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Desde la Calle Segunda y Constitución, en el centro de Tijuana, inició el evento al que convocó el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y que tras el anuncio de que se alcanzó un acuerdo con Estados Unidos, pasó de buscar la unidad a la celebración.

Al rededor de las 12:30 horas, el presidente se trasladó de La Paz, Baja California Sur, a Tijuana, luego de que su agenda fuera modificada para no tener ningún otro evento, pues el itinerario original contemplaba un acto al mediodía en Ensenada.

Desde las 14 horas comenzó a llegar a la gente, para tener buena ubicación. A temprana hora, voluntarios de la 4T, portando chalecos guindas, comenzaron a invitar a todos los que pasaban por el lugar a sumarse al acto.

Según cálculos del propio gobierno, se espera una afluencia de 20 mil personas, entre ciudadanos, empresarios, gobernadores, legisladores y el equipo de López Obrador.

Se dieron cita todos los miembros del gabinete legal y ampliado, destacando el canciller Marcelo Ebrard, encargado de encabezar la negociación con Estados Unidos, y quien según los medios, voló la noche de ayer para poder estar presente en el evento.

Antes de partir a Tijuana, el presidente López Obrador declaró que había mucho ánimo en todo México porque se evitó la aplicación de los aranceles, siendo ese, el principal punto del acuerdo alcanzado.

“La gente está contenta porque se evitó este impuesto que iba a afectar sin duda iba a afectar sin duda a nuestra economía, se optó por el acuerdo, prevaleció la buena voluntad de las dos partes, y se despeja este asunto que nos hizo entretenernos una semana”, señaló.

AMLO enfatizó que ambos gobierno se comprometieron a tomar medidas para que la migración sea opcional y no forzada, y a atender las causas que la originan.

Minutos antes del evento, el presidente López Obrador informó a través de su cuenta de Twitter que conversó esta tarde vía telefónica con Donald Trump.

Adelantó que tal cono lo dirá en el evento, le reiteró que “al presidente de EEUU no le levanto un puño cerrado, sino la mano abierta y franca”.

Adicional dijo, le manifestó su disposición a la amistad, al diálogo y la colaboración por el bien de los países.

RENÉ DELGADO

REFORMA

 

La fragilidad de la soberanía quedó expuesta esta semana y, con ella, el proyecto nacional del gobierno lopezobradorista.

La amenaza del emperador de los chantajes y la severidad de las agencias calificadoras advirtieron cómo, en cuestión de días, se podría descarrilar al país y liquidar, así, la esperanza de ensayar un nuevo entendimiento y equilibrio en las relaciones internas y externas de México.

Suspensa la amenaza y vigente la descalificación, esos avisos con tintes de extorsión urgen a reconsiderar la forma y el fondo de la acción de gobierno hacia adentro y hacia afuera, a recalibrar el querer y el poder, y a fijar auténticas prioridades.

Ahora, está claro que en el peligro de una ruptura nacional cuenta tanto el factor externo como el interno.

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Aun sin conocer los términos del arreglo, es exagerado hablar de un acuerdo entre México y Estados Unidos.

Blandir una amenaza con fecha inmediata de expiración y fincada en la enorme asimetría de una relación revela el brutal desprecio de Donald Trump por la diplomacia y los acuerdos. Exhibe eso y ratifica que ese método de negociación será herramienta de la cual se echará mano cuantas veces sea necesario. Nomás falta que el próximo 18 de junio, al oficializar el anuncio de su intención reeleccionista en Orlando, Florida, Donald Trump señale que el irrealizable muro en El Bravo se corrió al Suchiate y México correrá con los gastos, tal cual lo prometió.

El mandatario estadounidense salió de caza, seguro de regresar con un trofeo para galvanizar a sus seguidores y acariciar la idea de prolongar su estancia en la Casa Blanca. Poco le importó poner en duda con la amenaza el nuevo tratado de comercio, la asociación con su vecino y el entendimiento establecido durante el último cuarto de siglo. Una absurda contradicción, propia de un hombre incongruente.

De lo sucedido, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador está obligado a desprender lecciones y no dar por sentado que, superado el susto, nada habrá de ocurrir más adelante. Trump no honra compromiso, no es un hombre fiable y, en el lance, ya dejó ver que, del elenco de países hostigados, amenazados o agredidos por su capricho, México es la víctima propiciatoria que, electoralmente, rinde frutos.

La expresión “ellos nos necesitan, nosotros no” no sólo queda en la nube.

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Lecciones semejantes es menester desprender del celo con que las calificadoras defienden el modelo (neoliberal) de desarrollo que, pese a sus crujimientos en muchas latitudes, ellas impulsan y arbitran. Apartarse del dogma económico aún en boga cuesta y, pudiendo, las calificadoras no darán, como no dieron, margen de tolerancia.

En esto no deja de ser curioso cómo un gobierno con tendencias proteccionistas y cómo unas calificadoras fincadas en al apertura económica cerraron coincidentemente las tenazas de la pinza que colocó al país en un brutal apuro.

Comoquiera, la descalificación de aquellas agencias no puede ignorarse y es preciso hacer ajustes para remontar la circunstancia y generar confianza a la inversión nacional y extranjera.

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Si bien es reconocible la pronta, aunque precipitada, reacción del gobierno mexicano ante la agresión, ello no impide recapitular sobre los errores cometidos y avizorar ajustes en su propósito y acción.

En su relación con el diferendo con Estados Unidos fueron tres. El primero y original, el vaivén en la política migratoria. El segundo y principal, no leer las reiteradas señales enviadas por el emperador de los chantajes en torno a su molestia por la creciente migración centroamericana con destino a Estados Unidos. El tercero y coyuntural ante la amenaza conjurada, enviar e integrar una importante misión a Washington sin incorporar a las autoridades responsables de la migración y la seguridad. El tema, obviamente, no era comercial.

En relación con la unidad nacional, es preciso fincarla en acuerdos fundamentales y no sólo convocarla al advertir peligros. Si el gobierno quiere concretar sin ruptura la transformación que pretende debe tener fuentes de entendimiento con todos y cada uno de los actores y factores de poder distinto al presidencial, en vez de profundizar la polarización y el desencuentro o desencadenar litigios innecesarios. Resolver, además, si impulsa la política de punto final o la de puntos suspensivos ante el pasado.

En relación con la confianza en la intervención urge equilibrar el querer y el poder, fijar cuáles son las prioridades y qué grandes obras son irrenunciables, cuáles prescindibles y cuáles pausar conforme al ritmo de la circunstancia. Rectificar y ajustar la acción del gobierno sobre todo cuando los recortes le restan capacidad operativa y, avances, tapan agujeros abriendo otros.

Lo ocurrido esta semana marca un punto de reflexión, pero sobre todo de inflexión, si en ánimo de transformar se quiere sostener el rumbo y la dirección. Tal ajuste no pondría en duda quién manda aquí y, en cambio, daría confianza en el mando.

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La idea del presidente López Obrador de que la mejor la política exterior es la interior hoy cobra mayor importancia.

Es momento de fortalecer sin tropiezos las posibilidades de la inversión y el mercado interno sobre la base de generar certeza y confianza, sólo así se podrá encarar el factor externo y explorar en serio nuevas oportunidades. Es momento de replantear las relaciones políticas y salir de la tentación de la revancha que sólo tensa fuerzas sin sumar esfuerzos. Momento de rescatar al país.

Tal reconsideración y ajuste demanda apertura y humildad en el principal abanderado de la transformación, sólo así se podrá mantener viva la esperanza de reponer el horizonte nacional.

LIÉBANO SÁENZ

MILENIO

 

La unidad de los mexicanos, especialmente en los temas de interés nacional, siempre será deseable. Un país con capacidad de unirse, supera problemas y logra anhelos con mayor facilidad que un país dividido o fragmentado. La idea de la democracia es precisamente, definir los espacios de diferencia y desencuentro de aquellos en los que debe prevalecer un sentido único.

Aunque haya habido entendimiento con el gobierno de Estados Unidos, el momento del país llama a la unidad. Al menos dos de los desafíos fundamentales e inmediatos así lo exigen: el combate a la inseguridad y la relación con el presidente Donald Trump y su gobierno, toda vez que la dinámica electoral de aquel país nos llevará a una situación impredecible como ha ocurrido con la crisis reciente.

Efectivamente, las ostensibles pretensiones electorales del presidente Trump pueden impactar negativamente el bienestar de los mexicanos al imponer un modelo de política migratoria o de seguridad bajo el sistema de la amenaza. Es una técnica de trato con el vecino, no solo con México, a la medida de los prejuicios de quien ahora es presidente y quien ve amenazado su deseo de reelección. Más allá del problema migratorio y la necesidad de ponerle orden, la postura del presidente Trump de utilizar el comercio y las facultades de excepción que tiene en materia internacional que le permiten actuar sin intervención del Congreso, son una amenaza a la buena vecindad entre ambos países como lo hemos visto en días pasados.

Frente a dicha circunstancia, mal haríamos, gobierno y sociedad, en minimizar el riesgo. Las autoridades mexicanas necesitan del apoyo de todos para lo que pueda suceder. Sería un error pensar que ya se resolvió la relación entre los gobiernos. Si prevaleciera el sentido común y una postura razonable, se estaría hablando más de cooperación para resolver los problemas compartidos, como es la migración ilegal, que utilizar la intimidación como medio para querer imponernos su sentido de lo que se debe hacer.

Aunque a algunos no les guste el estilo de verbalizarlo, es de reconocer que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha tenido el temple para no caer en la provocación. El canciller Marcelo Ebrard y quienes le acompañan en las negociaciones mostraron habilidad para promover un acuerdo razonable en la materia y persuadir al gobierno norteamericano de desistirse de medidas unilaterales y de presión como es la imposición de los aranceles a las exportaciones mexicanas en el marco del libre comercio.

El país está unido en torno a lo que hace el presidente y su equipo para defender a México. No obstante, el evento de este día en Tijuana no se corresponde en forma y fondo a la solución que se pretende llegar. La unidad y el apoyo debe acreditarse, sin embargo, hubiere sido mejor un acto de corte republicano en Palacio Nacional que el formato al que se está convocando en la plaza pública.

El buen resultado de diálogo con el vecino no depende ni de lo razonable ni de lo conveniente, y aunque siempre estarán las instancias multilaterales para hacer valer los derechos de las naciones, la opción no siempre resulta eficaz puesto que Estados Unidos se ha resistido a éstas, y más ahora con un personaje como Trump en la Presidencia. Ciertamente, la postura del presidente estadunidense atiende a consideraciones ajenas al sentido de responsabilidad y prudencia. Sin embargo, en cualquier momento, con y sin esta amenaza, no debe desdeñarse que es una necesidad de México como Estado soberano, enviar un mensaje claro de contención a la migración ilegal, no como concesión impuesta por el vecino, sino como expresión de política interna y compromiso con la legalidad que pueda dar certeza y confianza a la imagen del país.

Las causas sociales que motivan los flujos migratorios no deben inhibir a los estados nacionales a imponer límites, normas y restricciones. La presión migratoria de muchas partes del mundo, no solo de Centroamérica, ha crecido recientemente a virtud de la laxitud diseñada al respecto por las actuales autoridades, expresada aún antes de tomar posición de sus cargos. México debe mantener una postura ante la comunidad internacional de que no puede ser territorio de libre tránsito para quienes pretenden llegar al país vecino, y ese debería ser sin más un principio de política interna que debe tener expresión en políticas públicas.

Lo relevante del reto que vivimos es que el país demanda unidad frente al desafío actual. Unidad no solo para lograr acuerdos, sino para hacer valer la cohesión social aun si los resultados no son los deseables o esperados. Unidad para alcanzar los logros y también para, si ese fuera el caso, enfrentar la adversidad. Insisto, no es menor lo que estamos requiriendo en estas horas como país; se trata, ni más ni menos, de la necesidad de unirnos con el presidente López Obrador como representante del Estado mexicano, en su esfuerzo de enfrentar el mayor desafío que haya tenido la diplomacia mexicana desde la expropiación petrolera. Hoy no hay espacio en México al regateo ni al condicionamiento.

@liebano

Tras la convocatoria que lanzó el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para acompañarle al “Acto de unidad en defensa de la dignidad de México y en favor de la amistad con Estados Unidos” que se realizará mañana en Tijuana, Baja California, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) informó que no asistirán sus ministros.

“Hacemos del conocimiento de la opinión pública las razones que tuvo el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para, sin perjuicio de su solidaridad con la causa del evento, no asistir al mismo”, informaron.

La razón que dio la Suprema Corte, es que fijar la política exterior del Estado mexicano es una atribución que la Constitución le otorga al Presidente de la República en coordinación con el Senado de la República.

Por ello recalcó el Poder Judicial Federal no tiene facultad alguna en materia de política exterior, además de que, dado que es importante preservar su autonomía e independencia ante la eventualidad de futuras controversias en relación con medidas que pudiera adoptar el gobierno mexicano en materia comercial, se consideró prudente que los Ministros no asistan al acto al que fueron convocados.

Sin embargo, a través del comunicado emitido, desearon a AMLO el mayor de los éxitos en la conducción de la política exterior y, dijeron que se suman a la solidaridad del pueblo de México en un tema que debe de unir a todos por encima de las diferencias.

Este jueves, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, convocó a políticos, ministros de la Corte, dirigentes de organizaciones sociales, líderes religiosos y dirigentes empresariales a reunirse el próximo sábado a las 5:00 de la tarde en la ciudad fronteriza de Tijuana, Baja California, para realizar un acto de unidad en defensa de la dignidad de México y en favor de la amistad con el pueblo de Estados Unidos.

“Es un acto de unidad para defender la dignidad de México y en favor de la amistad con el pueblo de Estados Unidos”, dijo AMLO en su conferencia de prensa matutina.

El Jefe del Ejecutivo informó que este jueves, a las 10:00 am, seguirán las negociaciones con Estados Unidos para evitar la imposición de aranceles a productos mexicanos dispuesta por Estados Unidos a partir del lunes próximo.

“Se mantienen las pláticas en Washington para llegar a un acuerdo y que no se apliquen las medidas que se han definido de manera unilateral, medidas arancelarias, que afectan a quienes producen en México y venden sus mercancías en Estados Unidos”, señaló el presidente.

Asimismo, AMLO dijo que las autoridades de Estados Unidos se han portado muy bien porque no se han cerrado al diálogo y aseguró que a pesar del resultado de las negociaciones de este jueves entre las delegaciones mexicana y estadounidense, el acto del sábado se llevará acabo.

El presidente puntualizó que no se busca polemizar ni confrontar con este evento y señaló que ya se tiene una propuesta sobre política migratoria, que ya se presentó a Estados Unidos.

Aseguró que no se pronunciará a fondo sobre el tema sino hasta el sábado a las 5:00 de la tarde.

Durante su visita a San Luis Potosí, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) reclamó a los ciudadanos que asistieron a su mitin, quienes inconformes con varios temas, gritaban en consignas en el evento.

Fue cuando hablaba de la decisión y voluntad que tiene el gobierno de trabajar todos los días en beneficio del país. Explicaba que todo se logrará aplicando una fórmula sencilla, pero eficaz: acabar con la corrupción y acabar con la impunidad.

“Por eso contamos con el presupuesto que se necesita para cumplir con todos los compromisos… A ver, a ver, a ver. ¿Me van a dejar hablar? Porque yo entiendo que tengan ustedes diferencias, pero yo creo que la patria es primero, ¿o se van a seguir peleando?”, reclamó

AMLO reclamó a los asistentes por los gritos y reclamos que lanzaban y que no permitían que continuara con su discurso. Les dijo a los presentes que cuando vengan las elecciones, cada quien será libre de agarrar su partido, pero ahora lo que era necesario era unirse para rescatar a México, para sacar de la pobreza al pueblo.

“¿O ustedes son de los que no perdonan?, ¿son de los que no perdonan?”, sentenció el presidente.

Acto seguido hizo una de sus ya típicas consultas a mano alzada, en la que pidió que levantaran la mano aquellos que quisieran pelearse, y los que quisieran la reconciliación.

“Miren, somos libres y que cada quien se exprese, se manifieste como quiera, pero hay para todo su momento, ahora es el tiempo de la reconciliación para sacar a nuestro querido México del atraso en que se encuentra. ¿Estamos de acuerdo en esto?”, añadió López Obrador.

Incluso les recalcó que ahora la ciudadanía reclama mucho, cuando antes , “se callaban como momias”. Lamentó que los aplaudidores del régimen corrupto ahora griten como pregoneros; les digo que  “se van a quedar con las ganas, la Cuarta Transformación va por qué va”, remató.

De visita por Bahía de Banderas, Nayarit, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) aseguró que su gobierno atenderá al pueblo de México como nunca antes en la historia se había hecho.

“No sólo por mis convicciones, por mi honestidad que es lo que estimo más importante en mi vida, no diría nada que no pudiese cumplir, pero no sólo es por congruencia, por honestidad, es que tenemos recursos, tenemos presupuesto, porque tenemos la fórmula para que haya presupuesto y rinda el presupuesto”, dijo el mandatario.

Insistió en que para que el país avance, se debe acabar con la corrupción, y muestra de ello, dijo, ya no se tolera la corrupción arriba, es decir en el gobierno, que es donde imperaba dicha práctica.

AMLO reconoció que se está tardando un poco el gobierno en entregar los apoyos a la gente, pues recordó que el gobierno no estaba preparado para atender al pueblo, y que más bien era un facilitador para la corrupción. “Estaba al servicio de una minoría rapaz. No le importaba el pueblo”.

Reiteró su discurso de que el gobierno es como un elefante reumático y mañoso que hay que estar empujando. Dijo que se debe empujar entre todos los ciudadanos hasta que camine, hasta que esté al servicio de la gente, del pueblo.

Al respecto, hizo un llamado a que todos los mexicanos ayuden para que la transformación del país sea una realidad.

“Todos tenemos que ayudar para que las cosas se hagan bien. Todos a portarnos bien. La transformación también implica que todos actuemos de manera responsable, mandar ya por un tubo la subcultura del agandalle. Nada de que ‘el que no transa no avanza’. Eso ya que se vaya al carajo, ya para decirlo con claridad”, expuso López Obrador.

Pidió a todos los adultos mayores que digan a sus hijos, a sus nietos, que sólo siendo buenos se puede ser feliz. Expuso que la verdadera felicidad es estar bien con uno mismo, estar bien con su conciencia y estar bien con el prójimo.

Durante su visita a Juchitán, Oaxaca, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) habló sobre los diversos programas que se echarán a andar en la región, los cuales dijo, servirán para atender las necesidades de los mexicanos, y no dejar a nadie sin apoyo.

Se refirió en especifico a todos los que oaxaqueños que fueron afectados por los sismos; les dijo que van a ser atendidos y no quedarán en el desamparo. Se comprometió a seguir construyendo viviendas, además de restaurar los servicios públicos, en especial las escuelas y centros de salud.

“Vamos a cumplir todos los compromisos y aquí abro un paréntesis para decirles que estamos trabajando de manera coordinada con el gobierno de Oaxaca, con el gobernador Alejandro Murat”, dijo AMLO tras reconocer la labor del gobierno estatal.

Fue en ese punto donde habló de la unidad que debe imperar entre los tres niveles de gobierno, aunque reconoció que es muy difícil que de la noche a la mañana se logre la unidad y ponerse de acuerdo.

López Obrador enfatizó que “es muy aburrida la vida cuando todos pensamos igual, ¿no les parece?, la democracia es diversidad, es pluralidad, es el derecho a disentir, es la libertad”, lo que pareció ser una respuesta a las criticas que le han hecho debido a los ataques constantes a la oposición y a algunos medios de comunicación.

AMLO insistió en que el país se encuentra en un proceso de transformación, que requerirá se trabaje en unidad, por lo que llamó a todos los servidores públicos a no “pelearnos, la patria es primero”. Indicó que solo en unidad es que se va a sacar adelante a México.

Desde la Unidad Deportiva de la Universidad de Sonora, en Hermosillo, donde encabezó el segundo acto de este sábado, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) insistió en que la Cuarta Transformación también es la reconciliación.

En ese sentido, cuestionó que “para qué pelearnos”, esto en referencia a abucheos que recibió la gobernadora de la entidad, Claudia Pavlovich, quien acompañó al mandatario en el evento.

“Tenemos ya que unirnos todos los mexicanos. Ya pasó la campaña. Una cosa son los partidos y otra cosa es el gobierno. Si nos gustan los partidos yo les propongo que todos juntos militemos en el mejor partido: México. El pueblo de México”, sostuvo López Obrador.

Reconoció que hay muchos problemas en el país: grandes y graves, pues dijo que el gobierno no estaba hecho para beneficiar al pueblo. Afirmó que el gobierno estaba convertido en un facilitador para el saqueo, para el robo de unos cuantos.

AMLO adelantó que se van a atender todas las demandas del país, solo que pidió la comprensión de los ciudadanos, pues dijo que no es algo que se pueda hacer de la noche a la mañana debido al rezago que hay. “Que tengan confianza porque vamos a enfrentar todos los problemas y si no es en un año, en el sexenio van a cambiar radicalmente las cosas”.

Afirmó que no va a ser más de lo mismo, “no va a ser maquillaje” y como ejemplo dijo que en los tres meses que lleva al frente del gobierno, las cosas han comenzado a cambiar. Señaló que aún no se ha terminado de limpiar todo el gobierno, e insistió en que todavía hay algunos “malandrines” que piensan que se van a quedar ahí enquistados y van a seguir haciendo sus travesuras, pero eso “ya se acabó”.

“Y les digo que no les voy a fallar, no voy a traicionar al pueblo”, remató.

Este lunes, la gobernadora electa de Puebla, Martha Erika Alonso, hizo un llamado al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), a tender puentes y establecer un diálogo para trabajar en equipo.

En entrevista con Televisa, Alonso hizo un llamado a la unidad. “Reitero al presidente de la República el compromiso que tengo de trabajar de la mano con el Gobierno federal por el bienestar del Estado. López Obrador representa al país completo y yo voy a representar a los del Estado de Puebla. Vuelvo a hacer un llamado de trabajar en unión, tender puentes y lograr un diálogo para lograr los objetivos”, destacó.

Martha Erika Alonso señaló que la entidad tiene problemas muy serios en los que hay que trabajar junto con el gobierno de AMLO.

“Tenemos problemas serios en el tema de robo de hidrocarburos, que a fin de cuentas es un rubro del ámbito federal. Puebla es el cuarto estado más pobre y espero que haya la voluntad por parte del Gobierno federal de trabajar de manera conjunta por las causas que son justas”, dijo.

Por su parte, en la conferencia de prensa de esta mañana, el presidente afirmó que tendrá una relación institucional con la gobernadora electa de Puebla y adelantó, “para que no se vaya a malinterpretar”, que él no tiene pensado ir en estos días a Puebla y consideró que no es recomendable que acompañe a la gobernadora electa en su toma de posesión.

El presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), convocó a los integrantes de las Fuerzas Armadas de México a unirse en el proceso de pacificación del país, haciéndole frente a la violencia y a la inseguridad.

AMLO indicó que se podrá hacer frente a los problemas que aquejan al país, a partir de la conformación de la Guardia Nacional, cuerpo que dijo tiene como finalidad, llevar a cabo las tareas de  seguridad pública.

“Vengo a convocarles para que juntos, de conformidad con la Constitución Mexicana, podamos enfrentar juntos el problema de violencia e inseguridad (…) Eso es lo que estamos proponiendo: unirnos para darle paz y tranquilidad a nuestro pueblo”, expresó el tabasqueño.

López Obrador ofreció un mensaje ante 32 mil efectivos del Ejército, Fuerza Aérea y Armada de México quienes asistieron a la ceremonia acompañados de sus familias.

En las instalaciones del Campo Militar 1 A de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), el próximo titular del Poder Ejecutivo explicó que de ser aprobada por el Congreso la reforma a la Constitución Política para incluir a la Guardia Nacional como parte del Plan Nacional de Paz y Seguridad, se fortalecerá la formación militar en materia de respeto a los derechos humanos y el cumplimiento de protocolos de uso de fuerza.

El futuro presidente hizo un llamado a las Fuerzas Armadas y policías Federales, ministeriales y estatales trabajar en unidad, pues dijo que “el problema también es de que cada quien actúa por su cuenta”. Reiteró su propuesta de que los militares de menor rango gozarán de aumentos salariales.

“Lo digo con todo respeto: van a bajar arriba. Los de abajo van a ganar más”, afirmó el presidente electo, al tiempo que agregó confía en las fuerzas armadas “porque el soldado es pueblo uniformado, porque conozco la historia de mi país y conozco el ejército”, remató.

 

Durante su visita a Morelos, el Presidente Electo de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), informó que a partir del 1 de diciembre el gobierno federal buscará los cauces jurídicos pertinentes para disponer la liberación de todos los presos políticos del país.

En respuesta a las inquietudes expresadas por los asistentes al evento público que encabezó, López Obrador informó que Olga Sánchez Cordero, propuesta para ser la futura Secretaria de Gobernación, “tiene la encomienda de hacer una revisión y formularme un planteamiento para que desde el 1 de diciembre se le dé libertad a todos los presos políticos de México”.

Durante la parte final de su mensaje, el presidente electo se dirigió a los presentes para exhortarlos a dejar atrás las diferencias por el bien del país.

“Ya dejen de estar peleando. Por favor, ya pasó la campaña. Además, no luchamos por cargos; el que quiera puesto, que se vaya al mercado”, recriminó AMLO a los asistentes, quienes en algún momento del evento abuchearon al gobernador Cuauhtémoc Blanco.

El tabasqueño pidió dar paso a la unidad, y como ejemplo dijo “estoy visitando estados donde gobiernan otros partidos y estoy llamando a la unidad a todos, porque la patria es primero”.

 

Al reunirse con investigadores de la UNAM, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sostuvo que México es ejemplo en el mundo, pues en el pasado proceso electoral fueron los mexicanos quienes decidieron por un cambio, sin disturbios y sin que existieran acusaciones de fraude.

Dijo que dado la certeza de los resultados, ahora la transición se lleva a cabo en armonía. Adelantó que buscará aplicar una política incluyente.

López Obrador insistió en que es necesaria la reconciliación y unidad nacional, porque el partido más importante se llama México “y a ese partido debemos de pertenecer todos, ya pasó el proceso electoral necesitamos unir voluntades”.

No es la primera vez que Andrés Manuel López Obrador hace un llamado a la unidad, pues en el inicio de los foros de pacificación en Ciudad, Juárez, Chihuahua, pidió ser respetuosos y tolerantes “pensando que la patria es primero y estar dispuestos a perdonar”.

 

El presidente de Colombia, Iván Duque, afirmó este martes que rechazará cualquier forma de dictadura en el continente, en una advertencia al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, al que se ha referido en el pasado en esos términos.

Sin mencionar directamente a Maduro, Duque aseguró en su discurso de posesión que buscará en defensa de los valores democrático, rechazar “cualquier forma de dictadura en el continente americano, y la denunciemos”.

Adicional aseguró que en los primeros 30 días de su Gobierno evaluará los diálogos de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) para tomar una decisión al respecto.

“Durante los primeros 30 días de nuestro Gobierno vamos a realizar una evaluación responsable, prudente y completa del proceso de conversaciones que durante 17 meses se ha adelantado con el ELN”, afirmó el nuevo mandatario.

Hizo especial énfasis en que gobernará a Colombia con valores y principios inquebrantables, superando las divisiones de izquierda y derecha, pues dijo que “cuando nos unimos como pueblo nada nos detiene. Cuando todos aportamos somos capaces de hacer realidad proezas propias que ni siquiera el realismo mágico es capaz de imaginar”.

Al respecto llamó a construir el ‘Gran Pacto por Colombia’, lo cual dijo consiste en que por encima de las diferencias estén las cosas que unen a todos los colombianos.

 

El Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, René Juárez Cisneros, llamó a todos los militantes del tricolor en el país a mantenerse unidos y cohesionados, para construir su futuro y destino, esto tras la derrota en la jornada electoral del pasado 1 de julio.

“Al interior del partido debe haber una reflexión profunda, sin autoflagelarnos, con ánimo constructivo y espíritu, para salir adelante. Hacia afuera, el partido tiene que ser diferente, desde su armado ideológico, retomando las causas de la gente”, subrayó el dirigente.

En compañía de la Secretaria General del CEN, Claudia Ruiz Massieu, Juárez Cisneros encabezó una reunión con la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), que dirige el senador Arturo Zamora Jiménez.

Desde la sede priísta y ante los líderes cenopistas de todo el país, sostuvo que la reflexión debe ser serena y prudente, con base en un diagnóstico real.