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El ejército israelí mantuvo sus ataques sobre la Franja de Gaza, a pesar de la amenaza de Estados Unidos de suspender los envíos de ciertas armas si se produce un asalto contra Rafah, en el sur.

El destino de esta ciudad en la frontera con Egipto así como de los rehenes tomados por Hamás en su ataque contra Israel están en el centro de las negociaciones indirectas para una tregua, que se reanudaron en El Cairo.

Según la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa), unas 80,000 personas han huido de Rafah desde el 6 de mayo, cuando Israel ordenó la evacuación de los palestinos que vivían en el este de la ciudad.

El Ejército israelí informó de bombardeos contra “posiciones de Hamás” en el centro del territorio palestino.

Con el objetivo de presionar a Hamás, Israel ha lanzado incursiones en la parte oriental de Rafah y amenaza con ampliar la ofensiva a toda la ciudad que, según la ONU, acoge a 1.4 millones de palestinos, en su mayoría desplazados.

Las operaciones militares de Israel en Rafah y su paso fronterizo “tienen como objetivo obstruir los esfuerzos de los mediadores”, afirmó en un comunicado Ezzat al-Rishq, miembro del buro político de Hamás.

Ante todo esto, en una entrevista con CNN, el presidente estadounidense, Joe Biden, amenazó con suspender el envío de proyectiles de artillería y otras armas a Israel “si entran en Rafah”. “Han muerto civiles en Gaza como consecuencia de estas bombas” y eso “está mal”, añadió el demócrata.

En respuesta, el embajador israelí ante la ONU, Gilad Erdan, indicó que era “una declaración difícil y muy decepcionante de parte de un presidente al que hemos estado agradecidos desde el comienzo de la guerra”.

Previamente, un alto responsable estadounidense confirmó a agencias internacionales que ya habían suspendido un envío de bombas pesadas usadas por Israel contra ciudades gazatíes en esta guerra.

Recordemos que el Ejército israelí aseguró que prepara una ofensiva “limitada” en Rafah que, según su inteligencia, es el último bastión de Hamás.

Sus tropas ya han desplegado tanques en la zona y tomaron el control del paso fronterizo con Egipto por donde hasta ahora entraba la mayoría de los convoyes humanitarios para el enclave palestino.

El conflicto estalló el pasado 7 de octubre cuando comandos islamistas entraron al sur de Israel y mataron a 1,170 personas, en su mayoría civiles. Más de 250 personas fueron secuestradas en el ataque. Después de un canje de rehenes por presos palestinos durante una tregua en noviembre, las autoridades israelíes estiman que 128 permanecen en Gaza, aunque 36 habrían muerto.

En respuesta, Israel lanzó una ofensiva que ya ha dejado 34,904 muertos en Gaza, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud del territorio, gobernado desde 2007 por Hamás.

Tanques israelíes tomaron este martes el control del cruce fronterizo de Rafah en Gaza, mientras Israel ignora las advertencias de sus aliados, y opta por avanzar hacia la ciudad, incluso cuando las negociaciones de un alto el fuego con Hamás seguían sobre la mesa.

La ONU advirtió sobre un posible colapso del flujo de ayuda a los palestinos por el cierre de Rafah y el otro cruce principal hacia Gaza, Kerem Shalom.

La incursión israelí se produjo tras horas de tensiones en la guerra que libran Israel y Hamás, donde el grupo insurgente dijo que aceptaba la propuesta de alto el fuego mediada por Egipto y Qatar. Israel, por su parte, insistió en que ese acuerdo no satisfacía sus principales demandas.

La iniciativa diplomática de alto nivel y las maniobras militares hicieron que se vislumbrara una luz de esperanza, para cerrar un pacto que pudiese al menos pausar los siete meses de guerra que ha dejado más de 34,700 palestinos muertos, de acuerdo con autoridades locales de salud, y devastado Gaza.

La incursión nocturna no parecía ser la ofensiva total sobre Rafah que había preparado Israel, pero por el momento se desconoce si se ampliará.

El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu la calificó de “un paso importante” hacia el desmantelamiento de las capacidades militares y administrativas del Hamás; mientras que el ministro de Defensa, Yoav Gallant, dijo que Israel está dispuesto a “profundizar” el operativo en Rafah si las negociaciones fracasan.

Aun así, la inminente operación amenaza con ampliar una brecha entre Israel y su principal aliado, Estados Unidos, que dice estar preocupado por el destino de alrededor de 1.3 millones de palestinos hacinados en la ciudad.

Ayer, el presidente Joe Biden advirtió nuevamente al primer ministro Netanyahu, en contra de lanzar una ofensiva en Rafah después de que Israel ordenara a 100,000 palestinos que evacuaran ciertas zonas de esa ciudad.

Israel dice que en Rafah están los batallones que le quedan a Hamás, y que es necesario tomar la ciudad para derrotar a ese grupo.

Los grupos de ayuda humanitaria sostienen que un ataque sería catastrófico para los casi 1.4 millones de palestinos que se refugian allí de la campaña israelí en el resto del territorio.

La 401ra Brigada de Israel entró al cruce de Rafah en la madrugada de este martes, dijo el Ejército, y tomó el “control operativo” del crucial paso. Las imágenes mostraban a un tanque entrando. Los detalles del video coincidían con las características conocidas del lugar.

El cruce de Rafah con Egipto y el de Kerem Shalom con Israel son puntos de entrada críticos para alimentos, medicinas y otros suministros que mantienen con vida a la población de Gaza de 2.3 millones.

Las autoridades israelíes negaron a la oficina de asuntos humanitarios de la ONU el acceso al cruce de Rafah, dijo su portavoz Jens Laerke, advirtiendo que la interrupción podría interrumpir la frágil operación de ayuda.

Israel también llevó a cabo una serie de ataques y bombardeos sobre Rafah durante la noche en los que murieron al menos 23 palestinos.

El Ejército de Israel dijo que tomó el paso tras recibir información de inteligencia de que estaba “siendo utilizado con fines terroristas”, pero no ofreció pruebas que respaldaran esa afirmación, aunque sostuvo que la zona próxima al cruce había sido utilizada para lanzar un ataque con mortero que mató a cuatro de sus soldados e hirió a otros cerca del paso de Kerem Shalom el domingo.

Según el Ejército, las tropas terrestres y los ataques aéreos alcanzaron supuestas posiciones de Hamás en Rafah.

Wael Abu Omar, vocero de la autoridad palestina responsable de los cruces, reconoció que las fuerzas israelíes habían tomado el paso y cerraron las instalaciones por el momento. Los ataques aéreos alcanzaban las inmediaciones del cruce desde el lunes, agregó.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Egipto condenó la toma del cruce y la calificó de “una escalada peligrosa”.

En ese sentido han llegado diversos posicionamientos de otros países, entre ellos México.

El Gobierno federal condenó el asalto del Ejército de Israel en Rafah por considerar que traerá “consecuencias catastróficas” para la población civil.

“El Gobierno de México condena la ofensiva militar de las fuerzas armadas de Israel contra la ciudad de Rafah y externa su profunda preocupación por las consecuencias catastróficas que tal avanzada puede significar para la vida de miles de civiles asentados en dicha localidad”, sentenció un comunicado la Cancillería.

Consideró que “los ataques en contra de la población civil constituyen una seria violación a las normas del derecho internacional humanitario”.

Por ello, expuso que “México hace un enérgico llamado para un cese al fuego humanitario inmediato, que sea observado por todas las partes del conflicto, y así sentar las bases para un entendimiento pacífico y definitivo”.

El asalto de Israel en Rafah también ha despertado condenas del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, de la Unión Europea (UE) y de países latinoamericanos como Brasil.

Tras la orden de Israel de evacuar la zona oriental de Rafah ha aumentado el temor a una incursión israelí en ese enclave del sur de Gaza, donde 1.4 millones de los desplazados allí hacinados pueden sufrir “atrocidades masivas”, alertó este lunes la ONG Consejo Noruego de Refugiados (NRC).

“La ofensiva militar de Israel en Rafah podría conducir a la fase más mortífera de este conflicto, infligiendo un sufrimiento espantoso a aproximadamente 1,4 millones de civiles desplazados en la zona”, señaló el secretario general de NRC, Jan Egeland, antiguo jefe humanitario de Naciones Unidas, en un comunicado.

Según la ONG, Rafah se ha convertido en el último refugio para cientos de miles de familias gazatíes que han huido de las hostilidades en el norte, por lo que ante una ofensiva militar israelí de este tipo se enfrentan a la amenaza de un desplazamiento prolongado y a la muerte.

Además, advirtió de que Al-Mawasi, la zona humanitaria designada por el ejército israelí para reubicar a los evacuados, “ya está desbordada” y carece de garantías de seguridad, alojamiento o fácil retorno una vez finalizadas las hostilidades.

“El sistema de ayuda está abocado al colapso, dejando a quienes huyen del avance de las fuerzas israelíes vulnerables al hambre y al sufrimiento”, afirmó Egeland.

Hamás advirtió que los preparativos para la ofensiva terrestre de Israel en Rafah dejan de lado el destino de los rehenes cautivos en el territorio y amenazan a cientos de miles de civiles.

El movimiento islamista palestino afirmó en un comunicado que Israel se prepara para lanzar una ofensiva terrestre a gran escala “sin considerar la catástrofe humanitaria en la Franja ni el destino de los prisioneros enemigos en Gaza”, en alusión a los rehenes israelíes.

Al respecto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hablara este lunes con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, luego de que el Gobierno estadounidense fijara postura.

“Hemos dejado clara nuestra opinión al gobierno israelí sobre una invasión terrestre de Rafah de gran alcance y el presidente hablará hoy con el primer ministro”, declaró a la agencia AFP un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional.

Benjamin Netanyahu prometió que invadirá Rafah, con o sin tregua con el movimiento islamista palestino Hamás.

Este último insiste en que un cese del fuego debe ser definitivo e Israel mantiene su promesa de aniquilar al movimiento palestino, que el 7 de octubre lanzó un ataque sin precedentes en su territorio que desencadenó la guerra.

Ese día comandos islamistas lanzaron un asalto en el sur de Israel en el que murieron 1,170 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a unas 250, según un balance basado en datos israelíes.

Las autoridades de Israel estiman que, tras un canje de rehenes por presos palestinos en noviembre, 128 personas permanecen cautivas en Gaza y que 35 han muerto hasta ahora.

La ofensiva de represalia lanzada por Israel ha dejado 34,735 muertos en Gaza, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud del territorio palestino gobernado por Hamás.

La presidencia de la Autoridad Palestina llamó este lunes a Estados Unidos a impedir la invasión de Rafah por parte del ejército israelí.

“Hacemos un llamamiento a la administración estadounidense para que intervenga para evitar esta masacre, que advertimos tendrá repercusiones peligrosas”, dijo la presidencia palestina, citada por la agencia oficial de noticias palestina Wafa, y aseguró que está multiplicando las discusiones “intensivas” con sus socios internacionales sobre esta cuestión.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, aseguró este martes que el Ejército entrará en Rafah para eliminar a los cuatro batallones de Hamás que presuntamente quedan en el sur de la Franja de Gaza, “con o sin acuerdo” de tregua.

“Entraremos en Rafah y eliminaremos a los batallones de Hamás allí, con o sin acuerdo”, indicó Netanyahu durante una reunión con familiares de secuestrados y víctimas del ataque del 7 de octubre.

Sus palabras llegan cuando Hamás estudia la última propuesta de tregua de los mediadores en El Cairo, con la mediación de Estados Unidos, Egipto y Qatar.

El acuerdo contemplaría la liberación de docenas de rehenes a cambio de un alto el fuego de seis semanas en una fase inicial, según un funcionario egipcio y la prensa israelí. Cientos de palestinos presos en cárceles israelíes también quedarían libres.

El punto de fricción está en lo que ocurriría después. Hamás ha exigido garantías de que la eventual liberación de todos los rehenes pondrá fin a la campaña israelí en Gaza y supondrá la retirada de sus tropas del arrasado territorio.

Israel solo ha ofrecido una pausa prolongada y se comprometió a reanudar su ofensiva una vez finalice la tregua. Esta cuestión ha obstaculizado repetidamente los esfuerzos de los mediadores durante los meses de conversaciones.

“La idea de que pararemos la guerra antes de alcanzar todos sus objetivos está fuera de toda discusión”, dijo Netanyahu en la reunión, en alusión a las tres finalidades repetidas en estos casi siete meses de guerra: devolver a los rehenes, acabar con la fuerza militar de Hamás y lograr que Gaza deje de ser una “amenaza” para Israel.

Ante este último mensaje del primer ministro, el ministro de Seguridad Nacional y colono Itamar Ben Gvir, amenazó este martes de nuevo con romper el Ejecutivo de coalición si Netanyahu decide no invadir Rafah y accede a negociar con Hamás.

“Advertí al primer ministro (de las consecuencias]), Dios no lo quiera, de que Israel no entre en Rafah, Dios no lo quiera, de que ponga fin a la guerra, Dios no lo quiera, de que haya un acuerdo temerario”, dijo Ben Gvir en discurso grabado en vídeo en X.

Por su parte, el líder de la oposición, Yair Lapid, condenó las palabras de Ben Gvir, pidió su dimisión y lamentó en X que Israel fuera un “rehén de locos irresponsables”, en referencia a los dos partidos ultranacionalistas que se oponen a un acuerdo para la liberación de los rehenes.

“No puedes seguir así. Un ministro con antecedentes penales (Ben Gvir) está en la Oficina del primer ministro y le amenaza con consecuencias si no hace lo que le dice. Ben Gvir le dice (así) al mundo entero y a toda la región que Netanyahu es débil y que trabaja para él. Es increíble que no lo despidan en el acto”, dijo en X.

Organizaciones internacionales y gran parte de la comunidad internacional, incluido Estados Unidos, advierten que una ofensiva contra Rafah supondría una catástrofe humanitaria aún mayor que la que ya están sufriendo los palestinos en el enclave, con escaso alimento, agua potable y un sistema sanitario devastado.

En Rafah malviven 1.4 millones de gazatíes, la mayoría desplazadas de norte durante una guerra en la que ya han muerto más de 34,500 personas en 207 días de ofensiva, donde cerca del 80% de la población sigue desplazada

Israel esperará “hasta el miércoles por la noche” una respuesta de Hamás a la oferta de tregua que se está negociando en El Cairo antes de decidir si envía una delegación a Egipto, dijo a la agencia AFP un funcionario israelí.

“Israel ha decidido no enviar una delegación a El Cairo de inmediato” y “tomará una decisión cuando Hamás haya dado su respuesta”, según este funcionario que solicitó el anonimato. “Esperaremos hasta el miércoles por la noche y luego decidiremos”, añadió.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, insistió este miércoles en su objetivo de invadir Rafah, en el extremo sur de la Franja, pese al rechazo de Estados Unidos, uno de sus principales aliados, aunque aclaró que los preparativos “tomarán tiempo”.

“En su día le dije al presidente Biden que Hamás no podía ser derrotado sin que las Fuerzas de Defensa de Israel entren en la Franja de Gaza. En nuestra última conversación le dije que es imposible completar la victoria sin que las FDI entren en Rafah para eliminar al resto de los batallones de Hamás”, afirmó.

Netanyahu envió hoy un videomensaje a los ciudadanos israelíes para “actualizarles” sobre su conversación con el presidente Joe Biden el lunes pasado, en la que abordaron la ofensiva en Rafah, a la que EUA se opone y considera una “línea roja”.

“Desde el principio acordamos que había que eliminar a Hamás. Pero durante la guerra, no es ningún secreto, hemos tenido diferencias de opinión sobre la mejor manera de lograr este objetivo”, indicó el primer ministro.

Netanyahu apuntó que ya ha dado luz verde al plan militar del Ejército para la ofensiva dentro de Rafah, donde hay 1.4 millones de desplazados, más de la mitad de la población del enclave, y que pronto aprobará el plan para evacuar a los civiles de las zonas de combate.

“El presidente Biden, cuyo apoyo agradezco, pidió presentarnos sus propuestas tanto en el ámbito humanitario como en otros temas”, señaló Netanyahu sobre el envío de una delegación gubernamental a Washington los próximos días para abordar estas cuestiones con el gobierno estadounidense y consensuar estrategias.

El primer ministro ha elegido a dos de sus más cercanos aliados, el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer; y el asesor de Seguridad Nacional, Tzachi Hanegbi; mientras que el titular de Defensa, Yoav Gallant, anunció hoy que viajará a Washington la próxima semana para reunirse con su homólogo, Lloyd Austin.

“Mientras nos preparamos para entrar en Rafah, lo que tomará algo de tiempo, seguimos operando con todas nuestras fuerza en Jan Yunis y en los campos de refugiados del centros, además de en la eliminación y captura de altos funcionarios de Hamás como lo hicimos ahora en el hospital Shifa, donde eliminamos a cientos de terroristas”, remató.

El gabinete para la gestión de la Guerra en Israel aprobó la entrada a través de Egipto de dos camiones cisterna diarios con diésel para cubrir las necesidad de Naciones Unidas para el apoyo de la infraestructura de agua y el alcantarillado.

“El Gabinete de Guerra aprobó por unanimidad una recomendación conjunta de las Fuerzas de Defensa de Israel y del Shin Bet (servicio de inteligencia interior) para cumplir con la solicitud de Estados Unidos y permitir la entrada de dos camiones cisterna de diésel al día para las necesidades de la ONU de apoyo a la infraestructura de agua y alcantarillado”, aseguró un funcionario del Gobierno israelí a la agencia Efe.

Y es que la comunidad internacional lleva semanas presionando a Israel para que permita la entrada de combustible a Gaza, necesario también para la generación de electricidad y el funcionamiento de otros muchos servicios civiles básicos, como los hospitales.

La fuente subrayó que esta medida “permite a Israel seguir teniendo el espacio de maniobra internacional necesario para eliminar a Hamás”.

Además, explicó que “los camiones cisterna pasarán por el cruce de Rafah, a través de la ONU, hacia la población civil del sur de la Franja de Gaza, siempre que no llegue a Hamás”.

La fuente israelí precisó hoy que esta acción tiene como objetivo, entre otras cosas, apoyar mínimamente los sistemas de agua, alcantarillado y saneamiento, para evitar el brote de epidemias que podrían extenderse por toda la zona, “dañar tanto a los residentes de la Franja como a nuestras fuerzas, e incluso extenderse a Israel”.

Este anuncio coincide con la publicación de informes por medios egipcios sobre la entrada de alrededor de 150.000 litros de combustible destinados para hospitales, que ingresaron a través del paso fronterizo de Rafah, que une la Franja con Egipto.

Este mismo viernes, el representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en los territorios palestinos ocupados, Richard Peeperkorn, dijo que podría empezar a funcionar un mecanismo para la entrada de combustible en la Franja, el cual “debe ser continuo para garantizar la operación humanitaria”.

También hoy, la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) en la Franja de Gaza, advirtió que el incremento de personas desplazadas en los limitados refugios ha derivado en la propagación de numerosas enfermedades por el hacinamiento y la limitada capacidad para proporcionar servicios.

Por primera vez desde que inició la guerra, docenas de personas con pasaportes extranjeros pudieron salir del asediado enclave palestino, al acceder este miércoles al paso fronterizo de Rafah desde la Franja de Gaza a Egipto.

Cientos de personas se habían congregado en el puesto fronterizo en distintas ocasiones en las últimas semanas, pero no se les había permitid pasar debido a desacuerdos entre Egipto, Israel y Hamás.

Y es que nadie ha podido salir de Gaza a excepción de las cuatro rehenes liberadas por Hamás, además de una soldado retenida por el grupo insurgente que fue liberada por las fuerzas israelíes a principios de esta semana.

La autoridad palestina del paso dijo que este miércoles que se permitiría la salida de más de 400 personas con pasaporte extranjero de la Franja. Egipto ha señalado que no aceptará la llegada de refugiados palestinos por temor a que Israel no les permita regresar al territorio palestino tras la guerra.

Esto sucede un día después de que ataques aéreos israelíes alcanzaron edificios residenciales en un campo de refugiados, que dejó cerca de 400 víctimas entre muertos y heridos. Sin embargo, los embates se han mantenido por segundo día consecutivo.

La televisora Al-Jazeera, que sigue reportando desde el norte del enclave palestino, emitió videos de la devastación y de cómo varios heridos, entre los que había menores, eran trasladados a un hospital cercano.

Tres estados árabes condenaron los ataques aéreos de Israel sobre un campo de refugiados próximo a la Ciudad de Gaza.

Qatar, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos emitieron comunicados en los que denunciaron los ataques contra el campamento de Jabaliya.

Qatar, que ha ejercido de mediador en las conversaciones con Hamás acerca de los más de 200 rehenes describió el operativo como “una nueva masacre contra el indefenso pueblo palestino, especialmente mujeres y niños”.

El país advirtió que “la expansión de los ataques israelíes en (la) Franja de Gaza (…) es una peligrosa escalada en el curso de las confrontaciones, que podría socavar los esfuerzos de mediación y desescalada”.

En medio de este ataque, la cifra de fallecidos del lado palestino desde el inicio de la guerra alcanzó las 8,525 personas, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza. En la Cisjordania ocupada, más de 122 palestinos han muerto por la violencia y las incursiones israelíes.

En el lado israelí han muerto más de 1,400 personas, sobre todo civiles que perdieron la vida durante el ataque de Hamás el pasado 7 de octubre. Unas 240 personas fueron llevadas a Gaza como rehenes.

Adicional, la madrugada de hoy, los proveedores de telecomunicaciones Paltel y Jawwal informaron de una “interrupción total” de los servicios de internet y telefonía móvil en el enclave. Se trata del segundo gran corte en los últimos cinco días. Las agencias de ayuda humanitaria han advertido que esos apagones alteran gravemente su trabajo en una situación ya de por sí desesperada en el territorio.

Las comunicaciones ya habían estado suspendidas entre el viernes en la noche y las primeras horas del domingo, coincidiendo con la entrada de una gran número de tropas terrestres a Gaza mientras Israel anunciaba el inicio de una nueva fase en la guerra.

En tanto, el secretario de Estado de Estados Unidos Antony Blinken viajará a Israel este viernes para consultar con funcionarios israelíes sobre la guerra contra Hamás.

El vocero del Departamento de Estado Matthew Miller indicó que Blinken visitará Israel “y luego hará otras paradas en la región”, aunque no detalló qué otros lugares visitará.

Recordemo que Blinken realizó un viaje urgente a la región en octubre, visitando Israel, Jordania, Qatar, Bahréin, Arabia Saudí, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos.

La ayuda humanitaria esperada urgentemente por los palestinos en la Franja de Gaza podrá comenzar a ingresar desde Egipto, anunciaron el presidente estadounidense Joe Biden y Egipto.

Tras la visita de ayer a Israel, y de una intensa diplomacia telefónica con autoridades de Egipto, Biden dio a conocer que un número limitado de camiones cruzarán el puesto de fronterizo de Rafah desde Egipto a Gaza a partir de mañana viernes.

La presidencia egipcia también anunció el acuerdo en un comunicado.

Será el primer embarque de ayuda a Gaza desde el 7 de octubre, cuando el grupo palestino Hamás realizó un ataque sin precedentes contra Israel, donde mató a 1,400 personas, en su mayoría civiles, y tomó a cerca de 200 rehenes.

Desde entonces Israel mantiene el territorio bajo asedio total, con una oleada de bombardeos aéreos y el bloqueo del enclave palestino y miles de soldados listos para una incursión terrestre.

La ONU y grupos humanitarios han suplicado que Israel alivie su asedio sobre Gaza para permitir el ingreso de agua, alimentos, combustible y medicamentos.

Biden llegó a Israel al día siguiente del bombardeo del hospital Ahli Arab en la ciudad de Gaza, que conmocionó a la comunidad internacional y desencadenó protestas en varios países musulmanes. Palestinos e israelíes se culpan mutuamente de la matanza en el enclave.

“Esta horrible masacre fue perpetrada con la ayuda de un arsenal militar estadounidense disponible sólo para el ocupante Israel”, afirmó Hamás. Sin embargo, el portavoz militar israelí, Daniel Hagari, aseguró en cambio que tenía pruebas de que la explosión en el centro sanitario se debió a “un cohete de la Yihad Islámica que falló”. El grupo armado, aliado de Hamás, rechazó la acusación.

Biden también atribuyó el atentado contra el hospital a un “cohete fuera de control” disparado por un “grupo terrorista” de Gaza.

En un discurso desde Tel Aviv, Biden afirmó que “Israel no está solo” y señaló que Hamás no representa a la mayoría de los palestinos. Sugirió al pueblo israelí no dejarse guiar por el odio, recordando que eso hizo Estados Unidos en 2001, tras los ataques terroristas de Al Qaeda, y eso llevó a su país a cometer muchos errores.

Tras anunciar el acuerdo para enviar ayuda humanitaria a Gaza, Biden advirtió que “si Hamás la confisca, no se deja pasar (…) entonces terminará”.

Recordemos que cientos de camiones esperan desde hace varios días que el puesto fronterizo de Rafah se abra para permitir la entrada de ayuda, donde 2.4 millones de habitantes se están quedando sin agua y comida.

“Ante el pedido del presidente Biden, Israel no frustrará el envío de ayuda humanitaria vía Egipto”, indicó previamente el gabinete del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dando luz verde a la entrada de los insumos.

El pacto consiste en la entrada de “comida, agua y medicinas” y valdrá “en la medida en que el aprovisionamiento no llegue a Hamás”, precisó el comunicado israelí. El documento detalló también que no incluía la entrada de ayuda desde Israel mientras hubiera rehenes en Gaza.

En otra muestra de solidaridad con Israel, Biden anunció que pediría al Congreso una ayuda “sin precedentes” para su aliado, como parte de un paquete de 100,000 millones de dólares que incluye también ayuda para Ucrania y Taiwán.

¿Qué hay detrás de la visita de Biden a Israel? ¿Llegó en el momento adecuado? En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Fausto Pretelin, analista internacional y columnista de El Economista, sobre el viaje de Biden y cómo la guerra en Medio Oriente abre la puerta a un nuevo orden geopolítico.