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El candidato presidencial demócrata, Joe Biden, llamó este lunes al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, “pirómano climático” por sus políticas medioambientales, en medio de la ola de incendios que arrasa el oeste del país.

“Los incendios están quemando los suburbios en el oeste, las inundaciones acaban con los barrios suburbanos del medio oeste, los huracanes hacen peligrar la vida suburbana a lo largo de nuestra cosa. Si tenemos cuatro años más de negación (de la crisis) climática de Trump ¿Cuántos barrios de las afueras acabarán quemados?”, reclamó Biden en un discurso en Wilmington.

Biden preguntó cuántos suburbios tendrían que inundarse o desaparecer a causa de las grandes tormentas para dar a un “pirómano climático” cuatro años más en la Casa Blanca.

Biden aseguró que Estados Unidos necesita un presidente que respete la ciencia y que comprenda que la crisis climática ya está aquí. Advirtió que si no hay acciones inmediatas, el futuro será “catastrófico”.

En ese sentido recordó que Trump piensa que la crisis climática es “una falsedad”.

Por el contrario, afirmó que si es elegido como presidente en las elecciones del próximo 3 de noviembre intentará solucionar el problema del calentamiento global y esbozó una serie de medidas que pondrá en funcionamiento para crear “una nación más fuerte, más resistente al clima”.

Biden adelantó que, de ser elegido presidente, hará que el país regrese de nuevo al Acuerdo del Clima de París, del que Trump se retiró. “Haré que estemos de nuevo liderando el mundo en cambio climático”, prometió el aspirante demócrata.

Desde que llegó al poder en 2017, Trump ha dado marcha atrás a numerosas medidas contra la crisis climática, al ordenar la retirada de EUA del Acuerdo de París sobre el clima, desregular las emisiones de las centrales térmicas de carbón y relajar las exigencias de eficiencia energética de los vehículos.

Trump visita este lunes California para comprobar de primera mano la situación por los incendios, que desde agosto han ocasionado la muerte de una treintena de personas, que se han extendido en Oregón y Washington, además de decenas de miles de evacuados y varios desaparecidos.

Ahí, el mandatario sugirió que el calentamiento global se revertirá, afirmando que el clima “comenzará a enfriarse”.

Mientras conversaba con un funcionario local en una reunión informativa en California sobre los incendios forestales que azotan el oeste del país, Trump desestimó las preocupaciones sobre el cambio climático y dijo: “Comenzará a enfriarse. Solo observa”.

El funcionario en cuestión, Wade Crowfoot, director de la Agencia de Recursos Naturales de California, respondió: “Desearía que la ciencia estuviera de acuerdo con usted”.

El presidente Donald Trump admitió este miércoles que minimizó la gravedad de la pandemia de COVID-19 en sus discursos públicos de febrero y marzo pasado, a pesar de que sabía que la enfermedad era especialmente “mortal”.

Indicó que lo hizo para contener el “pánico” y evitar la “histeria” en los mercados.

La publicación de grabaciones de algunas de las conversaciones que Trump mantuvo este año con el periodista Bob Woodward obligó al mandatario a reconocer esa decisión y ahondó la polémica sobre la gestión de la pandemia en Estados Unidos, un tema central en la campaña para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

“Siempre he querido restarle importancia, todavía me gusta restarle importancia, porque no creo crear pánico”, dijo Trump el 19 de marzo a Woodward, según relata el periodista en su libro “Rage”, que saldrá a la venta el próximo martes y del que el diario “The Washington Post” adelantó algunos puntos clave este miércoles.

En declaraciones a la prensa en La Casa Blanca después de que se hicieran públicas esas grabaciones, Trump respondió afirmativamente a la pregunta de si engañó deliberadamente a los estadounidenses sobre el peligro que suponía la pandemia.

“Con el objetivo de reducir el pánico, quizá fue así”, confesó el mandatario, al subrayar que no quería “provocar que los precios subieran a un nivel prohibitivo”.

“Soy un animador de este país. Amo a nuestro país. No quiero que la gente esté asustada. No quiero crear pánico”, añadió el mandatario.

La admisión de Trump llegó el mismo día en el que Estados Unidos cruzó el umbral de 190,000 muertos por el COVID-19, y en un momento en el que el mandatario empezaba a superar el impacto que tuvo en las encuestas electorales su gestión de la pandemia.

En tanto, el candidato presidencial demócrata, el exvicepresidente Joe Biden, no tardó en reaccionar a las grabaciones de Woodward, y acusó a Trump de haber “mentido al pueblo estadounidense” al “restar importancia” a la enfermedad.

El exvicepresidente acusó que Trump sabía lo peligroso que era, y evitó hacer su trabajo a propósito, y eso “costó vidas”.

La portavoz de La Casa Blanca, Kayleigh McEnany, dijo en una rueda de prensa que la intención del presidente era simplemente “expresar calma” ante la llegada de la enfermedad, porque Estados Unidos no podía permitirse “aglomeraciones masivas en las tiendas de alimentación” o un “colapso” en los mercados.

Biden también aseguró que las acciones de Trump hicieron que la economía “cayera en picada”, con decenas de millones de despidos en marzo y abril y con menos de la mitad de esos empleos recuperados.

“Esta es una recesión creada por la negligencia de Donald Trump, y él no es apto para este trabajo como consecuencia de ello”, sostuvo Biden.

El presidente Donald Trump acusó este lunes a sus rivales en las elecciones de noviembre, el exvicepresidente Joe Biden y su compañera de fórmula, Kamala Harris, de socavar la confianza de la ciudadanía en la futura vacuna de la COVID-19 por motivos políticos.

Sin embargo, es exactamente lo mismo de lo que le acusa Biden, quien ha advertido recientemente que Trump está “jugando a la política” y presionando para tener una vacuna disponible antes de las elecciones del 3 de noviembre, lo que puede “minar la confianza pública” en la eficacia del medicamento.

Durante una rueda de prensa en La Casa Blanca, Trump insistió en que la vacuna estará disponible en un “tiempo récord”, y arremetió contra Harris por haber asegurado que no “confiaría” en las promesas del mandatario sobre la seguridad de una vacuna si no van acompañadas de garantías de científicos.

“Biden y su compañera de fórmula (Harris) tan progresista, que no es competente en mi opinión, deberían disculparse inmediatamente por la retórica irresponsable antivacunas que están adoptando ahora. Eso socava la ciencia (…) y es una retórica política, es muy peligrosa”, subrayó el mandatario.

Trump llegó incluso a insultar al candidato presidencial demócrata, al afirmar: “Biden es una persona estúpida, ustedes lo saben”.

El presidente reaccionaba así a unas declaraciones de Harris durante una entrevista emitida este sábado por la cadena CNN, en la que la aspirante demócrata a la Vicepresidencia aseguraba que no se basaría solo en “la palabra” de Trump para confiar en una vacuna contra el coronavirus si La Casa Blanca la anuncia pronto.

“No confiaría en Donald Trump. Tendría que ser una fuente de información creíble que hable sobre la eficacia y la fiabilidad de lo que sea que él esté hablando”, aseguró la senadora demócrata.

Harris explicó que teme que Trump “amordace, suprima o deje de lado” a los expertos en salud pública porque se enfrenta a unas elecciones en menos de 60 días, y está tratando de agarrarse de lo que sea para fingir que ha liderado en el tema, cuando no es así.

Biden, de visita en Pensilvania, respondió a la pregunta de los periodistas de si se aplicaría una vacuna de contra el COVID-19 en caso de que Trump la presentara una antes de las elecciones.

“Solo si (el proceso) fuera completamente transparente, solo si supiéramos todo (el proceso) que ha debido atravesar la vacuna” hasta su aprobación, respondió el exvicepresidente.

No obstante, Biden aseguró que, después de “ver lo que dicen los científicos” sobre esa vacuna, le daría la bienvenida incluso si su llegada le da un impulso a la campaña de Trump.

“Si pudiera ponerme mañana la vacuna, lo haría. Incluso si me costara las elecciones, lo haría. Necesitamos una vacuna y la necesitamos ya”, enfatizó el candidato demócrata.

Algunos expertos en salud pública han expresado preocupación por la posibilidad de que La Casa Blanca esté presionando para saltarse etapas en el proceso de aprobación de la vacuna y anunciarla antes de los comicios de noviembre, y potenciar las opciones de reelección de Trump.

Las convenciones de los partidos Demócrata y Republicano suelen definir un antes y un después en las preferencias electorales en Estados Unidos.

El candidato demócrata, Joe Biden, sigue aventajando al presidente Donald Trump aunque el margen de ventaja se acortó a siete puntos porcentuales,según una encuesta que publica este miércoles el diario USA Today.

La encuesta, realizada por la Universidad Suffolk para el diario, daba a Biden una ventaja de 12 puntos en junio, y ahora le asigna el respaldo del 50% de los votantes, comparado con el 43% del presidente.

La encuesta realizada entre 1,000 votantes registrados entre el 28 y el 31 de agosto, encontró que el 28% de los partidarios del exvicepresidente Biden, y el 19 % de los simpatizantes de Trump no están preparados para aceptar la victoria del rival.

Entre los que dicen que apoyarán a Biden, el 49% indicó que votará por este candidato, aunque el 33% señaló que su decisión responde más al deseo de votar contra Trump porque ven “peligros graves” en un hipotético segundo mandato del republicano.

Un promedio de otras encuestas que realiza la plataforma Fivethirtyeigh.com encuentra que el índice de rechazo a la presidencia de Trump ha disminuido del 56.4% a fin de julio a un 52.5% después de la Convención Nacional del Partido Republicano.

Asimismo, el índice de aprobación ha subido en el mismo período del 40.5% al 43.5%, esto es apenas el índice más alto de popularidad que Trump ha logrado en tres años y medio de gobierno.

Para RealClearPolitics, otra plataforma que elabora su promedio de varias encuestas, Biden cuenta ahora con la simpatía del 48.9% de los posibles votantes y Trump tiene el apoyo del 42.5%.

Para esta organización, y cuando faltan 61 días para la elección, el índice de aprobación de la gestión de Trump se encuentra en el 45% y el de desaprobación en el 53%.

Recordemos que en Estados Unidos los ciudadanos no eligen directamente al presidente, sino a los 538 delegados del Colegio Electoral distribuidos de acuerdo con la población de cada Estado, y se necesitan 270 “electores” para ganar la elección.

La plataforma 270towin.com, sobre la base de las encuestas de opinión en los estados, indica que si las elecciones fuesen ahora, el candidato demócrata contaría con 278 electores, y Trump con 169, mientras hay 91 delegados cuya adjudicación no está decidida.

Arturo Sarukhán

EL UNIVERSAL

 

 

Han concluido las dos convenciones nacionales partidistas en Estados Unidos y estamos ya en la antesala del arranque de la campaña general y las diez semanas críticas que definirán el futuro de la democracia estadounidense, pero también el de la vitalidad democrática en otras naciones.

Políticamente, tanto Demócratas como Republicanos parecen haber obtenido lo que necesitaban de sus respectivas convenciones. Hace diez días los Demócratas y Joe Biden hilaron una narrativa eficaz y demoledora de lo que ocurrirá si Donald Trump se reelige, convirtiendo su convención en un referéndum sobre el presidente. Los favorables del ex vicepresidente incluso subieron cinco puntos porcentuales como resultado, mientras que los de Trump no se han movido. Por ello, el objetivo del GOP la semana pasada era apremiante y simple: que el mayor número de votantes posibles olvidasen que más de 180,000 estadounidenses han fallecido a causa de una pandemia bajo la gestión -o ausencia de ella- de este presidente (cada tres días están muriendo el mismo número de estadunidenses que perecieron en los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001) y que el país encara una dislocación económica y social inédita. En un intento por recuperar votantes suburbanos y mantener incólume su voto duro con votantes blancos en zonas rurales, querían proyectar imágenes de ciudades gobernadas por Demócratas como convulsas y caóticas; las manifestaciones y disturbios en respuesta al tiroteo a otro afroamericano en Kenosha, Wisconsin (estado en el cual Biden tiene la ventaja más estrecha sobre Trump de los 5 o 6 estados bisagra clave en juego para la elección de este año) les cayeron como anillo al dedo para enmarcar esa narrativa. Trump, el pirómano en jefe, necesitaba subrayar que los Demócratas son un peligro para este segmento del electorado y para el bienestar y la seguridad del país: ahondar el factor miedo de la fórmula Biden-Harris, principalmente usando los disturbios y protestas por la brutalidad policiaca como botones rojos; las “ciudades santuario” como focos de criminalidad; argumentar que Biden dejaría entrar a los “yihadistas”, derribaría el muro y soltaría a los criminales, eliminando los presupuestos para departamentos de policía en el país; ciudades vs suburbios y zonas rurales como la falla tectónica a explotar.

El GOP esencialmente celebró y destacó una país pre-COVID, y por ende la plétora de mentiras o medias verdades para proyectar esa imagen hicieron de sus discursos un festín para los verificadores de datos de los medios. La convención también buscó, con su deleznable alcahueteo de una ceremonia de naturalización de inmigrantes y un desfile de más diversidad étnica a lo largo de cuatro días de discursos que la que contiene su gabinete entero, que Trump sea más potable para votantes indecisos en los suburbios que podrían sentirse repugnados por su retórica pero a quienes les gustan algunas de sus políticas. Es decir, que se tapen la nariz y se sientan con menos remordimiento pensando que al final del día están votando por alguien que quizá no sea tan racista o misógino como sugiere el tufo que despide el mandatario.

Y sí, es realmente alarmante que el presidente haya utilizado de manera facciosa y bananera monumentos y sitios emblemáticos del país (Fort McHenry, el Monumento a Washington y la Casa Blanca) con fines político-electorales y partidistas en un quiebre con la tradición, las normas políticas y el marco legal y con integrantes del gabinete ya sea fungiendo como oradores o presentes en el discurso de aceptación del presidente, en flagrante violación del Acta Hatch que prohíbe a funcionarios participar en actos proselitistas. El discurso de aceptación de Trump en los jardines de la Casa Blanca fue la demolición final de los límites que habían existido en EE.UU entre el Ejecutivo y una campaña política. Y, ¿plataforma? ¿Cuál plataforma? El partido de Lincoln por primera vez no tiene una propuesta de política pública para la campaña: la plataforma es Trump y lo que diga Trump. El GOP lamentablemente enfrenta hoy el mismo dilema que el Dr. Frankenstein: qué hacer con su monstruo.

Con el paso del verano, se ha ido volviendo más viable que Biden pueda vencer al presidente Trump en las urnas. Con un mandatario que parece estar crecientemente fuera de sintonía con el estado de ánimo nacional -desde su manejo de la pandemia hasta sus respuestas y posturas ante el racismo y la brutalidad policiaca contra ciudadanos afroamericanos- sin mencionar una amplia gama de otros temas incluyendo la erosión de la investidura presidencial y su petulancia e injurias que solo van en aumento, Biden arrancará la campaña general con moméntum y tracción electoral. Y si bien las encuestas nacionales a fines de agosto son un baremo aún incompleto, éstas no favorecen a Trump, e incluso en los cinco o seis estados decisivos, los llamados estados bisagra (en esta elección presidencial particular, Wisconsin, Pennsylvania, Michigan, Florida, Arizona y potencialmente Carolina del Norte) para el Colegio Electoral, Trump ha perdido terreno -tanto en términos de números en las encuestas como del perfil socio-demográfico de la coalición de votantes que requiere obligadamente para ganar- que no le será fácil recuperar.

Pero lo que parece probable en este momento no elimina la posibilidad de que Trump pudiese dar de nuevo, el día de la elección, el campanazo y quedarse con la presidencia por un segundo periodo, ni que el pasado -lo que ocurrió en los comicios de 2016- pueda ser prólogo. Tampoco ha sido tan infrecuente, históricamente, que las encuestas en Estados Unidos cambien radicalmente entre fines de agosto y el día de las elecciones. Y éstas se cerrarán más de lo que ya están. En ese contexto, es probable que el presidente tenga una ventaja con una elección competitiva debido a que el Colegio Electoral favorece estructuralmente a los Republicanos y que el rompecabezas de votos electorales tiende a beneficiarlos (particularmente por el número de estados agrícolas). Ello significa que Biden bien podría necesitar colocarse por lo menos cuatro puntos por delante en los resultados nacionales para estar seguro de la victoria en el Colegio Electoral.

En muchos sentidos, Trump y Biden están librando la campaña de 2020 como si fuera 1968, cuando las calles se convirtieron en campos de batalla, la nación se convulsionó social, política y culturalmente y Richard Nixon hizo un llamado a “la ley y el orden”, basado en el miedo de una “mayoría silenciosa”. Ambas campañas presidenciales están usando lo que ocurre hoy en las calles estadounidenses para validar su teoría de lo que la mayoría de los estadounidenses cree y quiere. Pero ninguna puede controlar los eventos que han alimentado una potencial primavera estadounidense, repleta de disturbios y descontento social en Estados Unidos, por lo que están tratando de controlar la narrativa. Así arrancará la campaña general con todo a partir del día del Trabajo (que este año cae el lunes venidero), y será en ese momento en el que habrá que seguir, ahora sí de cerca y de manera más granular, las encuestas (particularmente las que son a nivel estatal) para ver cómo se decanta ese 13 por ciento determinante del electorado que a estas alturas parece no haber tomado aún una decisión sobre cómo votará el 3 de noviembre.

Donald Trump mantiene sus ataques contra los demócratas acerca de incitar a la violencia en Estados Unidos, tras nuevos enfrentamientos durante manifestaciones antirracistas y la muerte de un hombre en Portland.

La seguridad se ha convertido en un tema central de la campaña para las elecciones presidencial del próximo 3 de noviembre.

Trump se ha presentado como una garante de la “ley y orden” mientras que Biden lo acusa de provocar tensiones.

El presidente estadounidense “está alentando la violencia de forma irresponsable”, dijo el exvicepresidente de Barack Obama en un comunicado el domingo. “Quizá él crea que tuitear sobre la ley y el orden lo hace fuerte, pero su incapacidad para llamar a sus seguidores para que dejen de buscar conflictos muestra justo cuán débil es”.

El equipo de campaña del aspirante demócrata confirmó que Biden pronunciará un discurso este lunes para responder a lo que él presenta como una pregunta a los electores: “¿Está usted seguro en los Estados Unidos de Donald Trump?”.

La muerte a tiros de un hombre y los choques entre seguidores y opositores al presidente en Portland, Oregon, ocurren tras una semana de protestas en todo el país, que incluyeron una histórica paralización en el deporte ante la indignación que generó un nuevo caso de violencia policial contra un hombre negro.

Jacob Blake, un afroestadounidense de 29 años, recibió varios tiros a por la espalda hace una semana en Kenosha, Wisconsin, por parte de un policía que intentaba arrestarlo. Aunque sobrevivió, probablemente quede paralítico.

Trump reaccionó enviando docenas de tuits y retuits el domingo que criticaban la actuación del alcalde demócrata de Portland, Ted Wheeler, y su negativa de llamar a la Guardia Nacional y, a nivel más general, denunciando la blandeza, según él, de las ciudades gobernadas por demócratas frente a la violencia.

La Guardia Nacional “podría resolver estos problemas en menos de una hora”, dijo.

“Wheeler es incompetente, así como el dormilón Joe Biden”, dijo Trump. “Esto no es lo que quiere nuestro gran país. Quieren seguridad y no que la policía sea desfinanciada”.

En Portland, siguen rechazando todo tipo de ayuda del gobierno para detener los actos de violencia que tienen lugar desde hace casi 90 días, señaló el secretario interino de Segureidad Interior, Chad Wolf, a la cadena ABC.

Trump viajará el martes a Kenosha, donde un joven de 17 años es acusado de matar a tiros a dos hombres durante las protestas y disturbios que siguieron a los disparos contra Jacob Blake.

El sábado, una persona murió baleada en Portland en circunstancias confusas durante enfrentamientos entre manifestantes antirracistas y seguidores de Trump.

Portland ha sido durante meses epicentro de las protestas del movimiento Black Lives Matter contra la violencia policial desde la muerte en mayo en Minnesota de George Floyd, un hombre negro asfixiado por un policía blanco.

Varios centenares de vehículos conducidos por simpatizantes del presidente, con banderas estadounidenses y pro-Trump, desfilaron el sábado en Portland, donde se encontraban manifestantes de Black Lives Matter, dando lugar a intercambio de insultos y altercados.

El alcalde demócrata de Portland acusó a Trump el domingo de arremeter contra los gobiernos demócratas locales, luego de haber acumulado durante cuatro años críticas por sus ataques contra periodistas e inmigrantes.

“¿Se pregunta, seriamente, señor presidente, por qué es la primera vez en décadas que Estados Unidos vive este nivel de violencia?”, cuestionó Wheeler durante una rueda de prensa. “Es usted que ha creado el odio y la división”.

En una carta abierta a Trump, Wheeler había denunciado la “política de división y demagogia” del presidente.

El presidente Donald Trump aceptó la noche de ayer la nominación del Partido Republicano para buscar la reelección en un discurso desde el Jardín de La Casa Blanca.

“Compatriotas estadounidenses, esta noche, con un corazón lleno de gratitud y optimismo ilimitado, acepto con orgullo la nominación para presidente de Estados Unidos”, dijo Trump al concluir la Convención Nacional Republicana de 2020.

En su mensaje, el argumento central al que recurrió el presidente fue el miedo.

Trump se apartó de la tradición mostrada por sus predecesores al pintar un retrato sombrío de la violencia en las ciudades gobernadas por demócratas y pobladas por votantes que se le oponen.  El republicano se presentó como la última esperanza para impedir que la anarquía se apodere de las calles del país.

“Sus votos decidirán si protegemos a los estadounidenses respetuosos de la ley o si damos rienda suelta a anarquistas violentos, agitadores y criminales que amenazan a nuestros ciudadanos”, dijo Trump. Añadió que el “American way of life” es lo que está en juego.

El miedo es un arma utilizada por los políticos desde hace mucho porque en parte es eficaz. Richard Nixon, quien basó su campaña para la presidencia en 1968 con el mensaje de restaurar “la ley y el orden”, dijo una vez: “La gente reacciona al miedo, no al amor. No es lo que te enseñan los domingos en la iglesia, pero es verdad”.

Trump aplicó ese criterio en la campaña de 2016: recorrió el país advirtiendo que una ola de inmigrantes se quedaría con todos los empleos, violarían y asesinarían a los ciudadanos y cambiarían la trama de la sociedad estadounidense. En su discurso al aceptar la candidatura republicana, trazó un cuadro sombrío de la situación y prometió que “la delincuencia y la violencia pronto llegarán a su fin”.

El mandatario destacó un proyecto de ley de reforma de la justicia penal presentado por su gobierno y los aranceles sobre las importaciones chinas para mejorar la competitividad de los trabajadores estadounidenses. Presentó sus logros en términos históricos, aunque en cierta medida incorrectos y proclamó que había cumplido sus promesas al pueblo.

En su discurso, Trump no mencionó por su nombre a Jacob Blake ni a otros afroestadounidenses muertos por la policía. En cambio, aprovechó algunas imágenes de las protestas para pintar un panorama de ciudades presas de la violencia.

Abordó el tema de las protestas, pero con un enfoque a condenar la “débil” respuesta de los demócratas a lo que describió como una “turba”, sin diferenciar entre las manifestaciones mayoritariamente pacíficas y los contados episodios de saqueos.

También sostuvo que Biden quiere restar fondos a los departamentos de policía y está dispuesto a permitir que reine la violencia en el país.  Según Trump, “nadie estará a salvo en el Estados Unidos de Biden”.

Trump, pidió un segundo mandato para “salvar” a Estados Unidos de un Partido Demócrata que describió como un “movimiento radical” y “socialista” cuyo candidato (Joe Biden), “destruiría” el sueño americano.

“Estas elecciones decidirán si salvamos el sueño americano o si permitimos que una agenda socialista acabe con nuestro querido destino (…). Si le dan la oportunidad, Joe Biden será el destructor de la grandeza estadounidense”, añadió.

Los ataques a los demócratas ocuparon la mayor parte del largo discurso de Trump, de una hora y diez minutos, con apenas algunas breves menciones al final a lo que haría en un segundo mandato, y una larga defensa de su gestión de la crisis del COVID-19, incluida la promesa de que Estados Unidos tendrá una vacuna antes de fin de año.

“Aplastaremos a este virus”, sentenció el presidente. “El plan de Biden no es una solución al virus, sino una rendición”, insistió Trump al asegurar que su rival “cerraría” el país y eso llevaría a un aumento en las “sobredosis, depresión, alcoholismo, suicidios, infartos y devastación económica”.

En el plano migratorio, Trump defendió que “las fronteras de Estados Unidos hoy son más seguras que nunca”, y añadió sobre su promesa estrella de campaña, que ha cumplido parcialmente: “El muro (en la frontera con México) pronto estará completo, y está funcionando de una forma que supera todas nuestras expectativas”.

Si es reelegido, prometió que seguirá atacando a las ciudades santuario, que protegen a los indocumentados, y asegurará que los inmigrantes sin papeles no tengan acceso a “los seguros médicos federales”.

Trump no mencionó su política hacia Venezuela o Cuba, que es importante en el estado clave de Florida, y apenas se refirió a México para defender el tratado comercial T-MEC. En el apartado de política exterior, prefirió hablar de sus medidas hacia Israel, su combate al Estado Islámico (EI) y su guerra comercial con Pekín.

“China se apoderaría de nuestro país, si Joe Biden es elegido. Yo les haré rendir cuentas por la tragedia que han causado en todo el mundo”, prometió en referencia al origen chino de la pandemia.

El presidente volvió a referirse a él mismo como alguien ajeno al aparato político de Washington, al afirmar a sus seguidores: “Están en mi contra porque lucho por ustedes”.

El hecho de que Trump pronunciara su discurso de la convención desde La Casa Blanca, a pesar de que los presidentes no deben celebrar actos partidistas en edificios federales, generó polémica, y llevó a cientos de manifestantes a congregarse fuera de la mansión y hacer sonar bocinas y silbatos, que en ocasiones se oyeron desde el jardín.

El presidente Donald Trump anunció este miércoles el envío de agentes federales que se unirán a la Guardia Nacional en Kenosha, Wisconsin, para sofocar los disturbios raciales que hasta la noche de ayer tenía como saldo dos muertos y un herido, hechos por los que ha sido detenido un joven de 17 años.

El gobernador de Wisconsin, Tom Evers, aceptó el despliegue de los agentes federales, indicó Trump en un tuiit, en el que aseguró que no tolerará “saqueos, incendios intencionados, la violencia y la ilegalidad en las calles de EE.UU.”

Paralelamente, las autoridades del Condado Lake, en el vecino estado de Illinois, anunciaron la detención de un joven identificado por los medios como Kyle Rittenhouse, de 17 años, acusado de las dos muertes y las heridas causadas a otra persona en un enfrentamiento con manifestantes en Kenosha el martes de noche.

Videos grabados por testigos durante los hechos, publicados por los medios locales, muestran a un joven blanco armado con un fusil disparando contra los manifestantes.

El diario Milwaukee Journal Sentinel indicó que Rittenhouse se enfrenta a cargos de homicidio intencionado en primer grado en los tribunales del Condado de Kenosha.

El jefe de Policía del Condado Kenosha, David Beth, dijo en conferencia de prensa que de nuevo hoy habrá un toque de queda en la ciudad a partir de las 19:00 horas y que después de esa hora ya no se permitirán las protestas pacíficas y se dispersará a los manifestantes.

“Los problemas de violencia empiezan cuando oscurece”, dijo Beth. “Tenemos 700 agentes policiales, tenemos cientos de soldados de la Guardia Nacional y actuaremos de manera muy firme. Si alguien no cumple con el toque de queda, será detenido por violación de la norma”.

Beth dijo estar “orgulloso de la gente de Kenosha, una ciudad en la cual no estamos acostumbrados a estos motines”.

Las protestas se desencadenaron después de que un policía blanco disparase al afroamericano Jacob Blake siete veces en la espalda el domingo cuando se alejaba de los agentes, sin aparentemente representar una amenaza, y abría la puerta de un vehículo SUV donde estaban sus tres hijos menores de edad, en una escena que fue captada por las cámaras de los teléfonos móviles de testigos.

El padre de la víctima, que se llama también Jacob Blake, lamentó que la policía dispara “siete veces, siete veces, como que él no importaba (…() Pero mí hijo sí importa”, añadió. “Es un ser humano, y él importa”.

Estos incidentes ocurren tres meses después de la muerte el 25 de mayo de George Floyd, un hombre de raza negra, asfixiado por un policía blanco, que presionó su rodilla contra su cuello durante 8 minutos y 46 segundos.  La muerte de Floyd detonó protestas multitudinarias y disturbios violentos en ciudades de todo el país.

Al respecto, el candidato demócrata para las presidenciales estadounidenses, Joe Biden, informó esta tarde que habló con la familia de Jacob Blake, a quien le prometió “justicia”.

“Una vez más, un hombre negro -Jacob Blake- ha recibido disparos de la policía. Ante los ojos de sus hijos. Esto me pone enfermo”, escribió Biden en un texto en Twitter, acompañado de un mensaje de video.

“He hablado hace poco con la madre y el padre de Jacob, con su hermana y otros miembros de la familia y les he dicho que había que impartir justicia y que así se hará”, dijo Biden en el video.

“Nuestros pensamientos son para su familia, especialmente sus hijos. Lo que vieron es horrible: su padre tiroteado”, añadió.

En su mensaje, el exvicepresidente de Barack Obama, que goza de una buena popularidad entre el electorado afroestadounidense, habló también de las manifestaciones antirracistas que estallaron en varias ciudades del país en los últimos días.

“Rebelarse contra la brutalidad es un derecho y una necesidad absoluta. Pero incendiar bienes públicos no es manifestarse, es violencia inútil”, consideró el candidato demócrata.

Los jugadores de los Cerveceros de Milwaukee y los Rojos de Cincinnati de las Grandes Ligas de béisbol se sumaron este miércoles al boicot en la NBA para protestar por el ataque policial contra el afroestadounidense Jacob Blake, reportaron medios.

Los Cerveceros, que iban a enfrentar a los Rojos este miércoles como locales, siguen así el paso tomado por los Milwaukee Bucks, el primer equipo de la NBA en negarse a jugar este miércoles, informó ESPN.

Tras la suspensión de este partido, otros equipos de Grandes Ligas como los Marineros de Seattle “están discutiendo la posibilidad de no jugar”, informó la cadena deportiva.

La jornada de hoy en las Grandes Ligas consta de un total de 15 partidos, algunos de ellos ya en juego.

En la NBA, el plantón de los Bucks generó una reacción en cadena que terminó con la suspensión de los tres partidos de primera ronda de playoffs que se debían disputar hoy.

Foto: Twitter

Más de 70 republicanos que ocuparon cargos de seguridad nacional en el Gobierno de Estados Unidos afirmaron que el presidente Donald Trump “carece del carácter y la competencia para conducir esta nación”, en una carta difundida este viernes.

“Nos preocupa profundamente el curso de nuestra nación bajo la conducción de Donald Trump”, indicaron los firmantes en la carta, entre los que están el exdirector de la Agencia Central de Inteligencia Michael Hayden, el exdirector de Inteligencia John Negroponte y el exsecretario de Defensa Chuck Hagel.

“Trump ha demostrado que carece del carácter y la competencia para conducir esta nación y ha incurrido en comportamientos corruptos que lo hacen inepto para servir como presidente”, continuó el documento.

Los exfuncionarios que firmaron la carta, entre ellos también el exdirector de la Oficina Federal de Investigaciones William Webster, ocuparon cargos de seguridad nacional en las Presidencias de Ronald Reagan, George W. Bush, George H.W. Bush y también en la de Trump.

El texto afirma que Trump “ha dañado gravemente el papel de Estados Unidos como líder mundial”, ha solicitado la influencia extranjera y ha socavado la confianza en nuestra elección presidencial, se ha alineado con dictadores y ha insultado a las fuerzas armadas, las agencias de inteligencia y diplomáticos.

Señala que Trump “ha socavado el imperio de la ley”, ha deshonrado la Presidencia, ha dividido la nación, ha atacado y vilipendiado a los inmigrantes, y ha puesto en peligro la seguridad de Estados Unidos al trastornar el funcionamiento de las agencias de seguridad nacional.

Por todo ello, concluyeron, “estamos firmemente convencidos de que en el mejor interés de nuestra nación el (ex) vicepresidente Joe Biden sea elegido como el próximo presidente de Estados Unidos, y votaremos por él”.

La Convención Nacional del Partido Demócrata concluyó este jueves después de hacer oficial la candidatura de Biden para las elecciones del 3 de noviembre, en las cuales Trump busca un segundo mandato.

Durante la convención, otras figuras republicanas prominentes declararon su respaldo a la candidatura de Biden, incluido el exgobernador de Ohio John Kasich.

En junio, el exsecretario de Estado Colin Powell dijo que votaría este año por el candidato demócrata porque Trump “miente”.

Cuando faltan 74 días para la elección, todas las encuestas dan a Biden una ventaja entorno a los 10 puntos porcentuales sobre Trump, pero el presidente cuenta con un apoyo firme entre los republicanos.

El Partido Demócrata nominó formalmente la noche de ayer a Joe Biden como su candidato a la presidencia de Estados Unidos en las elecciones de noviembre.

Los líderes del partido, políticos de nueva generación y votantes de todos los estados se unieron en una convención virtual debido a la pandemia por el coronavirus.

En lugar de en un centro de convenciones de Milwaukee como se planeó en un principio, los delegados participaron con una serie de intervenciones tanto grabadas como en vivo desde lugares del emblemáticos y simbólicos: el Puente Edmund Pettus Bridge de Alabama, la cabecera del Río Mississippi, una comunidad puertorriqueña que sigue recuperándose del un huracán y la Plaza Black Lives Matter de Washington.

Biden celebró su nominación junto a su esposa y a sus nietos en la biblioteca de una escuela en Delaware. Jill Biden, su esposa por más de 40 años, habló más tarde de él en términos profundamente personales.

A menos de tres meses de los comicios, presentó al político ante el electorado estadounidense como un hombre de gran empatía, fe y resiliencia.

“Hay momentos en que no podía imaginar cómo lo hizo, cómo puso un pie delante del otro y siguió adelante”, afirmó. “Pero siempre he entendido por qué lo ha hecho. Lo hace por ustedes”.

Los momentos más esperados de la convención tendrán lugar hoy y mañana. Kamala Harris aceptará su nominación como compañera de fórmula de Biden, convirtiéndose oficialmente en la primera mujer negra en la boleta presidencial de un gran partido.

El expresidente Barack Obama también intervendrá como parte de sus esfuerzos para derrotar a su sucesor.

Biden dará su discurso de aceptación mañana por la noche, en un salón de convenciones cerca de su casa, en Delaware.

El candidato aprovechó la segunda noche de las cuatro de la convención para mostrar a una serie de veteranos políticos, tanto demócratas como republicanos, que argumentaron que tiene experiencia y energía para reparar el caos creado por Trump tanto en el país como fuera.

El expresidente Bill Clinton, el ex secretario de Estado John Kerry, y el ex secretario de Estado republicano Colin Powell aparecieron ayer para hacer énfasis en un tema: el liderazgo importa. El expresidente Jimmy Carter, de 95 años, también hizo una breve aparición.

Algunos de ellos lanzaron ataques inusualmente personales contra Trump, todo en un intento de presentar a Biden como el contrapeso moral y competente del mandatario.

“Donald Trump heredó una economía en crecimiento y un mundo más pacífico”, señaló Kerry. “Y como todo lo demás que ha heredado, lo ha arruinado”.

Según Clinton, la Oficina Oval de Trump es un lugar de caos, no un centro de mando. “Si quieren un presidente que defina el cargo como pasar horas viendo la televisión cada día y atacando a gente en redes sociales, él es su hombre”, añadió.

Solo un presidente en activo ha perdido la reelección desde 1992, George H.W. Bush. Los partidarios de Biden dicen estar más motivados por la oposición a Trump que por el entusiasmo que despierta el candidato demócrata.

El Partido Demócrata da inicio este lunes a una convención virtual de cuatro días en la que buscará dar una muestra de unidad y respaldo a su virtual candidato para las elecciones presidenciales, Joe Biden, que aspira a derrotar al actual mandatario Donald Trump, quien busca su reelección.

El principal rival de Biden en las primarias, Bernie Sanders, la ex primera dama Michelle Obama y el republicano John Kasich, un exgobernador de Ohio que se presentó contra Trump en 2016, encabezarán los discursos con los que, durante los próximos cuatro días, se apoyará la candidatura de Biden.

La pandemia del coronavirus obligó a los demócratas a modificar el desarrollo de su convención, suprimiendo la reunión presencial prevista en Milwaukee, Wisconsin, y convirtiéndola en una serie de discursos virtuales que tendrán, en total, una duración de dos horas.

Se prevé que mañana Biden sea nombrado oficialmente como el candidato demócrata para los comicios del 3 de noviembre; el también exvicepresidente será quien clausure la asamblea virtual con el discurso de aceptación.

Los demócratas esperan así apuntalar la coalición formada contra Trump y que no ocurra lo mismo que en 2016, cuando las constantes diferencias entre los precandidatos terminaron afectando a la campaña de Hillary Clinton.

Este año, Sanders se retiró de las primarias en abril y rápidamente mostró su apoyo a Biden.

“La asamblea es una oportunidad para explicar a los ciudadanos dónde ha fallado el Gobierno de Trump”, dijo Ed Rendell, exgobernador de Pensilvania y amigo de Biden desde hace mucho tiempo. “También servirá para detallar los planes sustanciales que Joe tiene para mejorar el país”.

Kamala Harris, senadora de California y elegida por Biden para ser su vicepresidenta, hablará el miércoles después de que su cargo sea confirmado de forma oficial.

Con visitas a cuatro estados ya programadas, el presidente Donald Trump planea hacer frente a la semana “fuerte” de los demócratas.

La gira de Trump por estados que probablemente resulten cruciales para lograr un eventual segundo mandato promete servir de referencia para su campaña, dado que la pandemia de coronavirus ha reducido los eventos multitudinarios que tanto gustan al presidente.

Trump, cuya Convención Nacional Republicana se celebrará la próxima semana, viajará a Mankato, en el estado de Minnesota, y Oshkosh, en el de Wisconsin, este lunes; a Yuma, en Arizona, mañana martes; y a la ciudad natal de Biden, Scranton, en Pensilvania, el jueves próximo.

El magnate impulsará sus políticas sobre la ley y el orden en Minnesota, el estado donde la muerte de George Floyd, un hombre negro, mientras estaba bajo custodia policial desató protestas multitudinarias contra la injusticia racial.

En Wisconsin, estado que albergará la convención demócrata, Trump hablará sobre el crecimiento del empleo y el comercio. En Arizona, el presidente hará hincapié en la seguridad de la frontera y su postura dura contra la inmigración.

El evento principal será el jueves en Scranton, el mismo día en que Biden aceptará la nominación de su partido para las elecciones del 3 de noviembre. Un asesor dijo que el discurso de Trump en Scranton revisará “las cuatro décadas de Joe Biden en la vida pública” y contrastará su historial con el de Trump en los últimos tres años y medio.

El presidente Donald Trump llamó este jueves “loca” e “izquierdista radical” a la aspirante demócrata a vicepresidenta, Kamala Harris, y dijo que junto con su virtual rival en las elecciones, Joe Biden, llevarían al país a una depresión.

“Es una izquierdista radical. Ahora intenta fingir que no lo es, pero es la persona más liberal del Senado de Estados Unidos. Ha hecho cosas terribles (…) y es una gran defensora de los impuestos, como Joe (Biden)”, aseguró Trump en entrevista con la cadena Fox.

Biden presentó este miércoles en Delaware a Harris como su compañera de fórmula en las elecciones del 3 de noviembre, y de cara a que la próxima semana se celebre la Convención Nacional demócrata, en la que será confirmado como candidato presidencial.

“Quieren impuestos por 4 billones de dólares, será el aumento de impuestos más grande de la historia (…) y destruirán la economía”, pronosticó Trump, quien agregó que con Biden y Harris “tendremos una depresión como nunca antes. Tendrás que remontarte a 1929”.

Sobre Kamala Harris aseguró que es “una especie de loca”, y criticó su comportamiento durante las polémicas audiencias de confirmación del magistrado del Tribunal Supremo Brett Kavanaugh, quien fue acusado de abuso sexual por varias mujeres.

“Estaba tan enfadada y tenía tanto odio con el juez Kavanaugh que nunca había visto una cosa igual. Era la más enfadada del grupo (…) Todos son gente enojada de la izquierda radical”, añadió.

Sobre medio ambiente, una de las principales preocupaciones de los demócratas por el retroceso que ha habido en las normas para combatir el calentamiento global con el Gobierno de Trump, el mandatario dijo que la agenda de Biden y Harris es “absurda y loca”.

Trump va por detrás de Biden en las encuestas de cara a las elecciones del 3 de noviembre, que de celebrarse ahora darían un  49.4% de los votos al aspirante demócrata, frente al 42.4% del republicano, según el promedio de sondeos elaborado por Real Clear Politics.

El virtual candidato del Partido Demócrata a La Casa Blanca, Joe Biden, anunció esta tarde que Kamala Harris será su compañera de fórmula para enfrentar al presidente Donald Trump, quien busca su reelección.

“Tengo el gran honor de anunciar que elegí a @KamalaHarris, una combatiente intrépida a favor de los más débiles y una de las mejores servidoras que tiene este país”, anunció el demócrata, terminando con semanas de expectación.

La senadora Kamala Harris lideraba los nombres que se tenían en las listas sobre quién acompañaría a Biden en la elección. Aparecían también la senadora Elizabeth Warren, la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, y la exasesora de Seguridad Nacional Susan Rice.

Adicional, Biden ha incluido a personas de su confianza en el equipo que acompañará a su compañera de fórmula. Liz Allen, portavoz de Biden durante su etapa como ‘número dos’ de Barack Obama, llevará la comunicación de Kamala Harris.

Karine Jean-Pierre, actual asesora de Biden, ejercerá de jefa de gabinete de la candidata a vicepresidenta, dentro de un equipo del que también forma parte Sheila Nix, asesora del exvicepresidente.

Ayer, más de un centenar de influyentes hombres negros firmaron una carta abierta para pedirle a Biden que tuviese en cuenta la cuestión racial en su decisión de compañera de fórmula. “No elegir a una mujer negra en 2020 implicaría que perderías las elecciones”, advirtieron en el texto, según reportó la cadena CNN.

Con la elección de Biden anunciada esta tarde, Karris de 55 años, se convierte en la primera mujer negra en ser parte de una candidatura presidencial en los Estados Unidos.

Quien también comentó sobre el anuncio de Biden fue el presidente Donald Trump, quien dijo este martes que algunos hombres pueden sentirse “insultados” por la decisión de Joe Biden, de elegir a una mujer como candidata a la vicepresidencia.

“Él se rodeo de un cierto tipo de gente”, indicó Trump en una entrevista con la cadena de radio Fox Sports. “Algunas personas dirían que los hombres se sienten insultados por eso y otras personas consideran que está bien”, señaló el republicano.

En la entrevista, Trump alabó a su segundo a bordo, Mike Pence, pero sentenció que “la gente no vota por un vicepresidente”.

En la historia de Estados Unidos ha habido sólo dos candidatas a la vicepresidencia, la demócrata Geraldine Ferraro en 1984 y la republicana Sarah Palin en 2008, pero ninguna llegó a La Casa Blanca, al igual que ninguna mujer ha sido elegida presidente del país.

El presidente Donald Trump reaccionó de inmediato al anuncio de Biden.

Foto: Twitter

El candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos Joe Biden, no revelará esta semana el nombre de su compañera de fórmula, indicó un miembro de su equipo de campaña.

El mes pasado Biden dijo que quería hacer el anuncio en la primera semana de agosto pero eso no ocurrirá, dijo el informante.

De todas formas el nombre de su compañera debería ser divulgado antes de la convención demócrata que comenzará el 17 de agosto en Milwaukee, Winsconsin.

Desde marzo, Biden, exvicepresidente de Barack Obama, ha dicho que escogerá a una mujer para enfrentar al presidente republicano Donald Trump en las elecciones del 3 de noviembre.

De ganar Biden, sería la primera estadounidense en ser vicepresidenta.

Los pronósticos proliferan en la medida en que Biden cumplirá 78 años en enero y si gana en noviembre, sería el presidente más viejo de la historia estadounidense.

Además, ya dio a entender que no ejercerá más que un mandato y su vicepresidenta podría ya ser vista como su reemplazo en las presidenciales de 2024.

La senadora Kamala Harris, de 55 años, es vista como una de las favoritas pero sus antecedentes como fiscal y sus críticas a Biden durante la primaria demócrata, le juegan en contra.

Otros nombres que se están manejando son: Susan Rice, ex consejera de Seguridad Nacional de Obama, las senadoras Elizabeth Warren y Tammy Duckworth, las representantes Karen Bass y Val Demings y las gobernadoras Gretchen Whitmer y Michelle Lujan Grisham.

Adicional, este martes se dio a conocer la agenda de Biden para la comunidad latina.

El equipo de campaña del virtual candidato presidencial indicó que Biden cree que la comunidad latina es parte central de la historia de los Estados Unidos.

“Como presidente, Joe Biden se asegurará de que todos seamos tratados con dignidad, sin importar la raza, género, orientación sexual, religión o discapacidad. Todos significan todos”, se lee en el plan publicado.

Al afirmar que hoy en día, una cuarta parte de todos los niños en los Estados Unidos son latinos, “nuestro éxito colectivo depende del éxito de la comunidad latina”.

Aseguraron que Biden está listo para que desde el primer día se implementen cambios necesarios para que la comunidad latina prospere.

Entre las propuestas que hizo están el expandir el acceso a una atención médica asequible y de calidad; asegurar que los latinos tengan una oportunidad justa de ser parte de la clase media; invertir en la educación desde el nacimiento hasta el 12vo grado; ampliar el acceso a la educación y capacitación de calidad y asequible después de la escuela secundaria; aprobar leyes sobre las armas que tengan sentido común; proteger a las comunidades de color de los impactos ambientales y garantizar que los contaminadores paguen, así como reducir los índices de encarcelamiento y que las diferentes comunidades sean más seguras. Entre sus propuestas sobresale el compromiso de reformar el sistema de inmigración.

“Podemos asegurar nuestras fronteras de una forma humana y establecer un conjunto racional de reglas para los que aspiran a ser inmigrantes. Biden priorizará una reforma integral de inmigración que finalmente le dará a unos 11 millones de inmigrantes indocumentados un camino hacia la ciudadanía. Los DREAMers son estadounidenses, y el Congreso debe hacerlo oficial. El invertirá en tecnología  en los puertos de entrada y hará que el sistema de asilo sea más racional, contratando más jueces de inmigración y oficiales de asilo. Se asegurará de que aquellos que buscan refugio en los Estados Unidos sean tratados con dignidad y tengan la audiencia justa a la cual legalmente tienen derecho a recibir. Además, una Administración Biden revisará inmediatamente cada decisión de TPS tomada por la administración Trump y anulará  aquellas que no consideren adecuadamente la situación real sobre el terreno”.

El exvicepresidente de Estados Unidos, y virtual candidato demócrata a las elecciones presidenciales, Joe Biden ha indicado este martes que elegirá la próxima semana a su compañera de fórmula, con quien se enfrentará al actual mandatario, Donald Trump.

“Voy a realizar la elección en la primera semana de agosto”, ha  señalado Biden, quien previamente había fijado el 1 de agosto como  fecha para anunciar su nominado. “Prometo que lo haré saber cuando lo haga”, ha agregado, según ha informado el diario estadounidense The  Washington Post.

El aspirante a La Casa Blanca se comprometió durante las primarias de su partido a elegir a una mujer como candidata a la vicepresidencia.

Entre los nombres que figuran en todas las quinielas como potenciales candidatas a la vicepresidencia están tres de las rivales de Biden en el proceso de primarias demócratas: las senadoras Kamala Harris, Elizabeth Warren y Amy Kloubchar.

Los medios especulan, además, con las también senadoras Catherine Cortez Masto y Tammy Baldwin, así como con la exasesora de seguridad nacional Susan Rice, la alcaldesa de Atlanta, Keisha Lance Bottoms.

El virtual candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Joe  Biden, y el expresidente Barack Obama, dieron a conocer una “conversación socialmente distanciada” sobre lo que consideran una mala gestión de la pandemia de coronavirus por parte del presidente Donald Trump.

El video llega cuando la campaña electoral de Estados Unidos está por comenzar, y se encuentra a menos de 100 días de la elección.

“¿Puedes imaginarte siendo presidente y diciendo: ‘No es mi responsabilidad, no asumo ninguna responsabilidad?'”, pregunta Biden a Obama, que le responde rápidamente: “Esas palabras no habrían salido de nuestras bocas cuando estábamos en el cargo”.

Obama destaca los logros conseguidos por su Administración, de la que Biden fue vicepresidente, tales como la gestión de la crisis financiera, de la que recuerda que consiguieron la Ley de  Recuperación en el primer mes, o el programa de asistencia médica conocido como ‘Obamacare’, que creen que habría mitigado el impacto  del virus.

Biden recuerda también que, a su salida de La Casa Blanca, Obama dejó en el tintero la creación de un sistema de cooperación internacional para prevenir crisis sanitarias globales, “para que cuando las viéramos venir pudiéramos prepararnos”.

Frente a ello, criticaron la “incapacidad” de Trump  para empatizar con quienes están sufriendo el coronavirus de una u  otra forma. “Simplemente, no puede conectar de ninguna manera”, lamenta Biden.

Al respecto, el que fuera inquilino de La Casa Blanca entre 2009  y 2017 asegura que fue precisamente la capacidad de Biden para ponerse en el lugar de los demás lo que le llevó a elegirlo como su ‘número dos’.

“Si hay algo que admiro de ti, Joe, es tu disposición a escuchar y aprender, es un signo de liderazgo”, afirma Obama.

Los demócratas también reprochan a Trump su desprecio hacia las opiniones científicas. “Tú sí vas a prestar atención a la ciencia y no vas a intentar doblar la curva de contagios y los índices de transmisión”, añade Obama.

Los políticos hacen mención a uno de los pilares del Gobierno de Trump.  “En este momento, la tasa de desempleo es de dos dígitos”, señala Obama, que al mismo tiempo pregunta a Biden sobre su plan económico, en el que apuesta por ayuda a las empresas a superar la crisis del  coronavirus, generar estímulos y reconstruir mejor.

El video, con duración de 15 minutos, es un intento más para involucrar al expresidente en la campaña electoral de cara a noviembre.

Como ha sucedido en repetidas ocasiones, Trump reaccionó rápidamente contra su contrincante y su antecesor. Utilizó su red social en Twitter, donde los acusó de hacer un “terrible trabajo” en el cargo y de permitir que él fuera elegido.

Adicional, el Comité Nacional Republicano emitió un análisis mordaz en el que señaló que fueron “festines de amor hábilmente producidos y carentes de sustancia” y calificó el video como una “ficción”.

Biden y Obama portaban mascarillas cuando llegaban a una oficina, y se sentaron muy separados para conservar el distanciamiento social para una charla sin mascarillas. La campaña de Biden la anunció como su primera reunión en persona durante la pandemia.