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El equipo de campaña del aspirante demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden, reiteró este jueves que “será el próximo presidente de Estados Unidos” y que posiblemente se confirme este mismo jueves.

Sin embargo, la campaña reconoció que podría retrasarse hasta finales de la semana, cuando espera que el escrutinio en los distintos estados en liza se acerque al 100%.

Jen O’Malley Dillon, la jefa de campaña de Biden, aseguró en una teleconferencia que el demócrata “mantiene una clara vía hacia la victoria”, y consideró que después de dar por ganados los estados de Wisconsin y Michigan el miércoles esperan que entre hoy y mañana puedan adjudicarse la victoria en Nevada, Arizona y Pensilvania, con lo que superarían los 270 votos del Colegio Electoral que otorgan la Presidencia.

En Nevada, “nuestros datos muestran que vamos a ganar”, dijo O’Malley Dillon, pese a que la candidatura del presidente Donald Trump está recortando diferencias y el margen de votos a favor de Biden se confirmará este jueves con el escrutinio de más sufragios.

Sobre el caso de Nevada, la campaña de reelección del presidente Donald Trump anunció este jueves la presentación de una demanda en los juzgados del estado para detener el cómputo de sufragios al asegurar que se están contando “votos ilegales”.

Según las proyecciones de los medios estadounidenses, con el 86% de los votos contabilizados, el demócrata Joe Biden aventaja a Trump por menos de un punto porcentual

En Arizona, otro estado clave, la campaña del demócrata cree que el margen de ventaja de Biden seguirá mermando, pero se proclamará ganador con “decenas de miles” de votos, aunque podrían tener que esperar hasta mañana, ya que el condado de Pima ha informado de que podría necesitar un día más para avanzar el escrutinio.

En Pensilvania, donde unas 600,000 papeletas aún no se han contado, Biden seguirá recortando distancia a Trump, que está a la cabeza con más del 85% escrutado, y se situarán hoy “cerca de la paridad”, según la campaña, que augura que en los próximos días se corrobore una victoria del demócrata que ellos consideran viable.

En cuanto al estado de Georgia, donde la ventaja de Trump se limita a 18,500 votos, O’Malley Dillon no fue tan optimista, y consideró que se dirigen a una situación de “empate”, pero tienen “buenas sensaciones de lo que está llegando desde las regiones que se inclinan más por los demócratas”.

Por su parte, el asesor legal de la campaña de Biden, Bob Bauer, opinó que las demandas de la campaña de Trump para detener el escrutinio en Michigan no tiene “base”; y que los distintos litigios abiertos en Pensilvania y Georgia no tienen “sustento” y en muchos casos son una mera táctica para “dar la impresión de que algo está pasando”.

Mientras el candidato demócrata Joe Biden se acerca cada vez más a los 270 votos del Colegio Electoral que necesita para llegar a La Casa Blanca, el presidente Donald Trump ha hecho un llamado a detener los conteos en los estados en que dicho ejercicio continúa.

Dos días después de la jornada electoral, Biden cuenta, según proyecciones de los principales medios entre ellos la agencia AP, 264 votos, o sea que le bastaría ganar uno de los estados que aún se disputan para llegar a ser el presidente electo.

Trump, con 214 votos electorales, enfrenta obstáculos mucho mayores. Para llegar a los 270 tendría que ganar los cuatro estados en disputa: Pensilvania, Carolina del Norte, Georgia y Nevada.

Faltando el recuento de millones de votos, Biden acumulaba más de 71 millones, la cifra más alta de la historia. El exvicepresidente dijo en conferencia de prensa el miércoles por la tarde que preveía ganar la presidencia, pero se abstuvo de declararse victorioso.

“Gobernaré como presidente estadounidense”, dijo Biden. “Cuando ganemos no habrá estados rojos (republicanos) ni estados azules (demócratas). Solo los Estados Unidos de América”.

Ante la situación, la campaña de Trump inició una actividades judiciales para tratar de mejorar las probabilidades del presidente y poner en duda los resultados. Pidió un recuento en Wisconsin y presentó demandas en Pensilvania, Michigan y Georgia.

Históricamente, los recuentos en Michigan han modificado los resultados en algunos centenares de votos. Biden aventajaba a Trump por más de 20.000 boletas de casi 3,3 millones contadas.

Incluso el candidato demócrata ha lanzado el sitio de internet dedicado a la transición de gobierno, apostando que al término del conteo, se alzará con el triunfo.

La campaña del presidente Donald Trump interpuso demandas este miércoles en Pensilvania, Michigan y Georgia, sentando las bases para impugnar los resultados en estos tres estados en momentos en que se queda atrás en la lucha frente a Joe Biden por los 270 votos electorales necesarios para llegar a La Casa Blanca.

Las nuevas demandas, que se suman a los recursos legales presentados por los republicanos en Pensilvania y Nevada, exigen un mayor acceso para los observadores de campaña a sitios en donde se procesan y computan las boletas, y expresan preocupación en torno a los votos en ausencia, indicó la campaña.

Distintas proyecciones, entre las que destaca la de la agencia The Associated Press (AP) declaró triunfador a Biden en Michigan el miércoles. Nevada, Pensilvania y Georgia siguen sin un claro ganador.

Las acciones revelan una estrategia legal que el presidente ha insinuado durante varias semanas, en la que atacaría la integridad del proceso electoral en los estados donde el resultado podría significar su derrota.

Su campaña también anunció que solicitaría un recuento en Wisconsin, un estado en que se le ha dado el triunfo a Biden. El jefe de campaña de Trump, Bill Stepien, citó “irregularidades en varios condados de Wisconsin” sin dar más detalles.

Biden dijo esta tarde que los conteos deberían continuar en todos los estados, y añadió: “Nadie nos va a quitar nuestra democracia, ni ahora, ni nunca”.

El portavoz de la campaña del candidato demócrata, Andrew Bates, señaló que las campañas ganadoras no recurren a impugnaciones legales. “Lo que hace que estas farsas sean especialmente patéticas es que mientras Trump exige recuentos en los lugares que ya perdió, se enfrasca al mismo tiempo en intentos infructuosos de suspender los conteos de votos en otros estados en los que se encamina a la derrota”, dijo Bates en un comunicado.

El aspirante demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, afirmó este miércoles que una vez que concluya el conteo de votos en todos los estados, se confirmará su triunfo, que dijo, será una victoria del pueblo estadounidense.

Biden indicó que nadie arrebatará la democracia a los estadounidense. “Nadie nos va a quitar nuestra democracia, ni ahora ni nunca”.

En un breve mensaje desde el Chase Center de Wilmington, en Delaware, aclaró que su mensaje no era una autoproclamación como ganador de la jornada electoral, aunque dijo, los números le son favorables.

“Cuando finalice el conteo, creo que vamos a ser los ganadores”, dijo el exvicepresidente señalando que es claro que los demócratas han ganado suficientes estados para alcanzar los 270 votos del Colegio Electoral que se necesitan para llegar a La Casa Blanca.

Biden también hizo un llamado a la unidad, esto ante la “ansiedad” y la “división” que imperan entre los estadounidenses. Pidió que a los ciudadanos “parar de tratar a sus oponentes como enemigos”.

“No somos enemigos. Lo que nos hace estadounidenses es mucho más fuerte que cualquier cosa que nos pueda separar”, ha reiterado, asegurando que “gobernará como el presidente” de todos los ciudadanos del país.

Según proyecciones de diversos medios, hasta el momento Biden ha logrado reunir 264 delegados de los 270 que se necesitan para ganar la Presidencia, luego de que se le declarara ganador en Michigan y Wisconsin. El actual mandatario, Donald Trump, que ha denunciado un “fraude” en las elecciones, tendría 214 hasta ahora.

Aún quedan varios estados clave por comunicar sus resultados de los comicios, tales como Pensilvania, Georgia, Carolina del Norte y Nevada.

Sin embargo, a pesar del optimismo del demócrata, la campaña de reelección del presidente Donald Trump pronosticó este miércoles que para el viernes podrá proclamar una victoria, a pesar de haber presentado demandas en Pensilvania y Michigan y exigido un recuento en Wisconsin.

“Para finales de esta semana, quedará claro a todo este país que el presidente Trump y el vicepresidente (Mike) Pence serán reelegidos durante otros cuatro años”, dijo Jason Miller, asesor de la campaña de Trump, durante una llamada con periodistas en la que no admitió preguntas.

Miller pronosticó que “tan pronto como el viernes” quedará claro que Trump ha ganado en Arizona, un estado que las proyecciones de varios medios de comunicación han otorgado ya a Biden.

El jefe de la campaña de Trump, Bill Stepien, también aseguró que el mandatario ya tiene claro que ha ganado en Pensilvania, a pesar de que sigue el escrutinio en el estado y las cifras se encuentran muy ajustada. “Declaramos una victoria en Pensilvania, y esto no se basa en intuición o sentimientos, se basa en matemáticas, y creemos que las cosas no estarán ajustadas”, afirmó el colaborador de Trump.

La campaña del presidente Donald Trump anunció este miércoles que pedirá un recuento de votos en el estado clave de Wisconsin. Aunque la mayoría de los medios ha preferido no emitir una proyección sobre el ganador en dicho estado, CNN la ha dado a favor del demócrata. El ejercicio de la agencia AP también ha dado como ganador a Biden.

“El presidente está dentro del margen para pedir un recuento y lo haremos inmediatamente”, dijo el jefe de campaña de Trump, Bill Stepien, en un comunicado.

Con el 98% escrutado en Wisconsin, el candidato demócrata, Joe Biden, tiene una ventaja de apenas 20,533 votos sobre Trump, un margen de solo el 0.6% que ha provocado que ningún medio estadounidense se atreva aún a declarar un ganador en el estado.

La administradora de la Comisión de Elecciones de Wisconsin, Meagan Wolfe, dijo a la prensa que todos menos uno de los municipios del estado han entregado ya recuentos provisionales de sus votos, y apenas falta por recibir el de un pueblo donde votaron menos de 400 habitantes.

Wolfe subrayó que los resultados oficiales en el estado no se certificarán hasta el 1 de diciembre, siguiendo la legislación estatal.

Bajo la ley estatal, los candidatos pueden solicitar un recuento si el margen de ventaja del ganador es menos del 1%, y la campaña de Trump está decidida a acogerse a esa posibilidad, tras subrayar que siempre esperó que el margen entre ambos candidatos fuera “ínfimo”.

“Ha habido informes sobre irregularidades en varios condados de Wisconsin, que plantean serias dudas sobre la validez de los resultados”, aseguró el jefe de campaña de Trump, sin dar detalles o aportar pruebas.

Según funcionarios de ambos partidos en Wisconsin, si Biden mantiene su ventaja actual cuando se acabe el recuento, el presidente lo tendrá difícil para dar la vuelta al resultado en un recuento.

“20.000 (votos) es un obstáculo muy alto”, tuiteó el exgobernador republicano de Wisconsin Scott Walker, quien recordó que otros recuentos en el estado han cambiado los márgenes de victoria por unos pocos centenares de sufragios, pero no miles.

En 2016, Trump ganó por un estrecho margen de más de 22,000 votos en el estado de Wisconsin, que reparte 10 delegados en el colegio electoral y que el demócrata Barack Obama ganó en 2012 y 2008.

Paralelamente, la campaña de Donald Trump anunció que presentó una demanda en Michigan para detener el recuento de votos en las elecciones presidenciales.

“Hemos presentado hoy (miércoles) una demanda en el Tribunal de Reclamaciones de Michigan para detener el recuento hasta que se conceda un acceso significativo. También exigimos que se revisen las papeletas que fueron abiertas y contadas mientras no teníamos un acceso significativo”, dijo la campaña en un comunicado.

No hay un claro ganador en el estado, que tiene 16 votos electorales.

Joe Biden tiene una muy cerrada ventaja en Michigan, donde se ha contado el 92% de los votos esperados. El demócrata registra el 49.5% de los votos, contra un 48.8% de Trump.

El presidente Donald Trump afirmó la madrugada de este miércoles que ganó las elecciones presidenciales, pese a que el recuento de los votos continúa en varios estados claves.

Como lo habían advertido diversos analistas, el mandatario se proclamó ganador y denunció un fraude sin presentar pruebas. Trump anunció que va a acudir a la Corte Suprema de Justicia para pedirle que detenga el conteo de votos enviados por correo.

“Nosotros ganamos esta elección”, dijo el mandatario en un discurso en La Casa Blanca. “Este es un fraude al público estadounidense (…) Queremos que la votación se detenga”, dijo.

Trump enfatizó que “francamente ganamos esta elección”, pues dijo que estaba ganando en varios estados considerando como clave donde los sufragios están siendo contabilizados todavía.

Horas antes, el actual presidente acusó a Biden de intentar “robar” la votación, en un tuit que inmediatamente fue etiquetado como “engañoso” por Twitter.

La campaña de Biden rechazó las declaraciones de Trump calificándolas de “indignantes” y “sin precedentes”, y el equipo legal del demócrata se dijo listo para actuar si el presidente trata de detener el recuento.

En un breve mensaje desde Wilmington, Delaware, Biden declaró que estaba “en camino” de lograr la victoria, y pidió paciencia a la población. “¡Mantengan la fe, ganaremos!”, prometió el exvicepresidente de Barack Obama frente a simpatizantes congregados en sus automóviles. “Esto no se acaba hasta que cada voto sea contado”, añadió.

“Si el presidente cumple con su promesa de ir a la corte para tratar de evitar el escrutinio apropiado de los votos, tenemos un equipo legal que está listo para desplegarse y resistir esta acción”, dijo el director de campaña de Biden, Jen O’Malley Dillon, en un comunicado.

El resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos depende de cinco de los 50 estados del país, que siguen contando las papeletas, debido en gran parte al aumento de votos por correo que se registraron a raíz de la pandemia e Covid-19.

Debido a su peso en el Colegio Electoral, estos estados podrían decidir si el ganador es el actual presidente y candidato republicano, Donald Trump, con lo que se mantendría por un segundo periodo, o si por el contrario es su rival, el demócrata Joe Biden.

  • Wiscosin. Con el 95% de los votos escrutados, Biden solo tiene un margen de unos 20,000 votos.
  • Michigan. Con el 88% de los votos escrutados, Trump lidera la votación con un 49.8% de los votos frente al 48.6% de Biden.
  • Pensilvania. Con el 75% del escrutinio, Trump tiene una ventaja de poco más de 600 mil votos, aunque quedan más de un millón de votos por correo por registrar.
  • Georgia. Con el 94% escrutado, Trump lidera el recuento con un 50.5% del voto, mientras Biden acumula el 48.3%.
  • Nevada. Con un 83% escrutado, Biden lidera el recuento con un 49.3% frente a Trump, que acumula un 48.7%, una diferencia de apenas 8 mil votos.

Hasta ahora, los resultados se mantienen de la siguiente forma, según el conteo de la agencia Associated Press:

Joe Biden se lleva un triunfo en: Maine, Arizona, Minnesota, Hawai, California, Oregon, Washington, New Hampshire, Colorado, New York, Nuevo México, el Distrito de Columbia, Rhode Island, Delaware, Connecticut, Illinois, Maryland, Massachusetts, New Jersey, Virginia y Vermont.

Donald Trump obtuvo una victoria en: Texas, Florida, Iowa, Montana, Ohio, Idaho, Utah, Missouri, Kansas, Nebraska, Wyoming, Dakota del Sur, Dakota del Norte, Louisiana, Arkansas, Tennessee, Mississippi, Oklahoma, Alabama, Carolina del Sur, Virginia Occidental, Kentucky e Indiana.

La proyección que realiza The New York Times (NYT) da al candidato demócrata 227 votos del Colegio Electoral, y suma cerca de 69 millones de votos. En tanto, el republicano acumula 213 votos del Colegio Electoral con poco más de 66 millones de votos.

Miami, Florida. La joya de la corona se la llevó Donald Trump. Florida, con sus 22 millones de habitantes, es el 3er estado con más votos en el Colegio Electoral. Con 29 votos, empata con Nueva York y es superado solamente por California, que tiene 55 votos del Colegio Electoral, y Texas, que tiene 38. Pero a diferencia de estos otros estados, Florida es considerado columpio. Es decir, es un estado que ha votado tanto republicano como demócrata desde 1868.

De hecho, solamente una vez en las últimas 12 elecciones presidenciales, Florida ha votado por el candidato perdedor. Fue en 1992, cuando el estado se decantó por George Bush padre y la elección la ganó Bill Clinton.

Ahora estará por verse si se repite el escenario de aquel 1992 de un Trump ganador de Florida pero perdedor de la elección presidencial. El triunfo de Trump en Florida es muy simbólico de lo que ocurre hoy en Estados Unidos.

La noche del domingo acudí a un rally de Trump en el que pude escuchar las razones de tantas personas para votar por cuatro años más del presidente. Entre ellas, la comunidad hispana ha tenido un papel fundamental. Lejos de sentirse ofendidos por la retórica anti-inmigrante; por un Trump que ha llamado a los mexicanos criminales; a los centro americanos habitantes de “países de mierda” y a los Puertorriqueños los ha desdeñado ignorando primero que la isla es territorio de Estados Unidos y segundo, coqueteando con la idea de intercambiarla por Groenlandia, con todo y esto, votaron por Trump.

Los adultos mayores que se suponía iban a mostrar una revolución gris en Florida al votar por Biden enojados por el manejo que ha hecho Trump de la pandemia, no se revelaron en contra del presidente.

Por el contrario, en el condado de Sumter, en donde se ubica la zona emblemática de The Villages, el lugar en el que se retiran los adultos de más de 65 años para jugar golf y, aparentemente otras cosas ya que es el sitio número uno de ventas de Viagra, votaron por premiar a Trump con cuatro años más en La Casa Blanca 68 por ciento frente a 31 por ciento para Biden.

No hubo revolución gris.

Lo que sí logró Donald Trump en Florida fue convencer a los venezolanos; nicaragüenses y sobretodo a los cubano americanos que un triunfo de Biden significaría la llegada a Estados Unidos del socialismo. Increíble que prefieran a un narcisista que le gusta organizarse desfiles militares; poner su nombre a edificios y abrazar a los autócratas y dictadores del mundo, pensando que así evitan que en Estados Unidos ocurra lo que en los países de los que salieron expulsados. Pero eso fue claramente lo que ocurrió.

En Miami-Dade, un condado con fuerte presencia de este electorado hispano, sobre todo del cubano-americano, Joe Biden obtuvo poco más del 50 por ciento de los votos cuando hace cuatro años Hillary Clinton lo ganó con el 64 por ciento. Los demócratas no han hecho caso al electorado hispano y por más que Biden quiso ganar el terreno perdido en las últimas semanas, ya fue muy poco y muy tarde y esto le costó los 29 votos del colegio electoral que le habrían significado un triunfo temprano la noche de ayer.

Ahora la incertidumbre que acompaña este mal resultado de Biden en Florida abre un espacio para que Trump domine la retórica en los próximos días.

 

Columna completa en El Universal

En el marco de la jornada electoral que se vive hoy en Estados Unidos, un juez ordenó al Servicio Postal del país revisar las instalaciones de procesamiento de correo para detectar si hay retrasos en el despacho de los votos por correo y enviarlos inmediatamente en una docena de estados, incluyendo Pensilvania y Florida, que son decisivos.

Los datos del Servicio Postal de los Estados Unidos (USPS) presentados en el caso mostraron que cerca de 300,000 papeletas que se recibieron para el procesamiento del correo no tenían escaneos que confirmaran su entrega a las autoridades electorales.

Si bien las papeletas pueden ser entregadas sin escaneos de entrega, grupos de derechos de los votantes temen que los retrasos en el correo puedan causar que al menos algunas sean descalificadas.

Las afectaciones se dieron principalmente en Pensilvania, Carolina del Sur, Florida, Colorado, Arizona, Alabama y Wyoming.

La decisión se tomó en respuesta a las demandas presentadas por grupos como Vote Forward, una organización de derechos de voto, la NAACP y grupos comunitarios latinos. Muchos estados sólo contarán en sus resultados electorales las boletas enviadas por correo que se reciban antes del final del martes.

Por su parte la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) anunció esta tarde que investiga una serie de llamadas robotizadas (“robocalls”) en las que supuestamente se intentó desinformar a los votantes estadounidenses en plena jornada electoral, alentándoles a quedarse en casa y “obstaculizando” así su derecho al sufragio.

Según explicó a reporteros un funcionario de la Agencia de Ciberseguridad y Seguridad de Infraestructuras del país, se trata de una acción que supone “intimidación del votante” y “supresión del voto”, aunque recordó que “las llamadas robotizadas de esta naturaleza suceden en todas las elecciones”.

Se han informado de este tipo de llamadas robotizadas en los estados de Michigan, Kansas y Nebraska, donde los funcionarios urgieron a los ciudadanos a ignorarlas.

Según cifras del Washington Post, se han hecho unas 10 millones de llamadas de este tipo por todo Estados Unidos en los últimos días, aunque comenzaron semanas atrás.

El presidente y candidato republicano a La Casa Blanca, Donald Trump declaró sentirse “bien” a su llegada a la sede del Comité Nacional Republicano en Virginia, donde se ha reunido con su equipo de campaña, ha expresado que cree que “va muy bien en Florida y Arizona”, dos de los considerados ‘estados bisagra’.

“También he oído que nos va muy bien en Texas. Creo que nos va bien en todas partes”, ha destacado Trump antes de aventurar que cree que “tendrán una buena noche”. Hizo un llamado a todo el país a “permanecer unido”.

Sobre la posibilidad de tener preparado un discurso en caso de ganar o perder, el presidente ha aclarado que aún no cuenta con un discurso postelectoral. “No pienso todavía en un discurso de aceptación o de concesión (…) Con suerte hacemos uno de esos dos discursos y, ya saben, ganar es fácil. Perder nunca lo es. Para mí no”, añadió el presidente.

Por otra parte, ha vuelto a criticar la decisión del Tribunal Supremo de permitir que Pensilvania siga recibiendo votos tres días después del día de las elecciones y ha alertado de que esta es una “decisión muy peligrosa para el país”.

En tanto, Joe Biden regresó esta tarde a su cuartel general de Wilmington, en Delaware, donde esperará al cierre de los colegios electorales y los primeros resultados, después de pasar la mañana en diversos pequeños actos de campaña.

Biden llegó a Wilmington después de buscar el voto en el estado de Pensilvania, al que el demócrata trata como la piedra angular de su victoria electoral, que podría, si obtiene el margen suficiente, declarar esta misma noche.

En su primera parada en Scranton, ciudad de la que es oriundo, pero en la que no pasó su infancia, Biden visitó a varios líderes sindicales y se detuvo brevemente en la casa donde nació e inscribió en las paredes: “Desde esta casa a La Casa Blanca por la gracia de Dios. Joe Biden, 3 de noviembre de 2020”.

Megáfono en mano, Biden se dirigió a un numeroso grupo al norte de Filadelfia y aseguró: “este año vamos a tener más gente votando que en toda la historia de Estados Unidos”, y auguró más de 150 millones de votos, un número que sería un récord.

El expresidente Barack Obama ha alabado este martes la profesionalidad del candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, cuando era su ‘número dos’ y ha asegurado que hacía de él un “mejor presidente”.

En un mensaje difundido a través de su cuenta de Twitter, Obama ha recordado que “durante ocho años”, Biden era “el último en abandonar la sala cuando tenía que enfrentarse a una decisión difícil. Así ha transmitido su apoyo al exvicepresidente y ha pedido el voto para los demócratas en el marco de la jornada electoral de hoy.

“Me hizo un mejor presidente. Y hoy tenemos la oportunidad de elegir a Joe y Kamala (Harris) para hacer que nuestro país vuelva a ser mejor”, señalado el exmandatario.

No obstante, ha admitido que no será una tarea sencilla, por lo que ha subrayado que es necesario el apoyo de cada estadounidense.

Casi 2.9 millones de personas más votaron por Hillary Clinton en la elección presidencial del 2016 en Estados Unidos, pero aún así perdió. ¿Cuál es la razón? el Colegio Electoral.

Donald Trump ganó la presidencia porque se llevó el Colegio Electoral, un sistema establecido por la Constitución y modificado a lo largo de los siglos.

El concepto del Colegio Electoral está contemplado en el Artículo II de la Constitución resultante de la Convención Constitucional de 1787 y ratificada en 1788. Es básicamente un órgano compuesto por un número de compromisarios igual al total de senadores y representantes a la Cámara por cada estado.

Así, son parte de este mecanismo 100 delegados que representan la cifra total de senadores, dos por cada uno de los 50 estados del país y 435 representantes, cifra que en 1929 se ajustó teniendo en cuenta el crecimiento de la población.

Desde 1961, cuando fue ratificada la Vigesimotercera Enmienda, se incorporaron tres representantes por el Distrito de Columbia, donde está Washington DC.

Para ganar La Casa Blanca, un candidato tiene que ganar al menos 270 votos electorales. Esa es una mayoría de los 538 que están en juego, repartidos entre los 50 estados.

Cada estado tiene un número diferente de votos electorales, basado en cuantos congresistas tiene en la Cámara de Representantes, aparte de sus dos senadores.

California tiene la mayor cantidad de votos electorales, con 55. Texas le sigue con 38. El candidato que gane Nueva York o Florida puede llevarse 29 votos electorales; Illinois y Pensilvania tienen 20 cada uno. Cierran la lista de los 10 estados con más votos electorales Ohio con 18, Georgia y Michigan con 16, y Carolina del Norte con 15.

Aunque Trump tiene varios caminos para alcanzar los 270, su mejor ruta depende de ganar Florida y Pensilvania. Si gana ambos estados y retiene Carolina del Norte y Arizona, que se llevó por un margen estrecho en 2016, además de Georgia y Ohio, que ganó hace cuatro años, pero que ahora está reñido, ganará.

Con 29 votos electorales, Florida es el estado más crucial para Trump. Una derrota allí haría casi imposible que retenga La Casa Blanca.

La campaña del demócrata Joe Biden está concentrada en los estados que Trump ganó inesperadamente en el 2016: Michigan, Wisconsin y Pensilvania.

El exvicepresidente está haciendo además un gran esfuerzo en Arizona, un estado que no ha respaldado a un candidato presidencial demócrata desde 1996. Además, ha redoblado su atención a Florida.

Tras una campaña caracterizada por las acusaciones y las descalificaciones, los estadounidenses deciden este martes si continuará en el cargo el presidente republicano Donald Trump o lo sucederá el demócrata Joe Biden.

Casi 100 millones de ciudadanos votaron anticipadamente y ahora corresponde a los votantes en la jornada electoral terminar de decidir al ejercer su voto.

El tema principal de la campaña y la elección ha sido la pandemia de coronavirus. Cada candidato declaró al otro incapaz de lidiar con el COVID-19, además de problemas existenciales como la justicia racial y la equidad económica.

Ambos candidatos comenzaron su jornada este martes. El presidente Donald Trump dijo que los enormes mítines que convocó en las últimas y aceleradas semanas de campaña son la “última encuesta” y se traducirán en una gran cantidad de votos para su reelección.

Trump le dijo al programa “Fox & Friends” de Fox News Channel que pasará el día de las elecciones haciendo llamadas telefónicas a personas que le han sido leales y que irá a la sede de su campaña en los suburbios de Virginia para agradecer al personal.

Agregó que se declarará ganador “solo cuando haya victoria”; y es que ha habido preocupación de que Trump declare la victoria temprano, antes de que el conteo de votos sea definitivo. Pero el presidente republicano le dijo a Fox que no hay razón para “jugar” y aseguró que tiene “una oportunidad muy sólida de ganar”.

Por su parte Joe Biden comenzó el día de las elecciones visitando una iglesia y la tumba de su hijo Beau. Él y su esposa, Jill, hicieron una escala en la iglesia St. Joseph’s en Wilmington, Delaware, que suelen visitar los domingos.

Después de una breve visita a la iglesia acompañados de sus nietas Finnegan y Natalie, los cuatro caminaron hasta la tumba de Beau Biden en el cementerio de la iglesia.

Beau murió de cáncer cerebral en 2015, y Biden a menudo habla de su valentía mientras estaba desplegado en Irak.
El candidato demócrata dijo que pasará el resto de su día en Pensilvania.

El demócrata Joe Biden acumula una pequeña ventaja sobre el presidente Donald Trump en Florida, estado clave para reunir el número de votos electorales necesarios para ganar la elección presidencial.

Además, de Florida, donde el demócrata supera al republicano, se registra un empate en Carolina del Norte y Arizona, según sondeos de opinión de Reuters/Ipsos publicados este lunes.

Una semana atrás, las encuestas de Reuters/Ipsos mostraban a Trump y Biden en un empate estadístico en los tres estados.

El ejercicio de Reuters/Ipsos encuestó a posibles votantes en seis estados (Florida, Arizona, Carolina del Norte, Michigan, Wisconsin y Pensilvania) que desempeñarán un papel fundamental a la hora de decidir si Trump gana un segundo mandato o si Biden lo supera.

En el caso de Florida, donde la encuesta se levantó del 27 de octubre al 1 de noviembre, Biden logra sumar el 50% de la preferencia electoral, mientras que Trump se queda con el 46%. Un sondeo anterior había mostrado una ventaja de Biden de 49%-47%, lo que marcaba un empate debido a que la diferencia se encontraba dentro del intervalo de credibilidad de la encuesta.

En Arizona, la preferencia se encontraba 49% a favor de Biden contra un 47% a favor de Trump. Ambos están estadísticamente empatados ya que el margen se encuentra dentro del intervalo de confianza del sondeo. Una encuesta previa mostraba un empate estadístico, con 48% para Biden y 46% para Trump.

En Carolina del Norte, Biden registra un 49% de las preferencias electorales, mientras que Trump capta el 48%. Debido a que la diferencia está dentro del intervalo de confianza del sondeo, la carrera está estadísticamente empatada, como lo estaba la semana anterior, con Biden con un 49% y Trump con un 48%.

En el caso de Michigan, el demócrata obtiene un 52% de los apoyos, contra un 42% de Trump, una diferencia de diez puntos. Biden tenía una ventaja en el anterior ejercicio de 52% vs 43%.

En Wisonsin la diferencia entre ambos candidatos es la misma, diez puntos. Biden tiene 53% y Trump 43%. La semana anterior, Biden tenía una ventaja de 53% vs 44% del magnate. Finalmente, en Pensilvania, Biden reúne el 51% de las preferencias, mientras que Trump se queda con el 44%.

Este lunes es el último día de la campaña electoral, en que los estadounidenses deberán decidir entre el presidente Donald Trump y el candidato demócrata Joe Biden para dirigir La Casa Blanca durante los próximos cuatro años.

Más de 93 millones de personas ya han votado y ambas campañas aseguran que tienen las de ganar, aunque las opciones de Biden para conseguir los 270 votos del Colegio Electoral son más amplias.

Trump apuesta a que un repentino entusiasmo de sus militantes se traducirá en votos.

Hoy, Trump participará en cinco mítines desde Carolina del Norte hasta Wisconsin. Biden estará la mayoría del tiempo en Pensilvania donde si gana, Trump quedaría casi sin opciones para ganar. Biden pasará tiempo también en Ohio, un estado que Trump ganó por 8 puntos porcentuales cuatro años atrás.

En las últimas horas de la campaña, ambos candidatos se acusaron mutuamente no ser aptos para ejercer la presidencia del país, y pintaron un cuadro apocalíptico de lo que será el futuro de la nación si su rival llegase a ganar.

“Biden convertirá a este país en un campo de detención donde ustedes tendrán que estar confinados a sus casas mientras los amotinados ultraizquierdistas quedarán libres para saquear y quemar”, exclamó Trump ayer en un mitin en Iowa.

Biden, por su parte, vaticinó que el país está a punto de poner fin a una presidencia que ha avivado las llamas del odio. “Cuando se escuche la voz del pueblo, el mensaje quedará claro: es hora de que Donald Trump empaque sus maletas y se vaya”, expresó Biden en Filadelfia, la ciudad más grande de Pensilvania, el estado que bien podría decidir la contienda.

La campaña llega a su final en momentos en que la pandemia del coronavirus está en auge, al haber matado a más 231,000 personas en el país y haber dejado a unas 20 millones sin empleo.

Ha sido un año extraordinario, en que Trump fue enjuiciado por el Congreso, la candidatura de Biden sufrió una dura prueba durante las primarias y la pandemia del coronavirus trastocó totalmente el panorama electoral.

La cantidad de personas que ya han votado es inédita en la historia del país, ya sea de forma temprano o por correo, algo que podría demorar el conteo.

Al respecto, Trump ha pasado meses lanzando denuncias, sin ofrecer evidencia alguna, de que las elecciones podrían ser fraudulentas, y se ha negado a prometer una transición pacífica del poder en caso de que pierda.

A cinco días de las elecciones presidenciales, y con más de 7.3 millones de votos anticipados, el presidente Donald Trump y el candidato demócrata Joe Biden encabezaron eventos en Florida, estado clave para obtener el número necesario de votos en el colegio electoral.

Ambos candidatos invitaron a los ciudadanos del estado a votar; Trump lo hizo desde Tampa, en la costa oeste del estado, y Biden desde la ciudad en Coconut Creek, al norte de Miami.

El republicano se presentó ante una multitud en su mayoría sin cubrebocas, mientras que Biden lo hizo en un evento con poca gente.

Para defender otro mandato en La Casa Blanca, Trump, acompañado de su esposa Melania, presumió el 33.1% de crecimiento interanual que confirmaron este jueves los datos económicos del tercer trimestre. “Es el más grande que cualquier otro país”, dijo Trump a sus seguidores y señaló que obedece a la reapertura de la economía y por ello prometió que no habrán más cierres de emergencia por el coronavirus.

Biden recordó durante otro de sus ya comunes eventos motorizados, con unos 200 vehículos reunidos en el campus del Broward County College, las 100,000 vidas “que aún podemos salvar” este año solo con la obligatoriedad del uso de cubrebocas.

Ante los señalamientos que hay en su contra, dijo que no va a cerraría la economía, “no voy a cerrar el país, voy a acabar con el virus”. Sostuvo que Trump heredó una economía sólida de la administración Obama, por lo que descartó que ese tema sea un logro del actual gobierno.

El demócrata afirmó que Trump “se ha rendido” ante el coronavirus, y lamentó que “él no está haciendo nada, (está) abandonando las familias, rindiéndose”.

Biden señaló además la contradicción de la mano dura de Trump con las dictaduras en Venezuela y Cuba, y la complacencia del republicano con líderes autoritarios como el norcoreano Kim Jong-un y el ruso Vladimir Putin. Dijo no comprender que los ciudadanos venezolanos y cubanos estén siendo deportados a esas dictaduras.

Por su parte, Trump, ante un público con menos hispanos que en el sur de Florida, prometió mantener la mano dura contra los regímenes socialistas. “Vamos a seguir combatiendo las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua”, expresó.

Luciendo la característica gorra roja de su campaña, Trump volvió a sus promesas habituales y ataque contra la prensa. Calificó de “vergüenza para el país” a Miles Taylor, exjefe de gabinete del Departamento de Seguridad Nacional, quien reveló el miércoles que es el autor anónimo de un artículo de opinión y un libro crítico con el presidente; criticó la cobertura dada por los medios a dicho tema.

Antes de tomar la palabra, la primera dama Melania defendió que “bajo esta Presidencia los valores estadounidenses han sido protegidos”. Melania dijo que su esposo ha expandido “las oportunidades para las mujeres y especialmente para las madres”.

De cara a las aspiraciones para sumar más de 270 votos en el Colegio Electoral, la cantidad mínima que necesita para triunfar en las elecciones presidenciales, la recta final de la campaña se ha centrado en Florida, estado reñido y en el que ambos candidatos están técnicamente empatados en los sondeos de opinión.

En el cuarto viaje de Biden a Florida durante esta campaña , el demócrata dijo que los intentos del Gobierno Trump de suprimir el voto obedecen a que cuando “Estados Unidos vota, rehúsa a gente como él”.

Al abordar la relación entre México y Estados Unidos a raíz de la detención del general Salvador Cienfuegos, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fue cuestionado sobre cómo sería la relación entre ambos países si el candidato demócrata gana la elección del próximo martes.

¿Gane quien gane (la elección) la relación será buena con Estados Unidos?, se le preguntó al mandatario, a lo que indicó que México tiene una muy buena relación con el gobierno de Estados Unidos, e hizo énfasis en que con el gobierno del presidente Donald Trump son “muy buenas”.

Al preguntarse cómo sería la relación si ganara Biden, AMLO respondió “el que llegara, si no fuese el presidente Trump, tampoco habría ningún problema”.

López Obrador indicó que prefería no hablar por ahora más de la relación con Estados Unidos, sobre todo en los casos sensibles entre ambos países como la investigación en torno al extitular de la Sedena, pues se podrían malinterpretar en el marco de las elecciones en el país vecino.

“Hay elecciones en Estados Unidos el martes y tenemos que actuar con prudencia para que no se utilicen nuestras posturas con ese propósito, porque el manejo de información con propósitos políticos electorales se da en todo el mundo”.

El canciller Marcelo Ebrard también se refirió al tema y dijo que hasta ahora se ha mantenido una muy buena relación con el gobierno de Estados Unidos, la cual desean preservar ya que es conveniente para el país y para los mexicanos.

En el mismo sentido, el presidente Vladímir Putin aseguró este jueves que Rusia trabajará con el candidato que gane las elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre, aunque dijo que prefería no profundizar para no ser acusado de querer interferir en el proceso electoral.

“Aceptaremos cualquier decisión de los estadounidenses y trabajaremos con cualquier administración” que sea resultado de la decisión en las urnas, señaló Putin en una conferencia del banco VTB “Rusia llama”.

Putin recalcó que la política estadounidense es muy importante en el mundo y que Estados Unidos es una superpotencia y una gigante económico cuyas decisiones tienen impacto a nivel global.

Más de mil  líderes religiosos en Estados Unidos firmaron una carta abierta pidiendo “elecciones libres y justas” y llamando a los candidatos Donald Trump y Joe Biden a respetar los resultados, independientemente de quién gane los comicios del 3 de noviembre.

La gran cantidad de firmantes de todo tipo de tendencias refleja la preocupación de los religiosos por la polarización que se vive en el país.

Los firmantes de la carta incluyen a líderes de la Asociación Nacional de Evangélicos, el pastor progresista William Barber y dos religiosos que fueron asesores del expresidente George W. Bush.

El texto enumera cuatro principios básicos, entre ellos la importancia de compartir “información veraz y oportuna sobre los resultados electorales” y no desinformación. Esos principios, añade, “son pilares fundamentales de una República estable y saludable y cuentan con el apoyo de la vasta mayoría de los estadounidenses, pero aun así están siendo atacados de manera sin precedentes en las elecciones de 2020”.

Enfatiza que Estados Unidos es fuerte sólo si es fuerte el compromiso de su pueblo hacia la democracia y los derechos y libertades que asegura.

Galen Carey, vicepresidente de relaciones gubernamentales de la asociación evangélica, comparó la situación actual con la de las elecciones del 2000, cuando el estado de Florida tuvo que realizar un recuento de votos y finalmente Bush fue declarado ganador a raíz de un fallo de la Corte Suprema.

“Veinte años después, no estamos en una situación en que la ciudadanía puede asumir que, una vez anunciados los resultados, todos podemos regresar a nuestras rutinas y desearle bien a los nuevos líderes”, expresó Carey en una entrevista.

Entre otros religiosos que firmaron la carta están John Dilulio, el primer director que tuvo la Oficina de Asuntos de Fe de La Casa Blanca, creada bajo la presidencia de Bush, y Stanley Carlson-Thies, quien fue parte de esa oficina y luego fue asesor de temas religiosos para el gobierno de Barack Obama, además de fundar la Institutional Religious Freedom Alliance.

Y es que el presidente Donald Trump ha sido criticado por negarse a comprometerse con una transición pacífica de poder en caso de que pierda.

Si bien la carta abierta no menciona a ninguno de los dos candidatos, entre sus firmantes hay prominentes líderes cristianos que respaldan a Biden, como el pastor de megaiglesias Joel Hunter y Ron Sider, fundador y presidente emérito de Christians for Social Action.

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