexicana funge como un marco del involucramiento del país a nivel internacional, especialmente cuando otras naciones celebran procesos políticos internos.

“México considera que emitir opiniones, comentarios o posiciones respecto a procesos internos puede ser considerado como intervencionista”.

Insistió en que la felicitación llegará cuando todos los asuntos legales relacionados a la elección hayan sido resueltos y uno de los candidatos, Biden o Trump sea certificado como el ganador oficial.

Aseguró que dicha decisión subraya el respeto al sistema político estadounidense, a sus instituciones y a los partidos Demócrata y Republicano, así como al Presidente Donald Trump y al “presunto” presidente electo Joseph Biden, término que fue utilizado por la propia cancillería en su traducción del texto publicado por la embajadora.

Sobre el uso “presunto”, la diplomática fue cuestionada en redes sociales, a lo que explicó que existen varios sinónimos para la palabra “prospective”, utilizada en la versión original en inglés. “Puede traducirse de varias maneras, presunto es una de ellas, virtual sería otra, probable, eventual, futuro”, aclaró la funcionaria mexicana.

Martha Bárcena enfatizó que López Obrador está convencido de que la relación bilateral entre México y Estados Unidos será tan fructífera y productiva como debe serlo; en ese sentido dijo que nuestro país está listo para trabajar con el futuro gobierno de Estados Unidos de manera constructiva, “con base en los lazos de amistad y buena vecindad que unen a las dos naciones”.

El diario El Universal reporta este miércoles que el equipo de Joe Biden buscó una llamada telefónica entre el demócrata y el presidente mexicano, sin embargo, la propuesta fue rechazada bajo el argumento de que dicho contacto se  dará cuando se resuelva toda la parte legal de la elección.

Fue el director General para América del Norte, Roberto Velasco, quien habría detallado que no era posible la comunicación por un principio histórico asentado en la Doctrina Carranza, que data de 1918: la no intervención, razón que se le comunicó al equipo de Biden a través de Martha Bárcena.

En la nota enviada por Velasco, se puntualiza que México no hace una valoración sobre la validez de la elección, sus resultados o los procesos que pudiesen derivar de ésta, y se señala que el gobierno mexicano es respetuoso de la voluntad popular estadounidense.