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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, presentó este jueves un proyecto de presupuesto en el que pide al Congreso que apruebe una partida de 1,430 millones de dólares para reducir la inmigración procedente de Latinoamérica.

Cerca de 1,000 millones estarían destinados a ayudar a Centroamérica y otros 430 millones al resto del continente.

Así aparece en el proyecto presupuestario para el año fiscal 2024, que comprende del 1 octubre de 2023 al 30 de septiembre de 2024, que hizo público este jueves La Casa Blanca, y que suele ser visto como el inicio de las negociaciones del presidente con el Congreso,.

Recordemos que es el Congreso el órgano con autoridad para aprobar el presupuesto.

Una de las partidas lleva el título de “Construir seguridad y prosperidad en Centroamérica y Haití”. En ella, el gobierno de Biden pide que se destinen mil millones de dólares a abordar las “causas de raíz”, entre otras la violencia y la falta de oportunidades económicas, que provocan que millones de centroamericanos migren a Estados Unidos.

Recordemos que durante su campaña a la Presidencia y cuando llegó a La Casa Blanca en enero de 2021, Biden dejó clara que su intención era trabajar con el Congreso para aprobar 4,000 millones de dólares en asistencia a Centroamérica, especialmente Honduras, El Salvador y Guatemala, para acabar con la migración forzada.

Los mil millones que pide ahora Biden son un paso en esa dirección, argumenta el texto del proyecto.

Además, se solicitan 291 millones de dólares para Haití, uno de los países del que provienen gran cantidad de los migrantes que llegan a Estados Unidos de manera irregular y al que Washington quiere ayudar a recuperarse de la crisis que vive en materia de seguridad, salud, economía e instituciones democráticas.

El presupuesto incluye otra partida para implementar la llamada “Declaración de Los Ángeles sobre migración y protección” que Estados Unidos y otros 19 países del continente americano suscribieron durante la Cumbre de las Américas del año pasado.

En concreto, Biden pidió al Congreso 430 millones de dólares para ayudar a los países del continente americano a gestionar los flujos migratorios con medidas que aumenten las oportunidades para migrar legalmente, mientras que al mismo tiempo se trata de contener la migración irregular.

Además, el presupuesto contiene una petición de 40 millones de dólares para programas de ayuda a migrantes en Latinoamérica y 75 millones para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), del que Washington ya es el máximo accionista.

Otra de las prioridades de Biden, según muestra el presupuesto, es aumentar las medidas de seguridad en la frontera con México, partida para la que pide una cantidad sustancial de dinero.

Específicamente, el gobierno pide 25,000 millones de dólares para la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense (CBP), encargada de la seguridad en la frontera, y para el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), que gestiona entre otras cosas los centros de detención para migrantes.

También se incluye una solicitud de fondos para contratar a 350 nuevos agentes fronterizos de la CBP, 535 millones para mejorar con nueva tecnología la seguridad en los puntos de entrada en la frontera y 40 millones para la lucha contra las organizaciones criminales transnacionales.

Luego de que los senadores aprobaran la segunda parte del llamado ‘Plan B’ de la reforma electoral impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el diario The New York Times informó que la embajada de Estados Unidos en nuestro país ha alertado al gobierno de Joe Biden sobre las amenazas que los cambios implicarían.

El New York Times indicó en su texto que los cambios aprobados con el apoyo de Morena y partidos aliados son un “golpe a la institución que supervisa las votaciones y que hace dos décadas ayudó a sacar al país de un régimen unipartidista”, en referencia al Instituto Nacional Electoral (INE).

El diario recordó que los cambios reducirán el personal del INE, disminuirán su autonomía y limitarán su capacidad de sancionar a candidatos que incurran en faltas, bajo el argumento del presidente López Obrador de ahorro y eficientar las elecciones.

Después de la aprobación del ‘Plan B’ en el Senado, y con ello haber concluido el trámite legislativo, la batalla pasa a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), quien a partir del cambio de presidencia en enero pasado, que ahora ocupa la ministra Norma Piña, también ha entrado en una confrontación con el mandatario.

El INE ha alertado que de prosperar los cambios aprobados en el Congreso, las elecciones de 2024 estarían en riesgo.

“La embajada de Estados Unidos en México ha estado enviando informes a Washington en los que se evalúan las posibles amenazas a la democracia en el país, según tres funcionarios estadounidenses que no estaban autorizados a hablar públicamente”, dijo NYT en su texto.

El diario afirma que si bien algunos legisladores estadounidenses han expresado su preocupación por los cambios en materia electoral en nuestro país, el gobierno de Joe Biden ha optado por hablar poco del tema en público.

Incluso afirma que el gobierno estadounidense considera poco apropiado “provocar” a López Obrador, por lo que ha decidido en confiar en que las instituciones de nuestro país, en referencia al Poder Judicial, sean capaces de hacer frente a las amenazas.

El New York Times reporta que muchos analistas  se cuestionan la razón de que el presidente López Obrador impulse los cambios electorales, que podrían poner en duda la elección del 2024, cuando Morena va a la cabeza en las encuestas rumbo a la elección presidencial, además de que las ‘corcholatas’ de AMLO se encuentran bien posicionadas.

Texto completo en NYT

El gobierno de Joe Biden propuso nuevas restricciones al acceso al asilo de los migrantes en la frontera con nuestro país, obligándoles a solicitarlo en países por los que transitan o a pedir cita en línea, una política que se ha acusado es similar a la que instauró Donald Trump.

Recordemos que el expresidente republicano Trump intentó activar en 2019 una medida para impedir que las caravanas que llegaban de Centroamérica entraran en Estados Unidos. Los tribunales se lo impidieron.

La nueva regla, sujeta a 30 días de revisión y comentarios, entraría en vigor cuando el 11 de mayo se levante el Título 42, una norma sanitaria activada por Trump en 2020 con la finalidad declarada de frenar la pandemia de COVID-19 y que permite bloquear a la inmensa mayoría de los migrantes en la frontera.

Según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), los migrantes no serán aptos para el asilo a no ser que cuenten con una autorización, hayan usado la aplicación CBP One para programar una hora y un lugar para presentarse en un puerto de entrada (salvo si pueden demostrar que era imposible por una barrera del idioma, analfabetismo, fallo técnico…) o se les denegó el asilo en un país de tránsito.

Los niños no acompañados también estarían exceptuados de la presunción de “inelegibilidad de asilo”.

Hay más excepciones, como las “emergencias médicas agudas” o las “amenazas extremas e inminentes a su vida o seguridad”.

El gobierno de Estados Unidos afirma que es el único medio que tiene para hacer frente con la migración en la frontera, porque el Congreso no se pone de acuerdo sobre una política migratoria.

Sin embargo, los republicanos le acusan de haber perdido “el control efectivo de la frontera”, que en diciembre intentaron cruzar un promedio de 8,500 migrantes por día, la mayoría de ellos con la intención de pedir asilo.

Las nuevas reglas ya se vienen aplicando para grupos de migrantes de Ucrania, Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití.

Según el DHS hasta el 17 de febrero más de 26,000 cubanos, nicaragüenses y haitianos recibieron autorización de viaje y miles de venezolanos (con acceso al programa desde octubre de 2022) ya han llegado. Un total de 33,800 solicitudes de venezolanos “han sido examinadas” y recibieron luz verde a finales de enero, informa el DHS.

Las autoridades estadounidenses han constatado un descenso del 97% en el número de migrantes procedentes de estos cuatro países entre el 5 y el 31 de enero.

“Estamos fortaleciendo la disponibilidad de vías legales y ordenadas para que los migrantes vengan a Estados Unidos, al mismo tiempo que proponemos más consecuencias para aquellos que no utilicen los procesos que Estados Unidos y sus socios regionales han puesto a su disposición”, afirma el secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas en un comunicado.

Según el gobierno se trata de “una medida de emergencia” para responder al esperado aumento del número de migrantes en cuanto se levante el Título 42 y está prevista “para una duración temporal”. No especifica qué la sustituiría.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reiteró su “inquebrantable” apoyo a Ucrania este lunes en una visita sorpresa a Kiev, en la que prometió nuevas entregas de armamento a los ucranianos, a pocos días del primer aniversario de la invasión rusa.

El presidente estadounidense llegó hasta la capital ucraniana bajo un operación secreta: la Casa Blanca no reveló por qué medio se desplazó hasta allí, aunque todos los dirigentes occidentales lo hacen en tren a través de Polonia.

No obstante, según Washington, Rusia fue advertida de la visita de Biden varias horas antes.

“Notificamos a los rusos que el presidente Biden viajaría a Kiev. Lo hicimos algunas horas antes de su partida con el fin de evitar conflictos”, dijo a los periodistas el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, quien acompañó al presidente en el viaje.

“Debido a lo delicado de esas comunicaciones, no entraré en detalles sobre cómo respondieron o cuál fue la naturaleza precisa de nuestro mensaje”, agregó.

En rueda de prensa junto al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, Biden dijo que entregará 500 millones de dólares de ayuda suplementaria y que los detalles serán anunciados en los próximos días.

Se trata de la primera visita de Joe Biden al país en guerra desde que las tropas rusas lo invadieron el 24 de febrero de 2022.

Zelenski agradeció la esperada entrega de tanques estadounidenses Abrams, anunciadas hace pocas semanas tras largas discusiones, e insistió en la necesidad de obtener munición de alcance superior a los 100 kilómetros.

Washington prometió enviar, pero la cantidad y el calendario de entrega no se revelaron.

El presidente de Ucrania dijo en redes sociales que la visita de su homólogo estadounidense era “una señal extremadamente importante de apoyo a todos los ucranianos”. “Esta conversación (con Biden) nos acerca a la victoria”, aseguró Zelenski.

Medios reportaron que las sirenas antiaéreas resonaron en Kiev durante la visita de Biden, lo cual no impidió que se siguiera la agenda programada.

Este viaje se produce tras el de varios dirigentes europeos a la capital ucraniana y del de Zelenski a Washington en diciembre pasado.

Los dos mandatarios colocaron una ofrenda floral en el Muro del Recuerdo para los héroes caídos de la guerra ruso-ucraniana, con un himno militar de fondo y en presencia de oficiales ucranianos uniformados.

El presidente ucraniano celebró la presencia de su homólogo estadounidense y declaró que ambos querían discutir “cómo ganar (la guerra) este año”.

Joe Biden expresó su admiración por la resiliencia de los ucranianos frente al invasor. “Es más que heroica”, afirmó.

El dirigente estadounidense insistió en que “la guerra de conquista de (el presidente ruso Vladimir) Putin está fracasando y que se equivocó al creer que Ucrania era débil y que Occidente estaba dividido”.

Por su parte, el ministro ucraniano de Exteriores, Dmytro Kuleba, aseguró que la visita de Biden probaba que “ya nadie tiene miedo” de Rusia.

Biden concluyó su visita a Kiev poco después de mediodía y se dirigirá Polonia, uno de los principales aliados de Kiev en Europa. Se espera que mañana ofrezca un mensaje desde Varsovia.

Paralelamente, Volodimir Zelenski alertó en una entrevista con un medio alemán, del riesgo de que China termine de aliarse con Rusia tras su ambiguo posicionamiento durante este último año, ya que de ser así se desecadenaría una nueva “guerra mundial”.

El mandatario ucraniano ha afirmado que China también es consciente de los riesgos que conllevaría posicionarse claramente del lado de Rusia, un extremo sobre el que las autoridades del gigante asiático únicamente se han pronunciado para desmentirlo.

En este sentido, el principal responsable de la diplomacia china, Wang Yi, criticó las acusaciones lanzadas desde Estados Unidos sobre las supuestas intenciones del gigante asiático de prestar ayuda militar a Rusia durante la guerra que mantiene con Ucrania desde hace ya un año.

“China se mantiene fiel a sus principios” y “se compromete a promover conversaciones de paz y desempeñar un papel constructivo”, dijo Wang, en referencia a las palabras del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, advirtiendo de que Pekín podría enviar ayuda militar a Moscú.

El presidente Joe Biden dijo este jueves que tiene previsto hablar con su homólogo chino, Xi Jinping, sobre el globo “espía” que ordenó derribar el pasado 4 de febrero, aunque adelantó que no le pedirá disculpas por ello.

“Espero hablar con el presidente Xi y quiero llegar al fondo de este asunto. Pero no voy a pedir disculpas por abatir ese globo”, afirmó el mandatario en un mensaje desde La Casa Blanca.

Biden fue claro en señalar que no dudará en derribar cualquier objeto volador que suponga una amenaza para el pueblo estadounidense.

Recordemos que el globo “espía” chino fue localizado a finales de enero en el espacio aéreo estadounidense y fue derribado sobre aguas del Atlántico el 4 de febrero.

El globo llevaba días sobrevolando varias zonas del país, como el estado de Montana, donde se encuentra uno de los tres campos de misiles nucleares existentes en Estados Unidos.

Por su parte, el gobierno chino ha asegurado que el globo entró en el espacio aéreo estadounidense al desviarse por error de su trayectoria y afirmó que se usaba para fines meteorológicos, no de espionaje.

Además del globo “espía”, Estados Unidos ha derribado en la última semana otros tres objetos voladores en su territorio y en Canadá, cuyo origen están investigando las autoridades estadounidenses y canadienses.

Biden dijo que esos últimos objetos voladores no parecen tener ningún vínculo con el globo “espía” chino y que, de hecho, la inteligencia de Estados Unidos cree que eran “probablemente globos vinculados a empresas privadas, instituciones recreativas” o de investigación que se dedican a estudiar fenómenos meteorológicos o hacer otras investigaciones científicas.

El presidente añadió que no ha habido un incremento de objetos voladores en el espacio aéreo de EE.UU. y atribuyó el reciente derribo de esos objetos a unos cambios en la frecuencia de los radares que hicieron las Fuerzas Armadas tras detectar el globo “espía” chino.

Para abordar esta situación, Biden ha dicho que su asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, está elaborando unas nuevas reglas sobre detección de objetos voladores para incorporarlas a la estrategia de defensa nacional.

Tras años de tensiones con el gobierno del republicano Donald Trump, Biden y Xi se reunieron por primera vez como presidentes el año pasado en el G20 en Bali en un intento de rebajar las tensiones y evitar que rivalidad entre las dos potencias desemboque en un conflicto abierto.

Sin embargo, el descubrimiento de los “globos espía” ha revivido las tensiones y llegó a provocar la suspensión de una viaje a China que tenía previsto hacer el secretario de Estado, Antony Blinken.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) aseguró que las políticas migratorias implementadas por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, han dado resultado para controlar el flujo migratorio.

“Estamos viendo que están dando resultados algunas políticas que está llevando a cabo el presidente Biden en materia migratoria, lo puedo probar”, afirmó el mandatario.

El presidente se refirió a la política migratoria implementada en enero pasado por Washington en la que extendió los permisos para personas con lazos en el país y que recibirá a 30,000 migrantes al mes procedentes de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Haití.

Sin embargo, dicha política ha sido objeto de innumerables críticas, pues también implica la deportación exprés a nuestro país de quienes no se ajusten las directrices, bajo el Título 42.

“Están dando oportunidad a que los que quieren ir a Estados Unidos puedan, mediante un trámite, obtener una especie de visa de trabajo”, defendió López Obrador.

AMLO dijo el número de deportados por el gobierno estadounidense se ha reducido, pues se han venido otorgando visas temporales a extranjeros, lo que ha impactado en el flujo migratorio de nuestro país, según exhibió en una gráfica en el Palacio Nacional.

“Nosotros lo percibimos porque teníamos todo el istmo (del sureste de México) lleno de hermanos venezolanos y otros países, pusimos campamentos con brigadas médicas, se daba alimentación. Al momento que toman esta decisión pasa esto, esto es ordenar el flujo migratorio, esto es la opción”, añadió López Obrador.

Asimismo, afirmó que en México también ha bajado la emigración, principalmente porque en el sureste se construyeron parques industriales el año pasado que han empleado a muchas personas.

“Es mucho trabajo en México. Todos los parques industriales que se construyeron el año pasado se ocuparon, está llegando mucha inversión extranjera y hay afortunadamente oportunidades de empleo”, presumió el presidente.

Sobre el tema migratorio, AMLO afirmó que con motivo de las elecciones de 2024 en Estados Unidos, el tema se ha convertido en “politiquería”.

En ese sentido, reiteró que no permitirá el maltrato a los migrantes en aquel país, pues de ser así llamará a no votar por quienes discriminan a los extranjeros.

“El maltrato a migrantes no se permite, Estados Unidos se convierte en una gran nación por los migrantes, además es un doble discurso, porque se van a necesitar trabajadores, Estados Unidos no tiene fuerza de trabajo suficiente, ni Canadá”, sostuvo.

Reiteró las acusaciones de hace algunos meses, de cara a las elecciones de medio término de noviembre pasado, al señalar que “ya empezaron a querer agarrar de piñata a los migrantes, con su conservadurismo de estos politiqueros, con su conservadurismo de siempre”.

López Obrador reiteró que le tiene mucho respeto al presidente Biden, pues insistió en que es el único de los presidentes de Estados Unidos de años recientes que no ha propuesto construir muros fronterizos, además de que ha hecho que no se lleven a cabo las famosas redadas.

Sobre la reforma migratoria que Biden prometió, así habló AMLO: “no se ha podido, porque hay una oposición fuerte en Congreso, la regularización de los migrantes, como se ofreció en campaña, pero cuando menos no hay redadas, no hay maltrato, eso lo agradecemos mucho”.

Estados Unidos planea poner fin el próximo 11 de mayo a una norma sanitaria que permite las expulsiones expres en la frontera con México, conocida como el Título 42, informó este miércoles el Departamento de Justicia.

En un documento presentado ante la Corte Suprema en las últimas horas, el gobierno del presidente Joe Biden aseguró que cuando se levanten las declaraciones de emergencia nacional y emergencia de salud por la pandemia de COVID-19, también se suspenderá el Título 42.

“En ausencia de otros desarrollos relevantes, el final de la emergencia de salud pública terminará con el Título 42 “, señala el documento presentado ante el Supremo, que analiza una demanda de varios estados que buscan mantener la restricción migratoria.

La Casa Blanca informó la semana pasada que dejará de considerar al COVID-19 como una emergencia nacional el 11 de mayo.

A partir de esa fecha, el Ejecutivo estadounidense también planea imponer una nueva restricción al asilo en la frontera: quienes no hayan solicitado refugio en un tercer país ni tampoco hayan pedido un permiso humanitario para entrar a Estados Unidos serán expulsados a nuestro país, según detalla el documento.

Recordemos que a finales de diciembre, la Corte Suprema ordenó a la Administración Biden mantener el Título 42 de manera provisional, mientras decide sobre un demanda presentada por los fiscales de 19 estados que desean preservar la normativa.

Desde entonces, el gobierno ha decidido expandir el uso de las restricciones para permitir las expulsiones de las personas provenientes de Cuba, Nicaragua y Haití.

Como consecuencia, la cifra de arrestos de migrantes en la frontera ha disminuido, alcanzando su punto más bajo en dos años en enero pasado.

El uso del Título 42, que también es utilizado para expulsar a venezolanos, mexicanos, guatemaltecos, hondureños y salvadoreños, ha sido criticado tanto por legisladores demócratas como por organizaciones en defensa de los derechos humanos.

A finales de enero, un grupo de 80 congresistas demócratas, encabezado por el senador Robert Menéndez, criticó en una carta la decisión de Biden de expandir el Título 42, calificando la regla de una “burla de la ley nacional e internacional”.

El presidente Joe Biden ofreció la noche de ayer su discurso anual sobre el Estado de la Unión, el primero que se da con un gobierno dividido, pues la Cámara Baja está bajo control republicano.

Biden comenzó su mensaje hablando del tema económico; recordó que hace dos años, la economía de los Estados Unidos se encontraba en un punto delicado, luego de la pandemia de COVID-19 que afectó todos los sectores.

Sobre la pandemia, afirmó que el COVID ya no controla la vida de los estadounidenses, y reiteró que en breve se declarara fin a la emergencia de salud pública que se decretó;

Sin mencionar al expresidente Donald Trump, Biden hizo referencia a las amenazas contra la democracia, la cual señaló, hoy permanece intacta.

Destacó que los últimos años, demócratas y republicanos han trabajado juntos en diferentes temas, como en el respaldo y defensa de Europa, esto en referencia a la guerra en Ucrania. También mencionó la aprobación de la ley de infraestructura. Resumió que ha firmado más de 300 leyes bipartidistas desde que asumió la presidencia.

Al retomar el tema económico, Biden sostuvo que desde que llegó al poder, se ha asegurado de que la economía funcione para todos los estadounidenses, especialmente de las clases medias que quedaron olvidadas en los últimos años.

“Mi plan económico es invertir en lugares y personas que han sido olvidados”, que “se han quedado atrás o han sido tratadas como si fueran invisibles”, sostuvo.

Destacó que una tasa de desempleo récord, en los niveles más bajos e los últimos 50 años; el mayor crecimiento en generación de empleos en los últimos 40 años. También mencionó el tema de la inflación, que dijo, está bajando, tanto en energéticos como en alimentos.

Hizo mención especial a los esfuerzos que su gobierno ha hecho para asegurar que todas las comunidades tengan acceso a Internet.

En el tema de la salud, recordó que el gobierno está asumiendo una gran cantidad de intereses para reducir los costos de la atención médica, especialmente contra padecimientos como el cáncer o la diabetes.

Indicó que se ha apostado al medicare, para que negocie los precios de los medicamentos. Precisó que reducir los costos de los medicamentos no solo ahorra dinero a las personas, sino que reduce el déficit federal. Sobre los costos a los medicamentos, lanzó una advertencia a los republicanos.

Biden abordó otros temas  como la crisis climática; las energía limpia; la respuesta a incendios o inundaciones; el impuesto del 15% a las empresas multimillonarias; educación, y los problemas de salud mental.

Reconoció que la pandemia provocó el aumento de la violencia. Ante ello, propuso capacitar a las fuerzas del orden público, con el fin de garantizar la protección de todos los ciudadanos. Recordó la aprobación de la ley de seguridad de armas, que implementó requisitos que “mantengan las armas” fuera del alcance de las personas que representan un peligro para la sociedad.

En el tema de inmigración, Biden afirmó que su gobierno trabaja todos los días para asegurar la frontera, mediante el arresto de traficantes de personas e incautando drogas que llegan a las calles de su país, tales como el fentanilo.

En ese sentido, volvió a abogar por la reforma migratoria que propuso al Congreso.

Finalmente, habló sobre los riesgos internacionales que Estados Unidos enfrenta: la guerra en Ucrania y la amenaza que China representa a su país.

“No se equivoquen al respecto: como dejamos claro la semana pasada, si China amenaza nuestra soberanía, actuaremos para proteger nuestro país. Y lo hicimos”, dijo refiriéndose al derribo de un globo chino que Washington aseguró que servía para espiar.

 

En respuesta a su mensaje, los republicanos acusaron al presidente Biden de desinteresarse de la “dura realidad” a la que se enfrenta la ciudadanía y lamentaron que su Administración esté “secuestrada” por la izquierda radical.

“La Administración de Biden parece más interesada en fantasías ‘woke’ (políticamente correctas) que en la dura realidad que los estadounidenses afrontan cada día”, dijo la gobernadora de Arkansas, Sarah Huckabee Sanders, en su réplica al discurso sobre el Estado de la Unión.

Para la republicana, “la mayoría de estadounidenses solo quieren vivir sus vidas en paz y libertad, pero estamos bajo ataque en una guerra cultural de izquierdas que no empezamos y nunca quisimos librar”.

Sanders, exportavoz de La Casa Blanca durante el mandato de Donald Trump, subrayó que su partido cree en un país donde las familias “prosperan en comunidades seguras, el trabajo abunda y los salarios aumentan”.

“Su administración está completamente secuestrada por la izquierda radical. La línea divisoria en Estados Unidos ya no está entre derecha o izquierda, sino entre normalidad y locura. Es el momento de una nueva generación de liderazgo republicano”, sostuvo.

Sanders, de 40 años, fue elegida gobernadora en las elecciones de medio término de noviembre. Hija del exgobernador de Arkansas Mike Huckabee, fue la primera mujer en llegar a la gobernación en su estado y la persona más joven de todo el país en ocupar ese cargo.

El congresista Juan Ciscomani, representante de Arizona, originario de México y elegido también en esos comicios, se encargó a su vez de dar la réplica a Biden en español.

“Hoy estamos en un punto crítico en la historia de nuestra nación. Ahora, más que nunca, necesitamos luchar agresivamente por los valores que han hecho posible el sueño americano para tantos. Pero, como podemos ver, el presidente Biden y su administración continúan impulsando políticas que lastiman a nuestras familias”, acusó.

El republicano, que emigró de niño con su familia a Estados Unidos, subrayó que el país necesita un gobierno que rinda cuentas a sus ciudadanos.

“No uno con líderes que siempre tengan excusas y se enfoquen más en criticar al otro lado y al otro partido que en buscar soluciones reales. Podemos hacerlo mejor. Debemos hacerlo mejor. Por eso es importante seguir luchando por nuestro país y mis colegas republicanos y yo nos comprometemos a proteger y fortalecer el sueño americano para todos”, añadió.

En su crítica a Biden le reprochó además una falta de liderazgo, alegando que “sigue sin ejercerlo al no presentar ningún remedio viable”.

Sin embargo la sorpresa la dio el expresidente Trump. “No estoy de acuerdo con él en la mayoría de sus políticas, pero expresó en palabras lo que sentía y terminó la noche mucho más fuerte de lo que comenzó. Denle crédito por eso”, escribió Trump en su plataforma Truth Social.

Convencer a Estados Unidos de que él es el arquitecto de la recuperación económica y el garante de su éxito futuro:

El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, quien evalúa buscar la reelección en 2024, pronuncia esta noche su discurso anual del Estado dela Unión, que según diversos especialistas, en esta ocasión tiene mucho en juego.

El discurso del estado de la Unión, programado para las 21:00 locales, es la larga alocución anual mediante la cual, desde hace décadas, en enero o febrero cada presidente estadounidense describe sus logros y revela sus planes ante el Congreso.

La Constitución exige al inquilino de la Casa Blanca informar a los legisladores “de vez en cuando”. Esta obligación se ha convertido en un gran ritual de la vida política estadounidense.

A sus 80 años, el mandatario demócrata tendrá mucho que hacer para convencer a sus compatriotas de que él es su mejor opción, ahora y potencialmente para las elecciones presidenciales de 2024, frente a su antecesor republicano Donald Trump, quien ya está en campaña.

Ante un Congreso en el que una de las cámaras, la de representantes, está ahora en manos de la oposición republicana, el “principal mensaje (será) que todavía tenemos que avanzar, pero que la gente se tiene que sentir optimista”, dijo ayer el principal asesor económico de Biden, Brian Deese.

El presidente tiene las cifras a su favor: un crecimiento robusto, un riesgo de recesión a la baja; un desempleo bajo y una inflación que se desacelera tras haber golpeado duramente a los hogares el año pasado.

Sin embargo, Biden se enfrenta al hecho de que las estadísticas no se reflejan en el sentir ciudadano: a pesar de las enormes inversiones y reformas votadas por Biden, el 62% de los estadounidenses cree que “no ha hecho mucho” o “casi nada” desde que asumió en enero de 2021, según una encuesta del Washington Post/ABC.

Incluso en el terreno demócrata no muestra entusiasmo por una nueva campaña de Biden. La misma encuesta revela que el 58% de los votantes demócratas quiere a otro candidato.

A medida que se acerca el primer aniversario de la invasión rusa en Ucrania, se espera que Biden dedique buena parte de su mensaje a elogiar el papel de liderazgo de Estados Unidos en la respuesta occidental a Rusia y, más ampliamente, su visión de “líder del mundo libre” frente a las autocracias.

En particular frente a China, a la que Estados Unidos acusa de haber enviado un globo espía sobre su territorio, finalmente derribado el sábado pasado.

Más allá de la economía y la geopolítica, Biden también buscará, como es costumbre, abarcar un amplio abanico de temas.

La lista de invitados de la Casa Blanca, publicada el martes, da una idea. Estarán presentes los padres de Tyre Nichols, un joven negro víctima de la violencia policial en Memphis; la embajadora de Ucrania; el cantante y activista Bono; personas que han superado el cáncer; una pareja de lesbianas; el padre de una víctima de una sobredosis de fentanilo, por mencionar a algunos.

El discurso del Estado de la Unión es un gran escaparate. En 2022 de Biden atrajo a más de 38 millones de espectadores, que no se comparta con lo que el Super Bowl de ese año reunió: 112 millones de espectadores. Sin embargo, no hay evento anual en el calendario político que se le acerque.

México rechaza que Estados Unidos vuelva a implementar el programa de devolución de solicitantes de asilo a nuestro país, conocido como “Quédate en México”, una medida impuesta por el gobierno del presidente Donald Trump que el actual gobierno de Joe Biden suprimió pero que se vio obligado a reactivar en una ocasión por orden judicial.

A través de un comunicado, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó que autoridades estadounidenses le notificaron su intención de reiniciar la devolución de personas no mexicanas para que aguarden en territorio mexicano mientras su solicitud de asilo es examinada en Estados Unidos.

El gobierno de Biden no ha hecho públicas tales intenciones luego de que pusiera fin a ese programa, pero políticos republicanos litigaron en los tribunales para su reinstalación.

El caso llegó a la Corte Suprema estadounidense, que le autorizó al mandatario demócrata poner fin a la medida, pero devolvió el tema a tribunales locales por ciertas cuestiones administrativas.

Según el comunicado de la SRE, el 15 de diciembre de 2022 la Corte de Distrito del Norte de Texas emitió un fallo que obligaba de nuevo a Biden a reactivar “Quédate en México”.

El gobierno de Biden ha dicho que se opone a este programa, el cual ha sido criticado por agencias de la ONU y organismos defensores de los derechos humanos, ya que devuelve a los solicitantes de asilo a lugares de gran actividad del crimen organizado y en los que muchos de ellos han sido víctimas de todo tipo de delitos en los últimos años.

Durante el gobierno de Trump más de 70,000 solicitantes de asilo fueron devueltos a México para que esperaran allí el desarrollo de su petición en Estados Unidos.

Cuando Biden se vio obligado a reinstalar el programa, fueron devueltas unas 7,600 personas de diciembre de 2021 a octubre del año pasado, según datos del gobierno mexicano.

Esa segunda versión de la medida intentó tener un enfoque más humanitario y afectó a un porcentaje muy pequeño de las decenas de miles de migrantes que son devueltos a México cada mes bajo una norma de salud pública conocida como Título 42, la cual fue impuesta por Trump al principio de la pandemia de COVID-19 con el fin de prevenir la propagación de contagios, y que Biden ha mantenido y ampliado.

No obstante, el gobierno estadounidense actual también incrementó recientemente el número de visas temporales que otorga para ciertas nacionalidades ante el flujo migratorio sin precedentes registrado en el último año en la frontera sur del país.

El Departamento de Justicia llevó a cabo este miércoles una nueva búsqueda en una casa del presidente estadounidense, Joe Biden, para intentar encontrar más documentos clasificados que puedan estar en el domicilio.

“Hoy, con el pleno apoyo y cooperación del presidente, el Departamento está realizando una búsqueda planificada en su casa en Rehoboth, Delaware”, apuntó el abogado del presidente, Bob Bauer, en un comunicado.

La búsqueda, que según medios están llevando a cabo agentes del FBI, se está haciendo de acuerdo con los procedimientos estándar del Departamento y “en aras de la seguridad e integridad operativas, se buscó hacer este trabajo sin previo aviso público, y acordamos cooperar”, añadió el letrado.

Horas más tarde, se informó que la policía federal no halló ningún documento confidencial durante el registro a la casa del presidente Biden.

“No se encontró ningún documento con mención de clasificado”, afirmó el abogado Bob Bauer en un comunicado.

Y aunque no se encontraron documentos en este domicilio pero sí en la vivienda de Biden en Wilmington (Delaware) y en su oficina privada en el laboratorio de ideas Penn Biden Center, en Washington.

Y es que recordemos que en enero se conoció que en noviembre del año pasado el equipo del mandatario había encontrado documentos sensibles y clasificados de la época en la que fue vicepresidente de Barack Obama y en la que fue senador.

Desde entonces han sido varias las veces que el gobierno estadounidense ha anunciado el hallazgo de más documentos. El pasado 12 de enero, el secretario de Justicia, Merrick Garland, anunció la designación de un fiscal especial que estudiará todos los papeles clasificados encontrados, el conservador Robert Hur.

Hace unos días también salió a la luz el hallazgo de documentos en la casa del exvicepresidente Mike Pence, una situación que, sumada a los papeles hallados en la mansión de Donald Trump, forzó a los Archivos Nacionales de Estados Unidos a pedir a todos los expresidentes y exvicepresidentes del país que revisen sus registros personales por si pudieran contener documentos confidenciales.

“La responsabilidad de acatar la Ley de Registros Presidenciales -la normativa que obliga a entregar a los Archivos Nacionales todos los documentos de una administración- no disminuye cuando finaliza un gobierno”, explicaron en una carta los Archivos Nacionales.

Tanto la Casa Blanca como el propio Biden han insistido desde el principio en su disposición total a colaborar en estas pesquisas del Departamento de Justicia y han tratado de desmarcarse del caso de los documentos clasificados hallados por el FBI en la mansión del expresidente Donald Trump en Mar-a-Lago, Florida.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este viernes el nombramiento de Jeff Zients como nuevo jefe de su gabinete, en sustitución de Ron Klain.

Zients fue el coordinador del equipo de respuesta a la pandemia de COVID-19 de La Casa Blanca en la primera parte del gobierno de Biden, cuando la Administración puso en marcha la campaña de vacunación masiva para la ciudadanía estadounidense.

En un comunicado, el mandatario estadounidense agradeció el trabajo de Klain, su compañero desde la Universidad, y destacó que ha logrado conformar el equipo “más diverso y de mayor talento en la historia de La Casa Blanca”.

Ron Klain es uno de los más antiguos asesores de Biden, con quien ha trabajado desde finales de la década de 1980, fue su jefe de gabinete en sus primeros años como vicepresidente en el Gobierno de Obama y coordinó la respuesta al ébola en la Casa Blanca en 2014.

De su nuevo jefe de Gabinete, subrayó su trabajo en diferentes responsabilidades y dijo que Zients ha lidiado con algunos de los problemas “más duros” a los que se ha enfrentado el Ejecutivo.

El nombramiento de Zients, que hace unos días habían adelantado algunos medios de comunicación, llega en un momento delicado para Biden.

A Biden le quedan dos años en el cargo, tras las elecciones de medio término, de noviembre pasado, en las que los demócratas perdieron la mayoría en la Cámara de Representantes aunque mantuvieron la del Senado, y con asuntos complicados sobre la mesa como la aparición de documentos clasificados en la residencia del presidente en Delaware.

El mandatario tiene aún que decidir si se presenta a la reelección. Aunque ha señalado en más de una ocasión que ese es su deseo, no ha llegado a confirmarlo.

El nuevo jefe de gabinete de La Casa Blanca fue el director del Consejo Económico Nacional y de la Oficina presupuestaria en la Administración de Barack Obama.

La próxima semana se celebrará en la Casa Blanca un acto de traspaso con la presencia del jefe de gabinete saliente y del nuevo responsable en el cargo.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, criticó los planes económicos de la oposición, incluidas unas propuestas para recortar un popular programa de atención médica, en un mensaje repleto de guiños a las elecciones de 2024.

El mandatario ofreció en las instalaciones de un sindicato de trabajadores de Springfield, Virginia, un discurso que la Casa Blanca había anunciado como el “mayor” en materia económica en lo que va de año.

Biden arremetió en varias ocasiones contra lo que llama “republicanos MAGA”, acrónimo de “Make America Great Again” (Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo), el eslogan de campaña y de la Presidencia de Donald Trump, quien ya ha anunciado que competirá por la nominación republicana para 2024.

“Estamos avanzando en la dirección correcta”, comenzó Biden, en referencia a la economía estadounidense. “Ahora tenemos que proteger eso que hemos ganado, tenemos que proteger esas victorias frente a los republicanos de la Cámara de Representantes, que están amenazando este progreso”, añadió.

Su mensaje llega luego de que los republicanos se hicieran con la Cámara Baja en las elecciones de medio término de noviembre pasado y, aunque tienen una mayoría muy estrecha, ya han propuesto recortes al Servicio de la Seguridad Social y al servicio de “Medicare”, un programa público de cobertura sanitaria para las personas de más de 65 años.

Además, los republicanos de la Cámara Baja están amenazando con bloquear la suspensión del techo de deuda pública, lo que haría que Estados Unidos incurriera por primera vez en su historia en una suspensión de pagos de su deuda nacional.

“No lo voy a consentir. No mientras yo esté al cargo”, dijo visiblemente enojado Biden, quien aseguró que usará su poder de veto para impedir que entre en vigor cualquier iniciativa que proponga recortes en sanidad, educación o ciencia.

Los demócratas conservan la mayoría en el Senado, por lo que es poco probable que cualquier iniciativa republicana se convierta en ley, ya que no sería aprobada en la Cámara Alta.

Biden no ha lanzado oficialmente su campaña de reelección en las elecciones presidenciales de 2024, pero lleva meses diciendo que tiene intención de presentarse a la elección

Durante el discurso, repitió algunos de los mensajes electorales que ya pronunció durante las elecciones de 2020 y, aunque habló con seriedad de los desafíos que las familias estadounidenses enfrentan cada día, también hizo algunas bromas.

Por ejemplo, afirmó que la clase media es la “columna vertebral de este país” y, cuando los asistentes reaccionaron con aplausos, dijo: “No, no, no estoy intentado ser amable. Es lo que llevo diciendo en los 400 años que llevo en cargos públicos”, en referencia a su larga carrera política.

“¡Wall Street no construyó Estados Unidos, la clase media es la que construyó Estados Unidos, los sindicatos son los que construyeron Estados Unidos!”, sostuvo Biden, repitiendo uno de los mensajes que resonó en sus mítines políticos en la campaña del 2020, cuando derrotó a Trump.

Bajo el Gobierno de Biden, la economía se ha comportado de una manera positiva con bajas tasas de desempleo, pero la alta inflación y las subidas de las tasas de interés en los últimos meses de la Reserva Federal (Fed) han despertado miedo por una posible recesión.

El presidente estadounidense, Joe Biden, se encuentra más cerca que nunca de un escándalo de proporciones “trumpistas” después de la revelación esta semana de que fueron encontrados documentos clasificados, correspondientes a su periodo como vicepresidente de Estados Unidos, en varias oficinas privadas y en su propia casa.

El caso, aunque con importantes diferencias, recuerda al del expresidente Donald Trump, que está siendo investigado por el Departamento de Justicia por tener en su posesión documentos clasificados en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida.

Esto les ha dado a los republicanos un nuevo motivo de ataque: han tratado de equiparar ambas situaciones.

El presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, aseguró la tarde de ayer que el Congreso estadounidense debería investigar el hallazgo de los documentos clasificados de Biden, a quien acusó además de utilizar al Departamento de Justicia para acosar al expresidente Trump.

La realidad es que ni Trump ni Biden deberían de haber tenido en su poder documentos clasificados de sus respectivas Administraciones, ya que la ley obliga a que todos los registros presidenciales sean entregados a los Archivos Nacionales.

Hay que tomar en cuenta que la posesión en sí misma de estos documentos no es delito, si que no se demuestra que fueron ocultados conscientes de ello.

Aquí es donde radica una de las diferencias clave entre los dos casos: fueron los propios abogados de Joe Biden quienes avisaron a las autoridades de que habían encontrado documentos clasificados entre las posesiones del presidente.

En el caso de Trump, hizo falta un polémico cateo del FBI en Mar-a-Lago para recuperar un centenar de documentos, algunos de ellos clasificados como de alto secreto.

Los Archivos Nacionales, encargados de salvaguardar todos los documentos presidenciales, llevaban más de un año tratando de recuperar registros que el expresidente se había llevado a su residencia personal.

Por eso, Trump se enfrenta también a una investigación por posible obstrucción a la Justicia, lo que hace su caso mucho más complejo que el de Biden.

Hasta ahora, las autoridades no han dado ninguna indicación de que este último fuera consciente de que tenía documentos clasificados en su poder, algo que el propio mandatario pareció confirmar el martes durante su estancia en nuestro país en el marco de la X Cumbre de Líderes de América del Norte.

“La gente sabe que yo tomo en serio lo del material secreto. Cuando los abogados estaban despejando mi oficina en la Universidad de Pensilvania me pusieron una oficina segura en el Capitolio. Cuatro años después de ser vicepresidente fui profesor en Penn y encontraron algunos documentos en una caja, en un gabinete o en un ropero, y cuando los encontraron se dieron cuenta que había varios documentos secretos en esa caja. Hicieron lo que debían de haber hecho, llamaron a los archivos e inmediatamente les entregaron los documentos a los archivos. Y a mí me informaron sobre este descubrimiento y me sorprendió enterarme de que hubiera registros del gobierno llevados a ese lugar, a esa oficina (…)  Entregué las cajas, ellos han entregado las cajas a los archivos y estamos cooperando plenamente, cooperando plenamente con la revisión”, dijo en la sesión de preguntas y respuestas en Palacio Nacional.

Lo que sí se le reprocha a Biden es la falta de transparencia. La primera parte de los documentos fue descubierta en noviembre pasado, justo antes de las elecciones de medio mandato, en una oficina que el presidente usó entre 2017 y 2020.

En ese sentido, se acusa que La Casa Blanca esperó hasta esta semana para hablar del tema, cuando la noticia ya había aparecido en los medios.

Desde el primer descubrimiento, los abogados de Biden han vuelto a encontrar documentos de su etapa como vicepresidente de Barack Obama en otra oficina usada por el mandatario y más recientemente en el garaje de su casa de Delaware.

Los recientes hallazgos han llevado al fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, a designar a un fiscal especial para investigar el caso.

Garland también designó a un fiscal especial para investigar el hallazgo de documentos en Mar-a-Lago, que actualmente trata de determinar si Trump se llevó los registros clasificados a sabiendas y si obstruyó a la Justicia al no entregarlos todos a los Archivos Nacionales cuando se los solicitaron.

El nuevo plan de control migratorio anunciado por los Estados Unidos podría vulnerar los derechos humanos fundamentales, advirtió este miércoles el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk.

“El derecho a solicitar asilo es un derecho humano, independientemente del origen de las personas, de su situación migratoria o de la forma en que llegaron a la frontera”, dijo Türk en una declaración.

El alto funcionario destacó que las medidas anunciadas van “en contra de la prohibición de las expulsiones colectivas y del principio de no devolución”.

La semana pasada, el presidente Joe Biden anunció un nuevo plan migratorio que implica que personas que lleguen de forma irregular a la frontera sur de país serán objeto de expulsiones inmediatas y una prohibición de entrar en territorio estadounidense durante cinco años.

Como parte del plan, Biden permitirá el ingreso mensual de hasta 30,000 personas de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, siempre que cuenten con un patrocinador financiero en el país y lleguen en avión para no sobrecargar a los agentes que patrullan la frontera.

Y es que muchos migrantes que buscan escapar de la pobreza o la violencia que se vive en sus países de origen emprenden una ruta llena de peligros para llegar a territorio estadounidense.

La economía estadounidense depende en gran medida de la mano de obra extranjera, además de que Biden prometió a su llegada a La Casa Blanca brindar refugio a los solicitantes de asilo y poner fin a las políticas de su predecesor, Donald Trump contra la inmigración irregular.

En noviembre pasado, las detenciones de migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México alcanzaron una cifra récord de 230.000 personas.

El tema fronterizo es una de las principales debilidades políticas de Biden, señalan especialistas; es una piedra en su camino para la reelección si se presenta a un segundo mandato en el cargo como tiene pensado según sus consejeros.

Hasta ahora Biden ha mantenido bajo perfil frente a las críticas de la oposición, pero también de las organizaciones de defensa de los derechos humanos.

Ayer, durante la X Cumbre de Líderes de América del Norte, celebrada en nuestro país, Biden volvió a destacar su nueva política migratoria, señalando que las acciones que su gobierno ha tomado han contribuido para bajar el número de migrantes que llegan a la frontera.

El tema migratorio fue uno de los asuntos centrales de la Cumbre, que reunió a los presidentes Joe Biden, Andrés Manuel López Obrador y al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.

El principio internacional de no devolución garantiza que nadie debe ser devuelto a un país donde pueda sufrir torturas, tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.

México abrirá un nuevo centro migratorio en el sur del país para recibir a migrantes refugiados, el cual estará apoyado por los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, según acordaron los mandatarios de los tres países en el marco de la X Cumbre de Líderes de América del Norte.

El anuncio se hizo público tras la celebración de la Cumbre, que reunió la tarde de ayer en la Ciudad de México al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO); a su homólogo estadounidense, Joe Biden, y al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.

“El Gobierno de México diseña un espacio de servicios de empleo, asistencia y protección para personas refugiadas, en colaboración con organismos internacionales”, detallaron los tres países en un comunicado conjunto.

Dicho centro ofrecería servicios y alternativas de protección, documentación y movilidad laboral, así como tareas de control migratorio, señalaron.

Incluso antes de la reunión trilateral, La Casa Blanca había adelantado que los mandatarios pactarían la creación de “un nuevo centro en el sur de México” para tender a migrantes.

Sin embargo, en el mensaje a medios que ofrecieron los líderes, el presidente López Obrador negó que fueran a construir un centro migratorio, sino invertir en albergues.

“No tenemos pensado construir ningún centro en el sureste para la migración. Lo que hacemos es ayudar con albergues, con atención médica, con alimentos a los migrantes”, sostuvo AMLO al ser cuestionado sobre el tema en la sesión de preguntas y respuestas.

De acuerdo con el comunicado conjunto, los mandatarios se comprometieron a aumentar las “vías regulares como alternativa a la migración irregular en América” y “fortalecer los procesos de asilo”.

Recordemos que antes de la cumbre, Estados Unidos anunció un programa migratorio acordado con México que prevé dar 30,000 visas humanitarios a venezolanos, cubanos, nicaragüenses y haitianos, pero deportar a nuestro país a aquellos migrantes que crucen la frontera de forma irregular.

En la rueda de prensa posterior a la cumbre, Biden agradeció públicamente a López Obrador por admitir a los migrantes que sean deportados de Estados Unidos.

“También queremos agradecerle, señor presidente (López Obrador), por haber recibido en México a aquellos que no están siguiendo caminos legales, que están tratando de cruzar ilegalmente la frontera entre nuestros países”, dijo Biden en su mensaje final.

El mandatario estadounidense reconoció que todo el hemisferio está experimentando niveles sin precedentes de migración, por lo que señaló que se mantiene el planteamiento hecho en la cumbre de 2021, de trabajar con un “enfoque regional, para un problema regional”.

“Para poder enfrentar estos retos tenemos que trabajar juntos haciendo que se cumplan las leyes de nuestros países y respetando la condición humana de los migrantes que buscan soluciones desesperadas”, añadió Biden.